8 dic 2020

Robos y estafas

 Alberto dijo: Con lo que roban las editoriales españolas es un problema comprar libros. Así que me reivindica el haber podido llevarme algunos, como al descuido.

Andres dijo: lo que yo me robaba eran los libros de Ross, pero antes había que revisar que no tuvieran esa seguridad que les ponen en la última hoja, que suena en el detector.

Hay una manera de eludirlo que es forrar un bolso con papel aluminio. Así podés sacar los que quieras sin problema…

Mi vieja se enojó una vez que se me escapó contarle.

Mirta dijo: Yo una vez me llevé un cenicero de un hotel y estuve tan preocupada que por ese puto cenicero no disfruté y estuve perseguida por semanas, pensando que me iban a venir a reclamar que lo devolviera.

Inés dijo: Cuando era chica, en un super, me puse un tubo de dentífrico en el bolsillo de la campera. Y me sentía como Rififí.

Marcela contó: ¡las cosas que se hacen por amor…!

Yo fui una madrugada a la fábrica y me guardé en la mochila las herramientas que el padre del nene me pasaba por una ventana. Hacerlo era como una prueba de que me arriesgaba por él…¡las cosas que se hacen por boludez! ¡Pero yo creía que era por amor!

Ana dijo: A mí en la escuela, el compañero de banco me robaba las Opera del bolsillo, yo me daba cuenta pero…¡Se las hubiera dado si me las hubiera pedido!

Y Ale: Y yo me llevaba las pinturitas que me gustaban. Nunca me pescaron …Se las sacaba a una chica que tenía un guardapolvo almidonado, perfecto.

Marcela dijo: Yo también tenía una compañera que siempre tenía el guardapolvo planchado que parecía de tintorería, y el pelo tirante en una colita que no se le escapaba ni un pelito. ¡Le tenía broca por tan prolija! A ella si le hubiera robado…

Yo dije: Robar no es tan grave.

Y cerró Marcela: Robar no es tan grave, claro, pero lo que no tolero es la estafa, el engaño, eso no, eso no va.
septiembre 2005

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