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TEMAS

PROLOGO NECESARIO

Querida amiga: Tu correo me disparó una serie de reflexiones que te comparto, porque existe entre nosotras amistad y afecto. M.C.M.
Vos escribís: “Nunca habíamos tenido una Argentina tan peligrosa por tanta inseguridad, tanta violencia, tantos muertos por robos, secuestros, asaltos con tomas de rehenes, etc., miedo por nuestros hijos en las calles...”
           
Lo leo en un correo enviado por una amiga.
Entonces recuerdo sensaciones y relatos:
Los Falcon verdes recorriendo las calles…y el sudor frío en la espalda…
Las embestidas en medio de la noche por las patotas que entraban rompiendo las puertas…
Las víctimas secuestradas que eran tiradas al piso de los autos y mantenidas bajo los borceguíes en el trayecto a los centros clandestinos…
Las manos atadas con alambre y las vendas en los ojos y la boca…
Los golpes, hasta llegar a la mesa de “interrogatorio”…
Los muertos sin sepultura tirados a la vera de un camino…
Los muertos arrojados al río marrón…
La espera interminable de las Madres y las Abuelas, sin poder hacer el duelo, ni honrar a sus hijos con una flor…
Los quinientos niños arrancados de sus familias, muchos de ellos apropiados por los asesinos de sus padres…
Los documentos que prueban la magnitud de la tragedia…
Los libros testimoniales de los sobrevivientes …
La historia clama y no puedo aceptar que “no habíamos tenido una Argentina tan peligrosa” ya que aunque hoy la inseguridad, la violencia y la muerte nos afecten (inseguridad, violencia y muerte que son de carácter global ya que no hay país exento) no tienen el carácter siniestro de aquella Argentina de los aterrados, los enterrados y desterrados. No debemos olvidarlo.
Entonces, aunque asuma que siempre orar por la paz del presente es legítimo, válido, esperanzador y tiene efectos y consecuencias positivas, tengamos la perspectiva que nos dan los años y las experiencias. M.C.M. octubre 2012


1 PLANTEOS INICIALES A HOLOCAUSTO Y DICTADURA
 
Este trabajo empezó llamándose: Memoria, Palabra y Verdad. Olvido, Silencio y Mentira
Me movía al enunciarlo de ese modo, la intención de aportar una serie de reflexiones acerca de los sucesivos Genocidios desplegados a lo largo de nuestro siglo y su relación con estos conceptos, y me planteaba detenerme en dos de ellos: El Holocausto nazi y la Dictadura Argentina de los 70.
Mi propósito era denunciar el olvido de tantos recuerdos que la memoria trae, cuando nombrar se hace posible. Valorar la palabra que adviene después de largos silencios para decir aquello acallado.
Las verdades que surgen entonces y se contraponen a tantas mentiras.
 
El escrito recorre tres ejes:
1- La palabra y sus posibilidades en la construcción de la propia dignidad.
2- La memoria como aquello que nos constituye y  nos interpela.
3- El respeto a la otredad, concepto valioso y poco utilizado. Se refiere a la reconstrucción de una mentira que asimila diferencia a inferioridad. Esa mentira implica una jerarquización entre diversos. En cambio el respeto a la otredad surge de una verdad: una aceptación activa de la diversidad como enriquecedora,
 
Si la diferencia de raza, de religión, de opción sexual, de ideología política es considerada con referencia a otro, con el que se comparte nada menos que la condición humana, se desarticula la posibilidad de denigrar, descalificar y excluir a ese otro. Ese Otro que tiene tanto más de igual que de diferente.
Otro que pasa a ser considerado desde las similitudes, desde aquello que en común nos define.
 
Como rasgo reiterado y repetitivo, los genocidios han requerido una devaluación de ese “otro” despojándolo de su humanidad para cosificarlo, para convertirlo en este “otro” que porque es diferente se piensa como inferior. Sobre esa primera premisa será factible avanzar sobre sus derechos, a partir de que ya no se lo considera un igual.
En cambio la consideración respetuosa que me merece la otredad del otro, si lo pienso como un Igual, haría inadmisible toda discriminación despreciativa, toda manipulación interesada, toda crueldad.
 
En ese “otro” se encarna, según Bejla Rubín de Golman la metamorfosis kafkiana, ya no como referencia a una trágica transformación, sino como un  nuevo real, en donde  en Auschwitz el prisionero era visto como “cucaracha, rata, musulmàn, deshecho o una nada”. O como plantea Ricardo Feierstein era llamado “figuren” (trapo, marioneta).
 
En la misma posición, en coincidencia con esto, estuvo lo escuchado por los prisioneros en los campos de la dictadura: “No existís”, “Fuiste”.
 
Se negaba así lo que de más valioso tiene el ser humano: su historia y su memoria. Así, la memoria es un componente misterioso, casi indefinido, que hace a nuestra mismidad, se relaciona con algo que quizá no recordamos con precisión, pero que nos empuja a entrar en contacto con dimensiones, con sucesos, con sensaciones que no sabemos definir, pero que sucedieron y forman parte de nuestra historia.
¿Hasta dónde existe la posibilidad de trazar una línea divisoria nítida entre el pasado, el presente y el futuro, entre el recuerdo de lo vivido que dejó sus marcas, entre lo que nos interpela hoy y lo que nos tironea desde el porvenir?.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LOS  HOLOCAUSTOS  PRIVADOS
 
Una aclaración inicial es que utilizaré la palabra holocausto en el sentido más difundido en que ha sido empleado para designar la destructividad total que arrasa en forma cataströfica y en la que es inmolado un pueblo. Para designar dicho drama en el pueblo judío se ha utilizado con más precisión y menos frecuentemente el vocablo “shoa” y también “vernichten” que remiten a una destrucción deliberada sin el sentido sacrificial de Holocausto.
No obstante, me inclinaré por ésta denominación, pese a su menor exactitud, porque entiendo que su empleo al ser más frecuente, tiene una llegada más amplia.
Me he referido como Holocausto al del pueblo judío y al de las víctimas de la dictadura de los 70 en Argentina, pero también al del pueblo armenio, al de los indígenas americanos, al de los pueblos de Àfrica y al de todos aquellos que pesan en la historia y duelen en el presente.
 
He buscado establecer relaciones entre dichos Holocaustos con mayúscula y los dramas personales, que elijo llamar Holocaustos privados, en tanto marcan un quiebre en las historias de quienes los padecieron y los refieren.
Para ello he registrado testimonios de lo que di en llamar holocaustos personales. Me guiaba el intento de hallar ejemplos en los que pudiera dar cuenta de sucesos que imprimieron en esas historias personales “un antes y un después”.
Ejemplos de sucesos que fueran tan vertebrales para las historias personales, que sin ese suceso no serían las mismas. El acontecimiento señalado en esa vida única e intransferible como equivalente de lo que fueron para la humanidad el infierno del Holocausto y para nuestro pueblo el peso y el abismo de la Dictadura.
He intentado encontrar rasgos en común, que permitieran un desarrollo del tema que hicieran posible una correlación entre los grandes dramas que han afectado a la humanidad en su conjunto y las penurias que como tragedias personales, alguna vez en nuestra historia, nos afectan en tanto individuos sujetos a contingencias y conflictos en el área de lo privado. ¿Quién puede considerarse al margen de duelos, decepciones de sí mismo o de los otros o fracturas de proyectos en que se invirtiera toda la energía?
        Aceptando que duelos, rupturas, fracasos, manipulaciones forman parte de nuestras historias personales, y que en función de ellos muchas veces sentimos un dolor cuyo potencial destructivo resulta arrasador, me puse en el intento de establecer relaciones entre ambos.
            Así surgieron algunos rasgos, que pienso vàlidos, tanto para las víctimas de calamidades en lo sociopolítico, como para aquellas que forman parte de nuestras trayectorias de sujetos sujetados por el mundo de los conflictos, entre afectos contrapuestos.
           
        Inexplicabilidad El sentimiento que se expresa en las preguntas perturbadores: ¿qué pasó?, ¿cómo fue que pasó?, ¿por qué no pudimos evitarlo? Este sentimiento tuvo sus expositores en muchos de los sobrevivientes de los genocidios que mencionamos. ¿Cuántas de esas preguntas acompañan la cavilación de quien en su vida, se ve frente a la necesidad de elaborar alguno de los dramas que lo involucran en lo que tiene de personal e intransferible?  Ante la quiebra del proyecto en que se invirtiera tiempo y trabajo, ante la pérdida que nos deja en la orfandad, ante la ruptura de un afecto que se creía sólido, esas preguntas, formuladas por Hanna Arendt en relación al Holocausto, vuelven a tener vigencia.
 
        Irreversibilidad: de hecho sucedió y eso no se puede borrar. Existen derrumbes de los que no se vuelve. Teorizado como derrumbe civilizatorio para el Holocausto, cabe también pensarlo para contingencias vitales que marcan un antes y un después en las historias individuales.
            Los duelos, sean por muerte, por pérdida del objetivo al que se apostara todo, por mutilación física o por otras causas que lleven a otra ubicación en la propia vida, implican un viraje en la historia que impregnará el futuro.
 
          Paradoja que lleva a que la víctima terminada acusada, preguntándose si será culpable de algo que no supo.
            El sentido común que planteaba: “por algo será” para dar cuenta de la tragedia de los desaparecidos, parece reiterarse algunas veces en los conflictos de relación interpersonal, como las violencias que nos impregnan. ¿Si los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, ¿las personas tienen los dramas y tragedias que se merecen?
 
        Destructividad implícita. Cuando el dolor supera lo soportable, puede suceder que sea obturada la posibilidad de pensar y resolver. El suicidio como respuesta ha dado cuenta de la magnitud de la erosión. Y sabemos de suicidios consecutivos a tragedias como genocidios y guerras, tanto como de parálisis y  estancamientos (una forma de suicidio) consecutivos a dramas personales donde no es posible la elaboración. Duelos por muerte del ser amado, fractura de las relaciones amorosas, vínculos traicionados, exilios y destierros, quiebres de proyectos en los que se estaba empeñado…
 
        Todas estas consideraciones me llevan a plantear ¿Los derrumbes civilizatorios implicados en los genocidios a nivel de los social, como el Holocausto nazi o la Dictadura en Argentina ¿pueden ser descriptos como equivalentes a las hecatombes personales, como holocaustos privados? Apunta a esto el que en los dos casos la inscripción de los sucesos no puede ser historizada, o exige para ello un esfuerzo titánico, muchas veces estéril.
            Solo la insistencia de lo vital parece proveer la chance de una restauración no siempre completa. Tal vez es en esa insistencia de la vida que pueblos e individuos pueden intentar poner su esperanza.
 
TIEMPO DE PREGUNTAS
 
En las primeras oportunidades que hablé esta hipótesis con colegas y amigos encontré respuestas estimulantes que me aportaron elementos para continuar.
Fue a partir de estas primeras aproximaciones que continué una indagación que aportó sucesivos enriquecimientos. Pero fue una indagación que tuvo como exigencia la disposición a avanzar con mi pregunta rozando la indiscreción. Se trataba de pedir a mi eventual interlocutor ejemplos de lo que consideraban sus propios quiebres personales, sus Holocaustos privados.
 
Uno de ellos me aportó una perspectiva, y fue la de que para él, todos tenemos para señalar al menos uno, y a veces varios de esos holocaustos en nuestras vidas, que fueron influyendo en la dirección que dábamos a nuestros pasos.
Una joven sugirió una diferencia entre los Holocaustos con mayúscula y los Holocaustos privados, en el sentido de que los Grandes Holocaustos, quedan impresos como tales en la memoria colectiva, sin que se desvanezca su significación en el tiempo. En cambio, un suceso que pudo funcionar y ser registrado como Holocausto privado en determinado momento, puede con el transcurso del tiempo y el advenimiento de nuevos sucesos, cambiar la significación al ser incorporado en otra totalidad.
 
En cuanto a los ejemplos variaron desde la convicción en alguien de no poder referir ninguno, a la duda y sorpresa  en algunos hasta  a la descripción pormenorizada en otros que aceptaron referir su experiencia.
Así uno de ellos aportó:
1- Indudablemente, hay un momento de holocausto en mi vida, que marca un antes y un después, y en donde se quemaron etapas, y es el de la muerte de mi hijo.
 
2- Otra aportó: -Mi holocausto no fue mi cáncer, sino en el  mi separación. Eso fue definitivo.
 
3- Y aún un tercero: El Alzheimer de mi madre fue el momento que marcó una conmoción en mi vida, de tal modo que ya nada fue lo mismo para mí.
 
4- Otro aporte consignó el sentimiento de impotencia, frente a sus hijos, en encontrar muerta a la maestra, (en un hecho de violencia que quedó sin develar), cuando fueron los primeros en entrar al Jardín al que los niños concurrían. Los llantos y gritos de sus hijos y de los otros niños la marcaron en un sentimiento de estupor que señala como  un quiebre en su vida.
 
5- El momento de diagnóstico de miastenia gravis para una mujer en la plenitud familiar y laboral. Ese diagnóstico implicaría el fin de un modo de vida, para iniciar una ineludible y penosa dependencia, fue designado como su Holocausto personal, en tanto a partir de allí, todo su desempeño quedaría condicionado a la ayuda de aquellos que la asistían .
 
6- En la misma línea, la colostomía radical de un joven, implicó su Holocausto. El grave compromiso de los órganos afectados llevó a plantear a dicha colostomía como irreversible. Así planes y proyectos, quedaron suspendidos, en tanto su vida quedaba condicionada por dicha mutilación.
 
7- Una joven planteó como de significación de Holocausto, el momento en que tuvo la certeza de que el problema de enfermedad de su madre (bipolaridad o psicosis maníaco depresiva) sería recurrente, y difícilmente podría resolverse. Significaba para ella resignarse a una carga grave y prolongada, que había eludido hasta entonces, pero que cayó sobre ella con todo su peso cuando tuvo la certidumbre del cuadro y lo oscuro del pronóstico.
 
8- Una mujer describió como Holocausto, para ella, lo que había significado la fractura en la imagen del vínculo con su compañero, que llevó a la ruptura de la pareja, y en la imagen de sí misma por los afectos negativos, que, según planteó nunca se había sentido capaz de albergar. Encontrarse a sí misma con una capacidad para sentir, decir y desear desde afectos tan hostiles, tuvo el efecto de llevarla a dudar de si misma y su propia ética
 
9- Una reflexión fue sobre el quiebre que significó la crisis socioeconómica del 2001/2. en un hombre maduro, proveedor de su familia, que se habían sentido reconocidos a partir de ese rol. La pérdida de su trabajo, la dificultad y hasta imposibilidad de reinserción por su edad, como causa de una fractura de la propia estima, y situaciones límite en lo familiar y lo social, se precipitaron en dominó, para sepultarlo en la peor crisis de su vida.
(Es tarea pendiente teorizar desde lo sociológico acerca de las depresiones subsecuentes a la desocupación de esa etapa. Tuvieron significación de Holocausto para esos trabajadores cuya identidad se veía conmocionada en la impotencia para recuperar el sentido del propio valer, que había estado anclado en su desempeño laboral).
 
10- Para otra fue la discapacidad de su hijo, cuando supo que la posibilidad de una vida autónoma para él quedaba descartada. Y que operó, en este caso, en la decisión de intentar un nuevo embarazo que antes de la constatación de la discapacidad, no estaba previsto. Si atendemos a la significación que en la vida afectiva tiene el vínculo con los hijos y la significación de los mismos para la propia valoración, puede pensarse ese segundo embarazo en el propósito de remontar el drama que transitaban con el nacimiento del primero, inscripto como el suceso traumático que marcaría un antes y un después en la vida de esa mujer.
 
11- Una mujer refirió que la muerte en un accidente de su mejor amiga, detonó en ella una conmoción que la llevó a tomar de manera inmediata, decisiones fundamentales que había postergado por mucho tiempo. Como si esa muerte hubiese significado una calamidad que fue impulsora de importantes cambios.
 
12- Otra situación, del mismo cariz, fue la provocada por un accidente que sufrió conduciendo una moto una mujer, que al ser despedida tuvo la experiencia de sentirse, por segundos, frente a la inminencia de su posible muerte. El relato fue que en ese momento, una visión de su vida pasó en ráfaga ante sus ojos, y también la determinó, al salir con vida de esa instancia, a resolver una situación pendiente y a dar un nuevo curso a sus esfuerzos y proyectos.
 
(En estos tres últimos casos, el hecho que provocó la crisis y delimitó un antes y después, tuvo la virtud de poner en marcha decisiones que resignificaron  lo acontecido traumático)
 
Los ejemplos referidos pueden ser pensados en su diversidad, como sucesos traumáticos que exigen replanteos existenciales abarcativos y que comparten una matriz de profundo autocuestionamiento y desde una perspectiva, pueden ser pensados como crisis existenciales rotundas y definitorias.
 
La inexplicabilidad, irreversibilidad, ineludibilidad de dichos sucesos así como su carácter paradójico y destructivo dan cuenta de su inserción como bisagra en las historias personales de sus protagonistas. ¿Todos nosotros?
También implican la necesidad de salir de la impotencia posterior al momento de estupor que los signa y que por último deja la tarea de hallar nuevas respuestas que puedan reemplazar a las que fueran demolidas.
 
Si analizamos las problemáticas precedentes, citadas por sus protagonistas como Holocaustos privados, encontramos la reiteración en temas que pasan por:
Fracturas en vínculos amorosos (1) y en la propia imagen (8)
Duelo por pérdida del hijo (2) o por discapacidad del mismo. (10- Duelo del hijo soñado)
Deterioro de la relación con la madre por enfermedad mental (3- Alzheimer, 7- Bipolaridad)
Grave lesiòn  física y psíquica por enfermedad progresiva (5- Miastenia) y cirugía mutilatoria e irreversible. ( 6- Colostomía)
Pérdida de la inserción laboral como serio ataque a la identidad y repercusión en lo social y familiar. (9)
Impotencia para proteger a sus hijos y a los otros niños de un suceso violento.(4)
 La irrupción de lo impensado, de lo sorpresivo, tanto en la muerte imprevista, por un accidente de la amiga más cercana.(11) como en el accidente con riesgo para la propia vida.(12)
 
Los ejemplos planteados permiten algunas reflexiones: La pérdida de referentes (como lo son los vínculos primarios con padres y madres en su declinación), la ruptura amorosa, y peor aún, la muerte y/o enfermedad de los hijos son frecuentemente registradas como situaciones bisagra en la vida.
El cuestionamiento de sí mismo, se trate del descubrimiento de las propias oscuridades, o de la limitación que suponen enfermedades crónicas, implica una injuria de difícil resolución, y que marca un pivote que cabe tomar en cuenta. En este mismo cuestionamiento entrarían los sentimientos de desvalorización e impotencia. Todos ellos implican afrentas narcisísticas.
Por otro lado la abrupta confrontación con la violencia propia y ajena, la existencia de asesinatos y accidentes que, o bien nos afecten de cerca o nos impliquen de lleno, marcan otra de las connotaciones de estas situaciones que referimos como holocaustos privados
.
Pérdidas irreparables, autocuestionamientos vitales y el choque frontal con lo impremeditado parecieran notas características de estos Holocaustos privados. Es decir que a la par del dolor que pareciera abatirse, juega el sentimiento de la propia insuficiencia para afrontarlo y el matiz de abrumador del momento tanto mayor cuanto más abruptamente se precipite el drama.
 
Por el carácter inexplicable, irreversible, ineludible, a veces paradójico y casi siempre destructivo es que enlazamos dichos sucesos personales bajo la denominación de Holocaustos privados, como marcas en las historias personales, tal como pueden pensarse los Holocaustos que asolaron  la Humanidad con su potencial de sucesos  trágicos, como marcas ineludibles y cicatrices imborrables.
Marcas, las unas y las otras, de las que, si cabe una esperanza, es la de que nos hayan permitido aprender algo.
 
 
2    2 de octubre, 34 años después
 
El 2 de octubre de 2008, Marta me contó algo. En su último viaje a Rosario, Juan Manuel Serrat estuvo en el Museo de la Memoria y se llevó “Seda Cruda. Crónica de cárcel, exilio y regreso”, el libro que ella escribió como un testimonio de su experiencia de una época aciaga: los años de plomo. Ese libro fue el fruto de un trabajo laborioso de reconstrucción, en el que tuve el privilegio de acompañarla.
Su madre había conservado las cartas que ella le había escrito desde la cárcel y desde el exilio. Las puso en sus manos y le dijo: “Tomá, ya no puedo tenerlas”, y esas cartas que contaban tantas cosas, se convirtieron en la columna vertebral del texto.
Fue la escritura de ese texto el que puso la oportunidad para que el vínculo entre nosotras (que se había iniciado como la relación entre psicóloga y paciente) alcanzara otras dimensiones y una profundidad diferente, que es la que hoy tiene. Ya no es una relación terapéutica la que nos vincula, sino una genuina amistad.
Para mí, una relación que había empezado sobre un contexto y con un objetivo preciso: ayudar a una paciente a atenuar la angustia,  recomponer sus recuerdos y salir de la amnesia protectora, se fue definiendo como una tarea en que se me jugaban otras cosas.
Nuestro hijos, Mariano y Anahí habían sido concebidos en el 74. Ella y yo habíamos vividos nuestros embarazos en tiempos y lugares tormentosos.
Todavía, cuando empezamos a trabajar en el libro, no conocíamos demasiado de lo que luego se develaría como parte de un universo común.
 
Marta había tenido a su primer hijo, Mariano, cuando estaba detenida en la Jefatura de Policía de Rosario.
Y desde su captura, había tratado de preservarlo y protegerlo dentro de sí para que nada lo hiriera. A los ocho meses debió ponerlo en manos de sus padres, Mariano se había enfermado y no se le podía proveer la asistencia que necesitaba si quedaba con ella en la cárcel.
Luego vino el reencuentro, la opción de salir del país y su partida con Mariano. El largo alejamiento y el retorno.
 
Para Marta las canciones de J.M.S. fueron significativas. La acompañaron en la cárcel, en el exilio y formaron parte de su historia.
Este 2 de octubre, el destino, por esas cuestiones misteriosas, viene de la mano de Marta a recordar el sentido que esas canciones tuvieron para nosotras
 
Y es que aquel 2 de octubre de 1974, está inscripto como uno de los días más amargos de mi vida.
Estaba embarazada de ocho meses. Alberto trajo la noticia, su nombre estaba en una de las listas firmadas por las tres A.
La angustia nos inundó. Tratamos de sumar información y decidimos que Alberto se fuera de Rosario.
La bebé se había empezado a mover dentro de mí, con movimientos distintos, continuos y agitados. Se fueron haciendo más intensos y espasmódicos. Se retorcía cada vez con mayor fuerza. Llegué a sentir que era como una serpiente asfixiándose dentro de mí, como dentro de una bolsa de la que trataba de salir desesperadamente.
Luego se quedó inmóvil y pensé: “Ha muerto”. Y me dije que el mundo despiadado al cual queríamos que viniera, no iba a ser para ella. Y hasta que tal vez fuera mejor que no llegara.
 
Al día siguiente, después de la convulsiva agitación y de la inmovilidad total que la sucedió, empecé a registrar pequeños, cautelosos movimientos.
Antes de la desolación, el crecimiento de mi hija había sido normal, y los movimientos suaves, como de mariposa del principio y más definidos luego. Ellos habían cambiado con la angustia.
 
El aceptar la idea de que ya no vivía, durante esas horas en que estuvo inmóvil, es algo que aún no me perdono. Me sigue pesando y tanto más cuanto más desplegó su belleza, inteligencia y bondad a medida en que fue creciendo. Tanto más cuando la vitalidad que la habita sigue derramándose incansable.
 
En aquel tiempo, rodando sola por mi ciudad sentía todo el dolor de la ilusión quebrada. Dejé nuestra casa y busqué un lugar donde esperar hasta poder pensar con mayor claridad, qué decidir.
Era octubre del 74 y en la televisión de aquella casa ajena, Juan Manuel Serrat cantaba “Las nanas de la cebolla” de Miguel Hernàndez.
El poeta encarcelado cantaba a su mujer  embarazada.
Esas canciones me golpearon. Tenían un sentido nuevo y penoso en ese momento de soledad. Tanto que me tuve que esconder para que no vieran mi emoción.
 
Cuando Marta, 34 años después y siendo otra nuestra relación, me escuchò en el relato de la angustia de entonces, dijo algo: “¿Viste que son más fuertes de lo que pensamos?”
 
Se refería a nuestros hijos. A aquellos que en el 74 nos habitaban cuando el cielo cayó sobre nuestras cabezas. Se refería a la incertidumbre en que nos sumergían aquellos tiempos sin sosiego.
Nuestros hijos han crecido. Nos acompañan. Son la prueba de que la vida venció.
 
 
ADENDA
 
Y recordé nuestro trabajo en el vínculo terapéutico primero, en la escritura del libro después. En la amistad de ahora.
En la escritura del libro estuvo la recuperación de las palabras.
 
“ Y estas palabras testimoniales fueron corriendo una cortina. Trabajando  sobre el silencio es que aparecieron las palabras. Las suyas, primero las suyas, pero también después sigilosamente las mías.
Si ella nombraba, yo también. Al reconstruir su historia  me llevó a que yo asumiera parte de la mía. Su recordar (que es volver a pasar por el corazón y pagar los costos por ello) tuvo una reverberación que me alcanzó. Y así como ella tomó conciencia de que creyendo proteger, había sido protegida por Mariano, para mi fue posible advertir que creyendo ayudarla me ayudaba a mí misma. Creía ayudarla a regresar de aquel otro exilio: el de si misma. Y sucedió también que me encontré con un impensado retorno: el de aquello exiliado de mí que resonó, que hizo eco a su voz recuperada. Abriendo un espacio para su palabra también se insinuó la mía, como por un mismo cauce abierto en el encuentro.
La escritura como avalancha, y el escribir còmo restañar, reparar, cicatrizar al contar, contarse, contarnos  la historia desde la resignificación que surgió, que pudo surgir recién entonces.
A partir de un encuentro en donde se recuperó la memoria, se suturaron olvidos y se enunciaron palabras. Lo que nos lleva a redefinir la naturaleza de lo terapéutico más allá de  supuestas neutralidades y asepsias. Neutralidades que habrán de escandalizarse por rupturas de encuadre, por contratransferencia desbocadas,  contraidentificación introyectiva, pérdida de la distancia y quién sabe cuántas cosas más.
 
Y aquí puedo hacer mías las palabras y los sentimientos de Juan Carlos Volnovich, cuando se refiere a su trabajo psicoterapéutico con Andrés.
 
Y si solo cambio el nombre de Andrés por el de Marta podré decir:
“Decir que Marta interpela mi función, mi historia personal, la de mis hijos es decir bien poco. Decir que Marta y yo estuvimos juntas en este proceso terapéutico y que también nos unió la violencia y el exilio, que nos arrastró la turbulencia, el torbellino, la vorágine de la historia, es algo más pero no es todo. Con Marta nos une o nos separa un mismo latigazo. Nos une o nos separa una misma fobia. Fobia nuestra a ir por donde vaya el viento. Culpa nuestra por la sobrevida. Intento mutuo de expiar sufriendo. Pero también y por qué no decirlo, empecinado esfuerzo para no repetir”.
 
