26 dic 2020

Crónica del viaje 2010 Primer recorrido: Cataluña, Levante y Andalucía

 El viaje estuvo gestionado a través de Arte de Curar (que solemos llamar “Arte de Currar”) por M. A.
M. A. está desde las 7 de cada mañana en su escritorio, siempre impecable, maquillada con discreción y atendiendo con gentileza a cada consulta. ¿Cómo hace para estar bien tan temprano? No lo se, es uno de esos misterios de la naturaleza. A ella un don le permite funcionar con eficiencia en la tarea y delicadeza en el trato desde esa hora cruel, en la que otros arrastramos nuestra melancolía del despertar.
El amanecer a algunos nos deprime o nos irrita. A ella no, con eficacia resuelve las cuestiones más enredadas y con calidez aclara dudas y encuentra soluciones.
La he escuchado atender el teléfono con tanta cortesía siempre, el tono de voz amable, manejando a un tiempo varios problemas sin impacientarse, compenetrada de su trabajo como el mejor del mundo. ¿O sería igual en cualquier otra tarea? Tiene las manos cuidadas y lleva esclavas en la muñeca. Cuando fui con mi pedido tomo nota y fuimos armando el viaje en que casi todo se pudo anticipar.
Pero existía un riesgo por la índole anárquica de mi acompañante. El riesgo que preveía era el de que se me perdiera. Porque a él le encanta perderse. Dijo en Bariloche: -“Voy a ver que hay detrás de aquella barranca” y regresó cuando el barco que nos había llevado a la isla Victoria ya estaba en marcha.
Dijo en Buenos Aires: -Sigan que voy a comprar unas revistas… Y apareció cuando el cole arrancaba,
Dijo en Bahía: - Me quedo mirando esta talla, y desapareció de la plaza del Pelhouriño.
Por todos estos antecedentes preveía que podía quedarse atrás del grupo, siguiendo un callejón, tomando fotos, contemplando una ruina interesante.
Nuestra hija mayor me había dicho: No te preocupes cuando se vaya a dar su vueltita, vos seguí con el grupo y que él se arregle…
Y el caso es que perderse no significa lo mismo par cada quien. Desde que mi mamá me perdía cuando era pequeñita entre los mostradores altísimos, mirando telas, cada vez que íbamos a “La Favorita” (actual Falabella) quedé sensibilizada. Perderse era la desolación y el peligro.
Y aunque ahora ya puedo andar por los más variados y bizarros lugares, lo  más campante y sin sobresaltos cuando estoy sola, aún cuando ahora, puedo moverme a cualquier hora y por cualquier lugar si estoy suelta, me sucede otra cosa si voy con alguien. Estoy pendiente de que no se me pierda. Y si es en grupo, como era el caso, también. Especialmente en este caso, en que transitaríamos lugares desconocidos y con la comunicación trabada que supone otro idioma.
Así que el viaje traía algunas preocupaciones. Decidí esperar a ver que sucedía.
Mi hijo había sido el autor de aquella que quedó como frase célebre una vez que se perdió entre las carpas en Gessell. Al encontrarlo nos reprochó convencido: ¡Ustedes no se tienen que ir de donde yo estoy! Pensé que valía recordarla y recordársela.
El viaje planeado implicaba también formular una advertencia  previa : habría multitudes en todos los lugares significativos que visitaríamos, horarios rígidos  siguiendo un itinerario ya pautado, lo que nos convertía en soldaditos listos a marchar y, por la muchas razones, la posibilidad de escuchar comentarios  a los turistas que compondrían el grupo, con los que no coincidiríamos. Que nos parecerían estúpidos o inoportunos. Ya sabía de eso por viajes anteriores, en que los argentinos solemos comportarnos con la tradicional “viveza criolla”.
Pero viajar provee uno de los grades placeres en la vida. Noemí dice que desde hace tiempo sus orgasmos consisten en viajar. Yo le creo, pero no renuncio a ninguno, me vienen bien los de las dos clases.
3-5
Vuelo a Madrid. Alojamiento en el “Regina”.
A poco de llegar quisimos saber: ¿Dónde están los españoles? Estaban en la administración del hotel, respondiendo preguntas, en el subte indicando como usar las máquinas de boletos. Como Guardia Civil en un edificio, contándonos que era el Ayuntamiento.
Los empleados de servicio y algunos de comercio, como dice Joaquín Sabina, todavía son dominicanos, como los mozos que llevaron las valijas, filipinas de Manila como la empleada del desayuno en el hotel, colombiana como la chica que me vendió las pashminas en Plaza Mayor  o irlandés como el jovencito que nos sirvió el almuerzo en el Pub James Joyce.
