11 dic 2020

Él dice

 Él dice que los negros no trabajan porque no quieren, y son sucios porque son vagos y no se las arreglan para llevar el agua como hicieron él y un grupo de amigos en un campamento en la isla, y además lo único que piensan es en chuparse hasta quedar tirados.

Él dice que no está de acuerdo con que la hija y el yerno críen así a los chicos, dejándoles hacer todo lo que quieren. Que el nene hasta antes de ir al jardín se lo podía sacar de paseo, pero que ahora aprendió todas esas malas palabras, ni soñar.

Que hay que enseñarles a marchar derechito desde chicos porque si no después se pasan.

Él dice que colecciona pistolas y revólveres y que restauró un mueble como armero para guardarlas, y que además compra una revista sobre el Tercer Reich.

Él dice que la mujer es una boluda que puso en la cama un pequinés y que desde entonces él duerme en la otra pieza.

Él dice que antes había respeto, y la gente era otra cosa, pero que ahora no se puede vivir.

Él dice que hasta los maricas ganaron la calle, con eso de la Marcha de orgullo gay, en vez de esconderse, y que a él le dan asco.

Él dice que con la jubilación de la Compañía Aseguradora no le alcanza para seguir con el mismo tren y que está pensando en achicarse para pagar menos impuestos.

Él dice que a hija soltera que es médica hace guardias, pero gasta más de lo que gana y ya le debe un vagón…

Él dice que se enojó cuando el hijo se fue a Italia antes de recibirse, pero que ahora piensa que debería quedarse porque este país se hunde. Y que además le vendría bien si le mandara unos Euros de vez en cuando.

Que allá gana bien y trajo fotos de lugares hermosos y ciudades de edificios cuidados donde no van a tener escrito en las paredes “Pocho vive”, como ahí enfrente. (1)

Él dice que le pasaron datos de un lugar donde hay unas chicas muy lindas y está pensando en ir.

Él dice que su amigo de la infancia que es médico le dijo que tenga ojo con el Viagra, y que él lo sabe porque la vez anterior cuando tomó no se le pasaba el efecto y se asustó.

Él dice que muchas veces se siente solo.

Que en la casa de la hija, con los nietos que les dejan hacer lo que quieren, va para sufrir.

Él dice que le gustaba ir a la isla con los amigos, donde charlaban, jugaban al truco y tomaban cerveza, pero que no va más desde que a la mujer le fueron con el cuento una vez que tomó de más y se descompuso.

Él dice que le gustaría volver a estudiar idiomas, en lo que era bueno, pero que todo cuesta.

Él dice que de niño fue pobre, que vivía en un departamento de pasillo, dormía en un sofá en el comedor. Que siempre tenía frío.

Que la madre murió pronto y que el padre estuvo poco en el geriátrico al que había ido a parar.

Que la hermana se había casado tan temprano, que los hijos ya habían crecido cuando ella faltó, al morir tan joven.

Él dice que los zurditos se la buscaron porque sabían lo que les podía pasar.

Él dice que al hijo lo aconseja que no suelte las riendas, que sea él el que diga que hacer a su mujer, y tome las decisiones, que para eso está.

Él dice que cuando era joven el romanticismo de las chicas era lo que lo atraía.

Que con la mujer no pasa nada y que se alivia cuando ella se va a la parroquia con las otras viejas porque lo deja tranquilo.

Que no le hace caso cuando él le dice que se corte el pelo en vez de andar con ruleros.

Pero él dice que esa amante le gustaba porque era muy menuda y tan activa que nunca se había sintió así. Pero que se alejó cuando ella le pidió plata y tuvo miedo de que lo usara.

Él dice que, en cambio, hubo otra que era buena, pero que era tan morocha…Que había dicho cuando lo conoció: este va  a ser mío. Que se enamoró de él porque era muy blanco.

Él dice que ya no sabe por qué vive. Que si tuviera plata sería otra cosa.

Él dice que la mujer cree que él ya no puede. Y que él deja que lo crea. Y que ya no sabe si podría…
 
Él dice que está muy triste. Que le gustaría que alguien lo amara…

Él dice que los domingos con el asado toma vino y después duerme la siesta para que pase el tiempo.

Y a la noche Ribotril, y a otra cosa…

Él dice que jamás pensó en probar, pero sabe que sus hijos alguna vez fumaron yerba, pero que él no lo ve bien.


Él dice que el país, el continente y el mundo son una porquería y que es un asco vivir.


POST SCRIPTUM

Cuando llegaba la Navidad comenté que siempre regalo a las chicas bikinis rosa de la buena suerte, que cada año se agregaban más. Así debía contar a mi hija. A la novia de mi hijo. A las compañeras del grupo de trabajo, a una amiga cercana y a su novia. Yo iba enumerando y contando con los dedos. Él se sobresaltó: - ¿Y esa viene a tu casa?-

-¿Quién?-

-¡La de la novia!-

-Claro, como las otras…-

-¡Entonces tu casa es un kilombo!-

Allí fue que algo me cerró definitivamente, y es que no quiero seguir escuchándolo, cuando él dice.
septiembre 2005
 

1- Pintada en un muro de Urquiza y Dorrego. Pocho Lepratti, dirigente barrial, asesinado en dic. de 2001 por la policía.

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