La historia continuó. Y llegó el momento en que ella pudo escribir:
“Con el tiempo y los amigos, el dolor se me ha ordenado, entonces puedo darme permiso, hurgar en el pasado, afrontar mis terrores, caminar las cornisas vertiginosas de mi propio espanto y escuchando mis silencios más profundos, contarles esta historia retomando un viejo y postergado diálogo.
Lo que me sorprende y maravilla es que, finalmente, seguimos andando, que hay ciertas constantes felizmente inamovibles, como que el río sigue siendo inmenso, el sol sale casi a diario, el invierno es cortito y los 21 de septiembre, en estas latitudes empieza la primavera.  ¡Es tanto lo que hay, aunque no alcance!
Y porque es tanto lo que hay, todavía resisto y quiero.
Sobreviví, si, sobreviví a mis sueños, con la esperanza malherida y la ilusión entera.
A esta parte del mundo pertenezco. Aquí me reconozco, aquí me sustento, aquí espero, con mis ganas de vivir, con mi necesidad de amor, con mis proyectos, con mis  miedos, con ustedes, aquí me quedo.
¿Acaso al mundo no lo mueven deseos?”.
 
Parece extraño llegando a este punto, advertir que en un trabajo que empezó tratando sobre el silencio y el olvido, se llegue a fomular sostener la continuidad de la vida, que es la continuidad de nuestros deseos y la posibilidad de formular proyectos.
Tal vez (digo solo tal vez), la continuidad de la vida y la lucha por las metas sean posibles, si y sòlo si volvemos a habitarnos y nos reencontramos con las energías que creíamos ausentes, con las fuerzas de las que nos creíamos despojados, con la historia que nos constituye. Haciendo válido aquello de “Nada que provenga de mi debe faltarme” , y recordando que : “Escribir es un forma de no claudicar”.(Liliana Mizrahi)
Es nuestra forma de no claudicar.” (1)
 
 
 
M.C.M. 2008
 
 
1-  María del Carmen Marini:  “Olvido y Silencio” en “Crisis social y sufrimiento psíquico”  publicación de la Segunda Jornada de “Psique” Ed Laborde, 2002




3   Otra vuelta de espiral

Dedico este trabajo a Marta y Violeta porque aquella noche, me estimularon para escribirlo.
 
El tema de la violencia, sobre el que vengo reflexionando vuelve a convocarme a partir de lecturas e intercambios. Esa violencia que nos constituye y de la que somos testigos, sigue presente como problemática que interpela. Que me interpela.
 
Voy a traer una frase provocadora. Una de las frases más duras que escuché y es la siguiente “quien no se ha imaginado a sí mismo empujando a mujeres y niños indefensos a la cámara de gas, es porque no se conoce  lo suficiente”. La escuché, la pensé y dimensioné con angustia las imágenes que convocaba.
Porque hay formas de la crueldad que nos repelen, por que nos confrontan con las peores dimensiones de lo humano. Pero de algo de lo humano sobre lo que podemos preguntarnos: ¿también nos habita?
Podemos preguntarnos si tenemos el atrevimiento de hacerlo.
 
Como otra perspectiva sobre el tema recupero el recuerdo de otra frase:
Khalil Gibran plantea que el honor del cordero estriba en no ser lobo.
Y cito  las palabras de un joven convocado a un ejército: ( y no importa a cuál ejército…)
 
“Pienso mucho en la clase de héroe que yo podría ser. ¿Seré capaz de matar a alguien, aunque sea en legítima defensa? Todo me hace pensar más bien que yo seré el que va a morir, simplemente para no matar.” (1)
 
En ese sacrificio de la propia vida, en contraposición al imperio de la violencia, residirá la única alternativa?
Es pertenecer al grupo de los agresores, o al de los agredidos la única posibilidad?
¿Pero cómo se hace espacio la idea de justicia que posibilite la continuidad de la vida? Que preserve el honor del cordero sin que deba morir y no haga necesario al lobo matar?
 
                                   +              +              +
 
 
Y aún cuando parto de la certidumbre acongojada de la impureza de nuestra condición creo que caben otras consideraciones.
 
Por ejemplo la capacidad de resistencia de quienes como en Rosencof y Huidobro, en “Memorias del calabozo” (2), o en “Nosotras,  presas políticas (3) plasmaron por escrito sus historias.
 
Rosencof refiere la sensación de “estar todavía en el calabozo”, pues de los sucesos de aquel tiempo transcurrido durante los largos once años en que fue rehén del ejército uruguayo, solo tuvo tardíamente una versión incompleta y fragmentaria de la realidad de afuera de la cárcel, de las diferentes cárceles que habitó de traslado en traslado. (y fueron 45)
También da cuenta del tremendo esfuerzo, para resistir, para “construir la esperanza a pulso” para “escalar cada minuto, cada hora, cada semana, cada año…” con los propios recursos, “con lo puesto adentro” pues solo podían contar consigo mismos para sobrevivir, para no enloquecer.
 
Allí, y en “Nosotras, presas políticas”, como en tantos otros testimonios que van dando lugar a la palabra antes silenciada, se leen las estrategias para no sucumbir bajo la presión destructiva y perversa sin tiempo y sin medida. Y se lee la espera por un tiempo en que “llegará el alba”.
También esta capacidad  debe ser incluida en nuestra recorrida por estas reflexiones sobre violencias padecidas, ejercidas, y sobre la justicia que las acota.
 
Acepto con Feinman que somos simultáneamente, cada uno de nosotros, un Dr Jeckyll y un Mister Hyde. Inclusive que es profundamente perturbador que el que aspectos tan contradictorios sean parte de una totalidad.
 
“…los grandes novelistas no han insistido sólo por incomodar a las conciencias burguesas con el tema de la complejidad del hombre. El caso más célebre es el de Stevenson y su dualidad Jekyll-Hyde. Pero  el mensaje menos transitado de la novela es: en todo Jekyll hay un Hyde. Esto elimina el dualismo. Henry Jekyll no es un ser dual. No es Jekyll o Hyde. Lo realmente intolerable es Hyde en Jekyll. No casualmente Stevenson llamó Hyde a la cara perversa de Jekyll. Hyde, en inglés, es igual a hide. Y hide significa esconder, encubrir, ocultar. De esta forma Hyde está encubierto, oculto en Jekyll. Pero está en él. La dualidad (eso que los separa) la produce la fórmula que descubre Jekyll. La fórmula libera lo que está oculto en Jekyll. No lo crea. Menos aún nos muestra en forma acabada o pura lo que en Jekyll, en su conciencia está insinuado. Sólo extrae de Jekyll algo que Jekyll es. Jekyll es Hyde. Hyde se oculta en Jekyll, pero es tan Jekyll como Jekyll, quien da la cara, cotidianamente por los dos.
En “Lord Jim”, la novela de Conrad, el centro de la trama es un acto de cobardía del héroe. Se le hace un juicio. Se presenta a declarar un marino de rango y se le pregunta qué habría hecho él en lugar de Lord Jim. “¿Habría actuado usted también cobardemente?” El hombre piensa, demora en responder y, por fin, dice: “No sé” “No sé qué hubiera hecho en su lugar, No me conozco tanto. Todos podemos cometer un acto de cobardía”.
Se trata de un tema espinoso. Su formulación podría ser: el mal está en todos nosotros. Todos somos capaces de hacerlo”
Y Continúa Feinmann:
 
El hombre es malo. Se trata, lo sé, de una conclusión pesimista. No creía que era tan malo. Tan hondamente malo. La vida no tendría que- además de envejecernos, volvernos amargos. No hay que permitirlo. Pero vivir es terminar por verlo todo. El motivo es sencillo: uno vive y en ese largo desarrollo ve, en su interior, en uno mismo, todas las caras posibles del animal humano. Lucha por evitar las peores y lucha por dar las mejores. Pero lo que vio -en sí mismo y en la vida: en la vida que lo atrapó en su urdimbre- no lo puede olvidar. Hace lo posible, pero sabe que el horror y su posibilidad están en uno y están en todos. Lo maravilloso de este paisaje de brumas es que sabiéndolo, se puede caminar todavía por el lado soleado de la calle, tener amigos y creer en las causas justas, posibles o no. (4)
 
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Pero caben otros desarrollos al respecto? Cabe discriminar entre diferentes formas de hostilidad, de violencia y de crueldad?
 
Reflexionar sobre la hostilidad nos pueden llevar a aquellas que atañen a toda supervivencia, y también a otras, diferentes, que tienen que ver con la hipertrofia de la maldad.
Con respecto a las primeras, la cuota de hostilidad y agresión como constitutivas de nuestra naturaleza para la defensa de nuestra vida fueron bien descriptas por Freud, cuando expresó que lanzar al mundo a un ser humano sin su correspondiente cuota de agresión, sería comparable a dejar a un niño en el ártico sin abrigo y a merced del frío.
 
Pero con las otras, con aquellas formas de violencia que remiten a la crueldad gratuita y que producen injusticias flagrantes, vale interrogarse ¿cómo pensarlas?, ¿cómo situarse ante ellas?, ¿cómo y desde qué lugar responder?
 
¿Qué violencia es la que niega la alteridad y se desentiende del respeto a la diferencia? ¿Es aquella violencia vinculada a aquellas formas hipertrofiadas de la maldad que mencionamos? ¿Es la forma que aún nos requiere la reconstrucción de una historia mutilada que se pretende negar?
 
Mauricio Rosencof trae una frase: “Al que recuerda se le debiera arrancar un ojo. Pero al que olvida, se le debieran arrancar los dos”. (5)
Y esto si que nos lleva al tema de la verdad y la memoria, imprescindibles para que haya justicia. ¿Para que impere la ética?
 
Si tal como describiera Daniel Kersner (6): “Ética es lo que hacemos con nuestra libertad, signada por un corpus de valores”, la condena a la violencia, la búsqueda de la verdad y la consecución de la justicia, estarán en su centro.
 
El hecho de preservar la memoria y aspirar al develamiento de la verdad, lleva implícita la búsqueda de esa justicia que repare a unos y castigue a otros.
Tarea difícil para quienes padecieron la historia, y quedaron, como no podía ser de otro modo, cristalizados en el lugar de testigos.
Tarea  imposible si el duelo ha quedado en suspenso y los muertos no han podido ser enterrados y los sobrevivientes no pueden procesar la angustia, cuando el amado perdido sigue formando parte de la fantasmática, como un muerto-vivo.
Tarea compleja por la necesidad simultánea de elaborar duelos, de custodiar la memoria de los que no están, de clamar por la reparación ineludible, que no termina de llegar.
Tropezando consigo mismos quienes son testigos, en la necesidad de olvidar y el imperativo de recordar para no traicionar a los compañeros que fueron aniquilados.
Sabiendo que no existe la posibilidad de encontrar palabras que sean fieles, pero sabiendo también que la búsqueda es insoslayable.
Soportando la culpa del sobreviviente, enunciando relatos rotos, a la espera de una escucha siempre esquiva de quienes se preservan a si mismos de resonar al horror. Silenciadas sus palabras cuando nombran verdades difíciles de escuchar.
 
“¿No existirá para el sobreviviente una prohibición ética de transformar la terrible experiencia del cuerpo y del alma en una representación coherente?
En las respuestas de muchos sobrevivientes podemos percibir, en efecto, la sensación de que si lograran expresar algo coherente, traicionarían una realidad imposible de comprender. Es como si se sintieran culpables de una transgresión ética. Una representación, o una historia coherentes, la transmisión de algo que tuvo lugar, que resultó posible, pero que sigue siendo inimaginable, pueden ser efectivamente vividas como una transgresión. Escuchemos a S.: “Lo que dije no es nada. Es difícil explicar algo así.” (7)
 
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En los juicios de los Tribunales que juzgan crímenes de lesa humanidad, sea en Nüremberg como en Argentina o en tantos otros lugares, vuelve a pensarse en la reparación de las víctimas y el castigo a los responsables. Y empieza a esbozarse el tema del perdón.
La reactivación de los juicios a los represores pone en marcha una serie de reflexiones.
¿Y cómo entra en ellas la necesaria aceptación de la culpa, el arrepentimiento y la reparación? Puede perdonarse al que se reivindica en lo actuado y no reconoce responsabilidad alguna? ¿O en tales casos se perpetúa la afrenta?
Perdonar a quien no lo necesita, ni lo quiere, ni lo pide, ¿ayuda igualmente a quien debe elaborar el duelo de sus muertos? ¿Alivia su carga? ¿Perdonar lo libera, aún cuando el perdón no sea ni solicitado, ni merecido? ¿Si no hubo ni hay ningún intento de reparación, ese perdón tendría sentido?
Si en estos padecimientos a la par del trauma inscripto a fuego en las víctimas, pulsa la desmentida y no hay reconocimiento de la falta por los causantes del daño: ¿cuáles son los costos de uno (el trauma) y de otra (la desmentida)? Si a la par del crimen, hay una negación del mismo ¿Cómo situarse para seguir adelante?
 
Desde las heridas de la historia, este interrogante sangra en los hijos apropiados. La posibilidad de develar su condición de hijos de desaparecidos,  ha implicado un desgarro insoslayable. En algunos como resultado de una búsqueda ineludible que iniciaron por sí mismos. En otros con el sentimiento de ser desleales a quienes formaron parte de sus vidas, y con la resistencia a saber, porque ese saber implicaría reescribir su historia y cuestionar a los que creyeron sus padres.
En unos y otros, encontrar la verdad, despejar la mentira, develar incógnitas implicará una tarea laboriosa.
 
Frente a la acusación que circula de afanes vengativos en las víctimas de otra hora, vale cuestionar dicha aseveración.
Los actuales juicios a violadores de los derechos humanos, hace circular la idea de un propósito de venganzas que continuaría la saga de destrucción.
No obstante hay diferencias abismales, esos juicios se llevan a cabo con las garantías de un proceso que no fue el acordado a las víctimas de aquellos crímenes. Media una ley que es la contracara del avasallamiento de entonces. Quienes entonces eran señores de la vida y de la muerte son hoy ancianos, con el deterioro propio de los años transcurridos.
 
Es la mediación de la ley y la continuación de los procesos que aseguren que se haga justicia, mucho más importante que el tiempo que pasó desde entonces.
Ya que hay crímenes imprescriptibles. Inefables porque no se ha podido hablar de ellos. Inaudibles porque persiste la sordera a su clamor.
 
Si retomando el planteo inicial de la complejidad y dualidad humanas, podemos aceptar que la subjetividad incluye oscuridades temibles, también podemos aceptar que hay diferencia entre la violencia que queda en la interioridad como parte de lo universal humano, que la que se lleva a cabo como ataque cruento al otro, saltándose cualquier tipo de consideración al prójimo cuando es pensado como enemigo.
No es lo mismo desear el mal al contrincante, luchar con él, que aniquilarlo cuando está inerme. (Y vale preguntarse ¿cuánto de lo humano queda aniquilado también en el agresor cuando tortura, olvidado de toda misericordia?).
Es el ejercicio de la ley lo que permite diferenciar, en el caso que referimos, justicia de venganza.
                                            
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Si bien el anhelo de venganza es un sentimiento humano, cabe la posibilidad de resistir cuando nos invade.
Será solo la mediación de la ley será la que evite que el mundo, en escalada de violencia. se convierta en una “necrópolis inmunda” en palabras de Rubén Chababo.(8)
 
Cuáles serán los caminos a transitar?
El resentimiento y el remordimiento no dan de por sí las respuestas afines a una vida con proyectos.
Tampoco la venganza.
 
Si consideramos los crímenes del terrorismo de Estado, la venganza no ha sido jamás predicada como camino por sobrevivientes, ni por familiares.
Si nos referimos a aquellos crímenes que delincuentes armados perpetran, creo que no puede omitirse la condición de excluidos. ¿Puede pensarse como revancha? Entiendo esa violencia como síntoma de una situación social, en la que el delito implica una desvalorización a la vida ajena (y de la propia, en tanto excluidos).
Y en cuanto a la de los vecinos ansiosos por armarse y que avanzan en la idea de represalia, ¿qué reflexión nos cabe?
 
Cada vez parece más urgente la frase de Galeano : va estrechándose la brecha por la que circulamos quienes hacemos equilibrio entre los que tienen miedo y los que tienen hambre. Los que tienen miedo de perder lo conseguido, a veces con trabajo y sacrificio, y los que nada tienen que perder, ni siquiera la dignidad que da el trabajo
Y surgen comentarios que delatan una banalización del problema, que lleva a comparaciones imposibles.
Se comenta la violencia de los delincuentes armados, se justifica la de los “justicieros por mano propia” y se  compara el clima de temor, a aquel generado por la violencia del terrorismo de estado. Se escucha decir: “son lo mismo”. Y la frivolidad impera en el comentario que replican los medios, hasta el hartazgo.
 
La violencia del delincuente que asesina, tanto como en el vecino que propone o que da su consentimiento al linchamiento, la mentada “justicia por mano propia”, ¿en que medida no son violencias que se  replican en espejo? ¿No funcionan como procesos complementarios de un envenenamiento en las relaciones sociales?
Sin respeto, ni uno ni otro a la lenta ley. Pero ley que es el único tope legítimo para que el mundo no se defina como selva.
 
Pero son  radicalmente diferentes de la violencia de los años de plomo.
 
Puede aún establecerse otra diferencia en términos de psicopatología entre la violencia con un desborde de locura, tanto del delincuente armado como del vecino que toma justicia por mano propia, se pueden distinguir ambas, de aquella otra violencia perversa que contó con la protección y el ocultamiento de los poderosos en una supuesta “guerra”.
En el asesino desenfrenado, (delincuente o vecino “justiciero”), su demencia, su alienación aunque temporaria, es tan obvia que lo deja públicamente expuesto.
Se trata de una violencia psicótica, sin equivalencias a la violencia perversa del represor, oculto y respaldado por un Estado terrorista.
Estado que ocultó sus crímenes en el fondo del mar. En tumbas clandestinas, donde no se tuvo el derecho a un nombre, a una ceremonia de inhumación, a un duelo.
 
Pero aún cuando la cuestión suscite emociones encontradas, insisto en los  planteos formulados en “Caminos recorridos”, un trabajo anterior:
 
“Hay una violencia legítima? Desde mi punto de vista, no hay violencia buena, ni violencia justa, ni violencia legítima. La violencia es –en si– mala. Expresa una derrota: la de no poder tomar al Otro como un fin en sí mismo, la de no poder respetarlo en su humanidad. Esto no anula el deber de luchar contra la injusticia y el despotismo. Pero esa lucha –al ser violenta– siempre corre el riesgo de instaurar un nuevo rostro del despotismo y, por tanto, de la injusticia”.(9)
 
Coincidente con esta posición, pero con un matiz propio, Aída Bortnick expresa respecto a las autoridades militares durante la dictadura:
“Yo no soy como ellos, yo creo que ellos son seres humanos que merecen un juicio, ser declarados culpables y tener las penas que la ley impone.
Son seres humanos de los que yo podría desear que no hubieran nacido jamás, o que jamás hubieran tenido el poder que tuvieron, pero nada, ni nadie, ni mucho menos ellos, van a conseguir que yo cambie tanto para parecerme a ellos. No me parezco a ellos y esta película no se parece a la que ellos harían si pudieran hacer su versión de la historia” (Se refiere a “La historia oficial”) (10)
 
En la conversación  con un sacerdote, vi confirmada dicha perspectiva. El trabajaba en barrios periféricos en su misión evangelizadora, durante la dictadura y por ello, fue sometido a durísima represión al ser encarcelado. Muchos de sus compañeros de prisión murieron. Pero lo escuché formular un planteo similar cuando dijo: “Ellos podían torturarme, podían matarme, podían dejarme preso para siempre, pero no podían lograr que yo los maldijera. En eso yo no debía dejar de ser quien era y sostener lo que sostenía.”
 
Este categórico repudio a toda justificación de la violencia de Feinmann, Bortnick y el anónimo sacerdote sobreviviente de las cárceles del sur, es uno de los diferentes posicionamientos ante el drama que nos abate desde afuera y nos asalta desde adentro.
Tal vez no haya una única respuesta al tema y sea necesario continuar la tarea inacabada e inacabable de buscar nuevas perspectivas en relación a un tema que sigue pulsando como uno de los fundamentales e ineludibles de nuestra humana condición.
 
Apéndice con anécdotas
 
1-Años atrás me llegó el siguiente relato; En una escuela privada de San Isidro, un grupo de muchachos de unos 15 años, encerraron a uno de los compañeros en una casilla y lo dejaron allí, hasta que los golpes y gritos desesperados del chico, lograron atraer la atención de un preceptor.
Los directivos, además de sancionar a los alumnos del grupo agresor convocaron a sus padres para relatarles lo sucedido, advertirles la gravedad de los hechos y pedirles que hablaran con sus hijos para evitar otros  similares.
El líder del grupo, escuchó al padre que lo interrogaba disgustado. Y después de reflexionar un momento, lo miro fijo y le preguntó: -¿Vos hubieras preferido que fuese yo el que quedó encerrado?
 
2-En octubre de este año, celebrábamos en un bar un acontecimiento familiar.
Advertimos un tumulto en la calle. Un chico en bicicleta le había arrebatado la cartera a una mujer en la cuadra anterior, y un joven que  pasaba en su vehículo y que advirtió el hecho, siguió al ladrón, lo acorraló y después de hacerlo caer la emprendió a puñetazos y patadas. Nos levantamos y nos acercamos cuando vimos que le golpeaba la cabeza contra el pavimento.
El ladrón era trigueño, menudo y vestía unos de esos buzos con capucha, viejo y gastado. El joven que bajó de la camioneta era alto, rubio, con ropa deportiva. Gritaba desaforadamente y tenía las pupilas muy dilatadas. Pudimos evitar que le siguiera golpeando la cabeza contra el suelo, pero no que siguiera gritándole. Alguien ya había llamado a la policía.
Se acercaron vecinos que apoyaban al joven “clase media” y que insultaban al otro. No faltó quien dijera: -A estos villeros hay que matarlos a todos.
Y quien agregara: -Sí, habría que tirar napalm en sus barrios.
Se creó una situación tensa entre los vecinos que nos habíamos acercado, antagonistas entre quienes queríamos evitar que le siguieran pegando y los “justicieros” que querían hacerlo. El joven de la camioneta blanca, las pupilas dilatadas y el desborde se había ido. Cuando llegó la policía y se llevó al ladrón los vecinos nos fuimos dispersando.
Volvimos agitados al bar.
Pero sucedió que la polémica continuó dentro entre quienes sosteníamos posiciones contrapuestas.
 
Si en una ciudad, en un barrio y hasta en un grupo de amigos, las opiniones respecto al tema fueron tan diversas ¿no serán una muestra de lo que puede registrarse en sectores más amplios?¿No es tiempo de abrir el debate?
 
Notas
1-   Yolanda Gampel, Esos padres que viven a través de mí. La violencia de Estado y sus secuelas. Paidós, 2006
2-   Mauricio Rosencof. Eleuterio Fernández Huidobro: Memorias del calabozo, Alfaguara,2008
     3-Nosotras, presas políticas Nuestra América Editorial, 2006
     4-José Pablo Feinmann: “El lado oscuro de la calle”. Página 12. 25 de junio de 2006
     5- Mauricio Rosencof. Eleuterio Fernández Huidobro: Memorias del calabozo, Alfaguara,2008
     6- Panel: ¿Justicia o Venganza? Museo de la Memoria, octubre de 2009
     7- Yolanda Gampel, Esos padres que viven a través de mí. La violencia de Estado y sus secuelas. Paidós, 2006
     8- Panel: ¿Justicia o Venganza? Museo de la Memoria, octubre de 2009
9- Feinmann José Pablo: “La sangre derramada”, Seix Barral, Bs. As 1998
10- Bortnick Aída: “Cine Argentino y Derechos Humanos” Editorial Ciudad Gótica,    2007 (citado por María Florencia Culasso).
María del Carmen Marini- diciembre de 2009


 
 
4 CAMINO RECORRIDO
 
Advertencia
 
No es sin dificultad que abordo este escrito, en que me propongo dar cuenta de las etapas de un camino en la reflexión de sucesos que me convocan y que me involucran desde hace tiempo. La reflexión toma como eje el tema de la violencia y la complicada trama en lo personal y en lo sociopolítico en que esta violencia está inmersa.
Como dichas etapas responden a momentos significativos para mi, en donde concordancias, superposiciones y contradicciones se suceden y coexisten, tengo el presentimiento de que mi escrito pueda perfilarse como un cierto Frankestein conceptual. Pido disculpas por ello pero puedo alegar en mi defensa  es, que si hay costurones visibles y obvias desarmonías en mi criatura es por un esfuerzo de sinceridad conmigo misma y honestidad intelectual con ustedes, que leen estas páginas.
 
Historizando
 
No recuerdo si primero fue mi encuentro con Marta Ronga, ex detenida por razones políticas, o la lectura de aquel artículo de Página 12 donde se reproducían tramos de una entrevista entre Jorge Semprún y Elie Wiesel.
En esa nota se transcribía  un fragmento de “La palabra o la vida”. También se hacía referencia a que el libro de Elie Wiesel donde daba cuenta de su experiencia durante la guerra, se llamaba: “Los judíos y el silencio de la noche”.
Esa palabra  (la palabra de Semprún acallada para proteger la vida) y ese silencio (el silencio de Wiesel que lo  amordazó largo tiempo) fueron dos de los ejes que prevalecieron en mi reflexión.
Los dos autores fueron mi primer contacto con los escritos sobre los campos de exterminio del nazismo, así como Marta fue la primera que trajo el relato testimonial de las cárceles de la dictadura.
Así fui armando mi composición de lugar respecto a la cuestión
 
En el trabajo con Marta Ronga, que empezó siendo el de asistencia psicológica y continuó un par de años después, cuando ya no era mi paciente, en la escritura de su libro testimonial “Seda cruda. Crónica de cárcel, exilio y regreso” (1), las dos cuidamos de centrarnos en lo subjetivo de su experiencia y solo como fondo incluimos alguna dimensión de lo socio político.  Tiempo después y  tangencialmente surgiría la referencia a su compromiso militante. No indagué su filiación, así como tampoco ella la trajo, ambas privilegiando el trabajo sobre los aspectos afectivos y familiares. El vínculo entre nosotras fue cobrando profundidad, y en la segunda etapa (la de la escritura del libro) donde cambió el objetivo terapéutico inicial, creo que ambas cuidamos de evitar las especificidades ideológicas y políticas, que hubieran podido desviarnos de nuestro propósito.
Sospechábamos algunas coincidencias, pero no las pusimos a prueba. Primero, cuando era mi paciente por razones obvias . Después con la escritura del libro, porque nos proponiamos reflejar en el texto una situación humana referida a lo más privado y recoleto. Este era nuestro fuerte compromiso y creo que la densidad del mismo nos llevaba a eludir cualquier otra dimensión que pudiera ser confrontativa.
 
Además sucedía, y no resultaba un dato menor, que las dos habíamos sido madres en el 74, en tiempos de angustia, y eso favoreció una fuerte conexión que fructificaría.
 