A propósito del hotel Regina, fue el único en que en el desayuno, había a disposición de quien quisiera, en un balde con hielo, botellitas de champagne.  ¿Alguien desayuna con champagne? pregunté, incrédula a una de las empleadas. Pareciera que sí. Yo creía que era solo cosa de Isadora Duncan, pero nunca se sabe…
Los mendigos no marcan la diferencia: en exhibición de amputaciones y deformidades. En la escalera del subte vimos un enorme negro caído. Cuando me acerqué pensando que había tropezado, recién vi el platito para las monedas a un lado Y frente al hotel había un hombre que si que era un mendigo atípico: vestido de manera común y corriente, con aspecto de clase media, pero de rodillas sobre una almohadillita, muy derecho y firme. Parecía convencido de que su lugar era ese.
Después de ver la puerta de Toledo y la de Alcalá fuimos a buscar la puerta del sol. Y no había. Nos cansamos de buscarla. Lo que había era una cantidad de chicos charlando en torno a una fuente en diversos idiomas.
No hay puerta del sol sino una plaza seca con un edificio enorme a un lado con el reloj, debajo del cual los 31 de diciembre a las 12 de la noche se han de comer las 12 uvas, una por cada campanada. La tradición augura suerte a quienes lo hacen, y cada Nochevieja  es una multitud, cada uno con sus uvas.
En ese lugar en donde no hay una puerta, contradiciendo su nombre, había estatuas vivientes de todo tipo. Me fotografié junto a un hombre sin cabeza, pero con sombrero y anteojos de sol, pese  la resistencia de A. en tomarla. Y me detuve a mirar a dos ángeles vestidas en color pastel con grandes alas transparentes y también a un gorila negro, peludo y temible junto a un ciervo de utilería.
En la Plaza Mayor encontramos a una brujita con su escoba y a unos títeres siniestros y monstruosos.
La Catedral de La Almudena, enorme y suntuosa me hizo caminar entre las lápidas cuidadosamente por los bordes, confrontando fechas, algunas recientes. Y asociarlas con sucesos que conformaban mi vida entonces. Había del 79 y del 2001. A. registró una de un joven de 20 años muerto en Atocha.
4-5
Toledo con Magdalena
Conocemos la Catedral. En Santo Tomás vemos “El entierro del conde de Orgaz” después de un grupo de discapacitados con sus muletas, sillas de ruedas y andadores. A. inadvertidamente le patea a uno su bastón, y al darse cuenta se va silbando bajito.
Cuando visitamos el museo del escultor Victorio Macho nos detenemos ante alguna de las obras. Esculturas de distinto tipo. Una de su hermano muerto, yacente, con hábito de monje. Hay una, en tamaño natural de su madre, una viejecita con las manos sobre la falda, sentada muy quieta en su sillita. Una mujer a mi lado comenta: Parece la de “Psicosis”. Miro otra vez, y efectivamente, se parece.
Pero me reconcilio con Toledo en La Sinagoga, que funciona en el edificio de una Mezquita y tiene el nombre católico de “La Virgen Blanca”. Abraham de la Cruz es un sacerdote, nacido judío pero convertido al cristianismo, es quien lleva adelante la iniciativa de acercar las tres religiones. Expone allí sus pinturas y dibujos. Y ya es milagroso que en una construcción musulmana funciones un templo hebreo y una Iglesia católica, en la que algunas veces se celebra Misa.
Me llevo esta visita como lo más esperanzador del recorrido.
En el Monasterio de San Juan vemos las cadenas y grilletes que desde sus muros recuerdan la prisión de cristianos antes de la caída de los moros.
Magdalena reflexiona sobre la contradictoria capacidad para la solidaridad y la confrontación que nos habita. Creo que es ese un tema que vale pensar.
5-5
City Tour y Plaza Dabó, obsequiada por Egipto por la colaboración de ingenieros españoles en la salvación de templos. Volvemos a Plaza Mayor.
6-5
Salida a Zaragoza, donde se nos reúne Merce que habrá de acompañarnos.  Visitamos la Basílica del Pilar. Lugo el Monasterio de Poblet con un guía que nos ilustra sobre las características del lugar. Y como cierre del día subimos por tren de cremallera al templo de Monserrat, enclavado entre moles increíbles. Llegamos durante una celebración  en la que un coro canta en latín.
Como día destinado a templos cristianos ya está completo.
