“Además lo embargan por diez mil pesos. La mujer padecía cáncer, diabetes e infecciones.
Un hombre fue procesado con prisión preventiva y embargo de 10.000 pesos por dejar abandonada a su madre, enferma y de avanzada edad, quien falleció en estado de indigencia en un hospital porteño pocos meses después de su internación, según se dio a conocer ayer.
La Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó la medida contra Rolando Alberto Vicente, único hijo de la víctima, quien, según testigos, solo visitaba a su madre para pedirle dinero.
A Vicente se la atribuyó “haber abandonado a su suerte” a su madre, Elsa Beatriz Castellano, de 64 años, incapaz de valerse por sí misma, debido a que padecía cáncer, diabetes, elevada presión arterial, deterioro cognitivo e infección urinaria.
El hecho llegó a la Justicia, el 20 de mayo de 2005, cuando vecinos del departamento que la sexagenaria ocupaba en Avenida Dorrego, en el barrio porteño de La Chacarita, alertados por sus gritos de auxilio, solicitaron la intervención de Atención Médica de Emergencia (Same).
Mientras Same trasladó a Castellano al hospital Tornú para su internación, los testigos contaron que la situación de abandono de la mujer ocurría desde hacía unos tres años y que solo contaba con ayudas esporádicas de sus vecinos.
No había dudas. Los policías que concurrieron al departamento de Castellano dejaron constancia del estado de deterioro de la ocupante y de su vivienda, que se encontraba sin agua corriente ni gas, servicios que habían sido interrumpidos por falta de pago.
El procesado negó los cargos en su contra, pero la Sala VII de la Cámara del Crimen concluyó que “los elementos probatorios reunidos” en el sumario penal “permiten tener por acreditadas tanto la materialidad de los hechos como la responsabilidad de Vicente”.
Mientras la damnificada se hallaba hospitalizada, Vicente se presentó ante el Juzgado de Instrucción , número 37, a cargo de la causa, para hacer saber que, una vez que le dieran de alta, internaría a su madre en una residencia geriátrica, lo que luego fue desmentido por la dueña del hogar de ancianos.
El 3 de junio de 2005, el procesado concurrió al centro asistencial para intentar que su progenitora, firmara la escritura de venta del inmueble en el que habitaba para, según se presume, pagar deudas originadas en la instalación de un quiosco.
Del informe médico practicado por médicos del Poder Judicial surgió que Castellano no recibía la medicación indicada para la diabetes que padecía y que las patologías diagnosticadas al momento de ingreso al hospital podían provocarle la muerte.
Los camaristas Juan Cicciaro y Abel Peró evaluaron que Vicente “pese a ser el único hijo de la víctima y al notorio estado físico de deterioro de su madre, debido a las enfermedades que padecía, la habría abandonado a su suerte, lo que incrementó las propias dolencias y provocó otros graves daños a su salud”.
Al ratificar el procesamiento por abandono de persona agravado por el vínculo (delito con pena de hasta 20 años de prisión) el tribunal agregó que Vicente tuvo la posibilidad de evitar la muerte de la mujer, acaecida el 19 de noviembre de 2005, porque vivía en esta ciudad y “cobraba la jubilación de su madre”.
La Capital, 9 de enero de 2007
Estos casos (5 y 6) me remiten a la ausencia, enrarecimiento o distorsión de los sentimientos que se presuponen en el vínculo entre padres e hijos/as.
Las motivaciones económicas prevalecieron, llevando al padre a la venta de hija, y al hijo a la usurpación del dinero de la jubilación de su madre y al intento de vender la casa en la que ésta vivía.
Si éstos, ya son encuadrados como delitos por la ley y el sentido común, en cualquier caso, cuánto más reveladores de la conflictiva y ambivalencia afectiva pueden serlo cuando suceden entre familiares ligados por los vínculos más intensos.
La protección que rige para los hijos, para con los padres ancianos y desvalidos, fue sustituida por el interés más crudo, a despecho de cualquier otra consideración. Tal vez dicha sustitución tenga que ser repensada desde la perversión de un vínculo, que no siempre sigue los carriles previstos, y que en estos dos casos prevalece y expresa lo laberíntico, insidioso y arbitrario en su máxima medida.
Todos los casos transcriptos textualmente de la crónica periodística tienen la virtud de expresar, de manera obvia y evidente, situaciones que nos ponen frente a los más dispares modos de asumir la maternidad, paternidad y filiación. Como afectos que forman parte de nuestra vida, vale la reflexión sobre la génesis, naturaleza y forma de ejercicio de dichos afectos. La reflexión a la que convoco, podría llegar a iluminar áreas que damos por sentadas, abriendo nuevas dimensiones a considerar.
María del .Carmen .Marini. septiembre de 2007
CEIM - PSIQUE
Rio de Janeiro 1240 - 156152132 - mariadelcarmenmarini@gmail.com
Abstract
Todos los casos de este trabajo, transcriptos textualmente de la crónica periodística tienen la virtud de expresar, de manera obvia y evidente, situaciones que nos ponen frente a los más dispares modos de asumir la maternidad, paternidad y filiación. Como afectos que forman parte de nuestra vida, maternidad y paternidad, así como aquellos de los hijos por sus mayores, se dan usualmente por sentado. Valga la invitación a una reflexión sobre su génesis, naturaleza y forma de ejercicio. La reflexión a la que convoco, podría llegar a iluminar áreas que damos por dadas, y abriría nuevas dimensiones al considerar los afectos que nos constituyen.
María del Carmen Marini
Psicóloga, 1964 - Magistra en Problemática de Género, 1998
Publicaciones: “Serpientes y palomas. Problemática femenina y salud mental” Laborde Ediciones. 2003
“Salirse de madre” Croquiñol, 1995 (En colaboración)
“Criando malcriados”, Ediciones Franciscanas., 1980
Notas y artículos en diversas revistas de la especialidad.
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