Y así como la producción de Marta llevó a la edición de su libro, yo pude también plasmar el trabajo en la producción de un artículo que llamé “Olvido y silencio” y formó parte de la 2da publicación de mi grupo de trabajo “Psiqué” en el 2002.(2)
En el 2005 presenté en Ateneo Psicoanalítico de Rosario un segundo trabajo que llamé “Sobrevivencia”.(3)
En el 2008 con “Holocausto y Dictadura”  llevé el tema a dos espacios: el grupo Nathan Gesén y el ciclo del Centro Cultural Bernardino Rivadavia, “Anverso y reverso de la Fraternidad, coordinado por Laura Capella.
Pero ya un par de hechos me habían llevado a cuestionar algunas de mis reflexiones y propuestas iniciales.
Uno fue la noticia del libro “Una mujer en Berlín” (4) que refería la barbarie de soldados del ejército aliado que de liberadores de las víctimas de los campos, pasaron a ser los violadores de las mujeres en la Berlín derrotada (violaciones públicas y múltiples). Así mutaron de ángeles de la misericordia y proveedores de la vida, a otra cosa :“ a lobos sedientos de sangre”.
Otra fue la carta de Oscar del Barco a la revista La Intemperie (5), donde se planteaba una autocrítica respecto a la violencia de la guerrilla Y una interpelación a sus compañeros (entre ellos a Gelman) para que reconocieran la intervención (¿la culpa?) en la muerte no sólo de enemigos sino también en la de compañeros.
(Estas reflexiones están planteadas en los tramos finales de Holocausto y Dictadura)
 
El más reciente factor de perturbación fue la lectura de un texto de Robert Antelme (6) escrito como interpelación moral a Jorge Semprún. Y la reflexión de una escritora, Laura Alcoba en “La casa de los conejos” (7) se sumó para abrir aún más el abanico de ideas respecto al tema de la violencia.
Así, el ciclo iniciado desde la admiración Semprún, el héroe de “La palabra o la vida” tropezaba con una información que obligaba a nuevos cuestionamientos.
Y así como tomar noticias de la autora de “Una mujer en Berlín”, en ese tiempo Anónima me llevó ampliar mi mirada, y el artículo de Del Barco a considerar una nueva perspectiva, el texto de Antelme y las palabras de Laura Alcoba, también me llevaron a reconsiderar lo pensado.
 
Dicho testimonio me llevó a recordar algo:
Nunca dudé que si Galtieri hubiera muerto en Malvinas, al menos hubiera podido concitar otra mirada sobre la fuerza de sus convicciones. Pero él quedó tras un escritorio mientras los que morían eran chicos de 18 años, en mérito a su delirio mesiánico.
. En “La casa de los conejos” Laura Alcoba, escribe que si hace un esfuerzo de memoria “desde la altura de la niña que fui, no es tanto para recordar, sino para ver si consigo, al cabo, de una vez, olvidar un poco”.
Y que viviendo en la clandestinidad con su madre llega a preguntarse sobre esa experiencia, cuando escucha que la organización no obstaculizará la salida de ellas, pero tampoco las ayudará, pues la ayuda está reservada para “los jefes que buscaban refugio en el extranjero”.
Y coherente con la idea de un Galtieri no merecedor de respeto,  con el mismo criterio cabe problematizar la decisión de los dirigentes de los grupos que tomaron las armas, que se exilaron mientras morían los militantes de base.
 
Los setenta fueron años controvertidos. Del entusiasmo mayoritario me sentía ajena. No fui peronista por varias razones: yo recordaba el clima enrarecido y opresivo de los años cincuenta. No olvidé la violencia de los discursos que denostaban a los “vendepatrias” (vendepatrias o contreras eran todos los que no se dijeran peronistas)
Pero en los setenta la desmemoria imperaba. Todo aquello que formaba parte de mis recuerdos infantiles: las presiones para las afiliaciones compulsivas, el temor a las delaciones, todo parecía olvidado.
En lo personal fue un tiempo de soledad. Puesto que mis amigos más cercanos se sentían y se llamaban peronistas…puesto que en casi todos los espacios lo que prevalecía era una adhesión estridente, llegué a preguntarme si no estaría equivocada y ellos en lo cierto.
Tal vez por insensibilidad y torpeza, me decía, yo no podía ver en el fervor de toda esa gente respetada y amada de mi entorno, alguna cuota de sentido. Pero la pregunta respecto a si yo no estaba equivocada tuvo su respuesta. No lo estaba. Isabel y Lopez Rega hicieron que se viera la oscura dimensión de lo temido.
Entre los que habían participado en ese tiempo de expectativas, se produjeron desapariciones y muertes. Pero también entre ellos hubo deshonestos que dieron cuenta del porqué de mi desconfianza.
Fue amargo no haber estado equivocada.
 
Replanteos acerca de la violencia en la historia y de las historias de violencia
 
 Y esto me lleva otra vez a esas cualidades de lo humano contradictorias.
¿Las ideas de heroísmo y las ideas de perversidad jugando a las escondidas entre diferentes portadores? ¿O coexistiendo dentro de cada uno/a?.
¿La agresividad y la violencia están vinculadas a la pulsión de muerte? ¿Y como tales nos constituyen, junto a la nobleza y la solidaridad?
¿Por qué la posibilidad de un altruismo llevó a algunos luminosos seres a elevarse por sobre el dolor y el miedo?
 
Fuchs (8) plantea que:
La naturaleza de la guerra está en matar por matar, en una necesidad de derramar sangre humana, como expresión de una pulsión de muerte, y que las razones argumentadas son sòlo racionalizaciones que eluden el mandato inconsciente de Thánatos.
En la misma línea de reflexiones Bejla Rubín de Goldman (9) afirma que en la naturaleza de la guerra se expresa esa pulsión, violencia propia de lo mortífero  que nos habita (¿por el hecho de sabernos mortales?), y que se vuelca con excusas sobre el otro. Otro que puede variar de rostro, que a veces es el enemigo y otras el débil, marginado o desvalido.
En ese sentido la orientación mortífera que busca expresarse  torna insuficiente y frágil a nuestra memoria para rectificar lo acontecido y evitar que vuelva a suceder, y que la búsqueda de explicaciones no basta ante la “aterradora irracionalidad humana”.
Si la repetición de lo acontecido traumático no tiene cura y que la pulsión de muerte nos es consubstancial, se delinean los límites desde los que considerar el drama de la violencia en la historia, y la reiteración de historias de violencia.
Sin la inclusión de esas fuerzas inconscientes indomeñables a lo largo del tiempo, ¿será posible hacer frente a las tinieblas que como especie nos están poniendo al borde del Apocalipsis?
 
 
Antelme, Levi y Bauman, aportan otras reflexiones sobre el tema y cuestionan lo pensado.
 
Robert Antelme, junto a un grupo de compañeros, entre los que se encontraba Jorge Semprún, sobrevivió al campo de Buchenwald.:
Antelme pudo formular su convicción a partir de la experiencia; el campo de concentración olvidó al hombre, celebró al sujeto, tornó improbable a la persona y puso de manifiesto al individuo
La figura del individuo remite a la indivisibilidad, a la irreductibilidad. Es lo que queda cuando se despoja al ser de todos sus oropeles sociales. Bajo las sucesivas capas que designan al sujeto, al hombre y a la persona, encontramos el núcleo duro, entero, la mónada cuya identidad nada, salvo la muerte -y quizá ni eso-, puede quebrar.
La evidencia del solipsismo y la condena del individuo a sí mismo es lo que lleva a que.
Antelme afirme que cada uno "sabía que entre la vida de un compañero y la propia, se elegía la propia". Acepta así los límites a la solidaridad que la condición humana impone.
 
No obstante ésto, las reservas morales que expresó Robert Antelme sobre el grupo integrado por Jorge Semprúm y los comunistas que compartieron las penurias de Bchemwald no pueden ser desoídas.
.Cuando Antelme confiesa a Semprún sus dudas morales sobre los comportamientos comunistas en Buchenwald, Semprún, afirma Antelme, lo denunció a la dirección del PCF. Antelme fue expulsado del PCF.
Esa historia tiene una dimensión trágica. Antelme la cuenta con aparente sinceridad y gran pureza moral. Semprún ha escrito muchos libros sobre Buchenwald, pero nunca ha respondido a las reservas morales del más antiguo de sus amigos íntimos.
Primo Levi
Primo Levi en “Los hundidos y los salvados”  (10), en coincidencia con Helen Epstein: “Tras las huellas de mi madre” (11), formula la idea del campo de concentración como espacio en donde se conoce a fondo algunas dimensiones de lo humano. En donde se vuelve la vista sobre el otro y se lo ve. Se lo ve en su grandeza más sublime y en su miseria más atroz. Como Universidad en la que se alcanzan límites y plenitudes impensables por fuera de esa situación.
Levi refiere el hecho de que los creyentes resistieran con mayor entereza los rigores del campo. Lo significativo residió en que no importaba la fe en particular que se profesara si no la fortaleza que aportaba el hecho de creer y esperar. Católicos, judíos o de otros credos, así también como firmes adherentes a líneas políticas e ideológicas, evidenciaban una fuerza que los sostenía con vigor y les hacía posible resistir.
Incluso relata su encuentro, después de la liberación con un compañero, a quien él le  recuerda lo providencial del hecho de que se salvaran. Y se sorprende cuando el ex compañero acota: ¡Pero no fue providencial, él no hubiera permitido que nada nos pasara! -Quién? Preguntó Primo Levi. -¡José Stalin! contestó el otro completamente convencido.
Primo Levi pone en claro que entre las injusticias sufridas, además de los daños padecidos, el mayor consistió en la tarea de corrupción entre algunas de las víctimas, que se asociaban a la tarea del opresor, como el “delito más demoníaco”. Hacer cómplices entre quienes compartían ese infierno, para delegarle las “tareas sucias” alcanzó la mayor de las hondura posible en el despliegue de la maldad.
Fue allí donde la supuesta racionalidad que empujaba a la propia conservación se delineaba como enemiga del deber moral.
Zigmunt Bauman
Es también en esta línea de reflexiones en “Modernidad y Holocausto” (12) que Bauman señala que el afán por la propia conservación entra en colisión con el deber moral. Socavada la ética y la espiritualidad, la inmoralidad surge.
En el Holocausto, la sustitución de la responsabilidad moral por la responsabilidad técnica  (que la tarea fuese bien hecha) y la lealtad al grupo (al movimiento y al Reich) hacen posible el drama.
Pone en claro como una ética de la obediencia (¿obediencia debida?) se contrapone a una ética de la lucidez, que permita discernir entre las voces del contexto la voz interior.Una voz interior que señala la moralidad en escuchar la interpelación del otro, que por el solo hecho de existir convoca mi protección, según formula  Levinas. Resulta interesante pensar que en algunos casos la moralidad reside en la insubordinación al consenso, y en seguir los dictados de la propia conciencia.
Antelme, Levi, Baumann comparten una reflexión: la dualidad que nos compone y que nos hace capaces de lealtades y traiciones. De asumir el rol de verdugo para con mis hermanos con el fin de postergar mi propio fin, en algunos, o de dar la vida en salvaguarda de la vida de los otros como ineludible deber moral, para otros. 
Feinmann a su vez avanza en la interrogación:
“La pregunta fundamental de la filosofía es: ¿hay o no hay que matar? Decidir si hay algo que justifique suprimir la vida de otro ser humano es afrontar el problema fundamental de esta disciplina…” (13)
 
La pregunta se plantea respecto a juzgar si la violencia (sobre el Otro, sobre el enemigo) debe o no ser ejercida, si hay o no hay alguna legalidad (alguna ley, algún derecho, alguna justificación histórica) para ejercer violencia  otro ser humano como el problema fundamental de la filosofía.
“Hay un solo problema filosófico: la violencia. Juzgar si puedo o no puedo matar a otro ser humano es el problema fundamental de la filosofía. Es un problema ontológico: si no hay que matar le niego el Ser a la Muerte. Si hay que matar la Muerte es. Es un problema que compromete a la historia: se mata EN la historia, en una historia de conflictos,
 
¿Hay una violencia legítima? Desde mi punto de vista, no hay violencia buena, ni violencia justa, ni violencia legítima. La violencia es –en sì– mala. Expresa una derrota: la de no poder tomar al Otro como un fin en sí mismo, la de no poder respetarlo en su humanidad. Esto no anula el deber de luchar contra la injusticia y el despotismo. Pero esa lucha –al ser violenta– siempre corre el riesgo de instaurar un nuevo rostro del despotismo y, por tanto, de la injusticia”.(14)
 
Coincidente con esta posición, pero con un matiz propio, Aída Bortnick expresa respecto a las autoridades militares durante la dictadura:
“Yo no soy como ellos, yo creo que ellos son seres humanos que merecen un juicio, ser declarados culpables y tener las penas que la ley impone.
Son seres humanos de los que yo podría desear que no hubieran nacido jamás, o que jamás hubieran tenido el poder que tuvieron, pero nada, ni nadie, ni mucho menos ellos, van a conseguir que yo cambie tanto para parecerme a ellos. No me parezco a ellos y esta película no se parece a la que ellos harían si pudieran hacer su versión de la historia” (Se refiere a “La historia oficial”) (15)
 
En la conversación  con un sacerdote, vi confirmada dicha perspectiva. El trabajaba en barrios periféricos en su misión evangelizadora, durante la dictadura y por ello, fue sometido a durísima represión al ser encarcelado. Muchos de sus compañeros de prisión murieron. Pero lo escuché formular un planteo similar cuando dijo: “Ellos podían torturarme, podían matarme, podían dejarme preso para siempre, pero no podían lograr que yo los maldijera. En eso yo no debía dejar de ser quien era y sostener lo que sostenía.”
 
Tal vez  desde los planteos desolados y desesperanzados de Fuchs y Rubín de Goldman, el reconocimiento de la complejidad que nos habita, subrayada por Antelme, Levi, Bauman, y el categórico repudio a toda justificación de la violencia de Feinmann, Bornick y el anónimo sacerdote sobreviviente de las cárceles del sur, haya diferentes posicionamientos ante el drama que nos abate desde afuera y nos asalta desde adentro.
Tal vez no haya una única respuesta al tema y sea necesario continuar la tarea inacabada e inacabable de buscar nuevas perspectivas en relación a un tema que sigue pulsando como uno de los fundamentales e ineludibles de nuestra humana condición.
 
M.C.M.
 
 
 
 
1-  Marta Ronga: “Crónica de cárcel, exílio y regreso” Laborde Editor, 2003
2-  María del Carmen Marini: “Olvido y Silencio”en “Psique” 2da Publicación, Laborde Editor, 2002
 3-  María del carmen Marini: “Sobrevivencia” publicación de la IV Jornadas Rosarinas del  Ateneo de Estudios Psicoanalíticos, 2005
  4-  Marta Hiller: “Una mujer en Berlín” Anagrama, 2007
  5-  Oscar del Barco: “Carta”, Revista La Intemperie, Córdoba, diciembre 2004
  6-  Juan pedro Quiñonero: “Las reservas morales de Robert Antelme  sobre Jorge Semprún en Buchenwald”
  7-  Laura Alcoba: “La casa de los conejos” Editorial Adhasa, 2008
   8-  Fuchs Jack: “El suicidio de Iris Chang”, Pág. 12, 13-1-05
   9-  Bejla Rubín de Goldman: “La memoria, ese delicado olvido”, en Vector Salud      Mental, septiembre 2008
   10- Levi Primo: “Los hundidos y los salvados”, Ed. El Aleph, Barcelona,2000
   11- Epstein Helen: “Tras las huellas de mi madre” Ateneo 2008
   12-  Bauman Zigmunt: “Modernidad y holocausto”, Editorial Siquitur, 2006
      13-  Feinmann José Pablo: “Sobre la violencia” Pág. 12, 7 de octubre de 2007
      14- Feinmann José Pablo: “La sangre derramada”, Seix Barral, Bs. As 1998
      15-  Bortnick Aída: “Cine Argentino y Derechos Humanos” Editorial Ciudad Gótica, 2007 (citado por María Florencia Culasso).



 
5 HIJOS: LA HISTORIA ROBADA
 
Acá arrastramos lechos y cuerpos de dos recién paridas, cargamos su progenie, ellas a declarar apenas alumbradas envueltas en placentas y sin amamantar.
Cordones de sangre dibujan retazos de nuevas filiaciones, niños pasan de  manos,  salvados. Vamos fertilizando hogares estériles y yermos y ordenados en correcta disciplina educados en códigos decentes y patrióticos velando valores de verdad.
Entre jaurías aprenderán a hablar, jugarán, rezarán, besarán mujeres secas y padres uniformes.
                                                                    Susana Romano Sued
 
 
 
El tema del rompecabezas incompleto.
 
El tema de las familias desmembradas por la desaparición de jóvenes y la sustracción de niños,  con el terrorismo de Estado, bien puede metaforizarse a partir de la imagen de un rompecabezas incompleto.
Y las familias despojadas en lacerante incompletud,  incompletad sentida como falla en una trama, que hubiera debido permanecer incólume.
 
Desde las abuelas, Estela de Carlotto, en búsqueda del nieto sustraído, se refiere a los lazos de sangre. También Lucila Quieto, desde lo sentido como hija despojada de padre dice su sentir en la muestra “Arqueología de la ausencia”. Ambas confluyen en la imagen de rompecabezas al que le faltan piezas.
 
Estela dice: “…creo profundamente en la herencia como vínculo, se heredan muchas cosas, no solo el color de ojos o de pelo, también lo que va por dentro, los gestos, las vocaciones. Hubo chicos que no se explicaban por qué les gustaba pintar en una familia donde nadie lo hacía, y cuando se encontraron con su historia encajaron como en un rompecabezas perfecto. Eso forma parte de la identidad y un derecho que no se puede negar ni deshechar…” (1)
El mismo comentario lo formula Victoria Donda cuando dice:
“Me fui descubriendo en muchas actitudes de mi abuela y de mis tíos…Una mañana, las cuatro mujeres que nunca antes habíamos estado juntas, nos ubicamos frente al espejo del baño, todas arreglándonos al mismo tiempo, con esos gestos tan imperceptibles y únicos que nos sorprendieron hasta en las risas. En el otro extremo me encontré boxeando con mi tío Tito: él y mi abuelo habían sido boxeadores, y resulta que yo practiqué boxeo y que mi madre también boxeaba con ellos. Es muy fuerte poder explicar cada una de estas cosas; todavía estoy tratando de ordenarlas en mi cuerpo y en mi cabeza.” (2)
¿No son cada una de estas cosas piezas de un rompecabezas a seguir armando?
 
“Hay una palabra que acude a la boca de Lucila Quieto cuando se le pregunta por su trabajo: rompecabezas. La dice y de inmediato se ríe…Esa es la chance que le dieron las fotos: un momento capturado al que se puede interrogar. “Siempre me gustó mirarlas”, dice y es fácil imaginar a la niña que fue revolviendo las pocas fotos de su padre y rearmándolas para que cuenten algo más  que esa anécdota que se cerraba en la toma. Que le cuenten, por ejemplo, quién hubiera sido ella si no hubiera tenido que esperar 17 años antes de inscribir el nombre del padre en el documento de identidad. Que le cuenten de qué se trata la identidad que forzosamente se enhebra y se despliega sobre el blanco de la ausencia…El rompecabezas se arma y se desarma, Subyace la búsqueda: “unir lo que estaba destinado  estar separado”, dice ella”. (3)
 
La coincidencia entre Estela  y Lucila al apelar a la imagen de un rompecabezas al que le están faltando piezas, surge de que tal vez el crimen más feroz para todo padre y toda madre reside en el despojo de los hijos. La otra cara sería el duelo sin la tumba de sus padres, para esos hijos cuyas historias quedaron amputadas (como la de Lucila) y la turbación y confusión de aquellos que fueron apropiados  y viven historias engañosas. Historia que van signando insidiosamente sus vidas y que pueden ser pensadas como crimen de lesa humanidad.
Tanto para aquellos niños que fueron rescatados por su familia, como la de aquello que crecieron junto a padres adoptantes, hay una historia trunca que merece ser considerada.
Y se plantea como muy diferente el caso de quienes, recibieron niños en adopción de buena fe, que la de aquellos que fueron cómplices de un despojo. Aquellos que ocultaron a esos niños su condición de adoptivos y que resistieron el intento de conocer orígenes y pertenencias, sin guiarse por otra cosa que el interés egoísta de una ficción de paternidad-maternidad, sin medir la intensidad del daño que tal conducta promovería.
 
Las ambivalencias de toda paternidad-maternidad, forman parte de afectos universales, en los que la apuesta por generar y cuidar de nuevas vidas implica contradicciones y dudas. Contradicciones y dudas de las que en alguna medida todos participamos, pero que podemos pensar potenciadas en cada adopción. ¿Por qué razón se adopta? ¿Para dar generosamente una familia a un huérfano o para llenar la necesidad de un hijo-prolongación-pseudopodio-extensión narcisísta? Estas últimas razones ¿en cuánto están agigantadas en el robo de bebés? ¿La consideración por el niño y sus derechos, en qué lugar quedan?
 
Las historias de nietos recuperados y respuestas diversas:
Diferencia con hijos adoptados legalmente y de buena fe
 
a- Primera nieta encontrada: Tatiana Ruarte es una de los 14 casos de niños adoptados legalmente, y reencontrados por las abuelas, al menos hasta el 2006, las demás son apropiaciones.
 
    Tatiana Ruarte, psicóloga de profesión, fue dejada a los cuatro años, sola en una plaza con su hermana de 70 días, cuando su madre fue secuestrada. Ella reconstruye la arbitrariedad de la Justicia.
Las hermanas fueron separadas y la menor encontró enseguida un matrimonio dispuesto a adoptarla. Mientras se hacían las gestiones, dicho matrimonio supo de la existencia de otra niña, y se propuso para adoptar a las dos. De este modo las niñas pudieron permanecer juntas. Fue casi azaroso que la historia tuviera este sesgo y en este caso, cuando las abuelas entraron en contacto con los adoptantes pudieron llegar a un acuerdo que les permitiera  a las niñas permanecer con los adoptantes, recibir las visitas de sus abuelas y así librarse de un nuevo despojo. En vez de ello, contaron con más familiares que las amaran.
 
Respecto al manejo que hizo el juez cuando fueron encontradas, dice Tatiana:
    “Nada de lo que yo podía decir fue tomado en cuenta. Fue parte de la complicidad con la dictadura. Adopciones de este tipo, como la de nuestro caso, según los registros de las Abuelas, fueron catorce. Todos los demás casos fueron apropiaciones por fuera de la justicia, anotados como hijos propios de la familia apropiadora, con médicos truchos, acta de nacimiento y demás. El plan de apropiación de los hijos, que llevaron a cabo los milicos, se ajustó con el avance de la represión y la organización de los centros clandestinos de detención”. (4)
 
Las víctimas de la apropiación ilegal
 
b- La alianza con el apropiador: Evelin Vazquez
 
 Supuestamente hija de  Susana Pegoraro y Rubén Bauer, fue criada por Policarpo Vázquez y su mujer Ana María Ferro. Se opuso a las pruebas de histocompatibilidad que determinarían su filiación.
 
“Estoy dispuesta a someterme a un análisis de sangre para determinar si mi ADN realmente corresponde al de mi supuesta familia biológica. Pero solo si eso no sirve como prueba para condenar a mis padres adoptivos: no quiero ser la culpable de que ellos vayan a la cárcel”
Hace más de 10 años la policía entró a su casa de Mar del Plata para llevarse detenido a su apropiador, el ex_marino Policarpo Vazquez.
Pero en febrero de 2008 su departamento fue allanado en Nuñez por orden judicial, y se llevaron objetos personales para su estudio genético.
La descripción del operativo hace pensar que fue registrado como un avasallamiento de la justicia que recuerda operativos del terrorismo de Estado de entonces, (entrar en patota en la madrugada con violencia) que llevó entonces y lleva ahora a fantasías de exilio, a quienes se ven en esa circunstancia..
(Como en paralelo pueden asociarse a las intempestivas intrusiones para recuperar víctimas de la trata de personas en la actualidad. Los agentes que van a rescatar a las jóvenes capturadas para ejercicio de la prostitución, son sentidos en un primer momento como revictimizadores que aterrorizan)
.
Y si bien Evelin (presumiblemente Laura Bauer Pegoraro, hija de Susana Pegoraro y Rubén Bauer) reconoce la búsqueda que su familia llevó adelante por años y lo importante que es para ellos y también para ella el “encuentro con sus raíces”, desea que eso no sea a costa de “usar mi sangre contra la gente que amo”.
Comenta de sus padres adoptivos: “Hicieron lo que pudieron, son buenos. Y ni siquiera estoy pidiendo que no los condenen, lo que no quiero es ser prueba viviente de su condena. Los adoro y ojalá que nunca más tenga que ver a alguno de ellos en la cárcel….
Me explicaron que no sabían bien que hacer, que sintieron el mandato divino de cuidar de mí porque les dijeron que había sido abandonada. Entonces decidieron que tenían que cuidarme porque nadie me quería. Me dijeron que en ese momento no se sabía que era lo que pasaba ni se hablaba de desaparecidos. Ellos no querían que yo quedara tirada por ahí, en un canasto. Hace treinta años que son mis papás y nadie sabe todo lo que me dieron…” (5)
 
El discurso de Evelin-Laura respecto a sus sentimientos expresa su ligazón afectiva a estos padres que adora, ella dice: “son buenos”, porque “sintieron el mandato divino de cuidar de ella” que “había sido abandonada”, “porque nadie la quería” y “porque no querían que yo quedara por ahí tirada en un canasto”.
 
¡Qué difícil sustraerse a la fascinación de este relato y que difícil eludir la captura de la culpa que tal relato inocula!
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c- El regalo: Macarena Gelman
 
Macarena supo a los 23 años que había sido sustraída a sus padres y entregada a quien ella creía su padre, un policía uruguayo. Sus padres fueron Marcelo Gelman y María Claudia García Iruretagoyena.
Contar su historia se ha convertido en una forma de lucha contra el silencio. Supo que su abuelo se llamaba Juan Guelman y llevaba años buscándola..
A su madre la trasladaron a Uruguay en 1976, embarazada. Se supone que Macarena nació el primero de noviembre de 1976. El 14 de enero fue dejada en la puerta de una casa.
“_ ¿Cómo le dieron la noticia de que usted era hija de otros?
Me lo dijo mi mamá. Mi papá había muerto cuatro meses atrás y mi madre me dijo que mi abuelo estaba buscándome…
Según mis papás, una noche tocaron el timbre, abrieron la puerta y había una canastita con un bebé y un cartelito. Era yo.
_ Un regalito…
Sí, un regalito que habían robado de algún lado. De mi mamá no se supo nunca más nada.
_ Tuvo miedo de toda esta nueva situación en su vida?
Sí, bastante. Mucho. Conocía mi abuelo y quedamos en hacernos la prueba del ADN…
También tengo una abuela paterna que vive en Buenos Aires…Y tengo un abuelo y un tío en España, por parte de mi mamá…Al principio de la historia nos comunicábamos por Internet. También conocí así a dos amigas de mi padre en España. También tengo primas por parte de mi familia adoptiva en Sitges. Esta vez vi a toda mi familia reunida en España.
_ ¿Cómo fue que (su mamá) le dio la noticia?
Un día volví a casa y me la encontré llorando. Me dijo que tenía que hablar conmigo… y ella solo lloraba. Casi no podía hablar. Le pregunté si tenía que ver con papá, con ella. Me dijo que con los tres. Y entonces, no me pregunte por qué, yo nunca sospeché, lo cierto es que, ante su silencio y su llanto, le pregunté ¿es que no soy hija de ustedes? Y ella me dijo: ¿quién te lo dijo?
Ahí me di cuenta de lo que había dicho.
…Mis sentimientos respecto de mi familia adoptiva no han cambiado. Me dieron una muy buena educación y una muy buena infancia. No tengo nada negativo contra ellos. Todo lo que vino después es una conjunción de historias de tanta gente…Sé que mi papá no tuvo que ver con la muerte de mi mamá.” (6)
Queda pendiente un tema difícil, referido a la vinculación  de dicho inspector de policía con las fuerza del Operativo Cóndor que llevó, desde Argentina a Uruguay a la madre de Macarena, para luego desaparecerla. Un esclarecimiento necesario que aún no se ha logrado.
 
d- La protección de los otros: Injusta paradoja:  Jimena Vicario Gallichio.
 