7-5
Recorrida por Barcelona con Mabel. La guía local nos va llevando. Gaudí, Sagrada Familia, La Pedrera, casa  Battló que  representa la lucha de San Jorge con el dragón. Recorrida en bus por el Mont Chui.
Visita a la Catedral y claustro de Santa Eulalia donde retozan los gansos blancos en el jardín.
Ramblas de Barcelona y el barrio gótico. Otra vez (como en Plaza Mayor de Madrid) estatuas vivientes. Me fascina una especie de murciélago dorado gigantesco, que me envuelve en sus alas cuando me fotografío con él. Pero todas son graciosas, interesantes y me quiero detener para mirarlas y A. me arrastra para seguir.
8-5
Salida para Peníscola con todo un pueblito encantador y colorido al borde del mar. Me escapo de A. que insiste en tomarme fotografías junto a una escalinata en una callecita florida.(Me gustan más los escenarios ridículos que yo elegí)
 En el castillo que es enorme, me impresiona la lobreguez de las mazmorras. Es vívida la contradicción entre su Capilla cristiana  que implicarían amor y la violencia de esos sótanos En cuadros está la historia de los Templarios. Absurda coexistencia entre la valentía de los caballeros y el fanatismo que los alentaba. Entre el idealismo que los convocaba  y la sordidez de las persecuciones que tuvieron lugar  .
Llegada a Valencia. Recorremos sus calles similares a las del barrio gótico. Hay una celebración de la Virgen y la catedral y alrededores se ven engalanados. Caballos con jinetes y volantas con flores. Jóvenes con sus trajes de novia como tradición de esa fiesta.
9-5
De Valencia a Alicante. Santa Bárbara, enclavada en lo alto de la montaña. Y de camino a Guadix otro castillo: el de Velez Blanco. Estos han sido días de sumergirnos en la Edad Media: Peñíscola, Santa Bárbara y Velez Blanco son testimonios en piedra.
Cena en Guadix, donde escucho un comentario. Una de las compañeras del grupo dice respecto a nuestro país: “Tantos asesinatos hoy con la inseguridad, como desaparecidos ayer con la dictadura”.
No es la primera vez, no habrá de ser la última, pero ¿tan frágil es la memoria como para equiparar los actuales a los tiempos de plomo?
10-5
Guadix con Javier. Visita a una cueva. Nos ilustra sobre sus características y las del barrio, en sus orígenes una zona de extramuros. Segunda frase de una turista, esta vez  acerca del proceso a Garzón (que vale para Argentina) “Hacer memoria es alentar el rencor”. Pienso por oposición: “Sin memoria no hay justicia”. Y que en las “tumbas del franquismo” como en las tumbas de N.N. hay historias que reconstruir.
Javier nos cuenta del sacerdote Pedro Poveda, del pintor Torcuato Ruiz del Peral, héroes del lugar. Nos relata la saga de la construcción de la Catedral y en la Plaza Mayor nos habla de los símbolos del águila, la flecha y el yugo, que signaron la decisión de los Reyes Católicos de funcionar unidos “tirando del carro” (como el yugo al que uncían los bueyes) y que dio lugar a la expresión Cónyuges, cuando intercambiaron promesas y anillos.
Camino a Granada. Visita a la Alhambra con Antonio Medina, nuestro guía. Palacio rojo, o más bien conjunto de palacios y jardines, de los que me queda la fragancia de los  azahares que acompaño el recorrido. La variedad de rosas, su color y belleza. Palacios de alabastro y mármol. El patio del ciprés y su leyenda, de la favorita infiel y el castigo para ella con el repudio y al transgresor con la muerte. Fuentes quietas o cantarinas, agua, agua, agua…Hasta allí lo bello.
Nuestro guía trajo un punto interesante cuando subrayó que expulsión de moros y judíos y conquista de América fueron simultáneas y por ello nos une y nos hermana igual despojo (ubicándose como anfitrión musulmán en la Alhambra). Pero fue contradictorio cuando se situó  como europeo ante sudamericanos y se refirió como  broma a los reclamos de hoy día. Afirmó que  por la expoliación de la conquista ya no valen protestas ni exigencias. Que aquella historia es pasado. ¿Es pasado?  ¿Hay lugar a “mofa” cuando se mencionan reivindicaciones como las de Evo, Rafael, Hugo?
