EL CITY TOUR
El guía nos cuenta que él no había nacido en el 47, así que de ese terremoto solo supo por sus padres y abuelos. Pero que en el 77 tenía 16 años. En la casa grande había un doberman, un pastor alemán y un collie. El collie vino esa madrugada a tironearle la colcha a los padres, como si quisiera destaparlos para que se levantaran. Mientras el perro insistía empezaron los temblores, y allí entendieron.
Dice que las mujeres de la familia fueron al fondo y el padre y los muchachos a la calle para ver si los vecinos, en cada casa cercana, necesitaban ayuda. Dice: -Esa solidaridad nos quedó grabada. Pero la gente se olvida. Habría que recordar para respetar.
En el Museo urbano hay una sala preparada para ver un audiovisual que muestra en imágenes a San Juan antes del primer terremoto. Culmina con la fachada de la catedral de entonces, y luego, el movimiento que sacude todo, la torre que se desmorona, gritos, ladridos, tumulto, el caos. Según cuentan, en San Juan nada volvería a ser lo que era. La ciudad fue reconstruida, los muertos enterrados. Casi todas las familias fueron afectadas.
Acompañan nuestra visita escolares de San Juan, que la tienen como obligatoria. Son niños, salen de la experiencia como de un juego. Han gritado a voz en cuello, reído a gritos. Dejan la sala donde se replica el sismo. Pero todos tienen algún familiar que vivía cuando la catástrofe. A veces en el cementerio.
Pensamos: no hay registro de ese pasado. La experiencia no resuena en ellos. Aunque haya tíos, abuelos que fueron protagonistas, que murieron entonces. ¿Debieran ir mejor preparados para la visita? Me resulta conocida esa sensación de que el chico, el joven, no sabe de qué le hablo cuando le hablo de la angustia, por la destrucción que produjo el terremoto en este caso. Es una sensación que recuerdo. La sentí ante el desconocimiento despectivo de la joven que dijo: Yo no había nacido en el 76. ¿Para qué remover esa época? Vale la frase del guía: Hay que recordar para respetar a los que dejaron su vida entonces.
La visita continúa a La Cava del Zonda, la bodega instalada en una excavación en la montaña. La roca viva en su fuerza e imponencia.
Luego el dique de Ullum, el cielo azul,
El anfiteatro y sus sonoridades.
Y la casa de Sarmiento. (Ese prócer que mi hijo buscaba en segundo grado para romperle la cara por haber inventado la escuela) La higuera donde Doña Paula tejía interminables bufandas.
Nos devuelven al hotel, a P. con la que quedamos conversando.
LAS COMPAÑERAS
V. y A. fueron mis compañeras. Gestionaron el hotel y los pasajes. Yo me dejé mimar. Tenemos en común las tres el hecho de que cursamos juntas la Maestría en la Facultad que había sido mi Facultad treinta años antes y que fue la de ellas después. Ellas comparten también intereses y lugar de trabajo. A veces estamos juntas en algunas celebraciones.
Mi participación en este Congreso fue por invitación de otra compañera, N. cuyos trabajos acompaño con entusiasmo. Pero ella viaja y se aloja por su cuenta. Compartiremos todas algunos ratos
Tengo un momento de encuentro con V. El día anterior ella y A. recorrieron el Valle de la Luna en una excursión interesante y demoledora. (En ese día fui al City Tour) Por la mañana V. comenta la excursión y me cuenta, refiriéndose al Congreso: - En el trabajo que comenté, (sobre prostitución) necesité decir que no acuerdo con la autora en la designación de “desaparecidas en democracia” para las víctimas de la trata. Porque no es lo mismo el terrorismo de Estado que el accionar de las maffias. No tienen el mismo carácter. En estos tiempos, suelo caminar por el Bosque de la Memoria, me significa algún consuelo. Poder llevar una flor…- Ella no dice más, no sé a quién, no sé por qué, y no pregunto. Pero…por ese entramado increíble de las historias, ese lugar del que me habla, el Bosque de la Memoria también es muy significativo para mí. En la Comisión que lo promueve están integrados una amiga y su hijo. Ella fue presa política y tuvo a su niño en aquel tiempo. Aquel niño es hoy el hombre que trabaja en el diseño de los sectores. Fue el arquitecto que dibujó las tarjetas de la inauguración.
