17 dic 2020

Historia de Noe

Noe y Celia van a historiar sus presentaciones teatrales. Desde la época en que se conocieron, cuando Noe venía frustrada. Porque la compañera con la que había querido hacer una escena de “La invitada” le dijo que no podía. Que no podía con el libro de la Beauvoir. Que no podía con el tema. Que no podía.
Noe no entendió demasiado, pero no insistió. Y cuando fue con la propuesta a Celia y resultò que Celia aceptó y además estaba entusiasmada, no lo podía creer. Estaban contentas y trabajaron el texto, porque a esta compañera no le pegaba mal el argumento. Podía con el libro y con el tema. Lo leía desde otro lugar. Sin pena.
Y cuando una vez Celia le presentó a su esposo, le dijo: “mi marido”  y la nombró a ella, a Noe,  como “la sartreana”, porque todavía era temprano para algunas cosas, por ejemplo para llamarla por su propio nombre. Y de dar a Simone de Beauvoir, su propio lugar. El lugar de quien había escrito “La invitada” pero también era la autora de “El segundo sexo”, que fue nuestra Biblia. Y había sido la compañera de Sartre. Era temprano, aunque fuera justo, justo, el tiempo para la obra que iban a trabajar.

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