2 dic 2020

El invierno de las adúlteras

                En el bar, los sonidos de la calle llegaban atenuados. Frenadas, bocinazos y risas. Dentro del bar, superponiéndose a la música, se escuchan ruidos de loza y metal, pasos, sillas que se arrastran y fragmentos de confidencias, discusiones y también la charla casual de quienes pasan un rato.
               En eso estaba, cuando en la mesa a mis espaldas una voz clara y alegre,  toma la palabra y no la devuelve, tal su premura por decir, su entusiasmo por relatar lo que va pensando, en un monólogo que me llega y me hace testigo de esta historia:
               “- Este invierno ha sido largo y frío. Tendrá que ver con eso..
               También debe tener que ver con la época, con las tentaciones...Antes creo que había menos posibilidades y más resignación...¿Te reís?... Pero en serio este invierno supe de mujeres  que se permitían lo que nunca...amores apasionados y sin futuro. Y que por eso se enredaron en historias increíbles. Claro, no tan increíble como la nuestra.
               Si, alguna vez me había interesado alguien... pero siempre aposté al cumplimiento de la palabra dada. En broma amenazaba: me lo traería a Richard Geere, solo para mirarlo, ya que está tan lindo... O a Harrison Ford, pero se sabe que ninguno de ellos entraría a formar parte de mi vida, salvo en la fantasía..
               Tampoco creí que vos entrarías a formar parte .... Claro, parece una historia tan loca. Y yo que nunca había estado en la trampa. Me parecía importante mantener todo un récord. Si son posibles los récords gimnásticos, por qué no los de perseverancia en un vínculo que dure toda la vida, como pasaba con nuestras abuelas.
               ¡No me mirés así, no es tan extravagante lo que digo!.
               Pero no se, apareciste vos y fue como si me animara a lo imposible. Porque mirá que es imposible nuestra relación...
No digo solo porque vos seas como diez años mayor, la diferencia de edades no importa...Ni porque seas de otro partido con otra ideología. Ni tampoco porque tengamos estilos de vida tan distintos...
Mi vieja que es tan formal se caería de espaldas si supiera que me importa tanto alguien que no labura, se la pasa tomando Criadores y con el porro en la mano.
Y me pregunto...¿qué dirían tu marido y el mío si supieran?.-”
1987

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