El grave conflicto desatado entre la familia de sangre y la mujer que la crió, se produjo cuando la niña tenía trece años, y trascendió a los medios en toda su dramaticidad. Quienes recordamos el dolor de las imágenes de aquel momento, podemos escuchar hoy el balance de lo vivido.
 En entrevista a Jimena Vicario se le pregunta: ¿Qué fue lo que te permitió luchar y continuar  con tu vida a pesar de todo? “Darme cuenta de que estaba sola. Durante el largo proceso judicial cada uno cuidaba su parte. Entonces me dije: “Algo tengo que hacer para seguir viviendo”. Desde ese momento decidí hacer la mía, como pude”.
    En el caso de Jimena Vicario la Justicia nunca logró determinar si hubo o no apropiación ilegal por parte de la madre adoptiva, ¿su madre adoptiva actuó de buena fe o fue cómplice de una apropiación?
 
    “Eso depende de quien quiera creer una cosa u otra. Mi familia dice que fue apropiación y mi madre adoptiva dice que ella no sabía nada. Yo tengo mi propia creencia, pero no la quiero decir, para no lastimar a nadie”.  (7)
    Nos encontramos en su reflexión con el absurdo de que es ella, la que asume la responsabilidad de “no lastimar” a quienes litigaron  en la justicia, declarando en versiones contrapuestas respecto a su apropiación.
 
e- El descubrimiento conmocionante:  Victoria Donda.
 
Es la nieta No 78 que recupera su identidad, nacida en la Escuela de Mecánica de la Armada
En el 2003, en un bar del Parque Centenario, integrantes de Hermanos le hicieron conocer que era hija de desaparecidos. Que había crecido con una familia apropiadora, y que era posible que sus padres, María Hilda Perez y José María Donda Tigel, hubieran sido entregados por su tío paterno, jefe de operaciones de la ESMA. Este tío, Adolfo (nombre de trágicas reminiscencias) Donda Tigel, hoy detenido en el Liceo Naval de la Plata, encabezó un  Grupo de Tareas, entre sus crímenes se incluye haber entregado a su hermano y su cuñada y haber secuestrado a Victoria. Un tío que se negó a recibirla, porque dijo que no le consta que sea su sobrina, pese al 99,99 % de compatibilidad determinado por los análisis.
Que retiene a la hermana mayor de Victoria, que bajo la influencia de ese tío, ha eludido la posibilidad de encuentro con ella, sumando un despojo a los otros.
La familia de la madre, se exilió en Canadá, y es allí donde reside su abuela materna, que desde el deterioro de su enfermedad, a veces la confunde con su madre.
Su partida de nacimiento decía que había nacido en un baldío, y estaba firmada por Horacio Pessino, un médico que actuó en la ESMA.
El 8 de octubre e 2004 con los análisis de ADN, Victoria recuperó su identidad.
Fue entregada al suboficial de Prefectura Juan Antonio Azic, quien falsificó los documentos al anotarla como hija propia. Esto la llevó a creerse durante 23 años Claudia Leonora Azic, hija de un militar.  Él está detenido en una clínica psiquiátrica, luego de un intento de suicidio en circunstancias de develarse la mentira.
Ella  plantea que la necesidad de verdad debiera imponerse. Sobre todo cuando afecta  nada menos que a la identidad.
“Son mis apropiadores. Pero no hablo de ellos porque a pesar de todo, los quiero y tengo una buena relación”. “No solo tenés que asumir lo que te está pasando…sino que además tenés que cargar con la culpa. Porque más allá de cómo haya sido cada historia, uno se siente culpable…Y no debería ser así. No nos pueden hacer sentir culpables por querer saber quiénes somos. Es muy perverso”. (8)
 
 
f- La acusación María Eugenia Sampallo Barragán
 
En febrero de 1978 Mirta Barragán, detenida junto a Leonardo Sampallo, fue sacada de El Banco para parir. Se supo que su hijo había nacido, tal vez en el Hospital Militar. Mirta y Leonardo son desaparecidos.
A los tres meses, la bebé nacida en cautiverio, María Eugenia, fue llevada por un militar, Enrique Berthier a la casa de un matrimonio, Osvaldo Rivas y María Cristina Gomez Pinto.
Supo a los 10 años que era adoptiva, en 1989 las Abuelas habían llegado hasta ella, sin que en ese momento se pudiera determinar su filiación. María Eugenia preguntaba y obtenía respuestas diferentes.
“Todas mentiras. Siempre hacían hincapié en el tema del abandono…Ellos se ponían en el lugar del salvador. Es lo que sostuvieron siempre y lo que siguen sosteniendo. A pesar de todo, piensan que lo
que hicieron estuvo bien.”.(9)
En el 2001  (ya hacía dos años que no tenía contacto con sus apropiadores por el maltrato de éstos) se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y entonces le fue posible conocer su identidad.
Supo que la separaron de sus padres y que su familia la había buscado, desmintiendo las versiones de abandono, con las que había crecido. Es la primera nieta recuperada por las Abuelas en llevar a juicio a los apropiadores y al militar que la entregó, a raíz de la acusación a ellos y sus testigos de mentir sobre la apropiación.
“Yo te crié entre pañales de seda. Si no fuera por mí estarías tirada en un zanjón, mocosa caprichosa, hija de guerrillera tenías que ser para ser tan rebelde…era parte del trato que recibió de pequeña. En Conferencia de prensa María Eugenia expresó: “Se que la curiosidad de muchos los inclina a preguntarse qué siento yo hacia mis apropiadores. Puedo decir que no siento nada. Ningún vínculo emotivo me une a ellos. Solo me voy a referir a cierto sentimiento de culpa, que creo que en algún momento es inevitable sentir, puesto que la relación que diseñan los coloca en un rol “salvador”: en este sentido mis apropiadores sostenían que yo había sido abandonada. Hay un momento en que lo perverso de la relación, construida en esos términos se hace evidente: cuando comprobamos que el derecho a conocer nuestros orígenes implica develar el delito del que somos víctimas. Para mí prima mi derecho a conocer quiénes habían sido mis padres, qué había sucedido con ellos y conmigo.
…La pregunta es si una persona que robó a un recién nacido, que le ocultó que fue robado,… que lo maltrató, humilló, engañó, si una persona que hizo todo o algo de esto puede saber y sentir qué es el amor filial. Yo respondo que no, que el vínculo con este tipo de persona queda determinado por la crueldad y la perversión.” (10)
 
g- Los que se buscaron a sí mismos. Sebastián Casado Tasca. Marcos Suarez
 
    “¡Che loco!” le dijo su amigo uno de esos días en los que lo vieron una y otra vez pararse frente a la misma foto de Internet. “¡Ese tipo es tu viejo! ¡Mirá si no va a ser tu viejo, si sos igual!”
    Sebastián Casado llegó al final de su búsqueda:
    Estuvo a punto de jugar a los espías. Ya había encontrado una foto en Internet, ahora sabía que de todas las personas desaparecidas durante la dictadura militar con hijos posibles, al menos había uno, que era igual a él.
    -Tenía miedo. Miedo que a mi vieja le pasara algo penalmente, yo no sabía si ella podía estar implicada, o si la podían llevar presa de un día para otro.
    Me contaron que cuando llegué a la casa de mi vieja ella me tuvo abrazado en la cama durante nueve meses como si me hubiese parido. Angel dormía en el sillón y yo dormía con ella.
    Yo siento que ahora somos como  50 mil en la familia. Yo siento que el punto es que uno quiere la verdad, no lo que hay detrás. Yo no hice una búsqueda para encontrar una familia más, después me fui enterando de que había abuelos, por ejemplo. Y yo sentía que lo peor que me podía pasar era que se murieran mientras me decidía a hacerme el ADN. Tienen 86, 84 y 80 años.
    -¿Con qué imagen de tus viejos te encontraste?
    - De orgullo…me encontré con dos tipos que querían cambiar las cosas y querían hacer las cosas bien, que querían ayudar.
    Está bueno si viene una familia, está más que bien, pero la idea básica es la verdad. La verdad te libera el alma, después vos elegís. El tema es conocerla.
    Nadie eligió nada, ninguno de nosotros eligió nada. Pasó còmo pasó. La apuesta por el ADN fue como la única cosa cierta que decidió a lo largo de su vida. Parece extraño pero es así, el único anclaje real en una telaraña de mentiras”. (11)
 
    “El 22 de junio Marcos Suárez estaba visiblemente ansioso y expectante, porque a la mañana se había hecho los exámenes de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos del Hospital Durand. Quería comprobar si era hijo de Hugo Suarez y María Rosa Vedoya desaparecidos el 10 de diciembre de 1976. De vuelta a casa, a la noche prendió la televisión para distraerse de tanta tensión acumulada en su camino por conocer la verdad de su historia. Se puso a ver Montecristo, la telenovela que Telefé emite
    En una escena de la trama que transcurría en la sede de las Abuelas de Plaza de Mayo, el muchacho se reconoció en una foto de un bebé que la cámara tomaba en primer plano. Creer o no creer, pero la realidad y la ficción televisiva se combinaron, como nunca, con asombrosa coincidencia.
    Suárez fue secuestrado junto a sus padres cuando era un bebé de un año y luego fue criado por una enfermera que lo anotó como propio. Según le informaron a Página 12 en Abuelas, las dos fotos de bebé secuestrados que aparecieron en pantalla el 22 de junio – en el que se reconoció Suárez- fueron elegidas al azar”.   (12)
 
 
h- Quienes quedan capturados son los que se niegan a saber: Mariela. Miguel
.
Hemos registrado reflexiones de jóvenes adoptados en aquellos años, que ante la posibilidad de pensarse como pertenecientes a otra familia, a otra historia se sustraen, se niegan a indagar.
 
“Si fue del destino que yo quedara en esta familia y no en otra, así debía ser…” “Si no me quisieron quienes me tuvieron, éstos si me quieren sin duda…No quiero saber de ello”
Mariela es categórica cuando plantea su posición. Nunca pensó que pudiera haber otra familia que aquella que conoce y en la que creció. Nació en el 78.  Nunca supuso que puede haber quienes la buscan anhelantes.
 
Miguel en una oportunidad agredió a una vecina. Cuando habló del tema dijo que fue porque ella insinuó algo que no le había gustado. Sabe que es adoptivo, pero no comentó qué había sido lo insinuado, ni porque se había disgustado con ella     
 
    También están aquellos jóvenes que localizados por las Abuelas, se resisten a contactar a su presunta familia de sangre, y se niegan a realizar los estudios de histocompatibilidad que despejarian dudas y darían una respuesta.
    Una forma alternativa al análisis de sangre, tomando muestras de cabellos y saliva ordenadas por un juez, permitió que las Abuelas pudieron recuperar la identidad de la nieta número 83.
En Santa Fe se presentó un caso similar de negativa a un estudio de ADN. Pero aquí la Justicia rechazó el procedimiento que se hizo en La Plata. Resuelve la Cámara de Rosario.
 
    El método alternativo a la extracción de sangre fue utilizado para identificar a la hija de militantes políticos que desaparecieron durante la dictadura en un caso que tuvo resonancia pública esta semana. La joven es la nieta No 83
 
    “Es la primera vez que se logra determinar la identidad de un hijo de desaparecidos a través de una medida judicial alternativa a la extracción de sangre. Esta vía se constituye en una herramienta válida para aliviar a los jóvenes del peso de la decisión a someterse a este tipo de análisis e igualmente respetar el derecho de los familiares, las Abuelas y la sociedad de conocer su verdadera identidad”, agregó.
 
    La justicia federal de Santa Fe investiga la identidad de una joven ante la sospecha  que podría ser hija de desaparecidos, pero tropezó con una negativa: ella no quiere hacerse la prueba de extracción de sangre para comprobar su origen biológico, a pesar de que la familia que la recibió aquel invierno del 76 la adoptó de buena fe. La fiscal federal Griselda Tessio propuso entonces, obtener las muestras de ADN “de un modo no violento”.
    “El argumento de la Víctima que no le interesa conocer su origen no parece válido ante los derechos de terceros como los de familiares que buscan desesperadamente a sus nietos y se van muriendo sin haberlos encontrado”.  (13)
 
    Otro caso: Se trata de un muchacho que tiene 28 años y había sido apropiado por un suboficial de la Fuerza Aérea que actualmente está detenido.
    La jueza recibió ayer la confirmación sobre la compatibilidad genética del joven con la de su abuela, que es una colaboradora de la institución. El nieto encontrado vive actualmente con sus padres apropiadores.   El joven nació durante el cautiverio de su madre, Liliana Fontana en 1977.
    Con el caso del nieto No 84 se reitera la situación que se había dado con el anterior.
    El joven se negó a realizarse una extracción de sangre, por lo que la Justicia tuvo que recurrir a un método alternativo e indirecto: ordenó allanar su casa, secuestró elementos personales, con los rastros allí encontrados realizó el examen para comparar su ADN con el de su abuela. El examen dio positivo y así se confirmó la verdadera identidad del joven.
    El caso anterior fue el de la hija de los militantes María Elena Corvalán y Mario Suarez y se trata de una chica de 28 años y cuya identidad no fue difundida.
 
 
Hijos y nietos de desaparecidos que crecieron con sus familias de sangre
 
         i- Los que reprochan y censuran, los que idealizan,
 
    Hay testimonios de los nietos. Son la segunda generación marcada por el terrorismo de Estado.      Sus abuelos, de los que se cuentan mil relatos no están, solo los conocen por fotos y recuerdos familiares. Son los hijos de los hijos de los desaparecidos.
    Y se posicionan y se expresan.
 
    Josefina no dice “abuelo”, habla de Paco, el escritor Francisco Urondo.
    “Siempre me costó hablar del tema y ahora bastante más. Me genera mucha bronca ni siquiera haber conocido a Paco y a una tía, y haberme perdido muchas cosas. Ultimamente estuve haciendo una crítica más dura hacia ellos, es lo que me pasa, francamente veo cierto egoísmo en ellos, que sólo fueron fieles a sus convicciones ideológicas. Sabían que podían perder la vida en cualquier momento y no tomaron en cuenta a la familia. Mi abuelo, dos hijos, mi tía otros dos. ¿No se podían haber quedado en el molde y luchar desde otro lado? Hay muchas formas de luchar”.
 
    En la misma nota, otra mirada:
    “Suelo pensar que distinto sería todo si mis abuelos vivieran. Tenemos una mamá muy particular. Nos tuvo de muy chica, a los 18 y los 20 y los días de la madre siempre estaba mal. No se podía festejar. Nos ingeniamos para llenar los huecos con otros nietos de desaparecidos, amigos de mi mamá, somos como primos. Vamos a escraches y participamos en lo que podemos, cada marcha nos volvemos a emocionar. Los abuelos, para nosotras fueron las personas más valientes del mundo”. ( 14)
 
    Victoria Grigera, que dice “mi viejo fue un loser, ni siquiera le salió el tiro del final, porque lo salvaron de tomar la pastilla y después lo mataron ellos”. Parece revulsivo pero es absolutamente espontáneo. Ellas se pelean con sus padres: “ya que te moriste –dicen- por lo menos morí como un héroe, pero ni siquiera pudiste manejar tu propia muerte”. (15)
    La relación de Victoria Donda y Victoria Grigera era increíble: el hecho de que se hubieran conocido en la militancia, cuando Victoria Donda no sabía que era hija de desaparecidos, que se hubieran hecho amigas en esa circunstancia, y que el padre de Victoria Grigera hubiera estado secuestrado en la ESMA en el momento en que nacía Victoria Donda es asombroso. Nos interesa toda esa construcción que hicieron ellas, tan distintas y a la vez tan hermanadas.
 
j- La desolación de los que reflexionan. Quienes pueden oír críticas: Marta Dillon
 
    Marta Dillon pregunta, escucha y escribe: Calveiro le explica por qué propone lo que ella misma denomina un “autoescrache a la militancia”.
    “-La conciencia de pérdida del proyecto político era motivo de diálogo entre militantes?  Interroga, y Calveiro responde:
    -Claro que sí, el diálogo y el desacuerdo, pero lo que no había era posibilidad de canalizar el desacuerdo porque esto estaba fuertemente penalizado, entonces no había forma de constituir el desacuerdo en una línea de disidencia que pudiera cambiar las cosas.
    Entonces la reflexión que surge en Marta es:
    -Eso es lo desolador, entonces, al menos desde la mirada subjetiva de quien esto escribe, y que no se ha permitido la duda jamás sobre la validez de aquel proyecto político que tomaría al cielo por asalto y en el que quedó desaparecido el cuerpo de su madre.”  (16)
 
k- Quienes desde el otro lado pueden formular críticas: El Puente, Rita Vagliatti
 
Un grupo de familiares de víctimas de la dictadura se reúne con familiares de los represores. A los integrantes de éste grupo los une la necesidad de seguir procesando las heridas resultantes del terrorismo de Estado.
El inicio de este grupo se dio, en el 2005, cuando una mujer, Rita Pretti, hija de un represor del grupo de Etchecolatz, llamado Milton Pretti, alias Caracho, decidió sustituir el apellido de su padre por Vagliatti, el de su madre, como forma de  procesar su propio drama, e inscribirse de otro modo en la sociedad, y no ser la heredera de todo ese horror.
Los familiares de represores se han acercado desde entonces al Puente, como se llama dicho grupo. El Puente colabora en investigaciones para la búsqueda de niños apropiados y alienta las denuncias contra represores que no figuran el la Conadep.
“Lo que buscamos es un proceso de restitución: advertimos que quienes han convivido con un represor en la intimidad de familiar son parias. Tienen una historia que no se puede nombrar ni escuchar.” (17)
 
El que sean los propios hijos quienes los denuncian marca una paradoja para quienes buscaron apropiarse de los hijos de militantes para criarlos lejos de la influencia de sus familias, y se encuentran con sus propios hijos renegando de su pertenencia.
Se requiere así, para la integración al grupo que sean “familiares no cómplices”, capaces de romper el mandato de silencio.
Han transitado por el Puente una docena de familiares de represores que encontraron escucha y compañía para hacer denuncias y colaborar con las Abuelas de Plaza de Mayo. Estas experiencias están plasmadas en un libro colectivo: Gritos y susurros.
Hay en la decisión de Rita una inversión de Antígona,  al desenterrar al represor Saracho, y al sustraerse del linaje paterno de Milton Pretti. Con ello, Rita y los otros familiares de represores, rompe con una historia e inaugura otra.
 
l- Ignotos versus notables: Nicolás Prividera, Albertina Carri. “M” vs“Los rubios”
 
Entre los hijos e hijas de militantes desaparecidos hay confrontaciones que cabe escuchar.
 
Nicolás Prividera tenía seis años cuando su madre, Marta Sierra fue secuestrada. En el documental “M” (¿Marta, mamá, Montoneros?) Prividera da cuenta de la investigación por la que trató de despejar interrogantes. En las entrevistas a los compañeros de su madre se encontró con la sensación de que esos compañeros que lo abrazaban como si lo conocieran, en realidad estaban abrazando una ausencia.
Los testimonio crean un rompecabezas confuso respecto a quién era su madre.
Dice:
“Hay una forma discursiva que repite los 70, están los que reniegan de la historia …,hay otros que tienen una incapacidad para revisar esa historia. Y están aquellos militantes que sin renegar de su historia, pueden tener una mirada crítica y hacerse cargo de todo lo que pasó en ese tiempo… “M” habla de la culpa colectiva…hay algo de duelo, frente a la imposibilidad de tener una tumba, con tener algo que represente  la tumba…Cada uno hace su duelo como puede. Se hace una especie de duelo sustituto, vicario, al intentar saber más, seguir revolviendo este cajón, dejarlo abierto para que siempre quede algo por descubrir, por investigar”. (18)
Su película expresa una tensión entre la memoria personal y la reconstrucción de la memoria social, al intentar aclarar los vínculos entre ambas.
Señala la diferencia con la película de Albertina Carri, también hija de militantes, poniendo el acento en que en “Los Rubios”, ella no tuvo necesidad de reconstruir la historia ligándola como él, porque señala, al ser hija de conocidos militantes, esa historia siempre estuvo formando parte de su vida. Señala que el caso de su madre, militante de base, fue más ambiguo e ignorado.
 
Albertina Carri, publicó el libro “Los rubios, cartografía de una película”, posteriormente al film.
Fue hija de Roberto Carri y Ana María Caruso desaparecidos en 1977.
En la entrevista efectuada por María Moreno, hace referencia irritada a los dichos de Prividera.
“Me pareció una postura muy miserable salir a decir algo así como que yo tenía una historia. Si a los cuatro años te matan a tus padres ¿vos tenés una historia? Mientras su madre era una “perejil” yo venía de dirigentes importantes. Es como su fuéramos enfermos terminales compitiendo para ver quién está peor.”
En su libro escribe: “Yo, Albertina Carri, estoy en un llano: tengo destellos de imágenes, sonidos apenas audibles, ínfimos recuerdos, anécdotas que no sé hasta qué punto son reales. Todo es un gran vahido, una mezcla de ficción y realidad. Por eso se que a esta altura yo misma soy una marca en relación a mí, las heridas ya no son identificables, son parte de un todo constituido en la identidad” (19)
 
Albertina se pregunta por las marcas que dejó la violencia en su vida. No hay investigación que alcance  para imaginar a sus padres, frente a la radicalidad y profundidad de la ausencia. Ni registrar la huella de sus vidas en la de ella.
 
Coincide con Prividera en que el trabajo de filmar desplaza (¿sustituye? ¿completa?) el trabajo de duelo.
 
Tres constantes:
 
La realidad de la ausencia.
 
 Palabra que insiste y que por tanto hay que escuchar. Nombra y desde el nombrar reclama a los ausentes: con congoja, con ira, con amor. Que se repite en las creaciones de quienes con sus obras (films, muestras de fotográficas) reparan la trama
 
Lucía Cedrón: Antes de su film “Cordero de Dios” también sobre la desaparición forzosa, filmó “En ausencia”
 
Albertina Carri, planeó llamar “Documental 1. Notas para una ficción sobre la ausencia”, a su film “Los Rubios” investigación que transita hechos de la memoria, con modos no convencionales de representación.
 
Nicolás Prividera: En “M” su film, entrevista a compañeros de su madre desaparecida y siente que “están abrazando una ausencia” cuando lo reciben como si lo conocieran.
 
Lucía Quieto llamó  “Arqueología de la ausencia” la muestra de fotografías con la que intenta procesar la falta de su padre.
 
Gustavo Germano plasmó en su muestra “Ausencias” las historias de catorce familias desgarradas por
el terrorismo de Estado. “Son treinta años vividos, como decía mi madre, con la permanente presencia de la ausencia”.
Cada caso registrado en Ausencias está representado por dos fotografías: la del pasado en que la víctima, en otro tiempo, comparte con un grupo una situación cotidiana, y otra, reciente, tomada por Germano treinta años después, en el mismo lugar y con las mismas personas, dando cuenta de la ausencia de quien no está.
“Esposas, hermanos, cuñadas, hijas, madres, amigos: ciudadanos y ciudadanas que con su actitud cómplice y militante dicen: estoy aquí para que veas quien no está, practico el recuerdo para que el silencio no gane la partida, por eso me expongo y me dejo fotografiar” ( 20)
 
La ficción de un abandono que no fue.
 
Se produjo un intento de inoculación (como la de un virus) de la idea de desamor de los padres biológicos y culpabilización de los intentos del hijo por saber acerca del origen. Se encuentran reiteraciones de una descripción acerca de la aparición azarosa y en condiciones de desprotección de quien sería adoptado: “te encontraron en un baldío”, “apareciste en un canasto”, “hubieras terminado en un zanjón”.
La muerte de abuelos o su discapacidad por enfermedades como Alzheimer, implicó la falta del vínculo con ellos mientras se litiga y pasan treinta años.
Hermanos que no se conocen y una fraternidad que queda amputada. A las familias de sangre se les sustrajo la posibilidad de acompañar el crecimiento de ese niño buscado por años.
También se dieron dramas en la casa de los apropiadores, de los cuales el paradigma pudiera ser el intento de suicidio del padre adoptivo, como en el caso de Victoria Donda.
 
El mesianismo
 
Como coartada de quienes mintieron (y se mintieron a sí mismos) describiendo como generosidad la adopción de niños que quisieron creer “abandonados”. Perversidad en fingir generosidad y nobleza y ocultar el fracaso personal. La esterilidad como injuria narcisística que obtura el amor que podría dispensarse y que queda teñido de resentimiento Los apropìadores debieron negar algo: su responsabilidad en el despojo al niño, de su familia de sangre, y a la familia de sangre el despojo del niño, hijo de sus hijos asesinados y desaparecidos.
Sostener la mentira de que fueran abandonados cumplía el propósito de mantener despóticamente la subordinación.
¿Qué trámite se opera en mente de apropiadores? Qué sentido tiene culpar al niño después de haberlo despojado de su familia, haberlo engañado para su sórdida manipulación y todavía, y aún, acusarlo de ingratitud cuando quiere conocer la verdad de su origen?
Maltrato, humillación y reproche como caras del sentimiento de fracaso en quienes no pudieron gestar hijos propios, ni maternar al niño apropiado , aunque dadas las condiciones de delito que signan en vínculo, difícilmente fuera posible. (A diferencia de quienes adoptaron con genuino interés en el niño y no en su propia necesidad)
 
Otras consideraciones
 
1- Ambigüedades y ambivalencias
 
La ambigüedad en los hijos apropiados se expresa en el abanico de una serie de  comentarios. Estos van de los que son más agradecidos a los que son más cuestionadores, tal vez a partir del vínculo  que predominara.
 
- Así se lee la adhesión preocupada, como en el caso de Evelin Vazquez y Sebastián Casado Tasca, temerosos de las consecuencias sobre sus apropiadores, nombrados por ellos como padres afectuosos y generosos.
 
- En Macarena Gelman, plantea la convicción  de que aquellos con quienes creció fueron padres preocupados por su educación y que  tuvo una dichosa infancia. Conserva los mismos sentimientos respecto de ellos, después de saberse apropiada. Y sostiene  que el inspector de policía uruguayo, en cuya casa fue criada no fue cómplice en la muerte de su madre, María Claudia García Iruretagoyena
.
- Victoria Donda se refiere como algo fuera de discusión,  como a sus apropiadores, a la pareja con la que creció,  pero guarda reservas respecto de ellos por el vínculo de afecto, aunque opina que deben ser juzgados. “Tengo buena relación con mis apropiadores, pero no hablo de ellos”. (21)
 
- Jimena Vicario plantea, cuando comenta  las versiones contradictorias: “Mi familia dice que fue apropiación y  mi madre adoptiva dice que ella no sabía nada” (22) y despliega la paradoja de ser ella quien cuida a los partícipes del conflicto, al no querer decir a quienes cree, para no lastimar a nadie.
 
