21 dic 2020

Instrucciones para su uso

 Las piezas con que fueron confeccionados estos pisapapeles tienen más de 60 (sesenta) años.
El juego consiste en imaginar los sucesos que transcurrieron desde entonces y elegir uno, el que sea más significativo y rememorarlo.
Situado ese suceso, que será el preferido, se procederá a abrir el envoltorio y leer el pisapapeles para descubrir en él, la escritura del propio nombre.
 
El propio nombre, ¿qué más personal?, esta vez, escrito con las viejas letras será el mismo y distinto nombre.  Las letras son antiguos tipos de imprenta, y en este caso, funcionarán como fichas de un rompecabezas irrepetible y único que armarán la historia de cada una desde otro lugar.
 
Si conecta el suceso de la historia que eligió, con su propio nombre, tendrá un entramado entre aquella historia y la propia vida. Y habrá ganado un casillero en este juego, que, como el de La Oca, tiene que continuar. Y que tiene que continuar, de una única manera: siempre descifrando enigmas.
Armando el entramado de una red en donde la vida palpita y se expresa de mil formas. Instaurando lazos, compartiendo sucesos, teniendo por delante la carga y la gloria. Hebras tenues en la redecilla que nos sostiene y nos potencia. Nos fecunda y nos  fortalece.
 
 
Navidad del 2008 en La Redecilla

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