Tengo otro encuentro con A. Después de contarnos cómo es que cada cual prefiere hacer los “varénikes”, me cuenta que en el grupo de la noche del Ciclo Común suele inscribirse gente mayor. Tuvo dos médicos jubilados, algunas señoras que después de criar hijos y nietos vuelven a la Facultad. Una vez que planteaba, desde su cátedra de Introducción a la Antropología, la preeminencia de lo cultural en nuestra condición humana les dijo: -Hasta la cópula dejó de ser solo biológica, porque no somos seres de instinto…- Y una alumna preguntó si la cúpula no era la parte superior de las Iglesias. A lo que un compañero acotó que le daba por imaginarse una cópula en la cúpula. Desde allí bromeaban con el tema. Creo que para A. trabajar con esos grupos debe ser fantástico.
Ella dice que le gustó mucho la ciudad de San Juan, que creció en un pueblo, que volvería a elegirlo como lugar para vivir. Yo a diferencia de ella, siento nostalgia por lo urbano y me siento en mi lugar entre el smog, los bocinazos y los apretones y empujones de la multitud (como añorando Córdoba y San Martín en sábado a la mañana)
SOBRE EL CONGRESO
La mesa : Entrecruzamiento entre género, pobreza, clase y etnia en la construcción de la sexualidad de las mujeres
Los trabajos fueron brillantes. El debate enriquecedor. Este Congreso permitió pensar cosas contundentes, tal vez no nuevas, tal vez obvias, pero en interesantes y originales planteos.
Los cinco trabajos presentados en esta mesa forman parte de investigaciones realizadas y/o en curso, del que las ponencias presentados dan cuenta.
Ana Koldorf presentó: Pauperización y mundo del trabajo. La construcción de una nueva subjetividad en mujeres que se incluyeron en el mercado laboral.
El trabajo presenta el resultado de una investigación acerca de la experiencia de mujeres pertenecientes a sectores medios de un barrio de Rosario que, a partir de la aplicación de la economía neoliberal y la crisis económica y al “corrimiento hacia abajo” de los sectores medios afrontaron consecuencias diversas. Padecieron procesos en que su inclusión en el mercado del trabajo , repercutió al interior de las familias, en conflictos relacionados a la concepción y prácticas tradicionales.
La incorporación al mercado laboral, implicó que experimentaran las desigualdades de género (salario menor con la misma capacitación) , al tiempo que su inclusión en el mundo público produjo resonancias en la dinámica familiar, modificaciones en las relaciones de pareja, que dieron lugar en algunos casos a escaladas de violencia, que culminaron en separaciones y divorcios.
Nora Das Biaggio. “Sexualidad femenina y género a través de las reflexiones de una década”
Trabajo sobre los sentidos que atañen a la subjetividad de las mujeres desde la perspectiva de género, realizado a lo largo de 10 años. En un primer estudio se indagó en “La construcción social del erotismo en las mujeres de sectores populares de barrios periféricos en la ciudad de Paraná”. Luego “Las relaciones de género en la prostitución”. Un tercer estudio se refirió a “La madre de la niña incestuada. Subjetividad y poder desde un enfoque de género”. Al fin “Las prácticas profesionales en la situación de incesto: género, generación y poder en la construcción de subjetividades”.
Isela Firpo presentó “Incesto y proyecto de género para niñas pobres en el campo de la salud pública”
Se postula el incesto como práctica política totalitaria ejercida sobre los cuerpos y subjetividades infantiles a intramuros de lo privado, negadora y arrasadora de las mismas. Se problematizan las prácticas profesionales en sus resistencias ante la cuestión. (Hospital Materno-Infantil San Roque” y Juzgado de Familia de Diamante)
El trabajo de Cecilia Varela “La construcción de la problemática de la trata de mujeres con fines de comercio sexual en la Argentina: actores, debates y escenarios locales e internacionales. (1999-2008)” Se propone la visibilización del tema así como el proceso de elaboración social, desde 1999 al 2008 en que se sanciona la ley 26.364 Nos puso frente a la contingencia de que aún habiendo tenido acceso a algunos grupos de mujeres, no está saldada la diferencia entre quienes se designan “trabajadoras sexuales” y quienes se piensan como “mujeres en situación de prostitución”.
Y habiendo tenido la investigadora acceso a mujeres que se agrupan por cuenta propia, para alquilar por si mismas un departamento para eludir la intervención de “ fiolos” ,siguen siendo inaccesibles las chicas VIP de hoteles 5 estrellas, retratadas en álbumes, para clientes de alto poder adquisitivo. Ellas siguen siendo sustraídas de cualquier acercamiento que busque investigar dicha realidad, posiblemente ocultas por la jerarquía socioeconómica de sus usuarios. Este sigue siendo el sector más enigmático del comercio sexual
El trabajo de Ludmila Rizzo “Reflexiones sobre representaciones y sentidos puestos en juego en un espacio de capacitación de mujeres indígenas”.