- Están aquellos que pueden cuestionarse algunas de sus certidumbres con las que crecieron, cuando se plantean dudas desoladas como Marta Dillon, respecto a la historia.
 
- Por fin están, quienes como María Eugenia Sampallo Barragán, que cuestiona a la Justicia que no tomó la verdadera dimensión del robo de bebés, y en muchos casos obró con negligencia. También cuestiona la nominación de padres adoptivos, cuando no hubo trámite de adopción legal, sino inscripción fraguada de los niños como propios. De igual modo no acepta la adjudicación del nombre de padres, en tanto el supuesto amor filial en algunos casos, como el de ella, la  índole del vínculo  estuvo signado por la crueldad y el maltrato. “Socialmente no está aceptado el castigo a los apropiadores. Creo que tiene que ver con algo más general sobre quiénes son las personas más adecuadas y quiénes no para criar a los chicos”. (23)
 
La ambigüedad en los apropiadores hacia esos niños, aún en los casos en que no hubo crueldad y maltrato explícitos, reside en lo lesivo del engaño para la integridad emocional del hijo. Plantea el interrogante ya esbozado; ¿es una mentira piadosa para el niño, o es una mentira para sí mismos, pues no aceptaron su propia esterilidad?
 
2- La necesidad de la verdad
 
Esta necesidad ha sido sostenida de diferente modo y con distinta vehemencia, pero está presente siempre en las historias.
 
Así, aunque Evelin Vazquez se haya negado a los análisis de histocompatibilidad expresa:”Les expliqué mi propuesta: me iba a hacer los análisis si eso no era usado en la justicia contra mis padres. Me respondieron que lo iban a pensar…Podemos llegar a un acuerdo. Me han buscado toda la vida y sé lo importante que es para ellos. Y para mí también lo es poder estar en contacto con mis raíces…” (24)
 
Victoria Donda a su vez dice: “Por más doloroso que sea, lo mejor que te puede pasar es conocer la verdad. Todos necesitamos saber quiénes somos”. (25) 
 
Y Sebastián Casado Tasca, el nieto 82 recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo:
“Pero la idea básica es la verdad. La verdad te libera el alma, después vos elegís. El tema es conocerla.
La apuesta por el ADN fue como la única cosa cierta que decidió a lo largo de su vida. Parece extraño pero es así, el único anclaje real en una telaraña de mentiras”. (26)
 
Macarena Guelman responde a la pregunta por su reacción cuando supo su situación: “Tanto en ese momento como después pensé que la verdad era mejor que cualquier otra cosa…” (27)
 
María Eugenia Sampayo Barragán se acercó  la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y a partir de allí supo que era hija de desaparecidos, que la separación había sido forzada y su familia la buscaba “Eso fue fuerte. Fue impactante. Tantas versiones haciendo hincapié en el abandono. Fue el contrapeso de todas esas mentiras” ( 28 )
 
3- Posibilidad del perdón?
 
En  “Cordero de Dios”  puede leerse una  metáfora.
Se trata de la respuesta de dos mujeres, la esposa y la hija del desaparecido al traidor por el que fue entregado.
Ante la posibilidad de retaliación ¿quiénes pueden perdonar?
La película lo sugiere, y también la lucha implícita en esas decisiones. También el hecho de que de algunas tragedias no se vuelve del todo.
La convocatoria a reconciliación cae en el vacío cuando persisten discursos reivindicativos de la violencia y la intolerancia. Sería necesario primero alcanzar justicia, para que dicha reconciliación fuera posible.
 
 
Marta Dillon: “Estela de Carlotto”, Pág. 12, 5 de enero de 2001
Roxana Sandá: “El lugar donde too empezó”, Pág. 12, 8 de abril de 2007
Marta Dillon: “Modelo para armar”, Pág. 12, 20 de abril de 2007
4- Rodolfo Montes: “Con la verdad de origen. La primera nieta recuperada”. La Capital. 19 de        marzo de 2006
    5-María Eugenia Sidoti: “Hijas”,  Para Ti, junio de 2008
  6- Gabriela Cañas: “Macarena Guelman, la nieta recuperada del poeta Juan Guelman” Pág. 12, 10 de agosto de 2008
7- Rodolfo Montes: “Historias de vida de dos jóvenes que fueron botín de guerra del Proceso”. La    Capital, 25 marzo 2007
8-  María Eugenia Sidoti: “Hijas” , Para Ti, junio de 2008
9-   Victoria Ginzberg: “María Eugenia Sampallo Barragán, la primer en querellar a sus apropiadores”, Pág. 12, 17 de febrero de 2008
        10-  María Eugenia Sidote: “Hijas” , Para Ti, junio de 2008
11-  Alejandra Dandan: “Sebastián Casado Tasca, el nieto 82 que identifican las abuelas” Pág. 12. 19 de marzo de 2006
12-   Emanuel Respighi: “Una foto en Montecristo”. Pág. 12. 24 de septiembre de 2006
13- “Búsqueda incansable. Los organismos estiman que aún hay 400 personas que no saben su verdadero origen” El Ciudadano. 13 de julio de 2006.
14- Irina Hauser: “Los nietos de desaparecidos hablan de cómo es la vida marcada por la violencia”. Pág. 12. 28 de marzo de 2006  97-98
15-  Osvaldo Aguirre: “Documental sobre el centro clandestino que funcionó en la ESMA”. La Capital. 20 de agosto de 2006
16  Marta Dillon: “Hay que romper el disimulo de la militancia”. Pág. 12. 2 de octubre de 2005
17-Marta Dillon: “Un puente para romper la complicidad”, Pág. 12,  7 de octubre de 2007
18- Mariano Kairuz: “La pesquisa”, Pág. 12, 18 de marzo de2007
19- Maria Moreno: “El libro de esa”, Pág. 12, 23 de marzo de 2007
20- Oscar Ranzani: “Historias de vida y de muerte”, Pág. 12, 2 de febrero de 2008
        21- María Egugenia Sidoti : “Hijas”, Para Ti, junio de 2008
        22- Rodolfo Montes: “Historias de vida de dos jóvenes que fueron botín de guerra del Proceso”,
La  Capital, 25 de marzo de 2007    
23- Victoria Guinzberg: “María Eugenia Sampallo Barragán, la primera en querellar a sus apropiadores” Pág. 12, 17 de febrero de 2008
        24- María Eugenia Sidote: “Hijas”, Para Ti, junio de 2008
          25- María Eugenia Sidoti: “Hijas”, Para Ti, junio de 2008
        26- Alejandra Dandán: “Sebastián Casado Tasca, el nieto 82 que identifican las abuelas”, Pág 12, 19   de marzo de 2006
        27- Gabriela Cañas: “Macarena Guelman, la nieta recuperada de poeta Juan Guelman”, Pág 12, 10 de agosto del 2008
        28- Victoria Guinzberg: “María Eugenia Sampallo Barragán, la primera en querellar  a sus apropiadores”, Pág. 12, 17 de febrero de 2008
                                       
INDICE
 
El tema del rompecabezas incompleto
 
Las historias de nietos recuperados
 
Hijos adoptados legalmente y de buena fe
a) Primera nieta encontrada: Tatiana Ruarte
 
Las victimas de la apropiación ilegal. Diferentes respuestas
b) La alianza con el apropiador: Evelin Vazquez
c) El regalo: Macarena Gelman                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           
d) La protección de los otros: Injusta paradoja: Jimena Vicario.
e) El descubrimiento conmocionante: Victoria Donda.
f) La acusación: María Eugenia Sampallo Barragán
g) Los que se buscaron a sí mismos: Sebastián Casado Tasca. Marcos Suarez
h) Quienes quedan capturados son los que se niegan a saber: Miguel, Mariela.
 
Hijos y nietos de desaparecidos que crecieron con sus familias de sangre
 
i) Los que reprochan y censuran, los que idealizan
j) La desolación de los que reflexionan. Quienes pueden oír críticas: Marta Dillon
k) Quienes desde el otro lado pueden formular críticas: El Puente, Rita Vigliatti
l) Ignotos versus notables, diferentes búsquedas: Nicolás Prividera, Albertina Carri. “M” vs“Los rubios”
 
Tres constantes:
 
1- La realidad de la ausencia
2- La ficción de un abandono que no fue.
3- El mesianismo
 
Otras consideraciones
 
1- Ambigüedades y ambivalencias
2- La necesidad de la verdad
3- Posibilidad de perdón?
 
 
María del Carmen Marini – septiembre de 2008  mariadelcarmenmarini@gmail.com

 
 
 
6   Resonancias de lo oscuro
 
¿Cómo resuenan en la memoria los relatos del tiempo oscuro?
 
Susana deja constancia de su intento. Es un intento de remontar la  muerte.
Ella dijo: no es un honor ser una víctima, pero sí es un honor sobrevivir.
Eran las palabras exactas. Las que completan el rompecabezas.
 
Y en ella, en Susana, pudo tener lugar la escritura, su escritura. El lugar de garantizar desde la ética de lo vivido, ese honor. El honor de sobrevivir a tanta  muerte.
Restaurando en esa transmisión parte de la trama desgarrada.
No permitiendo que se abrace el olvido, sino concibiendo un libro que ella aspira que no sea tumba sino cuna.
Su escritura como forma de dar cuenta de las insistencias de la vida.
Su escritura como forma de no resignarse.
Su escritura como forma de no claudicar.
 
Y recordé a las otras. A los otros.
A aquella que durante el fin de semana más largo de su vida habitó el infierno. Que desde un viernes a un lunes estuvo a merced de los lobos.
Que cuando la tela de la capucha se pegó a la cara, por el agua con que intentaban reanimarla, pudo ver a los agresores. Que eran jóvenes, de pelo largo y vestían jeans y camisa a cuadros como los otros estudiantes. Pero que allí, en ese sótano, conformaban la brigada que la golpeaba (¿brigada Sérpico?), que quería que ella diera una información, cualquier información.
Que salió de esa violencia con un papel en la mano para cumplir con burocracias, para presentar en su trabajo, dando cuenta de que no era una delincuente subversiva, que quedaban a buen resguardo “su nombre y honor”.
Que entonces se dijo a sí misma dos cosas: ¡Qué pena no ser la que ellos creían, que pena no estar en el lugar de la confrontación…
Y también: -Si otra vez me detienen, no me llevaran mansa, echaré a correr para que me maten…Prefiero eso a volver allí…
 
Que siendo Rosario pequeña, a veces gloriosa y a veces inmunda sucedió algo.
Que meses después atendiendo en su guardia llegaron heridos en un accidente de tránsito dos jóvenes, y reconoció en ellos a los del infierno. Que huyó de esa guardia y se escondió en la sala de cirugía entre sus compañeros, y allí quedó temblando, como esa noche, la del abismo, la de lo siniestro, la de la oscuridad.
Que apenas si pudo pensar en el azar que crea situaciones increíbles. Situaciones que no pudo olvidar, ni antes, ni después.
 
Y pensé en la otra: en la que me dijo: - No me rebela morir. Si supiera que el enemigo reaparece y desde un auto me disparan, pensaré: ya he vivido. Lo que no soporto es la idea de otra vez el suplicio, el agravio, la vergüenza.
Que ni la lucha, ni la prisión, ni el exilio que formaban parte de su historia eran equiparables a la pesadilla de la captura y el centro clandestino donde no era una persona.
 
Y pensé en las palabras del sacerdote que trabajaba en la villa, que fue viendo morir a los compañeros en la cárcel del sur, desnudos en el calabozo helado, a la que los habían llevado.
Y que aún siendo quien era y habiendo profesado y formulado los votos de su religión, dijo: No me llevan otra vez vivo…en la contradicción de portar la palabra de vida en medio de una decisión de muerte.
 
Y todas estas resonancias que recorro incluyen también la de aquella que se decía: soy quien soy con todo lo vivido. Y en lo vivido entra como parte de mí también esa oscuridad que transité. Esa oscuridad de la que soy sobreviviente.
 
 
M.C.M. abril de 2009

 
 
OTROS TEMAS

7    Los otros Matías

Por Andrea Homene  Psicología de Página 12 del 7 del 10 del 10
“A Matías Berardi lo asesinaron, el martes de la semana pasada, según dicen hasta el momento los investigadores, los miembros de una familia que lo habían secuestrado para pedir 500 pesos de rescate: atrocidad injustificable que merece la más enérgica condena. Pero no fueron sólo ellos quienes terminaron con la vida de este chico de 16 años. A Matías lo asesinaron los vecinos, que lo vieron correr desesperado pidiendo ayuda pero, como era perseguido por otras personas que gritaban que les había robado (luego se sabría que eran sus secuestradores), no intervinieron para asistirlo.
Matías murió por ser un adolescente. Cargó, por un instante breve y fatal de su vida, con el estigma que cargan miles de adolescentes como él, que continuamente son agredidos, despreciados, maltratados, humillados, por los buenos ciudadanos que pagan sus impuestos y que reclaman airadamente bajar la edad de imputabilidad, endurecer las condenas (como si ser un adolescente de clase baja sin futuro ni ilusiones no fuera condena suficiente), que no salgan nunca más de la cárcel.
Existe otro Matías. Lo conozco. Está cumpliendo una probation. No vive en un barrio privado, no juega rugby, no asiste a un colegio bilingüe. Es morocho. Todos los días sale a vender productos de limpieza por la calle. Y casi todos los días la policía lo para, lo obliga a ponerse contra la pared, le hace abrir las piernas, someterse a la requisa, abrir su mochila, dejar caer su mercadería, soportar que se la pateen y juntar lo que queda de ella sin decir una sola palabra, porque, al menor atisbo de protesta por el atropello, pueden llevarlo a la comisaría por “resistencia a la autoridad”. Cualquier conflicto le haría perder la probation y podría derivar en su detención. El sabe que no puede reaccionar ante el funcionario policial; no puede defender su derecho a querer darle un curso diferente a su vida, a ganar honestamente el sustento de su familia. Debe callar y juntar del piso su mercadería pisoteada.”
Estoy leyendo a Andrea Homene y me perturba.
Pienso en este Matías que no habita un country sino que tal vez vive en una villa, que apenas estará escolarizado, que no juega rugby sino a veces un picadito en el potrero y que es definitivamente morocho, posiblemente flaco, quien sabe si desnutrido y en desventaja ante los desafíos de vivir en una sociedad que no se la hace fácil a nadie, pero que es más cruel, impaciente, intolerante y despiadada con algunos.
Sociedad partida entre los que abroquelados en el miedo piden condenas más severas, cárceles más rigurosas, cuando no: penas de muerte y los que desde abajo ven perdidas la dignidad y las esperanzas.
Y sigo con Jose Pablo Feinmann
Contratapa de Página 12, domingo 10 del 10 del 10
“...Fernández Retamar hace una interesante interpretación. Para él, afirma, no corresponde llamar a Europa y a EE.UU. países desarrollados, sino que él preferiría llamarlos países subdesarrollantes. Bueno, son las dos cosas, son países desarrollados porque a la vez son subdesarrollantes. Todo colonizador, el proyecto de todo colonizador, es subdesarrollante, porque el proyecto del colonialismo es lograr su propio desarrollo por medio del saqueo de la colonia. Y el saqueo de la colonia implica el subdesarrollo de la misma. Entonces todo país desarrollado se ha hecho a partir de un subdesarrollamiento del país colonial, del país sometido. En suma, hay países desarrollados porque los países desarrollados realizan una práctica subdesarrollante, que es la práctica colonizadora. Y esta práctica el capitalismo la realiza desde 1492, cuando Colón llegó a América para practicar la práctica subdesarrollante de los países de Europa, de los imperios colonialistas europeos.”
Leo a José Pablo Feinmann  y por algo lo enlazo al artículo de Andrea.
Como si juntos compusieran un mosaico en donde escandalosamente se expresara el diseño de la injusticia. De las injusticias.
Como si un hilo invisible enlazara las dos problemáticas; la de nuestra sociedad en donde porque hay privilegiados hay despojados,  porque hay despilfarros obscenos hay miserias aterradoras y porque hay cegueras egoístas, hay también desesperanzas que se precipitan en la hostilidad irracional contra cualquiera. Por ejemplo contra algún Matías.
Y la problemática macro en donde para que haya un primer mundo es precisa la explotación inmisericorde de un tercero y un cuarto, proveedor de mano de obra esclava, de carne humana de niños y niñas para la prostitución y. de poblaciones indefensas para conejillos de Indias para la experimentación pseudo científica
Respecto a la última vale esta noticia también del domingo 10
EXPERIMENTOS
Guatemala confirmó ayer que EE.UU. envió el primer documento que prueba que en los años cuarenta 1500 guatemaltecos fueron deliberadamente contagiados de enfermedades venéreas, como parte de un experimento para probar antibióticos. El documento viene del Centro de Control y Prevención de Enfermedades y se relaciona con inoculaciones realizadas entre 1946 y 1948. El escándalo comenzó cuando se descubrieron las pruebas en el archivo del médico John Cutler, que dirigió los experimentos.
 
 
 
 
Así las cosas, queda el sentimiento de inadecuación  en un mundo en que resulta un desafío poder pensar, un riesgo querer sentir y una quijotada pretender  sentar posición. Sobre todo para quienes caminamos la estrecha cornisa de los que están  como diría Galeano “entre los que tienen miedo y los que tienen hambre”. Clase media (medio boluda diría Mafalda), consciente de las injusticias, buscando caminos donde se levantan muros y preguntándose qué clase de lucha cabe sostener en este manicomio tridimensional.



 
8  Del  cinismo y la burla

Manicomio donde a poco de andar puede registrarse el nivel de burla y cinismo que lo inunda todo. Miro un programa de Tv “Antes de mediodía”.  El conductor es alto, agradable. La conductora es rubia y bonita. Es psicóloga, por lo cual a veces es interpelada desde ese  lugar.
Hacen entrevistas, pasan noticias, intercalan sus intervenciones con un conejo de peluche que aporta la cuota de humor.  Pero un día algo me sobresalta. Esa mañana, el tema es una travesti: Zulma Lobato. Quienes la han visto y la conocen saben que no es linda, no canta bien y sus declaraciones suelen ser bizarras. Que ha sido tomada en solfa por sus aspiraciones como cantante. Que pareciera incauta e indefensa. Que como otros personajes  pasará sin pena ni gloria después de sus 5 minutos de fama. Ese día Zulma Lobato, que no es joven, que no es bella, que no hace declaraciones interesantes es el tema para la burla de los supuestamente inteligentes conductores.
Pero la burla consiste esta vez, en que la conductora rubia, bonita y psicóloga se mimetizará en Zulma Lobato y para parecer de baja estatura, de rodillas (con zapatos ante ellas), y fingiendo una estrabismo que la asimile a la que hoy se tomó como objeto de burla, hará su papel. ¿Vale reírse del estrabismo, de la baja estatura? De la ingenuidad? Pareciera que  sí.
Cambio de canal y paso a otro programa. Está conducido por Federica e integrado por Alfredo Zaiat en política, Osvaldo Quiroga en cultura, una ex_leona  en deporte y un calvo en humor. Aquí no hay  peluche, sino otro títere, un gusanito como agregado al staff.  Zaiat y Quiroga parecen desenfocados del clima maníaco que prevalece. También aquí se despliegan entrevistas, notas de actualidad, comentarios de humor a cargo del calvo que los viernes lee las portadas de las revistas. Un viernes leyendo un comentario de Lola Ponce respecto a cuestiones amorosas, “los amores dejan cicatrices”, toma sus dichos y la llama “más grasa que Los Palmeras”. Lola Ponce es una cantante que tiene éxito como cantante melódica en Italia, es joven, sencilla. No escribió “El ser y la Nada” ni lo pretende. Cuando en la revista le preguntaron por  sus amores respondió desde ese lugar sin evaluar si podía ser tomada como “Grasa” por el sofisticado comentarista calvo.
El viernes siguiente la lectura de declaraciones  implica a una vedette, pudo ser cualquiera. El caballero calvo dice que va a mostrar la fotografía que ilustra la nota después.  Federica dice que ya sabe cómo será la pose de la vedette en la fotografía, Se para y de medio perfil levanta el culo hacia las cámaras que la televisan, como la vedette hizo ante la cámara que la fotografió. Federica aspira a parecer inteligente a expensas de mostrar la incongruencia de la vedette.
Me pregunto si Zulma Lobato, Lola Ponce, la vedette en cuestión (que puede ser cualquiera de las que se fotografían culo para arriba) y hacen declaraciones , son más risibles o cuestionables que quienes desde el lugar de poder que da la conducción periodística supuestamente sofisticada,  las toman en broma. Hay una clara intención denigratoria en la burla y convocando la complicidad de una audiencia, también supuestamente sofisticada e inteligente la intención estriba en diferenciarse a expensas del otro/a, “Grasa”. Feo/a, ridículo/a, tonto/a y predecible.
Qué de esa actitud impregna el trato diario entre  quienes llevamos adelante nuestra vida es lo que me lo hace parecer un manicomio.
Un manicomio si somos benevolentes.  Si lo pensamos desde el desprecio, maltrato, humillación de “ los buenos ciudadanos que pagan sus impuestos y que reclaman airadamente” pareciera un campo de refugiados donde los que tienen el poder deciden la suerte de todos.Porque puede concebirse un continuo entre el desprecio y humillación implícitos en esa actitud y en el otro extremo, en la actitud ante las conmociones ligadas a hechos policiales graves. Hechos graves pero de los que se reduce su significado al ignorar o banalizar sus orígenes. Y el poder puede estar del lado de quien maneja el dinero, del lado de quien maneja la información, del lado del que hace humor a expensas de las Zulmas, Lolas y demás…
Si pensamos un continuo de maltratos desde el desprecio y la humillación que implica ese humor, pasando por las expoliaciones que llegan a sumergir en la miseria a vastas poblaciones y llegando al asesinato puntual de los Matías de este mundo y del asesinato masivo por privación de muchos otros Matías niños, adolescentes y viejos, encontramos un denominador común.
Lo sociohistórico está pulsando como algo a denunciar. No está en armonía una sociedad que expulsa a “los otros”. También cabe la denuncia de lo subjetivo, en tanto el ser humano pareciera dar lugar a situarse en enemigo de su prójimo próximo.
¿Será ineludible el ocupar lugares antagónicos como víctima o como victimario?
Se pueden pensar otros modos de tramitar las tensiones sociales de grupos que no debieran ser antagónicos y las contradicciones personales que nos llevan a que aún sosteniendo el amor al prójimo como propuesta ética, a veces nos movemos desde la hostilidad al que es diferente,
Si apostamos a la supervivencia del más apto y reclamemos murallas más altas, penas más severas, tolerancia cero, sepamos que estamos haciendo causa común con un Darwinismo social que con Hobbes sitúa al “hombre como lobo del hombre”, y apunte a la mentada supervivencia del más apto.
De no ser así,  avergoncémonos con Galeano cuando descubrió que el mundo estaba en manos de machos blancos, poderosos y/o ricos y decidió renegar de ello, de la parte de ello en la que estaba involucrado. Y trató de pensar y situarse desde quienes (homosexuales, discapacitados, pobres, minorías étnicas, relegados del mundo)  padecen la diferencia.
Octubre 2010 María del Carmen Marini
 
 
   
9   Noticia de hoy. historia de ayer.

El secuestro de  niñas y jóvenes
 
 
Ahora las advertencias tienen que ver con la trata de personas. Para la esclavitud, la prostitución o el tráfico de órganos.
Hoy se difundió la noticia del hallazgo de tres jóvenes cautivas durante diez años, en Cléveland, EEUU
En febrero vi una entrevista y corroboré lo relatado en la noticia en un diario: la del rapto de una joven a plena luz del día, en Isidro Casanova, Argentina.
Mis reflexiones en torno a estos hechos, es que si bien son diferentes en algún sentido, son semejantes en otro, y por eso vale pensarlos vinculados.
 
Noticia de hoy:Cléveland                  Página 12, de mayo de 2013

                                                                         
HALLARON A TRES JÓVENES CAUTIVAS DURANTE UNA DÉCADA EN LA     CASA DE UN HOMBRE EN CLÉVELAND
 
 
Un chofer de micro escolar secuestró entre 2002 y 2004 a tres chicas, entonces de 14, 16 y 21 años. Las mantuvo en su casa sin que ningún vecino se diera cuenta. Ahora, una de ellas logró llegar a la puerta de entrada y pedir auxilio. Están detenidos el conductor y dos hermanos.
 
Un tranquilo barrio de West Side, en Cleveland, Estados Unidos, se vio alterado el lunes a la tarde con los gritos desesperados de una mujer provenientes de una casa. Un hombre sentado en la entrada de una casa vecina la escuchó y vio una mano que salía por una abertura de la puerta, se acercó con una hamburguesa en la mano y le preguntó qué pasaba. Lo que oyó se convirtió en noticia en el mundo entero: “Me secuestraron. Estoy aquí hace mucho, quiero irme, ahora mismo”. Era Amanda Berry, que estaba desaparecida desde hace una década y se encontraba en cautiverio junto a otras dos jóvenes, también secuestradas y sometidas por tres hombres.
 
El vecino Ramsey , improvisado rescatista se convirtió en un héroe al volverse virales las entrevistas que concedió a periodistas locales. “Sabía que algo andaba mal cuando una preciosa jovencita blanca corría a los brazos de un hombre negro. Algo está mal aquí. Clarísimo”, dijo a una cadena de televisión.
   
   
Este hecho, acaecido en otro país, desplegado en otra geografía, protagonizado por personas con otros estilos de vida, no obstante diferentes, contactan entre si en algo siniestro: la cosificación de las niñas y jóvenes, víctimas de secuestro. La resonancia del “caso” en EEUU, me da la oportunidad de volver sobre uno acaecido en febrero entre nosotros.

