Entre la amnesia y la necesidad de recuperar recuerdos surgía muchas veces la memoria de la bronca. Y pude conocer a través de ellos las distintas formas que puede tomar la bronca para expresarse, para encubrirse o para procesarse.
Así me encontré con quien había ideado una estrategia: la de tejer una larga chalina, y en el transcurso de la tarea se imaginaba clavando la aguja a la enemiga, cada punto una herida que la iba desgarrando hasta destruirla.
O la de aquel que se figuraba a su contrincante, en la pila de ladrillos que con la maza iba reduciendo a escombros. O la de aquel que apretaba las teclas del grabador con la furia de poner allí toda su violencia. O la de aquella que contó que estrujaba la ropa en la intención de que fuera el cuello que deseaba oprimir. ¿Recursos de la impotencia? ¿Salidas infantiles a falta de mejores recursos? ¿Primitiva formas de Vudú doméstico? No lo se. Me dejaban entre la pena y el asombro. Tal vez porque la violencia nos constituye, estas formas que tuve oportunidad de conocer me mostraron matices inesperados de la que sin duda es una de las problemáticas universales.
3 dic 2020
FORMAS DE SACAR LA BRONCA
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