Por la noche caminata por el barrio del Albaicín. Llovizna apenas y llegamos al mirador de San Nicolás después de atravesar las calles y patios. Luego vemos un espectáculo de flamenco en la cueva de “Los Tarantos”. Emoción en dos jóvenes chinas, pendientes de la danza, sentadas cerca. La culminación es el zapateo del final, con un gran despliegue de fuerza un “bailaor”. Lo sigue su compañera y me hace pensar en un “orgasmo zapateado”.
Un compañero del grupo comenta que en esa sala no hay pulgas, hormigas, ni ningún otro insecto. Murieron a pisotones.
La sala está en una de las cuevas excavadas y emociona pensarse allí, en un espacio tan antiguo y tan significativo, con tanta tradición y fuerza.
11-5
Ruta del Califato. Pasaje por Priego, ciudad de jubilados, que salen a ver turistas cuando llegan los ómnibus de Europamundo. Van a ir asomándose a la plaza, tal como nos anticipara el guía, y me resulta justo que si nosotros, impertinentes turistas vamos a verlos a elllos, ellos con igual curiosidad salgan a vernos.  Daniel reemplazó a Merce.
Córdoba. Mezquita Catedral. Abrumadora por su tamaño y belleza. Por la complejidad de los altares engarzados en el espacio que se extiende hasta donde la vista puede seguir.
Hacia Sevilla.
12-5
Recorremos Sevilla con Conchita, guía local poética y graciosa. Yo estuve tentada, pero no me animé a preguntarle si conocía el significado de su nombre para los argentinos del grupo. ¿Lo sabrá?
Visita el predio de exposición Universal de 1992. También caminamos el barrio de Santa Cruz, donde las calles son tan estrechas, que hay una, llamada la del beso, donde desde un balcón a otro, los amantes podían besarse. Recuerdo los refranes de mi abuela andaluza. (A lo que no quiere “naide”, que le de el aire. Otro: Lo que han de comer los gusanos, que lo gocen los cristianos)
 Subo los 36 tramos de la rampa y la escalera de La Giralda: Cuerpo de mora, cabeza de cristiana, como nos dijo Conchita que describen a la torre.
Y más tarde nos perdemos en los jardines del Alcázar, tan bello como la Alhambra y más conservado en colores y diseños.
13-5
Ruta de la plata. Extremadura da cuenta del nombre. Zona inhóspita. De camino  Emérita Augusta, Mérida y sus ruinas romanas. A. quiere recorrer las ruinas y yo el pueblo. Llegada a Madrid.
Daniel tuvo algo que decir de España: El Norte para trabajar, el Sur para cachondear…(Coincidirá con ello con Vidal, el guía de Italia,  el sur parece que viene censurado)
Al día siguiente partiríamos a Roma.


 
(continuará)
 

Cronica viaje 2010. Italia Piu bella

14-5 Vuelo a Roma.
El hotel es suntuoso y enorme. Encuentro con Tito, de Trenke Lauken en el mostrador del hotel. Cuando nos damos cuenta que preguntamos por el mismo tour de Europamundo me dice cordial: -Vamos a ser compañeros!.Y así sería. Cumplió sus años con nosotros en la noche del Trastévere.
 Como las habitaciones estarán disponibles más tarde, vamos con A. al centro con el bus del hotel, que nos deja en plaza Venecia, caminamos por nuestra cuenta por la Vía del Corso por lo que llaman “la  Roma barroca”. Vamos a Plaza Navona, a la Fontana de Trevi y al Pantheón.
15-5 Nuestro guía será Vidal. Coincidirá con Daniel, en lo que éste dijo respecto a España. Porque según comenta también en Italia “El Norte trabaja para que el Sur se divierta”.
País ingobernable que funciona “por milagro” o “por inercia”. Unificada por Garibaldi recién en 1861. En 1929 El pacto de Letrán entre Italia y el Vaticano implicó el reconocimiento que no se había dado por 40 años.
Después de la guerra vino el período de reconstrucción y en los 60 la entrada al Mercado Común.
Roma, ciudad de los emperadores, del Foro y Coliseo. Roma barroca de los papas, Roma moderna campeona del caos. Ciudad eterna, ciudad abierta de la postguerra ilustrada por las películas del neorrealismo.
Pero el tour de Roma lo conduce Luciana. Cuando comento que tal vez no sea leyenda, que tal vez sucedió que la loba amamantara a Rómulo y Remo y cuidara de ellos, A. dice que piensa que es posible y que la loba se dejó fotografiar cuando ya estaba repuesta, cuando los nenes eran más grandecitos. Me gusta la idea de una loba coqueta. La guía nos comenta que la Gruta de la loba, según últimas investigaciones, parece que existe. Pero está bajo la casa de Augusto en el Palatino, por lo cual es de muy difícil acceso.