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Finalmente:
Aquel hecho sucedido en febrero en Isidro Casanova se reactualiza con la noticia de hoy, cuando tomamos nota de la vulnerabilidad e indefensión de las víctimas, aquí o allá, y la impunidad con que se mueven, aquí o allá, los de la laya de secuestradores. Más allá de las patologías individuales que pueden suponerse en los perpetradores, estos hechos marcan una disfunción social a la que es ineludible  resonar. 2013
CASO RUBY
Silvio Berlusconi fue acusado de dirigir una "red de prostitución"
La Fiscalía acusó al exprimer ministro italiano, de 76 años, quien está siendo juzgado por abuso de poder y por haberle pedido a Karima el Mahroug, una bailarina conocida como "Ruby Rubacuori" (Ruby robacorazones) sexo a cambio de dinero cuando era menor de edad, de haber dirigido una la red en su mansión.
El fiscal Antonio Sangermano afirmó que el Mahroug era "parte integral" de una "compleja red de prostitución" y calificó de "gran anomalía" que varias bailarinas declararan ante la corte que Berlusconi les pagaba 2500 euros (3250 dólares) por mes. El pedido de condena de la Fiscalía será el viernes, mientras que la defensa tiene previsto hablar el 11 de marzo. El veredicto se espera para el 18 de marzo.
Previamente, la fiscal juvenil del tribunal, Annamaria Fiorillo, testificó acerca del abuso de poder y se refirió a la noche en que la bailarina fue detenida en Milán por supuesto robo en mayo de 2010, semanas después de su supuesta relación sexual con Berlusconi, quien impidió que la policía enviara a "Ruby" a un centro juvenil alegando falsamente que era sobrina del entonces presidente egipcio Hosni Mubarak, mentira que permitió que la adolescente quedara bajo la custodia de un miembro del partido de Berlusconi. Página 12 4-3-13
 
EL ABUSADOR QUE TERMINO ESCRACHADO
 
Fue camarista en Mar del Plata durante la dictadura. Hace años, varias mujeres lo acusaron de haber abusado de ellas cuando eran niñas. La causa prescribió y no hubo condena. Mañana tiene previsto firmar su libro. Esas mismas mujeres piden que no sea admitido en la feria
Por Mariana Carbajal
Un ex camarista de Mar del Plata, integrante de una conocida familia de la ciudad balnearia, fue denunciado por abuso sexual. Una docena de amigas de sus hijas, sobrinas y vecinas –ya adultas– relataron en forma contundente en la Justicia que en su infancia, cuando tenían entre 6 y 12 años aproximadamente, el entonces juez Edmundo O’Neill abusó sexualmente de ellas. La causa se abrió en 2004, pero cerró en 2006, sin condena, “al encontrarse extinguida la acción penal por el paso del tiempo”. En el expediente, el acusado admitió que había hecho “algo incorrecto”. Mañana O’Neill tiene previsto firmar ejemplares de un libro de su autoría en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En solidaridad con las víctimas, más de un centenar de referentes de la ciencia y de ONG que trabajan contra la violencia de género y por los derechos de las mujeres y la niñez enviaron ayer una carta a los organizadores para que “apelando al derecho de admisión” impidan que el ex camarista se presente en la feria. La movida fue impulsada por una de las víctimas, hoy investigadora del Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, “para evitar su presencia en un ámbito de la cultura como la feria”, explicó a Página/12. “Es muy indignante saber que no tiene ningún tipo de sanción, al menos que la sanción sea social”, señaló. 3-5-13
 
Sociedad LA NIñA DE UNA DE LAS TRES CAUTIVAS EN CLEVELAND ES HIJA DEL SECUESTRADOR

El ADN que confirma el horror
Los análisis indicaron que Ariel Castro, que mantuvo a tres mujeres secuestradas una década en su casa, es el padre de la pequeña hallada allí. Michelle Knight, la víctima que aún permanecía en un hospital, fue dada de alta ayer. Había sufrido cinco abortos.
Los resultados preliminares de ADN realizados a Ariel Castro, el secuestrador de las tres jóvenes en la ciudad estadounidense de Cleveland, confirman que es el padre de la pequeña hallada con las víctimas el pasado lunes, reveló ayer el fiscal general de Ohio, Mike DeWine. Ayer fue dada de alta la única víctima que permanecía internada.
Según explicó, una muestra de ADN de Castro, que fue acusado formalmente de cuatro cargos de secuestro y tres de violación, fue analizada durante toda la noche por expertos forenses que pudieron “confirmar que Castro es el padre de la niña de seis años nacida en cautiverio de una de las víctimas del secuestro”. Por el momento, el ADN del acusado no coincidió con ningún otro caso pendiente en Ohio, aunque se estén comparando sus datos a nivel nacional también a través del FBI, agregó la Fiscalía.
El caso se destapó la noche del lunes, cuando una de las jóvenes secuestradas, Amanda Berry –la madre de la pequeña– logró escapar y pedir ayuda a los vecinos para que alertaran a la policía. Los agentes hallaron al llegar a la casa de Castro, un ex conductor de autobús escolar de 52 años, a otras dos jóvenes más, Gina DeJesus y Michelle Knight, desaparecidas como Berry desde hacía una década.
Según se fue conociendo a lo largo de la semana, Castro presuntamente mantuvo a las jóvenes encerradas y atadas durante todo este tiempo, y las maltrataba y violaba repetidamente. 11-5-13
ODONTÓLOGO A JUICIO POR ABUSO
 
En Neuquén, empezó ayer el juicio por “abuso sexual gravemente ultrajante” contra un odontólogo de un barrio popular. Una nena a la que atendía contó los abusos a una amiga y ésta a su madre. Con la difusión del caso, otras pacientes se presentaron a testimoniar.
Un odontólogo de la ciudad de Neuquén comenzó ayer a ser juzgado por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante” cometido presuntamente contra una de sus pacientes, una niña de 7 años y medio, a lo largo de más de un año, mientras le realizaba un tratamiento de ortodoncia. El dentista acusado se llama David Narváez. Tiene su consultorio en un barrio popular de la capital provincial, donde atiende a los grupos familiares que no tienen obra social, por cuotas mensuales relativamente bajas. Mañana está previsto que declare una joven de 20 años que también contó que fue víctima del mismo odontólogo en el mismo consultorio, una década atrás, pero que nunca llegó a denunciar el hecho y a partir de este caso se acercó a la Justicia para dar su testimonio.
“Ella nos decía que no quería ir al dentista. Pero yo la llevaba igual. Como yo también le tengo miedo al torno y a las agujas, pensé que era eso. Y además la atendía gratis. Uno cuida a los hijos de las personas que no conoce. ¿Cómo iba a esperar algo así de un profesional? Fue muy shockeante cuando nos enteramos”, recordó compungida Graciela Marín, la mamá de la niña. “A nosotros no nos contaba nada porque le daba vergüenza”, se lamentó. La mamá, el papá y los tres hermanos de la nena se atendían hacía años con el odontólogo. La familia se enteró del abuso, presuntamente cometido en 2010, en noviembre de 2011, porque la nena dijo algo a una amiga del barrio y ella se lo comentó a su mamá, quien a su vez habló con la madre de la víctima. Inmediatamente se hizo la denuncia 14-5-13
 
Reflexiones
El tema recurrente en estos cuatro casos salta a la vista.
Más allá de que se trate de un político sofisticado que recurre  a la seducción del poder o  el dinero, que desarrolle su vida en fastuosas mansiones (como Berlusconi) o de un violento secuestrador (Ariel Castro), que captura a sus presas y las mantiene en el encierro de una casa lóbrega como una cárcel…
Más allá de que utilice el ascendiente de su inserción en la justicia  (como O´Neill, juez en Mar del Plata, entre el 78 y el 82) o se valga de su desempeño como profesional de la salud para cometer el abuso (Narváez)…en todos los casos, este abuso perpetrado es un delito.
¿Y los efectos en las víctimas? El daño moral a la menor seducida por Berlusconi ¿es diferente al de las otras víctimas? El supuesto acuerdo de Ruby ¿no implica un ataque enormemente  siniestro, pues  al dar su consentimiento, además de convertirse con ello en mercancía, entra en complicidad con su prostituyente?
Las cicatrices que deja no quedan en el cuerpo. Se inscriben de otro modo. Son diferentes a las de Michel Knight. Ésta, con fracturas  en el rostro y cinco abortos provocados por los golpes, permanece internada. ¿Y las que quedarán en la niña de seis años que transcurrió su vida en el encierro, el único modo de vida que conoció?
¿Y las mujeres que debieron esperar veinte años para que el que fuera juez, perteneciente a una  familia encumbrada, rica, católica y aristocrática pudieran poner palabras a la vergüenza, la humillación y el desconcierto?
¿Y las niñas y adolescentes abusadas por el perverso dueño de las pinzas y el torno, que en su consultorio se valió de su rol para su satisfacción pedófila?¿ La turbación actual en las jóvenes que se suman, que en su momento no pudieron hablar, o hablaron pero no fueron escuchadas?
Son interrogantes que siguen pulsando.
 
21-5-13
 
 
 
 
10 Violencias y autoritarismos
 
Lo sucedido en relación a las Madres de Plaza de Mayo, su proyecto “Sueños compartidos” y la investigación judicial sobre el ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, está dando lugar a una serie de reflexiones y comentarios de famosos e ignotos. Muchos nos sentimos convocados a expresarnos.
Pero sucede que  hechos  que resultarían en posibilidades de aprendizaje y crecimiento se impregnan de una pasión que impide una evaluación atinada y prudente. Pasión que surge prematura de sentimientos  previos de adhesión o rechazo ¿a las madres? ¿a Hebe? ¿a la historia que ellas encarnan?¿al gobierno al que se la asocia?.
 
“La verdad y solo la verdad” de Mempo Giardinelli en Página 12 del 4 de junio y “El pañuelo no se mancha” de Alfredo Leuco (www. Notiar.com.ar) se sitúan en los extremos de la cuestión en la consideraciòn a las Madres de Plaza de Mayo.
Escuchando los comentarios que surgen en diálogos frecuentes, he registrado el montante de energía que ponen  en juego, atendiendo a que se trata cuestiones vitales que tienen que ver con opciones no sòlo ideológicas, sino también afectivas. Pero aún así, lo que sigue resultando perturbador es lo visceral de las adhesiones y repulsas. La escasa sintonía con lo que el interlocutor pueda sostener cuando se sostienen opiniones diferentes, y  el  escaso respeto en cuanto a si el comentario puede resultar chocante u ofensivo.
Había registrado algo lindante a esa falta de respeto de la opinión ajena en ocasión de escuchar un ¿chiste?
Lo relataba en mi presencia en una reunión otra concurrente. Había recibido un mail donde lo que se contaba era sobre una escala de humanización. En ella, dicho trayecto de humanización, pasaba por Neanderthal, se llegaba a Cromañón y culminaba en Evo. Se suponía gracioso el efecto devaluador.  Ese ¿chiste? no me hizo reír.
Sin duda el relato surgía de la matriz de una arrogante identidad argentina, de ascendencia europea como la mayoría de nosotros (creyéndonos tan diferente a los otros latinoamericanos), clase media boluda y escuela secundaria completa para las estadísticas. Si le hubiera dicho a la relatora que su chiste arrancaba de la más rancia discriminación y xenofobia, apuesto a que se hubiera asombrado. Es bastante común una suerte de racismo que no osa decir su nombre. Sentí que no iba a continuar la conversación.
En la misma línea de reflexiones me puso otra anécdota: en el Kiosco del barrio, yo preguntaba dónde reparaban celulares. El muchacho que esperaba su turno, tomó la palabra: “ -¡No me hablen de celulares! Para robarme, me golpearon...” Se levantó el cabello y mostró las señales de la agresión. Agregó: “ Si tenía un revolver, mataba al negro de mierda. ¡Después me hablan de derechos humanos…” Allí, sobre ese presupuesto, entendí que no era posible continuar la conversación
En otros casos en que se encuentra tal discurso descalificador es en el tema de los desaparecidos, y allí no son solo famosos  hacen públicas sus declaraciones, expresando “Me tienen harto con el tema”, como un famoso cantor de tangos, actualmente con problemas de salud, sino también gente que solo en privado se permite tal “incorrección”.
No solo es Gelblung el que provoca cuando se pregunta ¿qué significado tiene el 24 de marzo? Aunque lo de él haya sido una bravuconada destinada a sobresaltar, es coherente con un estilo de situarse frente a la historia y la actualidad.
En otra ocasión y hablando con una contemporánea, de los juicios que se llevan adelante en los Tribunales Federales, me sorprendió con un desconocimiento grave: ¿Quién era Agustín Feced? Para quienes hemos vivido y transitado Rosario, la existencia del infierno del pozo, relatado en dichos recientes juicios , en la causa Díaz Besone, no es un nombre que se pueda ignorar. Como no se puede ignorar el nombre del  acorazado General Belgrano, como el de la ESMA, como no se puede ignorar  la de la intervención de Astiz, el Gustavo Niño cuidado por las madres  en la Iglesia de la Santa Cruz. (¿Y habrá una similitud entre jóvenes infiltrados, campeones en fingir, que se juran leales, pero traicionan?)
Que se olvide tan pronto el pasado reciente y se pase al desván de las cosas viejas, que un asesino serial : Videla y  los otros  que optaron por la “aniquilación” del adversario dejen de ser recordados como tales,  es  cuando menos  preocupante.
Desde la consideración de lo que las Madres son, de lo que las Madres sostienen, de lo que las Madres hacen ¿Qué puede decirse? ¿Estuvieron equivocadas? ¿Cometieron errores? En relación a este tema, pasto de las fieras, sede del escándalo, será la justicia la encargada de discernirlo. ( Una Justicia que no tuvieron sus hijos, cuando fueron chupados, cuando fueron muertos en presuntos “enfrentamientos”)
Pero recordemos que por muchas fallas que puedan encontrarse, hay algo del orden de lo enigmático (al menos para mí) y es que  esas madres, ninguna de ellas, optaron jamás por la venganza en relación a los crímenes más aberrantes.  Y esa es una verdad incuestionable y categórica. Una cuestión de una estatura ética insoslayable.
Estas viñetas, tomadas de la realidad,  responden a un mismo estilo de funcionamiento en donde “paraguas” y “bolitas”, “negros de mierda” son descalificados por la gente que se siente bien pensante. La misma gente bien pensante que parece creer que los desaparecidos están en España.
Todos los discriminados por la “buena gente”, como estos que menciono, “paraguas”, “bolitas”, “negros de mierda” así como sostener  que a quienes  se llevaron “por algo será” forman parte de nuestra historia de violencias y autoritarismos. Los niños apropiados de madres asesinadas, forman parte de nuestra historia de violencias y autoritarismos. Y las Madres (erradas o no)  en sus dos agrupaciones, con más afinidades que diferencias,  así como también las Abuelas que perseveran en la esperanza, forman parte de nuestra historia. Nos guste o no.
Si pudiéramos pensar en la cuota de  hostilidad que habita a cada uno/a de nosotros/as,  si pudiéramos situarnos en otras perspectivas, tenerlas en cuenta cuando iniciamos un diálogo, cuidando el escuchar tanto como el ser escuchados…Si tuviéramos en cuenta la violencia y autoritarismo que nos compone y partiéramos de allí para vincularnos con el otro ¿quién sabe? Tal vez sería posible otro modo de entendimiento. 2011
 
 
 
 
 
 
 
 
 
11 Las carencias de los barrios privados,  las privaciones de los barrios carenciados

El neoliberalismo ha ampliado la brecha entre pobres y ricos. Sería ingenuo pensar que alguna vez en la historia los hombres fueron iguales en riqueza y posibilidades. No, siempre hubo oprimidos y opresores, ricos y pobres.
Pero lo llamativo de nuestra época es la concentración obscena de la riqueza cada vez en menos personas y la extensión de la pobreza a sectores cada vez más amplios. Los despojados constituyen un grupo humano desechable, son residuos de una sociedad que los condena al basurero, seres que no tienen posibilidad de emerger del sumidero en que se encuentran. Valen tan poco que ni siquiera consumen. Sólo están allí, señalando la inequidad del sistema que los rechaza.
 Domingo Caratózzolo. Match Point (texto inédito)
Hablar de carencias en los barrios privados parece una broma de mal gusto, un exabrupto cínico. Y sin embargo, a poco de pensar acordaremos que es bastante probable que se geste allí, en quienes permanecen resguardados, un contacto con la realidad alejado del que compone lo cotidiano de las mayorías. Es más, dichos barrios tienen precisamente el objetivo de distanciar a sus habitantes de las contingencias que suelen asolar al común de los vecinos. Cumplen la tarea de preservarlos del acercamiento a las multitudes que recorren las calles con sus carritos revolviendo la basura, de los niños abriendo puertas en las esquinas y de los adolescentes haciendo malabarismos en las bocacalles a cambio de monedas.
El barrio los aísla de esas estampas ciudadanas, evitando que entren en contacto con un mundo más allá de las calles arboladas, los cuidados jardines, y el confort de sus mansiones. Podría apostarse a que la vida se despliega allí dentro de una burbuja, que como la del saco amniótico, crea las condiciones ideales para un transcurrir apacible.
Pero convengamos que la burbuja protege. Pero que quien protege controla, y quien controla despoja. Despoja de un registro fiel del mundo, que es heterogéneo y diverso. Preserva y protege, pero a cambio de una mutilación en el registro de este mosaico compuesto de muchos tonos e intensidades de quienes caminamos las calles.
Faltan las experiencias de sumergirse en una acera y ver hasta dónde nos lleva, de quedarse en una esquina, la del cruce de las peatonales por ejemplo, viendo pasar la gente, escuchando a los vendedores ambulantes de chipá, o de baratijas, o de C.D. truchos, esquivando los perros de la comunidad con sus cintas verdes al cuello, en alegre jolgorio y entender así, còmo es esto de vivir en Rosario.
Creo que los habitantes de los barrios privados están carenciados de eso. De una experiencia vital. Y que además, los cercos de alambre de púa y las casetas de observación no evitaron lo que le sucedió a Marta María, en el Carmen Country Club de Pilar, a Norita en Villa Golf, a Rosana en Exaltación de la Cruz. (1)
Esto para reconocer que también allí, en ese paraíso circundado y vigilado suceden cosas, que ni los guardias armados de la entrada pudieron evitar. Cosas que atañen a dramas universales.
Dicen que la investigación es difícil, que pasó mucho tiempo, que no se sabe bien por qué…
En los barrios carenciados también se despliegan dramas. Algunos atañen a asesinatos que parecen no merecer tanta atención. Se suele esperar que entre los habitantes, los “arreglos de cuentas” tomen un cariz de violencia. Se suele esperar y asombra menos…Otros dramas atañen a las privaciones de esos barrios carenciados. Y son los que nos interesan.
 Muchos están privados de agua, de cloacas, de asistencia médica. Por lo que, alguna vez,  algún “Sapito” muere. Las ambulancias no se atrevían a entrar a la Villa 31. Y por eso, por la falta de un anticonvulsivante,  se perdió, se dejó perder una vida.
Y dos semanas después de la muerte de Humberto “Sapito” Ruiz, murió un bebé de dos meses. ¿Parte de la crisis de atención de salud de la Villa?
Si los dramas y también la muerte se dan tanto en los barrios privados como en los barrios carenciados, si carencia y privación son fuente de padecimiento para unos y otros ¿cómo pensar la cuestión?
Algunos  amigos psicoanalistas (no los más amigos) dirán: “Es la cuestión de la falta” y se irán a afilar la punta de sus lápices.
Y es cierto, hay una cuestión de la  falta que hace  a la incompletud e imperfección de lo humano. Que sí, que acepto que esa incompletud e imperfección, nuestra condición de mortales y nuestra simbólica castración,  son  universales y que nos atañe a todos/as.
Pero más que a la cuestión de la falta, yo prefiero poner la falta en cuestión.
Interrogarla y discutirla, porque es definitivamente injusto recibir a la dama de la guadaña prematuramente y desde el barro y la precariedad y porque no estuvo el inyectable que hubiera dado una oportunidad.
Ya sé, la muerte es la muerte, y convengamos que  entre bosques y jardines que prosperan detrás de un cerco con puestos de observación, la muerte también se cuela. Los guardias que piden documentos a los ingresantes al paraíso, proveen una seguridad incierta. Más bien una ilusión de seguridad.
Pero convengamos también, que la dama de la guadaña avanza con mayor impunidad y hace más más incierta la vida para los niños, que como en la película de Ettore Scola, pertenecen al grupo de los “Feos, sucios y malos”.
Y que esos chicos son una punzada en el costado de los que caminamos una calle donde se hace cada vez más válida la aseveración de Galeano: “Se estrecha la pasarela para los que avanzamos entre quienes tienen miedo y quienes tienen hambre”.
 
María del Carmen Marini 21de abril de 2011
 
(1)Me plantean que considere en estos ejemplos de violencia, la cuestión de género, que seguro está implícita, tal como lo está en el asesinato de las trabajadoras sexuales de Mar del Plata, y en las maquiladoras de Ciudad Juarez, pero en este texto me propongo centrarme en las que atañen a esta otra forma de exclusión.

 
 
                   
12 Fanatismos, intolerancias, cerrazones y terquedades
 
Hay algunos fanatismos, algunas intolerancias, cerrazones y terquedades que tienen que ver con la nacionalidad, con la idiosincrasia del lugar en que se vive. Con las cosas que se mamaron, con las  cosas que hacen al estilo de relacionarse con los otros y consigo mismo.
Pero ¿será así? He leído que  cuando dos argentinos discuten, es raro que uno de ellos diga: “No acuerdo con lo que usted  plantea”, sino que dirá : “Usted está completamente equivocado!” Cuando eso sucede, me quedo sorprendida. Sobre todo porque pocas veces estoy segura de algo.
En ocasiones, esos fanatismos, intolerancias, cerrazones y terquedades han tenido que ver con la jerga propia de determinados grupos. En un tiempo, para elogiar a alguien se decía : “Está bien situado”. En realidad lo que quería decir es que pertenecía a la misma parroquia. También para referirse a las propias convicciones, supe escuchar  “Esa es mi verdad”. Mi asombro era proporcional a la contundencia de mi interlocutor
Una de las peores formas de necedad es argumentar respecto a que la edad, o el  género o la  profesión, o alguna pertenencia (ideológica, social, religiosa) dan patente de sabiduría.
Así como si ser  adulto, varón, heterosexual y rico o poseer ciertos saberes específicos, dieran  certeza e infalibilidad. (La maestra que habla desde la cátedra, o el médico que dice desde el pedestal, el abogado o el psicoanalista que usa su vocabulario técnico en lo cotidiano)
El zorro sabe por viejo, a menos que sea un zorro pelotudo. O sea que la edad no es garantía absoluta de nada.
Y no es grave decir estupideces, todos las decimos alguna vez. Lo grave es decirlas con énfasis.
Así,el artículo de José Pablo Feinmann, de éste sábado que llamó “Bólido”, me despertó resonancias. Y quiero decir antes de seguir que leo a Feinmann. Lo leo, lo cito y muchas veces me quedo retrabajando sus aportes. Pero esta vez patinó, mostró la hilacha y si me animo diría que hizo pis fuera del balde. (O meó fuera del tarro como dicen los muchachos)
Inmediatamente de leer su nota recordé  lo vivido por una niña que relaté hace años en una crónica que se llamó “La clase de labor”.
En ella comentaba las vicisitudes de la hija de una amiga en la escuela y su desencuentro con su maestra. Cito un fragmento:
“Habían pedido a las niñas de sexto grado que trajeran lanas de colores y agujas No 3, que iban a enseñarles a hacer una cosa muy bonita.
        Cuando sus compañeras empezaron a trabajar y quedó en descubierto que Mariel no había llevado lana ni agujas y se negaba a trabajar, la maestra intervino para ver que pasaba. ¿Qué pasaba con qué?. ¿Con el tema del tejido como actividad escolar?. ¿Con el tema de las actividades supuestamente femeninas?. ¿Con el tema de la obediencia irrestricta a todas las órdenes?.  Debió ser bastante desconcertante la negativa de Mariel a tejer, como lo hubiera sido la negativa de cualquier  pibe a cualquier cosa. En las escuelas, en general, no se espera que los alumnos se nieguen a cumplir lo prescripto. No se espera que se nieguen. No se espera nada.
        La maestra planteaba lo sorprendida que estaba de que una niña tan linda no estuviera dispuesta a “prepararse para ser una mujer”. (Faltó que agregara: para casarse y tener hijitos, como hubiera dicho Susanita).Allí se dio el primer choque porque Mariela contestó que pensaba que: - Tejer no era la mejor manera de prepararse para ser una mujer.
        Grave ofensa. ¿Cómo se puede dudar de las implicancias de “uno arriba, uno abajo” en los cuestionamientos filosóficos, éticos, psicoevolutivos en el crecimiento de las jóvenes hacia su destino adulto?.
        Entonces preguntó: -¿Cómo que tejer no era la mejor manera... Acaso tu mamá no teje, no lava, no plancha?-.
        ¡Pregunta imprudente!. Mariel contestó: -No, mi mamá no plancha. Mi mamá estira-. Y extendiendo las manos como si tuviera una tela entre ellas en dirección vertical y horizontal, indicó la manera en que se resolvía el tema del planchado en su casa, con lo cual tapaba la boca a su maestra, pero escrachaba públicamente a su madre.
 La maestra indignada por la respuesta protestó: -¡Pero es de mujeres el atender la casa, tener la ropa en orden, cocinar, coser, tejer...! (Chorreando ideología patriarcal).
        A lo que Mariel contestó: -Pero yo creo que ese es un modo de ver que
depende de que vivimos en una sociedad machista...- (También chorreando ideología, pero contestataria).
        Algo estalló en la maestra que barbotó: -¡Vos sos muy gurrumina, tenés que tomar mucha sopa para llegar a crecer y  pensar còmo se debe!-
        (Quién está capacitado para decir cómo es que se debe pensar?. ¿Quién puede ser tan osado o tan soberbio?)
          La respuesta fue: -Cuando crezca, yo preferiría seguir pensando como pienso ahora-.
Desde allí a la dirección a firmar el libro negro, ya no medió nada.
Lo firmó en silencio y con  dignidad.
        Y en las clases de labor se suela ver a una maestra entre confusa y desesperada porque no sabe qué hacer con una niña que si sabe qué pensar. (Aunque no sea como “se debe”)
Epílogo
        Cuando en Ciencias Sociales Mariel debió responder a un cuestionario en el que se le preguntaba dónde aprende sus derechos contestó: -Aprendo en diferentes lugares, en mi casa, en el barrio, en el club, en la escuela...- Y después de reflexionar corrigió: -En la escuela más o menos-.
1989
Las reflexiones del artículo de Feimann que me trajeron este recuerdo surgieron al leer:
“Tengo, a menudo, ganas de decirle a alguien que es un “tarado”. Si ya “boludo” se licuó (no sé por qué), ¿cómo se le dice a un tipo que es un imbécil, un idiota? En un programa de TV dije de alguien que era un “mongui” y no faltó quien llamara para pedir que me dijeran que eso era una ofensa. No, aclaro mi posición. Quiero poder todavía decirle a un tarado que es un tarado. Y sigo aclarando: cuando diga eso no me voy a referir en absoluto a ningún minusválido. No, al tarado le voy a decir: “Vos sos un tarado pero no naciste tarado. Nada te condenó a ser tarado. No tenés ni una sola malformación o inadecuación en tu cerebro. Sos un tarado por entera responsabilidad tuya. Porque vos solito te hiciste un tarado. Te hiciste un idiota. Porque aunque tenés todas tus neuronas sanas pensás mal, argumentás mal, razonás mal, decidís mal, elegís mal, vivís mal, tenés el vicio incurable de equivocarte, de no saber distinguir entre algo bueno y algo malo y encima acusar a los que sí lo saben de estar equivocados, en suma: estás re-sano, pero sos un tarado. Porque la taradez no es una enfermedad, es una elección moral. Uno se hace un tarado o se hace algo valioso. Uno se hace a sí mismo. Bueno, entonces vos sos absolutamente responsable del inmenso pelotudazo, del inconmensurable tarado, del infinito idiota que sos.”  (Las negritas son mías)
Y aquí yo me pregunto si no hay un hilo conductor entre 1) el discutidor que dice: “Usted está completamente equivocado”, 2) el compañero de hace años que decía que estaban “bien situados” aquellos que compartieran sus preferencias ideológicas y/o partidarias, 3) la maestra de Mariel que le decía que cuando dejara de ser una gurrumina tomando mucha sopa, recién entonces iba a llegar a “pensar còmo se debe” y 4) la afirmación de Feinmann de que se equivoca aquel que hace elecciones morales diferentes a las que haría él, Feinmann, que supuestamente elige bien, distingue entre lo bueno y lo malo, se hace a sí mismo como valioso y no es un inmenso pelotudazo, un inconmensurable tarado, un infinito idiota que tiene el vicio incurable de hacer elecciones morales equivocadas. (cito sus palabras)
Y a mí, que a veces se me hace difícil saber si estoy en lo cierto o equivocada, Que me cuesta saber si estoy bien situada. Que jamás le diría a un niño, ni a un adolescente, ni a un adulto ni a un anciano, cómo debe pensar, que sobre todo no plantearía que porque alguien no coincide con lo que yo postulo es un idiota, me quedé pegada a su texto. Texto tan taxativo, tan inflexible.
Y  después de recordar a la maestra de Mariel, recordé a otros que como ella (desde un lugar de poder) afirmaron cosas con gran seguridad. Hubo algún oscuro personaje que había leído las obras de Sócrates y las novelas de Borges y se había mostrado igualmente enfático.
Y también rememoré que Aldo Rico supo decir: Yo no dudo, los soldados no dudan. La duda es una jactancia de los intelectuales. Y sin considerarme una intelectual, ni frecuentar la academia, la duda es una compañía frecuente. Y juro que no me jacto de ella, pero contrariamente a los que pisan fuerte, hablan alto y se muestran tan contundentes, creo que hay que detenerse y barajar y dar de nuevo.
Por otro lado si me encuentro cuestionando a Feinmann, es porque este texto me resulta contradictorio con otros escritos. Y yo lo admiré cuando supo escribir algunos que me  convocaban planteando la multiplicidad y diversidad de lo humano.
Acepté entonces, con Feinmann que somos simultáneamente, cada uno de nosotros, un Dr Jeckyll y un Mister Hyde. Inclusive acepto que es profundamente perturbador que aspectos tan contradictorios sean parte de una totalidad.
Supo escribir:
“…los grandes novelistas no han insistido sólo por incomodar a las conciencias burguesas con el tema de la complejidad del hombre. El caso más célebre es el de Stevenson y su dualidad Jekyll-Hyde. Pero  el mensaje menos transitado de la novela es: en todo Jekyll hay un Hyde. Esto elimina el dualismo. Henry Jekyll no es un ser dual. No es Jekyll o Hyde. Lo realmente intolerable es Hyde en Jekyll. 
Se trata de un tema espinoso. Su formulación podría ser: el mal está en todos nosotros. Todos somos capaces de hacerlo
Y Continúa Feinmann:
La vida no tendría que- además de envejecernos, volvernos amargos. No hay que permitirlo. Pero vivir es terminar por verlo todo. El motivo es sencillo: uno vive y en ese largo desarrollo ve, en su interior, en uno mismo, todas las caras posibles del animal humano. Lucha por evitar las peores y lucha por dar las mejores. Pero lo que vio -en sí mismo y en la vida: en la vida que lo atrapó en su urdimbre- no lo puede olvidar. 
José Pablo Feinmann: “El lado oscuro de la calle”. Página 12. 25 de junio de 2006
Entonces ¿hay derecho? ¿A veces lo olvida?¿Se puede, se debe revisar sus últimos aportes?
 
