21 dic 2020

En la Navidad del 2012

 En estas vísperas de las fiestas he estado pensando en algo que sucedió, y que no está dentro de lo explicable, pero que para mi, está lleno de sentido.
Cuando a la vuelta del viaje viniste  al departamento y me contaste tus dudas respecto a seguir luchando, te vi muy triste y me sentí apesadumbrada. Te dí la estampa de una Virgen ya cuando te estabas yendo, con la sugerencia de que te acompañaras con ella.
Recordé aquella vez que tu papá estaba internado, y en la preocupación de un diagnóstico amenazante, llegó en ese tiempo a mis manos, la estampa de un Cristo triunfante y se la llevé. Tiempo después, cuando se resolvieron de la mejor manera las cosas, (vos trabajabas en el Británico en tiempo, y trajiste los resultados del estudio que nos llenaron de alivio), volví en un escrito sobre el tema. Como su hubiera necesitado testimoniar que había habido algo incomprensible y bienaventurado en el acontecimiento. Y algo del orden del misterio que nos había cobijado.
Y lo recordé, porque al encontrarnos a la vuelta de Colombia, en la desazón de las noticias y tu desaliento, más el decaimiento de Iara, yo también  me sentí desesperanzada. Pero no obstante insistí en darte la estampa de la Virgen, y te pedí que aunque estuvieras distanciada y te sintieras decepcionada, la leyeras y la tuvieras en cuenta. Esa estampa (como aquella otra que le di a tu papá) también había llegado azarosamente a mis manos. En un lugar tan lejano como Colombia, en un templo al que entramos por casualidad, en medio de una celebración que nos tomó por sorpresa. Estampa con una plegaria en el reverso, que tiene una singularidad única.
Si la lees detenidamente vas a entender a lo que me refiero. En las oraciones habitualmente se invoca por la curación de enfermedades, por la protección de peligros, por la paz personal y de las naciones. Pero esta oración de esta Estampa de la Virgen, es la primera y única que yo conozca en que hace referencia  a la defensa ante catástrofes naturales y específicamente a la defensa ante virus,y sí, también solicita la protección espiritual.
Para mí, ese texto en el reverso no es como cualquier otro, pareciera pensado y destinado a este momento de nuestras vidas. Quería compartirte estas reflexiones, porque creo que sos quien está en las mejores condiciones de entenderlas.
Te agradezco que me hayas llamado prontamente para darme la buena noticia. Sin duda sabés lo bien que me hizo escucharte. Y si te lo digo por escrito, es porque es más fácil para mì expresarme de este modo.
Un abrazo enorme, en la certeza de que la lucha tiene sentido.

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