Luciana nos conduce a través de la Roma de los Césares. Nos cuenta que no fue en el Coliseo sino en el Circo Máximo donde se dio el sacrificio de cristianos. También que las Termas en Vía Apia eran también lugar de lectura, pues funcionaba una biblioteca y se hacía música.
Refiere que la 1ra Iglesia es la de  San Juan de Letrán . En Roma hay casi 1000 Iglesias, 132 destinadas al culto de la Virgen. Este Centro histórico en que recorremos  Foro, fue construido entre el 72 y el 81.
Pasamos por Plaza Venecia, centro de la ciudad, por el Monumento e Victorio Emanuel y Altar de la patria. Nos comenta por su forma y color los romanos lo llaman “El Pastel de Bodas”.
Después de mucho andar nos deja a las puertas del  Vaticano. Vamos a Plaza España a completar nuestra apreciación de “la Roma Barroca”
Nos perdemos al volver en Metro. Al volver al hotel quedamos en la Estación sin encontrar la salida, y debemos saltar la valla. Después caminamos en la ruta sin hallar el hotel. Escalamos en la barranca siguiendo indicaciones, y allí sí, vemos el edificio.
Cena en el Trastevere en una mesa de 6, con un matrimonio de Buenos Aires y uno de Uruguay.  A. conversa con Gonzalo, el uruguayo con el que luego compartiríamos otras charlas
Yo estuve sentada frente al compatriota de Buenos Aires, y hablando diversas cosas contó que la abuela de su esposa, a los 93 años declaró que había completado su ciclo, reunió a la familia y una vez que estuvieron todos, dispuso con serenidad, que dar de sus posesiones a cada uno. Esa noche murió. Me fascinó la historia, pero me quedaron interrogantes que no pude hablar . Ni siquiera se sus nombres por esas cuestiones de la vorágine de los viajes, que nos hacen confluir o separarnos de manera tan caprichosa.
Las caminatas por Roma me trajeron un tema interesante. Uno de ellos fue el de la integración racial y de los matrimonios mixtos, que se dan allí más que de lo que vi en los otros lugares recorridos.
En un restaurante junto a Plaza España, junto a nuestra mesa  había otra en que un joven rubio y una muchacha de rasgos orientales cuidaban del niño. En una calle era muy claro el muchacho que empujaba el cochecito de un mulatito de rulos.
Me sorprendió una morena musulmana con un oriental. Pero la mayor admiración la trajo una pareja, oriental ella, de rasgos europeos él, que empujaban un coche de mellizos de unos dos años. Y de los niños uno tenía rasgos como la madre, y el otro iguales al padre.
Otro de los temas ineludibles es de los mendigos de Roma. Su dramaticidad excede cualquier descripción. Envoltorios de  telas negras en posición de recogimiento en el suelo. Sin que pueda verse allí de humano, nada más que la mano que se extiende, pues la cabeza y el rostro están tapados. Hay quien relaciona esta característica con la influencia de la Iglesia y la condición genuflexa de todo penitente.
Respecto a la presencia de la Iglesia fuimos espectadores de un conflicto que se desplegó en la TV. Lo traía una monja que planteaba que después de 53 años trabajando en su congragación,   por sanción del obispo que desaprobaba su actividad, había sido excluida. Como la entrevista era en el estudio de televisión, un cura renunciante que formaba parte del público tomó la palabra. Parecía que la convocaba a mantenerse en  rebelión.
Vi allí la reedición del conflicto entre quien cumple, permanece en la institución pero se llena de amargura y el que se permite alternativas, transgrede lo pactado y se da a sí mismo otra libertad. Viejo tema sin solución respecto a lo que es ético. Lo refiero porque la religiosa, que quería permanecer fiel a su condición estaba llena de dolor. En tanto que el cura renunciante se refería a si mismo como sintiéndose en armonía. Discutían fervorosamente, sin escucharse. No llegaron a un entendimiento.
16-5  Vamos a Pompeya
Pompeya con Paola que guía la visita. En el año 79 fue la tragedia. En 1861 Giuseppe Fiorelli ensaya el método para recuperar las formas de los cuerpos que quedaron después de la erupción del volcán Vesubio. Hay dos cartas con el testimonio de Plinio, que pudo tomar noción desde muy lejos, sobre la erupción que la sepultó en cenizas.