María del Carmen Marini Marzo 2011


 
 
13 Temas de invierno

Como toda selección, la que me propongo implicará una inevitable arbitrariedad. Los temas que abordo, son tan opinables como pueda concebirse. ¿Por qué elegí estos y no otros?  Porque éstos son los que me convocaron a mí, en mi lugar, Rosario, y en este invierno del 2012, que aprieta con su frío.
Los tomé de las noticias, que en los diarios me conmovieron y me enviaron a viejas reflexiones que quedan para seguir siendo pensadas. Cada quien podrá encontrar resonancias en estos temas o sentir la ausencia de otros, pues leemos la realidad en función de nuestros afectos e intereses. Estas notas reflejan los míos, y pueden tener sintonía con hechos que no se clausuran aquí, ni agotan los que desbordaron noticiosos y periódicos del mismo período. Quedan solo como apuntes de algunos acontecimientos de este invierno…
El valor de la vida. ¿Absoluto o relativo?.
Analía Bouguet, mamá de Luz Milagros, la beba prematura que fue dada por muerta al nacer en un hospital de la capital chaqueña, dijo ayer que “siguen peleando por ella” y le pidió a los médicos “que hagan algo porque tiene derecho a vivir”. La beba fue trasladada el martes pasado con un complicado cuadro de salud e internada en el Hospital Italiano. Allí determinaron que no hay perspectivas de mejoría. La mujer relató ayer, en la puerta de ese centro de salud, que los médicos le dijeron que su estado es irreversible y que “la decisión es que ella tenga una muerte digna”. “Solo Dios puede decidir ante esta situación. Esa es la única fe que me mantiene cuando uno quiere bajar los brazos, pero vamos a seguir”, dijo ayer la madre de Luz Milagros. Ayer la mamá insistió en que hay que luchar para que la beba siga con vida. Página 12, 6-6-12
Pablo Albarracín sobrevivió a un asalto en que recibió cinco disparos en el cuerpo y uno en la cabeza, pero una decisión religiosa le puso un freno a los médicos : es Testigo de Jehová, una religión que prohíbe las transfusiones de sangre. Ahora la batalla es entre su papá, que recurrió a la Justicia para que autorice las transfusiones, y la esposa de Pablo –también Testigo de Jehová– que recurrió a la Justicia para impedirlo.
Pablo Albarracini tiene 38 años. Ese 4 de mayo, llegó a la clínica Bazterrica con pérdida de masa encefálica y un balazo en su ojo izquierdo. Los médicos lo operaron y enseguida indicaron una transfusión urgente de glóbulos rojos. Y fue ahí que se dividieron las aguas.
“En 2008, cuando mi hijo ingresó a la congregación de los Testigos de Jehová, le hicieron llenar un formulario preimpreso en donde asume que, en caso de ser hospitalizado, no acepta transfusiones de sangre. Clarín 18-5-12
 
La niña que inspiró la Ley de Muerte Digna, que entró en vigencia esta semana, se convirtió en la primera persona del país en acceder a una muerte por esta vía luego de que se le desconectara el respirador que la mantenía con vida. "Pasó por este mundo y nos dejó más derechos a todos. No fue en vano tanto dolor y sufrimiento", dijo ayer Selva Herbón, según publica La Nación. Página 12, 8-6-12
 
La Ley 26.742 sobre muerte digna –que se aprobó el 9 de mayo último y entró en vigencia el viernes pasado– reconoce a los pacientes y familiares “el derecho a limitar los esfuerzos médicos o terapéuticos en casos de enfermedades terminales o irreversibles”. Hasta llegar a la sanción de esta normativa, hubo que recorrer un extenso camino que se inició cuando Melina González –la joven de 19 años que falleció en marzo de 2011– se encontraba internada en el Hospital Garrahan en estado terminal y pidió que la sedaran para “no tener conciencia de su muerte”. A ella se enlazó el caso de Camila Sánchez, la beba de tres años que falleció ayer tras padecer un cuadro irreversible desde su nacimiento, por el que su familia imploró –desde un principio– para que la dejaran “ir en paz”. Página 12, 13-6-12
Pensando en los tres casos que anteceden, cabe relacionarlos por la magnitud del dolor implicado en ellos, y por contraste por la diferente manera de posicionarse frente a dicho dolor. En tanto la madre de Luz Milagros se sostiene en una batalla desigual por la conservación de la vida de su hija, a cualquier precio (incluso el de la discapacidad permanente e irreversible por los daños neurológicos padecidos), la esposa de Pablo Albarracín hace prevalecer el compromiso de no aceptar la transfusión que podría aumentar las probabilidades de salvarlo, por su pertenencia a Testigos de Jehovà. Y como llamada a la reflexión, Selva Herbón, la madre de Camila batalla para que, al cabo de tres años su hija pueda tener una muerte digna.
La madre de Luz Milagros, al solicitar que se continúe con los esfuerzos médicos, aun cuando el estado de la niña es de deterioro irreversible, y la esposa de Pablo Albarracín al oponerse a la transfusión que mejoraría las posibilidades de éste, se sostienen ambas, en argumentos vinculados a su profunda fe. Solo que esta religiosidad las orienta a  decisiones contrapuestas en relación al accionar médico.
Selva Herbón, después de tres años de lucha obtiene la autorización (con la ley 26.742) para que acabe el encarnizamiento terapéutico, que mantenía a su hija en estado vegetativo, sin chances de recuperación.  Aun habiendo solicitado con entereza y perseverancia ese cambio, expresa  su sentir respecto de Camila  al anunciar el deceso, y.dice, designando a su niña: “Camila, nuestro ángel, pudo partir”.
 
2-Acerca de paternidades
El día de los padres
Alejandro Grinblat y Carlos Dermgerd se casaron en octubre. Alquilaron un vientre en la India y están a punto de ser padres. Ya tienen la habitación preparada para el bebé. La historia.
La habitación tiene una cuna y está pintada de blanco. “No sabemos si tenemos que decorarla con un castillo de princesas o una pista de autos”, se divierte Alejandro Grinblat. En menos de un mes, Alejandro y su esposo, Carlos Dermgerd, se convertirán en flamantes papás. Su bebé nacerá en la India, donde alquilaron un vientre a través de una clínica de Nueva Delhi. Ya están en la cuenta regresiva. En pocos días viajarán para allá, para estar tranquilos por si la fecha de parto se adelanta. Así que para hoy no tienen más planes que dedicar el Día del Padre a armar las valijas. Y releer uno de sus libros de cabecera en los últimos meses, Instrucciones de uso, un manual de procedimientos con la información básica sobre cómo criar un recién nacido, donde se explica paso por paso desde cómo cambiar un pañal hasta cómo darle un baño Pág. 12,17-6-12
Beba vendida y devuelta
Un matrimonio entregó en una dependencia policial de Misiones a una beba de cinco meses, tras conocerse la denuncia de la madre biológica, quien acusó a su pareja de haberla vendido por seis mil pesos. Según confirmó ayer la policía de Misiones, el hecho ocurrió el 18 de junio, cuando una mujer identificada como Claudia A., de 20 años, denunció a su pareja, Nelson E., de 42, por la “venta” de la hija de ambos a un matrimonio de la comunidad gitana. En su denuncia, Claudia A. relató que su compañero había salido a hacer unas compras con la beba y supo luego, por comentarios de vecinos y allegados, que entregó a la niña a cambio de dinero. El hombre abandonó la casa que compartía con su pareja y permanece prófugo, mientras la policía inició una investigación para ubicar a la beba, a su padre y al matrimonio que la compró. La policía recorrió sin éxito las comunidades de gitanos radicadas en Posadas y el interior de la provincia, y los domicilios de familiares del padre de la niña. El martes pasado una pareja de gitanos se presentó ante las autoridades policiales y la entregó y aseguraron no haberla “comprado”. Página 12, 28-6-12
Rosa Esther Rivas Morales  HIPOCAMPOS
Es el único género de animales donde el que se queda "embarazado" es el macho. La hembra usa su ovopositor para insertar los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora del macho, dentro de la cual son fertilizados. Sabemos que los animales embarazados son machos porque producen esperma, mientras que las hembras producen óvulos, cumpliendo así la definición básica biológica de ambos sexos.
 Una vez fertilizados, los óvulos se empotran en la pared de la bolsa siendo envueltos por los tejidos que revisten el interior de ésta. La bolsa se sella cerrándose y el macho desarrolla entonces los embriones. El oxígeno se difunde a través de los capilares del tejido que reviste los óvulos. Las hormonas ayudan a crear un fluido placental que baña una pequeña parte del huevo que sobresale de los tejidos de la bolsa. El medio creado por el fluido en la bolsa se altera durante el embarazo, pasando de ser parecido a los fluidos corporales a parecerse al agua del mar circundante, presumiblemente para reducir el estres de las crías en el momento del parto. De Facebook, 2 -7-12
Ursula Le Guín supo escribir en “La mano izquierda de la oscuridad” (1) de un lugar en que tantos ellas como ellos podían albergar el embarazo.¿Se habrá inspirado en una versión más flexible de la paternidad en los hipocampos?
Lo cierto es que entre los humanos, los dos casos consignados ejemplifican la mayor de las contradicciones. En tanto Alejandro y Carlos enfrentan y derrotan la barrera biológica para convertirse en padres, Nelson vende a su hija recién nacida por 6000$ y huye del rol paterno, como de algo indeseado. Otra vez la contraposición, que al igual que respecto al valor de la vida, nos interpela desde el absurdo.
En LA MANO IZQUIERDA DE LA OSCURIDAD nos encontramos en el planeta Invierno que, como su propio nombre indica, vive inmerso en un eterno invierno de temperaturas extremas, donde la adaptación al medio es sinónimo de supervivencia. Los habitantes de Invierno ignoran la existencia de los demás mundos habitados, habiéndose desarrollado su civilización de forma totalmente aislada. Pero hay algo muy especial en ellos, su ambisexualidad o hermafroditismo. Durante la mayor parte del tiempo son asexuados, pero una vez al mes entran en una especie de celo que hace que se les defina uno de los sexos, sin necesidad de que sea siempre el mismo, y así poder procrear. Un habitante de Invierno puede ser padre o madre en diferentes momentos de su vida, según cual sea su sexo en el momento de la concepción. Como es lógico, toda su sociedad, sus costumbres y sus tradiciones están marcadas por este hecho.  Andrés Berdasco Blanco
3-Injusticias en las Escuelas
Los padres del chico al que debieron extirparle un testículo ratificaron ayer la denuncia por violencia escolar en Tribunales. El juez Vienna investiga si existió delito de "comisión por omisión", por parte del personal escolar o ministerial
La Justicia investiga si existió delito de "comisión por omisión u omisión impropia", por parte del personal escolar o ministerial, en el caso de Daniel Iván, el nene de 11 años a quien debieron extirparle un testículo tras una golpiza que sufrió en el baño de la escuela Nº 6.068 "Brigadier Estanislao López", de Fighiera. Ayer, sus padres ratificaron la denuncia. Página 12 , 5-6-12
 
 Adolescente  sanjuanina sancionada arbitrariamente por las autoridades.        Micaela Lisola, la alumna sancionada por hablar sobre la dictadura. “Hay que respetar el Día de la Memoria”
La Presidenta hizo una extensa referencia a su caso durante su discurso. “Sentí una gran emoción, pensé que me estallaba el corazón”, contó la joven de lo que vivió al escucharla. Destacó que “miles de chicos se incorporaron a militar en los últimos tiempos”.
Lisola fue sancionada por dar un discurso en el Día de la Memoria y terminó haciendo la denuncia ante el Inadi. Página/12 publicó el caso, que finalmente llegó a manos de la Presidenta. “Tenemos que intentar que esta ley se cumpla en todos los colegios, más allá de que sean colegios públicos o privados porque las leyes son iguales para todos”, Página 12, 7-6-12
Los dos casos mencionados cuentan que cruel puede ser la escuela para un niño, desde la marginación y violencia de sus compañeros, y para una adolescente, desde la necedad de los adultos que pretendieron acallarla.
En “Si yo volviera a ser niño”, Janusz Korczak refiere el desvalimiento de los niños, su inermidad frente a compañeros abusivos a ese infierno en que puede convertirse el grupo de pares, cuando los “matones” se ensañan con el débil.  El desconocimiento de los adultos o su indiferencia, sigue marcando situaciones, que como la de la nota, pocas veces trascienden,  pero atraviesan con su violencia muchas situaciones que son leídas como “fracasos escolares de aprendizaje o de socialización”.
En cuanto a la situación de la alumna de secundario, vale lo vivido como muestra de la represión de la palabra y de las ideas, cuando los adultos encargados de guiarla, traban cualquier salida del “guión” previamente establecido. Vale como muestra de la gravedad a cualquier desafío de lo instituido, que en este caso llegó a la máxima sanción disciplinaria.

DESAFIOS 

1-Escándalos en la justicia: causas armadas que caen
 Alejandro Bordón:. Un hombre fue absuelto después de estar veinte meses preso. Lo acusaron con pruebas falsas de asesinar a un chofer de colectivos en Lanús. Pero un tribunal descubrió que la Bonaerense falsificó testimonios y alteró pruebas: declaró inocente al acusado y ordenó investigar las irregularidades. Página 12, 6-6-12
La Corte Suprema puso un límite al Rati Horror Show
Fernando Carrera lleva preso siete años y medio. Fue condenado a treinta años por un caso en el que siempre denunció haber sido víctima de un complot policial. Una película de Piñeyro retrató el hecho. Ahora, los jueces supremos ordenaron una nueva revisión de la sentencia.  La sala 3 de la Cámara de Casación, que había confirmado en 2008 la condena dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 14, “no efectuó una revisión integral, exhaustiva y amplia del fallo condenatorio”, coincidieron cinco de los siete magistrados; tampoco trató “de modo suficiente y acabado los argumentos planteados por la defensa”, agregaron.  Pagina 12, 6-6-12
 
¿Cuándo la justicia no es justicia?, Cuando los que debieran protegernos nos ponen en peligro, y la verdad queda sustituida por una colosal mentira. Ambos casos expresan una realidad inquietante para quienes crecimos creyendo en las instituciones, en quienes anhelamos poder volver a creer.

2-Crecimiento de libertades
La letra “T” Marlene Wayar
El fulgor del festejo no impide reflexionar sobre la letra chica de la ley. Los casilleros de Hombre/Mujer siguen inamovibles tanto en la vida cotidiana como en las opciones que presenta el documento de identidad. La identidad travesti y trans queda, al menos en los papeles, sin palabra.
¿Cuál es el problema con legitimar las categorías H y M? Que una identidad queda finalmente cancelada, no existe lo travesti o trans. ¿Qué nos solicita esta ley? Que dejemos de ser eso que somos y que debería ser reconocido como nuestra identidad. Si lo pasamos a otras identidades colectivas sería como si a las personas afrodescendientes se les pidiera que maquillen su negritud para evitar el racismo o si personas judías tuvieran que parecer cristianas y vivir de modo oculto su religión para no ser víctimas del antisemitismo.
¿Y si se nos nota lo travesti? La culpa es nuestra por el mal o poco esfuerzo en parecer lo que decimos ser. La expulsión del hogar, el acoso escolar, el hacernos sentir vidas ilegítimas, el acoso policial, la discriminación laboral no tendrán sustento en casos de discriminación por ser trans, pues el/la otro/a que nos discrimina tendrá como argumento que somos M o H según el DNI exhibido. Página 12, 11-5-12
Nuestras cabezas armadas para pensar la realidad en términos binarios: bueno-malo, lindo-feo, alto-bajo, masculino-femenino, tropieza con la demanda de imaginar “n” sexualidades. En las que puedan incluirse otras, además de heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales, intersexuales, travestis, transexuales y  transgénero.  El pensamiento “Queer” lo formula y después del sobresalto debemos ponernos a pensar. No porque sea fácil, sino porque va a ser cada vez más necesario si deseamos que el respeto a la diferencia sea más que una fórmula vacía.

3- Consenso para despenalizar el consumo de cannabis
Debate en torno a la despenalización del consumo personal de marihuana.                           
Los diputados Ricardo Gil Lavedra (UCR), Diana Conti (FpV) y Victoria Donda (FAP) acordaron un borrador para despenalizar la tenencia de drogas para consumo personal. Estará penado tener estupefacientes si es para comercializar. Página 12 16-5-12
El desconocimiento del tema y el hecho de que prevalezcan mitos y prejuicios hace lento el avance de planteos que permitirían un genuino ejercicio  de derechos individuales, y una esperanza en el abordaje de enfermedades que hasta ahora permanece estancado.
(Me refiero a las neurológicas, como la esclerosis lateral amiotrófica, el parkinson y el Alzheimer)
M.C.M. 2012


 
14 De historias de sobrevivientes

Si he considerado atinado conectar la reflexión sobre una ética en el uso de la palabra (tal y como surge de diferentes perspectivas) con las próximas páginas, que testimonian lo vivido por sobrevivientes, es porque lo creo válido. Esto es, porque el relato de lo recordado y nombrado por sus protagonistas, implica una recuperación de la palabra plena. Una palabra que sustenta un decir, que por acallado, en algún caso, por largo tiempo, corría el riesgo de ser olvidado.
Estos testimonios implican una ética en el decir y una ética en el vivir, que si hubieran quedado silenciados, nos dejarían privados de verdades profundas y elocuentes.
Jack Fuchs , del relato de su vida en “El árbol de la muralla”
Jack habló y dijo: “Lo que se proponían en los campos era deshumanizarnos. Pero no pudieron” “Dios dijo haya luz, y hubo luz. Quiere decir que primero vino la palabra, pero con la Shoah no vino primero la palabra, sino el hecho.” Postergación para decir, para contar lo irrepresentable: la muerte y la locura. ¿Cómo contar lo que no tenía palabras que nombraran?. ¿Cómo encontrar explicaciones para aquello que queda fuera de toda explicación? Hay quien dijo que los cuarenta años de silencio de Jack pueden asimilarse a los cuarenta años de peregrinación por el desierto. Y al cabo de los cuarenta años sobreviene la palabra. Los victimarios no dieron su palabra, no dieron explicaciones, se escondieron. Las víctimas tuvieron que buscar esa explicación, inventarse las palabras: vernitchen, holocausto, shoa.  Y Jack Fuchs dice en “El árbol de la muralla”: “El mundo calló, los árboles callaron, el cielo calló, lo que pasó acá ¿quién puede saberlo?, ¿y quién puede comprenderlo?”.
Como el árbol milagrosamente reverdecido en el muro que rodeaba el ghetto de Lodz, él también perseveró vivo. El árbol que hincando sus raíces entre los ladrillos logró superar el viento y volvió a sonreír en sus hojas, Jack remontó la tormenta y permaneció arraigado a la vida.
Después del guetto, después del campo, después de la orfandad. Después de la enfermedad,  del despojo de sus afectos y de su tierra, pese a la profunda soledad “nosotros ganamos porque nunca pudieron deshumanizarnos”, cuenta Fuchs.
Y  sintiéndose “condenado a vivir” y obligado a testimoniar efectúa un ejercicio de la memoria en la reconstrucción de la verdad. Verdad de la tragedia que transitó, pero también escuchándolo se recuperan imágenes de su vida en familia, antes…
Y sumerge su historia personal en la historia. Y desde allí cuenta:
 
 “Asociar el nazismo exclusivamente con la destrucción de los judíos es cometer dramáticas omisiones, que nos perjudican a todos”. “Entre las víctimas del nazismo estuvieron los opositores políticos, las personas con discapacidad, los testigos de Jehová, los homosexuales, los ciudadanos polacos, los gitanos...”
Y la relata también, desde la delicadeza y el cuidado por el interlocutor. Con los mismos con los que cuidó a su hija, a sus nietas.
Fuchs sobrevivió, ya cumplió 88, conoce los aspectos más sombríos de la naturaleza humana cuando refiere: El primer mandamiento dice ‘No matarás’, ¿no? Quiere decir que la gente se mata”, pero sin embargo sostiene: “Mataron a millones, pero no nos pudieron deshumanizar”.
 “Mi abuelo me decía que el que escucha se convierte en testigo”, así nos convertimos en testigos.
Fuchs incluye en los diálogos del film a su nieta. La verdad soslayada cuidadosamente por años emerge, y los encuentra solidarios. La transmisión de una a otra generación se cumple y la memoria queda preservada. Fuchs piensa que habiéndose protegido recíprocamente por años ya pueden poner las palabras que nombran.
Su hija Mariana de niña, cambiaba de canal cuando intuía que las imágenes podían convocar al dolor. No se preguntaba para no ofender, no se relataba para no agobiar.
Hasta hoy no puede dimensionarse lo vivido. “Y las preguntas que surgen de la lógica no tienen respuesta, porque aquella realidad no tenía lógica”.
¿Se aprende algo de tanta muerte? Jack no es esperanzado cuando recuerda las guerras sucesivas. “El hombre contra sí mismo. El enemigo más grande del ser humano es su semejante”.
El problema es que los testimonios fueron siempre los de las víctimas y no los de los victimarios. No había quien escuchara. Los hijos de sobrevivientes  sobrellevando también esa historia.
Todas son verdades, el de quién las acalló, el de quién la sostuvo. Sólo que cambian las formas de transmitirla, porque “nadie fue a una escuela de sobrevivientes para que le enseñaran. Yo nunca perdí el humor, pero no hablaba con nadie de esto. ¿Qué podría decir?”
“Después de la muerte de mi señora, empecé a contar. A nosotros nadie nos dijo “no lo cuenten”, sino que no nos preguntaban porque tenían miedo de lo que fuéramos a contestar. Y tampoco sabían qué preguntar, porque es una situación casi de fantasía… nosotros pensábamos que era propaganda contra Alemania: simplemente no nos entraba en la cabeza que pudiera existir algo tan ilógico….nadie esperaba eso. Yo incluso llevé mi álbum de estampillas. Se debe recordar, pero cada uno hace lo que puede”.
Leandro Arteaga entrevista a Tomás  Lipgot. Y el director del film, dice a Rosario/12 que "los paralelismos entre lo que pasó en Alemania y acá durante la dictadura son obvios, hay una relación muy grande. La memoria es una sola y es una cuestión compleja. Jack tiene un libro que la problematiza -Dilemas de la memoria. La vida después de Auschwitz, donde da cuenta de todos los vericuetos en esta lucha, porque la memoria es una lucha contra el olvido, para que este monstruo tan grande no lo devore todo. El olvido es automático, sucede todo el tiempo. Por eso, esta memoria que estamos celebrando es una construcción".
-“ Su explicación sobre la frase "ahora puedo morir", que recuerda decir al salir de Auschwitz, es extraordinaria. Era morir como una persona, habiendo recompuesto su dignidad, en la Cruz Roja que lo asistió entonces”.
- “El tiene esa capacidad reflexiva. A mí me emociona mucho su nivel de sinceridad. Todo el tiempo es muy consciente acerca de qué es lo que le sirve contar porque, después de todo, la clave para la transmisión también está en no contar ciertas cosas que no permitan construir, más allá de si se las recuerde o no”.
Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernandez Huidobro escriben “Memorias del calabozo”
Jack Fuchs dice: ”Se debe recordar, pero cada uno hace lo que puede”.
 Mauricio es más categórico cuando cita una frase: “Al que recuerda el pasado hay que arrancarle un ojo. Al que olvida, los dos”. La memoria como obligación ética del sobreviviente, del que se convirtió en testigo.
 Y también a ellos quisieron deshumanizarlos. Ellos reconstruyen aquella lucha, en que tenían la certeza de que debían sostenerse. En que “La cuestión era edificar la esperanza a pulso”. En que “Sobrevivir era el motivo de nuestras vidas. Como un acto de resistencia”.
 Sabiendo de que trataba de defender a muerte el equilibrio, permanentemente acosado y en riesgo. Para defender ese precario equilibrio instalarse en las certezas. Así se decían: “Hay una cosa que no me pueden sacar: mi fuero interno, mis ideas, mis fantasías”.
 “Quisieron eviscerarnos el alma. Cada minuto era una batalla. Una difícil montaña que escalar, hasta componer un año, varios años. Sin ver más que muros.”
También a ellos intentaron destruirlos en su dignidad. Sobrevivieron sí, pero sabiendo que un punto:  “Nosotros estamos viviendo hoy, todavía dentro de los calabozos, todavía no hemos salido, en el sentido de que no hemos podido enterarnos cabalmente de todos los acontecimientos que ocurrieron en esa época”. (Como Elie Wiesel: Seguimos en un punto viviendo dentro del campo. De allí nunca se sale del todo…)
Y en aquel tiempo de oscuridad tuvieron que valerse de sus recuerdos para resistir, de sus convicciones para permanecer lúcidos  “Teníamos que vivir con lo puesto adentro”. Sabían que “El derrumbe en la desesperación hubiera sido el triunfo del otro.” Y eso no lo podían permitir.
En la privación, en el aislamiento, en la incertidumbre…de lo único que podíamos valernos era de “lo puesto adentro”. De esos recursos dependíamos para seguir viviendo. Y eso “puesto adentro” Como las palabras que nombran, tuvo la fuerza de mantenerlos vivos, de mantenerlos cuerdos en medio de aquel ámbito de locura y de muerte.
Como ellos : Joaquín
Su ejercicio sacerdotal entre los más humildes fue la causa por la que se lo llevaron. Estuvo muchos años allá, en la cárcel del Sur, pero pudo volver. Y entonces contó: “Podían hacerme desaparecer, torturarme, matarme, lo que no pudieron lograr, es que yo fuera como ellos”.
Vio  morir compañeros en el frío de la celda helada y húmeda. Pero era joven y fuerte y sobrevivió. Cuando salió volvió a instalarse en el mismo lugar del que lo habían llevado: la villa. En su decisión y en su perseverancia: el mensaje.
También Marta
El carcelero nos dijo: “De aquí las vamos a sacar muertas o locas. Había que resistir. Para dar testimonio”. Era la obligación ética a sostener a contracorriente. A veces a contracorriente de sí mismas cuando la desazón ganaba. “Así si una se “encuchetaba” las otras la acompañábamos y le insistíamos en que volviera al grupo, a la fuerza del grupo”.
Cuando una no quería el rancho inmundo, que vertían en el plato, otra le exigía: “Comé hoy, comé algo, que tenemos que poder seguir delante, vivas y resistiendo”.
Entonces
Así en Jack, con su hermosa metáfora de su vida como la del arbolito, crecido entre los ladrillos de la muralla, que se obstinó en seguir vivo, como él, pese a las tormentas…Como en  Mauricio y Eleuterio cuando luchaban para no derrumbarse en la desesperación, y edificaban la esperanza a pulso…Como en Joaquín y Marta, y tantos y tantos otros, la fuerza de sobrevivir estuvo en dar testimonio, en evitar el olvido, en honrar la verdad que los sostuvo. En perseverar en la vida.
El rescate de las palabras ha sido fundamental en todas estas vidas. En todas las vidas.
Pero para concluir quiero traer las palabras de  dos amigos que también se refieren a la fuerza y el sentido de las palabras. Y aunque uno es un psicoanalista que ejerce el humor, o un humorista que ejerce el psicoanálisis, y el otro es un escritor que nos ha regalado bellas canciones, creo que vale incorporarlos en este escrito, porque traen la voz de lo cotidiano.
Rudy escribe:  El problema no es creer en las palabras, sino en qué palabras se cree. No es lo mismo creerle a un “te quiero” que a “síganme, no los voy a defraudar”, “no te va a doler” o “no te preocupes por la plata” ni mucho menos “dejemos aquí por hoy”. En realidad, esta última frase no es cierta, ya que el analista se la dice a un paciente, pero es el analista quien se queda aquí por hoy, mientras que al paciente esa frase le funciona cual experiencia pavloviana indicándole que debe irse. Más correcto, aunque menos glamoroso, sería “déjeme aquí por hoy”.
En verdad, sucede la mayoría de las veces, ni el paciente deja, porque la sesión sigue desplegándose en él, ni mucho menos deja el analista, que se queda con su retrabajo de lo que sucedió, y en la expectativa de lo que seguirá “en la próxima”.
                           