Indaga los significados y prácticas que construyen las mujeres indígenas en la definición de los ámbitos públicos y privados, desde una perspectiva de género, con el objetivo de analizar el entrecruzamiento entre género, clase y etnia en la construcción de la sexualidad de las mujeres.
Con las mujeres quom se puso sobre la mesa y para discusión, el equívoco que nos lleva a universalizar problemáticas de mujeres blancas , alfabetizadas, de clase media. Se hace estridente que estas prioridades no sea la de todas.
Puede que el tan mentado derecho al placer, quede postergado porque hay urgencias que debiéramos ser capaces de considerar. La regulación de la fertilidad, el acceso a libertades impensables en ciertas circunstancias de pobreza, fanatismo religioso, o de legislaciones perimidas pero vigentes, hace que persistan problemáticas vertebrales. Las mutilaciones del cuerpo o cercenamientos en el pensamiento o en los deseos de saber y poder constituyen opresiones en las que deberemos ser capaces de situarnos cuando reflexionamos sobre estrategias para la promoción del género.
Ideas para ir pensando
Los trabajos presentados en estas XI Jornadas de Historia de las Mujeres y VI Congreso Iberoamericano de Estudios de Género me resultaron estimulantes para considerar viejas ideas con nuevos criterios.
Los trabajos de Nora Das Biaggio e Isela Firpo me desafían a tratar de dar cuenta de una “Otra mirada” sobre cuestiones vinculadas a la relación entre padres e hijas en situaciones de incesto.
La teoría freudiana de la universalidad de las fantasías edípicas en niñas y niños, choca violentamente con la realidad del incesto paterno filial, constatado en numerosos casos que nos interpelan desde la clínica. ¿Cómo juegan en el adulto las pulsiones en sus dos manifestaciones –erótica y tanática- cuando se produce ese avasallamiento que desafilia a la hija y la convierte en paria? ¿Qué de filicidio simbólico implica la actuación incestuosa del adulto, que como figura protectora debiera haberla preservado?
En este filicidio simbólico , la niña queda desalojada de su lugar de hija, prematuramente lanzada a un erotismo para el que no está madura. “El enfoque de género incluye la mirada inter-género y a su vez la trasciende, en tanto comprende simultáneamente las relaciones intragénero e intergeneracionales. Si hablamos de relaciones intergeneracionales, es indudable que el incesto configura, en este sentido, y al decir de Gerez Ambertín, un atentado contra el orden genealógico, desde el cual se sitúa a los sujetos, en un orden legislado, y genera desde ya, graves consecuencias en la subjetividad de las niñas y los niños afectadas/os”. (Das Biaggio, 2012)
El ejercicio de un poder despótico arrasa la subjetividad en ciernes, dando un marco a la representación del mundo como incertidumbre, a las relaciones familiares como lugar de abuso en el que la muerte prevalece: muerte del vínculo paterno filial. Muerte de dimensiones del erotismo que debiera haberse desplegado mucho más tarde, paulatinamente y en la exogamia. En suma, relaciones familiares que son un espacio de confusión en donde las cosas no son lo que parecen, los afectos no son los que se esperan, el horizonte es incierto y amenazante .
Se ha comparado con acierto el estado confusional de las víctimas de violencia, de abuso sexual y de incesto, al de los prisioneros de los campos de concentración, que en función del padecimiento experimentado ven alteradas sus posibilidades de registro y desempeño en la vida posterior a su liberación. Como si algo del orden de lo inelaborable quedara impreso.
Por otro lado desde el psicoanálisis sigue asignándose capital importancia a las fantasías edípicas, y en sus diferentes acepciones (freudianas, Kleinianas o Lacanianas) los datos de la clínica, los registros de los medios no llegan a promover una seria y necesaria revisión del tema.
Al fin el psicoanálisis elaboró sus conceptos vertebrales sobre formas históricas contingentes. En nuestros tiempos, que intentan poner en crítica el androcentrismo y el patriarcado dichos conceptos exigen ser reconsiderados. Surge así la necesidad ética de reformular las teorías edípicas en la conformación de la sexualidad, sin eludir el terreno de las fantasías que pudieran considerarse, pero sin desconocer las realidades que convocan desde la estridencia de esa “práctica política totalitaria ejercida sobre los cuerpos y las subjetividades infantiles a intramuros de lo privado. Da cuenta en tanto tal, de la negación y arrasamiento del otro, a la par que la búsqueda de perpetuación de lo idéntico” (Isela Firpo, 2012)
María del Carmen Marini- septiembre 2012
26 dic 2020
Crónica de un congreso. San Juan, septiembre 2012
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