Recorremos las calles, las casas, los frescos, que desde las paredes nos hablan de la vida entonces. Recorrida por una casa. Paola nos comenta que los símbolos fálicos ligados al erotismo, pero también a la prosperidad, tienen un nombre: Itifaldo.
Pasamos por unos recintos donde están dispuestas las réplicas de los cuerpos obtenidas por Giuseppe Fiorelli. Son conmovedores. Quienes murieron en Pompeya en el 79 quedan allí. Reflexiones sobre esa muerte que sobrevuela en Pompeya, como en un gran cementerio ciudad.
Al fin de la visita nos perdemos del grupo en Pompeya por quedar tomando un capuchino. Gonzalo nos encuentra cuando advierten la ausencia.
Hacemos una recorrida por Sorrento, luminosa junto al mar. Llegamos hasta la plaza T. Tasso. Lugo: Nápoles. Paola nos dice que para los nacidos en Nápoles, como Sofía Loren hay un nombre: Puteolar
17-5 Vamos hacia el norte. En Orvietto, visitamos la catedral, erigida a partir del milagro de Corpus Crhisti.  Pedro de Praga tenía dudas respecto a lo formulado en Letran en 1205: allí se establece que en la hostia estaba verdaderamente el cuerpo de Cristo. Portando sus dudas, el sacerdote Pedro de Praga inició viaje desde Orvietto, y cerca, en Bolsena, en Santa Cristina y celebrando Misa, en el momento de la Elevación, de la Hostia se derramó sangre, que el recogió en un paño y volvió  a llevarle al Papa que estaba refugiado en Orvietto. La historia refiere que ese episodio fue la prueba que Pedro de Praga necesitaba, pero como milagro requirió de otras que la Iglesia  establece. Finalmente aceptado como milagro, el Papa Clemente ordeno entonces la construcción de la Catedral que visitábamos. Pero cuando pregunté por qué no en Santa Cristina? El guía contestó que la decisión tenía que ver con que en Orvietto estaba el Papa.
Esta reflexión va para Alicia: en Orvietto estaría el Papa, pero Cristo estuvo en el Milagro en Santa Cristina!!
Recorrida por Siena. Tuvo su apogeo en el siglo XIV. Decayó con la muerte del 80% de su población durante la peste. Rivalidad con Florencia que prevaleció..
En 1347 nace Santa Catalina. La plaza de campo en forma de abanico es sede de una fiesta: el Palio, en que  7 cofradías, correspondientes a las 7 parroquias disputan el estandarte de la Virgen, ataviados jinetes y corceles a la usanza medieval.
San Giminiano. Torres señoriales, la altura de las torres además de signo de jerarquía servía al tendido de las telas que una vez teñidas (amarillo el más valorado) se ponían a secar.
En San Giminiano el Museo de la tortura y de la pena de muerte me generan igual angustia que las mazmorras de Peñíscola en España.
Vamos hacia Florencia.
17/18-5
En Florencia iniciamos una Jornada accidentada. Ya la noche anterior habíamos fracasado en el intento de utilizar la caja fuerte de la habitación. Subió un jovencito flacucho de anteojos a auxiliarnos. Por la mañana creo escuchar unos golpecitos tímidos en la puerta, me asomo y no hay nadie. Al rato se repiten, pero tampoco encuentro a nadie. Poco después y como los golpes son contundentes, salgo al pasillo y advierto que son en la puerta de la habitación vecina que destinaran a un matrimonio panameño. María del Pilar es la que llama. Quedó encerrada con su esposo y el picaporte gira en falso. Cuando me cuentan lo que sucede, vuelo a la administración a pedir ayuda. Sube conmigo a resolver el problema el mismo jovencito de anteojos de anoche, que tras varios intentos logra liberarlos.  Los veo de pie ante la puerta cuando esta se abre al fin. María del Pilar me cuenta, que su esposo muy formal, no quería que ella golpeara, pero que tras un rato ella se puso tan impaciente que lo amenazaba con voltear a golpes la puerta, con llamar a gritos por la ventana, todo, con tal que los socorrieran. Fue oportuno poder escucharlos. Y contrastaba el estilo tan mesurado de él, y tan expresivo el de ella.
Cuando salimos del hotel, yo me llevo puesta la puerta giratoria de vidrio transparente, obviamente es una jornada accidentada. También porque a la noche, cuando A. entra a bañarse, resbala y se toma de una cuerda en la ducha para poder sostenerse. Era la alarma. Con el ulular se pone en marcha el operativo para desconectarla. ¿Quién viene? Sí, el mismo jovencito de anteojos, que a estas alturas debía tener una opinión sobre nosotros.