Adrián Abonizio relata: El pibe entra al aula con sombrerito de rafia muy bonito en el primer día de clase. La maestra decide que se lo tiene que sacar. El niño protege su testa y su libertad. Ella reclama por una falta de respeto. El pibe de ocho años solo responde: "¿A qué?" Y es esa frase sola es la que la encrespa a la señora soberana del aula para llevarlo a dirección. El pide que le expliquen, ella que lo expulsen, pero el sombrero, que no es una mala palabra ni una falta de respeto a nadie, permanece en la coronilla del ángel libertario de ocho años. Su papá le ha dado armas para defenderse del nazismo escolar: La palabra.
Ella es la protagonista.
María del Carmen Marini marzo 2013




15 Abusos en lugares insospechados 2018

 En mis recuerdos más remotos, la policía estaba para cuidar de los niños en la calle, los sacerdotes para enseñarnos en el catecismo el valor de lo espiritual y se consideraba saludable la práctica el deporte. Estos criterios pueden parecer antigüedades.
Pero sucede, y es perturbador, que la violencia se presenta en lugares que debieran ser insospechados: justamente, policía, iglesia, instituciones de deporte. Y cobra forma contundente en los últimos tiempos y se expresa dramáticamente en los titulares de la semana pasada.
Son solo recortes, apenas ejemplos, y si bien anecdóticos, dan la muestra de una realidad penosa que nos desafía a buscar respuestas.
Esto es, que si Policía, Iglesia y clubs de futbol fueron concebidas con objetivos nobles, los hechos contradicen sus propósitos.
Una policía que asesina niños no solo difiere de lo que esperamos. Rompe con la más elemental obligación de protección a los ciudadanos y se convierte en su enemiga. Potenciada desde Presidencia y Ministerio de Seguridad, la actitud corrosiva la doctrina Chocobar hace escuela, cada vez con menos freno.
Sacerdotes que valiéndose de su influencia avanzan sobre los niños, arrasan disposiciones no solo legales, sino humanas y están por fuera de toda ética. La difusión de situaciones de abuso en el seno de la Iglesia se conocen en  magnitudes y crueldades impensables (Instituto Próvolo, abuso en niños hipoacúsicos)
Entrenadores, árbitros  y dirigentes de clubes que se valen de su poder para corromper jóvenes en contraposición con su función explícita de cultivar su talento en la práctica de un deporte, denigran la función para la que fueron designados. O será que el neoliberalismo metió la cola, prostituyó los fines y es responsable de un cambio en aspiraciones y objetivos?
En un mismo día, aparecen estas noticias penosas respecto de tres de las instituciones señaladas como custodias de la seguridad y de la salud física y psíquica de los ciudadanos. El hecho es que ponen sobre el tapete el fracaso en el cumplimiento de sus objetivos. Por efecto acumulativo, subraya algo que ya estaba, pero que salta en toda su efecto desolador y agraviante.
Así, hay algo que revisar desde lo más elemental, que tiene que utilizar la ruptura de una trama  de encubrimientos para no permitir que continúen o se repitan.
 
 
 
APÉNDICE PERIODÍSTICO
 
Página 12
19 de abril de 2018
1 -El policía que mató a un chico en Tucumán tenía drogas en el cuerpo
El agente que no pasó el examen
Los resultados toxicológicos de los efectivos involucrados en la muerte de Facundo Ferreira, que recibió un disparo en la nuca, confirmaron que uno de ellos presentaba cocaína y marihuana en el organismo. La fiscal pidió nuevos análisis para determinar la cantidad de sustancia.
Facundo Ferreira tenía 12 años y fue asesinado por la espalda.
 
Desde la Casa Rosada, tal como ocurrió con el caso Chocobar, defendieron el actuar policial y negaron que se tratara de un caso de gatillo fácil. “Disparar o no por la espalda depende de la situación, es un detalle”, sostuvo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que salió en defensa del policía.
 
“Sostenemos que se trata de un caso de gatillo fácil porque el proceder de la policía no cumplió con los estándares internacionales que establecen los principios de proporcionalidad y racionalidad en el uso de armas de fuego con niños, niñas y adolescentes. El uso debe ser en caso de absoluta necesidad”, alegó la abogada defensora de la familia de Facundo.
 
2 -El fiscal del juicio contra el cura José Ilarraz avaló los testimonios
“Fueron relatos contundentes”
Alvaro Piérola aseguró que las declaraciones permiten “acreditar la existencia de los hechos y la participación” del cura. El querellante Rodríguez Allende quiere investigar también el encubrimiento.
 
El fiscal Alvaro Piérola, quien lleva adelante la acusación contra el sacerdote Justo José Ilarraz, aseguró ayer que los testimonios que brindaron las víctimas durante las dos primeras jornadas del juicio “fueron contundentes en términos probatorios para acreditar la existencia de los hechos y la participación” del cura acusado de abuso sexual de menores. El juicio oral contra el cura Justo José Ilarraz, acusado de haber abusado de siete chicos de entre 10 y 14 años en el seminario en el que él era precepto, comenzó el lunes en Paraná a puertas cerradas y hasta ayer se escucharon los testimonios de los siete denunciantes.
Se esperan, por cada día, los aportes de al menos una decena de testigos y que se confirme la mecánica para que atestigüen un cardenal, tres obispos, 24 párrocos y cuatro ex sacerdotes. Para los primeros, por su jerarquía, los abogados querellantes presentarán esta semana por escrito sus preguntas. Es que los arzobispos eméritos de Paraná, Estanislao Esteban Karlic y Mario Luis Maulión, y el actual arzobispo de la capital provincial, Juan Alberto Puiggari, se excusaron de estar en la sala de audiencias amparados en el Código Procesal Penal de Entre Ríos, que les otorga ese beneficio.
 
3- Denigrar a las víctimas
Julio Chavarría, abogado del árbitro Martín Bustos, detenido y acusado de haber abusado a juveniles de las inferiores de Independiente, aseguró ayer que “a los chicos les gusta hacer la plata fácil” y reiteró que no hay elementos en la causa para imputar a su cliente por corrupción de menores ya que “estaban previamente corrompidos”…... Acerca de la trama judicial, Chavarría sostiene que “no hubo ningún menor arrepentido” y que “a los chicos los apretaron, no hubo arrepentidos”, tras contar que la investigación surgió cuando uno de los chicos de independiente “no fue incluido en el grupo de los que ganaban plata fácil y decidió contar lo que estaba haciendo el resto”.


ABUSOS : RETORNOS DE MÁS RECUERDOS
Había escrito: “En mis recuerdos más remotos, la policía estaba para cuidar de los niños en la calle, los sacerdotes para enseñarnos en el catecismo el valor de lo espiritual y se consideraba saludable la práctica el deporte. Estos criterios pueden parecer antigüedades.” Y parecieron antigüedades.
Por eso me parece interesante completar con algunos recuerdos. Los referidos a mis experiencias con la policía. Experiencias de primera mano, viscerales diría.
El chupete fue la primera razón de mi temor a la policía. Mi hermano me había asegurado que se llevaban presa a las niñas que lo seguían usando…Era difícil renunciar a un placer tan genuino. Siguió siéndolo (abstenerse psicólogos de enunciar su dictamen). El caso es que para contrarrestar mi temor, no dejaba el chupete, pero escondía la cabeza en el pecho de mi mamá y así ocultaba mi delito.
Mis padres trataron de contrarrestar mi sentimiento ante la maldita policía, asegurándome que en realidad estaban en la calle para cuidar de los niños. Especialmente si se perdían, y que si eso llegaba a sucederme, tenía que decirle que me llevara a mi casa. Fueron tan enfáticos que me lo creí. Por mucho tiempo.
Cuando estaba en segundo grado en la Escuela Fiscal de mi barrio, la maestra organizó un homenaje al vigilante de la esquina en la fecha de celebración de la fuerza. Lo hizo pasar al salón y le regalamos una corbata. Todos estábamos contentos: nosotros por el agasajo y el vigilante, preguntándose tal vez qué hacer con una corbata, prenda inútil si las hay.
No tuve más contactos con policías excepto al ir a hacer alguna denuncia por chocar el Citroen.
Cuando “El rosariazo” (¿Vos habías nacido para entonces?) yo ya era profe en Humanidades. Y lo más llamativo de la estrategia de mis alumnos fue la de tirar bolitas en el pavimento, con lo que los caballos resbalaban y los policías terminaban en el suelo. Precaria satisfacción ante la contundencia de los “palitos de abollar ideologías”, que fueron más y más frecuentes y enérgicos.
Ya se venía esos tiempos, cuando los operativos con los autos de noche eran frecuentes. Justamente, a la vuelta de una reunión llevaba a mis amigas y nos detuvieron. Me pidieron los papeles del auto y mis documentos. Luego me preguntaron dónde trabajaba. Mis compañeras se sobresaltaron: Respondí rápidamente: En el Colegio Nuestra Señora del Huerto y en San Francisco. Era cierto: TAMBIEN daba clase allí. Lo que ellas temieron es que mencionada a la Facultad marxista y atea. Tal vez hubiera sido más complicado, quién sabe…Actos reflejos oportunos.
Otra vez el operativo era  en la costa. Nosotros íbamos a cenar, y  casi a la puerta del bar  un policía de un grupo apostado cerca, nos pidió los documentos, aceptó que mi compañero fuese a buscar los suyos, que había dejado en el auto. Mientras tanto examinó mi cartera, empujando el contenido con el caño de su pistola y preguntó: “¿señorita o señora?”. Cuando respondí firme: “Señora” pareció ceder la tensión. Algunos recursos elementales valen Watson.
Uno de los últimos encuentros fue en la zona de Godoy, cerca de cementerio La Piedad. Venía con dos compañeras de la maestría de dar una charla a un grupo de madres de un colegio de la zona, sobre problemática de la adolescencia. Y mientras esperábamos en colectivo, se nos acercó un agente, en uniforme, pero completamente borracho, revoleando su arma, con en los films de Clint Eatswood y hablando incoherencias.
A partir de las inscripciones que quedaron en mí de estas experiencias, es fácil adivinar que las directivas a niños propios y ajenos respecto del tema fueron diferentes de la que escuché de niña: “Si te perdés en la calle,  es a un policía al que tenés que decirle que te traiga a casa”.
Pero bueno, son otros tiempos. Y hoy se hace implacable revisar recuerdos, detectar en nuestras historias y en nuestras realidades como situarnos ante el acontecer que nos interpela. Que nos interpela todos los días. Por ejemplo hoy con esta noticia:
Pagina 12
El gatillo fácil sumó una nueva víctima: Matías Rodríguez. El chico, de 16 años, fue baleado por un policía fuera de servicio en el barrio de Flores. El caso fue denunciado por la comunidad educativa de la Escuela Municipal de Enseñanza Media 3 del Distrito Escolar 19 y organizaciones del Bajo Flores, que remarcaron el adolescente no estaba armado y recibió el disparo por la espalda.
Matías fue baleado el miércoles a las 23,en la esquina de Eva Perón y José Martí. Falleció poco después en el hospital Piñero.
El joven era un ex alumno de la EMEM 3, en el marco del Programa Club de Chicos y Club de Jóvenes del Ministerio de Educación de la Ciudad. “Se trata de un nuevo capítulo de la doctrina Chocobar”, afirmaron desde la escuela.
La comunidad educativa de la escuela a la que concurría Matías rechazó la idea que a los barrios “no llega el Estado”. “El Estado ahí es la Gendarmería, los comisarios fuera de servicio, los negocios intocables de la droga y la circulación de pibas, el pan que se quita, la vacante que se niega, las ambulancias que no llegan, las armas accesibles y los cuerpos matables y desaparecibles de lxs adolescentes, ahí la ley funciona a rajatablas y la menor infracción se paga con la vida”, enumeró.
Puedo pensar en un mundo en que los Matías puedan sentir que caminar las calles no sea un riesgo continuo. Puedo pensarlo y desearlo, pero qué lejano me parece…
M.C.M. 28 de mayo 2018




16 Desarmar la razón armada 2018

INVENTARIO

En su nota “El monocultivo más peligroso es el de las mentes” del 12 de febrero de 2018 en Página 12, Adolfo Perez Esquivel propone “Desarmar la razón armada”. Con esa expresión se refiere, a la necesidad de que las grandes potencias, terminen con la acumulación de armas (supuestamente disuasorias)  y la  amenaza global que esto implica. Desarmar esa amenaza que utilizan como razón para interactuar entre ellas, como argumento tan fuerte como irracional.
¿Se puede aplicar esto, de “desarmar la razón armada” a escala nacional para llevarlo a las fuerzas de seguridad, convertidas en fuerzas de represión? Para que pueda pensarse en lo sucedido y replantearse la meta de dichas fuerzas como el deber de cuidar a los ciudadanos. A todos.  No a unos a costa de la muerte de otros.
Aquellos “otros” que  policía, prefectura, gendarmería, escuela de Policía dejaron como tendal descartable, bajo el imperio de la “mano dura” cuando no, del “gatillo fácil”.
La insistencia de sucesos dramáticos de los últimos tiempos hace necesario considerar a  los mismos, con la presencia de la muerte de jóvenes (en su mayoría) como un desenlace que no tiene que ser. Que no debe ser.
Un comienzo
Santiago Maldonado
 La desaparición de Santiago Maldonado se refiere a su desaparición  en agosto de 2017 en el marco de la represión llevada a cabo por la Gendarmería Nacional de la protesta realizada por la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen,​ ubicado en la provincia argentina de Chubut. En una resolución publicada en el Boletín Oficial, firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el Gobierno ascendió a Emmanuel Echazú, el gendarme que está imputado en la causa Santiago Maldonado.
Rafael Nahuel
El joven mapuche, Rafael Nahuel (22 años), fue herido de muerte luego de que un grupo de Prefectura Naval disparara a varios metros de distancia cuando este y otros más bajaban por una montaña, luego de esconderse por una primera represión en la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu  en Villa Mascardi, Bariloche. noviembre. 2017
Facundo Jones Huala
El juez subrogante de Bariloche, Gustavo Villanueva, ordenó el inicio del juicio de extradición contra el líder mapuche, Facundo Jones Huala. El miércoles 28 de febrero comenzará a partir de las 8.30 en el gimnasio municipal 3 de la ciudad el juicio a pedido de la justicia chilena que acusa al mapuche de un incendio intencional. “Va a juicio sin las pruebas fundamentales, sin ningún testigo, videos, audios ni informes periodísticos con declaraciones de funcionarios del gobierno nacional” febrero 2018
 
Represión en Bs As en la marcha contra la reforma previsional
 Alejandro Gabriel Rosado
Por su parte, el policía que conducía la motocicleta que atropelló a Alejandro Gabriel Rosado, (un cartonero que declaró no haber estado en la manifestación) a quien le ocasionó lesiones en el pecho y quemaduras en su pierna, fue identificado como Dante Berisone. dic. 2017
Ataque a un anciano
Un video muestra cómo el Policía Alfredo Luna ataca a un anciano en las afueras en plena represión en el congreso
Se trata de una persona mayor que se encontraba parado en la vereda observando la manifestación. Con gas pimienta y un cachiporrazo, efectivos de la Policía atacaron al jubilado.  dic. 2017 -
 
Damiana Negrin Barcellos 
Damiana Negrin Barcellos relata su arbitraria detención tras la primera marcha contra la reforma previsional. “No hay ni un gendarme ni un policía imputados”
Entre los 44 detenidos el 14 de diciembre, el caso de Damiana se destacó por un video que registró los abusos policiales. Ahora, después de ser sobreseída, cuenta el miedo que sufrió y dice que analiza denunciar a la Gendarmería. “¿Qué tiene que pasar para que nos pidan disculpas?”, pregunta. Febrero 2018
 
Otra vuelta de tuerca: Doctrina Chobar
Juan Pablo Kukoc
Ivonne Kukoc, la madre de Juan Pablo Kukoc, pide justicia. Su hijo de 17 años  murió por los disparos del policía Luis Oscar Chocobar, que el 8 de diciembre a la mañana intervino tras el violento robo al el turista estadounidense Frank Joseph Wolek, de 54 años, en el barrio de La Boca. Enero 2018 .
La doctrina Chocobar en plena acción y en otros casos
La  “nueva doctrina” del gobierno de Mauricio Macri respecto al accionar de las fuerzas de seguridad se  hizo explícita el recibir  la visita a la Casa Rosada de Luis Chocobar, el policía procesado por haber asesinado por la espalda a un joven que había asaltado a un turista en La Boca.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que la idea del Ejecutivo es “introducir en el Código Penal un cambio para que el policía tenga el beneficio de la duda”.
 
Fabián Exequiel Enrique
Denunciaron un caso de gatillo fácil de un efectivo del Grupo Halcón en Quilmes
Un miembro de la División de Operaciones Especiales de la Bonaerense Braian Montes, baleó por la espalda a un adolescente de 17 años, desarmado, que, declaró un día después, habría intentado robarle su celular. El Bonaerense dio una versión contradictoria.
 
Adolescente de 16 años con pistola de plástico
Otro caso tuvo lugar ayer, en Monte Grande.
En el caso ocurrido, con intervención del oficial de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Matías Arrúa de 25 años, dispara a un adolescente de 16 años que intenta robarlo y portaba una pistola de plástico. El impulso inmediato del agente (como los miles y miles de agentes armados de todo el país) tras el homenaje al policía Luis Chocobar,  felicitado  en la presidencia, deriva en una muerte evitable, y marca la suspensión de otro recurso: el del pensamiento. 27 de febrero 2018
 
Escuela de Cadetes ¿ otro Omar Carrasco?
Emanuel Garay
“Emanuel sólo pedía agua y por eso lo golpearon, lo mataron.”. El joven, de 18 años, aspirante a ingresar como agente de policía, falleció en la madrugada del sábado, luego de estar internado cinco días con un cuadro grave de deshidratación y lesiones tras ser sometido a ejercicios de entrenamiento extremos.                                                         Otros 17 aspirantes debieron ser internados.
 
COMENTARIOS

Rita Segato en “La crítica de la Colonialidad en ocho ensayos” (Prometeo libros. Bs As 2016) se refiere a que “la primera causa de  muerte de los jóvenes negros en Brasil, de entre dieciocho y veinticinco años es la “muerte matada”, y que una parte de esa muerte matada ocurre a manos de la así llamada “seguridad pública”. (214)
¿Vale para nuestros adolescentes de gorrita y piel oscura que transitan las calles?
¿Es también de “muerte matada” la de nuestros jóvenes?  Fueron artesanos como Santiago, cartonero como Alejandro, estudiante como Emanuel.
Pero pareciera que el endurecimiento de las políticas represivas suele convertir a las víctimas en acusados y terminar detenidos y/o encarcelados como Damiana. De allí la necesidad de revisar los criterios de conductas prescriptas o proscriptas, con vistas al logro de una mayor justicia.
La criminología crítica alerta sobre el status asignado a determinados individuos por medio de una doble selección: en primer lugar la selección de los bienes protegidos penalmente, y de los comportamientos ofensivos a estos bienes considerados en la figuras legales, en segundo lugar, la selección de los individuos estigmatizados entre todos los individuos que cometen infracciones a normas penalmente sancionadas. (249) continúa Rita Segato
¿Cuáles son dichos bienes protegidos en una sociedad de desigualdades escandalosas? ¿Y cuáles los estigmatizados desde siempre y más aún ahora? La arbitrariedad golpea siempre a los mismos como “la serpiente muerde los pies de los que están descalzos”
Zafaroni desenmascara la selectividad de la justicia cuando aporta:
…El sistema penal está estructuralmente montado para que la legalidad procesal no opere y, si para que ejerza su poder con altísimo grado de arbitrariedad electiva dirigida, naturalmente, a los sectores más vulnerables de la población.(250)               
Uno de los puntos ciegos de la selectividad es el de los crímenes contra los sistemas financieros de los países, perpetrados por personas pertenecientes a las elites. (250)
Y esas investigaciones se suspenden y se olvidan cuando atañen a los delitos de guante blanco.
 
Vale también para reflexionar el texto de Rubem Fonseca en “El humor como síntoma de desesperación”  en Pagina 12, del 20 de febrero del 2018 en entrevista de Silvina Friera
En una de sus historias, “Un buen trabajo”, la voz que narra es la de un ladrón que antes tuvo un “trabajito de mierda” como portero de un edificio. “¿Una persona se vuelve ladrona porque es pobre? Qué estupidez, hay más ladrones ricos que ladrones pobres, está comprobado que un ladrón, entre más dinero tiene, más dinero quiere. Eso ladrones que abundan en nuestro gobierno –ejecutivo, principalmente, legislativo y judicial– roban sin parar por años, abren cuentas en paraísos fiscales a su nombre, a nombre de sus parientes y de sus amantes, principalmente de sus amantes, los ladrones ricos tiene amantes, siempre”.
Esa voz suena verosímil y las cavilaciones del personaje componen un “realismo visceral” que resulta convincente.  Se sirve del sentido común y  lo desmonta literariamente con agudeza.
INTERVENCIONES
José Pablo Feinmann en Pàgina 12 del 4 de marzo aporta:
 
 “…hay argentinos que quieren que otros mueran…
”No hay que olvidar que el votante-Macri es ese argentino que ante cualquier problema gruñe: “Hay que matarlos a todos”. …El hay que matarlos a todos es la explícita petición de la pena de muerte. ¿Qué opina de una manifestación por el orgullo gay? Hay que matarlos a todos. ¿Qué opina de los piqueteros? Hay que matarlos a todos. ¿Qué opina de las huelgas? Hay que matarlos a todos. Y así, así y así. O sea, pena de muerte”.
“Sin embargo, esta medida extrema presenta problemas. Una máxima de Amnesty International dice: Si matar es malo, ¿por qué el Estado mata? Impecable razonamiento.”
“Si el gatillo fácil pasara a ser parte de la identidad nacional la justicia se vería ausente de las penas en la Argentina. No se puede premiar el acto irreflexivo de hacer fuego antes que juzgar. Del gatillo fácil del policía se pasará al gatillo del ciudadano armado, que se siente con derecho a matar. Cuando no hay justicia para uno todos estamos en peligro. Cuando hay gatillo fácil para los delincuentes hay gatillo fácil para todos. Se hace fuego y después se averigua. Se hace fuego y después se pregunta. La pregunta que se formula después de disparar suele no tener respuesta. Por eso la justicia radica en preguntar antes. Los muertos nunca responden.”
 
 
También en La Capital de 26 de febrero de 2018 el psicoanalista Juan Carlos Volnovich en entrevista de Matías Loja, cuestiona los pedidos de mano dura y destaca el rol de la escuela para entender la inequidad social.
Y señala que “la represión que se fogonea cae sobre los jóvenes  pobres”
¿Qué puede hacer la escuela para tratar de contrarrestar ciertos discursos de odio que se instalan?
—Tratar de no quedarse en la descripción de la evidencia y pensar en las causas. Y la causa es la pobreza. En todo caso la escuela lo que tiene que enseñar es que estamos viviendo en una etapa donde los ricos son cada vez más ricos a costa de que haya cada vez más pobres en una situación desesperada. Y que es esa desesperación la que lleva a eso que se conoce como violencia urbana, a la drogadicción y a todo tipo de violencia. Solamente cuando se hagan políticas de distribución más equitativas de la riqueza, cuando haya una mayor prosperidad y cuando los jóvenes tengan futuro y posibilidades de trabajar y de ganarse la vida trabajando va a haber menos violencia y menos policía también.
 
María del Carmen Marini
Marzo de2018
 

 
 
 
 
 
 

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