¿Qué decir de Florencia?
Museo de Museos. Museo al aire libre. Joyeros en el Ponte Vecchio. Mercado de la paja, mercado de San Lorenzo.
Afrontó dos destrucciones: la de la 2da guerra y la de las inundaciones de 1967.
La conducción de Agata es completa. Apreciamos el palacio del Bargello, 8 siglos desde que Leonardo pintara a la esposa del Señor Giocondo.
En la plaza de la Signoría, pensada como lugar para la junta de los Señores  nos señala las esculturas significativas. Judith y Holofernes, el Perseo de Cellini, El rapto de las sabinas.
Entre el palacio Médici y el Arno la construcción de Giogio Vasari con su fondo abierto al río. El corredor vasariano conecta el Palacio Médici y el Palacio Pitti.
Y en el puente las rutilantes joyerías con los diseños más hermosos.
En medio del puente una estatua de B. Cellini y en la reja un buen número de candados. Están allí porque los novios siguen una tradición según la cual, colocando allí el candado y tirando la llave al Arno, se garantizan que no habrá ruptura.
Llegamos hasta la Catedral del XIV, con una fachada del XIX. La policromía surge de los mármoles que la componen. La cúpula de Bruneleschi, el campanario de Giotto y las puerta de bronce del baptisterio de Lorenzo Ghiberti, componen una totalidad armoniosa.
Sucede algo extraño: escucho a mi hija que me dice: Hola Mamá, y cuando la busco sorprendida se trata de una chica con una voz exactamente igual.
Cuando cansada de andar, me siento en la plaza de la Signoría, A. me pierde.
19/20-5
Hacia Venezia. Es gracioso que, como nos muestran los mapas tenga forma de pez.
Nos conduce en la visita Iván. La Basílica de San Marcos, es imponente. El estilo va del románico al gótico, con influencia bizantina.
Laguna costera de aguas poco profundas. Lugar de refugio ante invasiones. Construida sobre pilotes. 118 islas, cerca de 400 puentes. Logró su esplendor en el Xll.
Vivaldi, en la Iglesia de La Piedad, compuso Las 4 estaciones.
En San Marcos hay  8.500 metros de mosaicos, de ellos 1.400 de oro. En el frente está el relato en imágenes de la estrategia para traer el cuerpo de San Marcos. Iván nos habla de la Importancia de la reliquia. Tras el altar el trabajo de orfebrería más delicado: la palia de Oro.
Encuentro con Graciela y Gonzalo. Nos dimos cuenta de nuestras afinidades, cuando a poco de conversar le hablé de mi entusiasmo por Mauricio Rosencof.  Fue singular que le contara a Graciela acerca de uno de sus más hermosos libros “Una góndola ancló en la esquina”, y que transcurre en una mágica Montevideo, mirando las Góndolas que en los canales de Venecia se deslizaban ante nuestros ojos.
También en Venezia conocemos un taller donde se trabaja el cristal. Cuando después de pasar por el taller nos llevan a la tienda, vemos hermosas piezas. Recibo un regalo de A.: un dije luminoso. Cuando el esposo de María del Pilar ve mi turbación  me dice: Enhorabuena!
Cuando volvemos a esperar la embarcación ya están Marcia y Raúl. Siento que también con ellos hay afinidades, pero como en otros casos, los encuentros son incompletos e interrumpidos. Me cuentan que el matrimonio de los mejicanos, ya tomó otro destino. Raquel intercambió datos con Marcia. Me había llamado atención la alegría de los dos y la buena disposición para con todos.
Esta característica fugaz de los vínculos ¿no será una constante en las relaciones, pero más obvia acá, de viaje, donde todo se acelera?
21-5
Hacia Roma , nos detenemos en Asís. Visita a las dos Basílicas Románica y Gótica. A. me pierde cuando bajamos caminando las callecitas-
22-5
Llegada a Roma.
El ultimo almuerzo es en un restaurante llamado Castiglione. Frente a mí y sobre la pared del fondo hay dos estatuas. La de un soldado en bronce y otra, en mármol, un desnudo romano, tal vez un senador?. El soldado tiene el brazo derecho flexionado y la pierna izquierda apoya en la punta del pie, como danzarín. El senador romano está de frente y mira con descaro.
 A. me cuenta algo estos días, que le viene sucediendo, y es que le vienen a la memoria  canzonetas que aprendiera del abuelo, y que creía olvidadas.
Visita al Vaticano para volver a ver La Piedad. Cuando estamos saliendo A. me pierde ante el altar de San Juan Bautista.
23. vuelo
24 .Paso mi primera noche en Rosario sintiéndome situada en un Castillo Medieval. Recién a la mañana, y mirando alrededor tomo nota del lugar en el estoy. Me pregunto por mis compañeros de viaje. Ya estarán reintegrados a sus realidades?
También como yo, seguirán en sueños su aventura por la Italia Piu Bella?
 
Rosario, 2 de junio de 2010
María del Carmen Marini
mariadelcarmenmarini@gmail.com

Anexo a Italia Piu Bella

Esta crónica no estaría completa, si no incluyera una aventura en Venecia  que compartimos con Graciela y Gonzalo.
Después del taller donde nos hicieron una demostración de cómo se hacen las piezas de cristal, donde por la pericia del artesano, vimos surgir de una masa de vidrio casi líquida, un estilizado caballito, nos cruzamos los cuatro a tomar un café. Seguimos charlando y paseando, más allá del Ponte Vecchio. Allí se dio la insólita situación (ya referida), de que me encontré comentándoles entusiasmada un libro del uruguayo Mauricio Rosencof llamado “Una góndola ancló en la esquina”, que transcurre en una mágica Montevideo. En el libro, el hecho de que navegaran Góndolas en las calles del barrio, es uno más de los sucesos, dados por naturales, que forman parte de la trama. Lo extraordinario del caso es que en el momento en que yo les relataba esto, teníamos los canales venecianos fluyendo a nuestros pies, y verdaderas góndolas deslizándose mansamente.
Almorzamos los cuatro, en una callecita por donde caminaban los turistas, y después Graciela  fue a San Marcos, mientras Gonzalo la esperaba, y A. y yo caminamos un rato y después fuimos hasta la estación (“Ferrovía”) en que buscamos el colectivo que nos devolviera al hotel.
Allí, en la estación, nos encontramos con ellos. Al bajarnos donde suponíamos era el lugar indicado fue que entramos en una película. Perdidos. Ningún edificio a la vista. Y la carretera junto a las vías, sin paso para ningún lado, que pudiéramos suponer fuera el indicado.
Caminamos un buen rato, hasta que del otro lado que separaba las vías de la carretera vimos a dos obreros a quienes pedimos indicaciones. Dieron muestras de consternación, como si pensaran que éramos unos turistas muy tontos, y estuviésemos lejos del lugar por el que preguntábamos. Pero uno de ellos saltó la cerca y caminó un rato con nosotros hasta indicarnos un puente enorme, desde donde, según nos dijo, podríamos ver a lo lejos,  los edificios de los hoteles, y pasar al otro lado.
Ese puente era un nudo sórdido, sucio, oscuro y amenazante, de polvo y telarañas. No puedo contar cuan inmenso, vacío, peligroso era. Podía aparecer de entre las columnas algo o alguien en cualquier momento: un delincuente? un alien? Seguro que lo que no se presentaría era el hada de Cenicienta. Nunca antes estuve en un lugar así. Deseo fervorosamente no volver a estarlo. Parecía escapado de la escena de una película de Tarantino. De una novela de Stephen King. Mi imaginación empezó a funcionar: pronto aparecerían los secuestradores, o los mafiosos.
¿Para qué nos querrían secuestradores o mafiosos? Esa pregunta tan sensata no era algo que yo pudiera  formularme entonces. Ese rato subiendo y transcurriendo por el puente fue un momento para contarle a los nietos. Andábamos  apresurados mirándonos apenas, para que no cundiera el pánico. Gonzalo había ensayado otra bajada y debió retroceder porque no llevaba a ningún lugar. Lo esperamos un rato hasta decidir ir a buscarlo. Parecía que el tiempo se hacía eterno, que vendría la noche, que sucedería algo trágico…Quisiera poder transmitirles la gravedad del momento, la valentía con que avanzábamos en esa semipenumbra hostil, de polvo telarañas y riesgos inminentes.
 En ese momento éramos héroes perdidos en una situación límite, no uno boludos que erraron la parada del cole. Lo cierto fue que después de atravesar el puente, alcanzamos la calle, y aunque lejos aún, vimos la silueta de los hoteles y ya estuvimos en camino y orientados.
Fue una experiencia diferente, y me dio, al menos a mí, alguna medida de la complejidad de la fantasía cuando estás en otro país, sin encontrar tu ruta y el espíritu de aventura se manca.  

M.C.M. junio 2010

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