5 dic 2020

La dimensión Personal y autobiográfica en los textos de Emilio Rodrigué

 “No soy un psicoanalista que escribe bien, o un escritor con oficio psicológico. Soy una mutación, ese es mi delirio genético. Mi oficio todavía no tiene nombre” (1)
 
“… se equivoca el que cree que yo escribo una biografía. Es otra cosa, sutilmente opuesta. Como si mi vida fuera la autobiografía de mi autobiografía. Una ficción de ficción. Escribir lo que vivo y vivir lo que escribo a veces se alinean a punto de convertirse en un mismo acto. Y en la creatividad de esa confluencia la reflexión ética deviene acción moral y sos tu propio guía”.(2 )
 
Inicio con estos epígrafes, mi comentario acerca de las dimensiones personal y autobiográfica  de Emilio Rodrigué. Me referiré a lo escrito por el mismo sobre distintos momentos y aspectos de su vida, sobre su niñez y su adolescencia, sobre sus amores (y no sobre sus odios, pues si los tuvo parece no haberlos alentado), sobre su religiosidad y su irreverencia, sobre su hedonismo y su compromiso existencial.
Este comentario decía, es un precipitado. Un precipitado de lecturas de su obra y de las resonancias que me produjo, también del intercambio a través de un puñado de correos que fueron y vinieron. Correos que circularon entre Bahía y Rosario en los meses previos a que tuviera ese gesto de mal gusto. El de irse, ya que conversábamos y me dejó con la palabra en la boca (sin duda su cortesía de caballero le hubiera llevado a evitarlo si hubiera podido, pero se ve que no pudo).
También este comentario surge del deslumbramiento que me suscitó un hombre que se atrevió a contar como ninguno el entrecruzamiento del psicoanálisis con su propia vida. Y si él plantea que no escribe una autobiografía en sus textos sino algo diferente, donde la crónica de lo vivido y la ficción se entraman de manera singular, yo voy a tomar en este texto a sus escritos desde el lugar en que él se posiciona. Respetando su interpelación de no caer en las simplificaciones de creer que todo lo que dice es tal cual, sin intentar deslindar la confidencia de la  chanza, el poema de la fanfarronería, la reflexión de la ironía.
 

1- SU NIÑEZ

Problemática del despertar
 
En la recorrida por el pensamiento de Emilio Rodrigué creo discernir dos temas que parecen subrayados en sus textos: 1- la inagotable sucesión de duelos de los que nos da cuenta a lo largo de su historia, que son duelos que nos atañen  en cuanto lo humano universal implicado en ellos, y 2. su infinita capacidad para seguir aprendiendo, sin sosiego, sin aliento, procesando, estableciendo conexiones originales, poéticas, ríspidas, deslumbrantes, humorísticas, en un descubrimiento permanente de sí, y de los otros.
Respecto a esto segundo viene bien lo escrito por Pavlovsky en la contratapa de “La respuesta de Heráclito”:
 
“…siempre buscando, siempre buceando. De todos nosotros el que más se radicalizó. No políticamente. Pero si existencialmente”.(3)
 
La de Emilio fue una radicalización existencial en  las búsquedas de sentido, que lo llevó a vivir todas las pérdidas, sin negar ninguna y refiriéndolas por escrito en una especie, como él dice, de una “pornografía de la muerte” tal vez para exorcizar el dolor implícito en ellas.
 
Y volvemos al primero de sus temas, el de las pérdidas.
Pérdida de la inocencia la primera, vinculada a la ilusión de inmortalidad que se hace trizas y al descubrimiento del sufrimiento en el esfuerzo diario en despertar.
Despertar a este “valle de lágrimas” como salir del paraíso protector del sueño, despertar como crecer, ¿despertar como renuncia a qué esperanza?
 
“Revisando mi vida, primero tuve la problemática del despertar…Al cumplir seis años desperté llorando porque había perdido la inocencia de la primera infancia. Me di prematuramente cuenta que la vida corría entrópicamente cuesta abajo. A los seis años dejaba de ser el principito de la casa para atravesar este valle de lágrimas con el sufrimiento legañoso de tener que levantarse temprano para ir a la escuela, el yugo de la escuela que anticipa el yugo del trabajo”. (4)
 
“Yo fui un niño socrático, inseguro de todo. El saber del autismo. Fui un niño silencioso, puro, autista. Esos chicos abstraídos, maravillosos y siniestros, movidos por una locura que los separa de los demás niños, con otros gustos, con espacios imaginarios que no son ni la apatía ni el éxtasis. Pibes idiotas, pibes poetas”.(5) Ondina
 
La madre
 
La relación con su madre remite a un espacio compartido especial: el de la Iglesia en que ella es equiparada a una Madonna, y él a esos niños Jesús en imágenes, ambos, la madre y él, sumergidos en la penumbra perfumada del Templo.
 
“Fui un niño muy religioso. Cuando mi madre arañaba los cuarenta años, en los tiempos de mi concepción, algo grave ocurrió, sospecho que el amor de mi padre por otra mujer. Fue la hora de su conversión religiosa. De creyente tibia…pasó a ser mujer de la Iglesia, una militante de Cristo. Desde muy chico me llevaba todos los días a misa de 11. El templo fue mi Jardín de Infantes.
Una folie á deux teística. La maravilla de tener el pesebre enclavado en casa, en pleno centro porteño. Viamonte 763.
Por más transparentemente invisible que nuestra relación fuera, mis hermanos me trataban de un modo especial.
-No es como los demás- solían decir, trayendo regalos. Es que María Mercedes era 20 años mayor que yo; Jack 18”.(6)
 
¿Cuánto de ese vínculo atraviesa su historia y llega a impregnar su relación con Gracia, su esposa bahiana? ¿Cuánto de la religiosidad de una parece eco de la religiosidad de la otra? Leemos que llega a preguntarse, cuando en la ceremonia en que será propuesto como sacerdote de Shangó, y mientras busca con la mirada a Gracia, su referente en el recinto:
 
“…comienzo a darme cuenta de que participo como actor principal de una obra cuyo guión desconozco. Pero no doy con la pollera de mamá.¿Será que uno realmente se separa de ellas en la vida?” (7)
 
Las polleras o pollerones de las sucesivas damas que tuvieron lugar en su agenda e ingerencia en sus proyectos, ¿cómo funcionaron? ¿como replicas?. ¿como refugios?, ¿como trampolines?
 
El padre
 
La relación con el padre lleva la impronta de los designios de clase: el Champagne en la cucharita de plata, como el automóvil  con chofer de su niñez marcan una inserción a veces festejada y otras cuestionada;
 
“Una tradición paterna consiste en iniciar al recién nacido en champaña.
Champagne francés en cucharita de plata como primer alimento terreno. La historia familiar cuenta que yo pasé de los brazos el partero al regazo festivo de mi padre. Fue un puntapié hedónico de la vida. Con la magia profana del ritual”…(8)
 
“…El aguijón del secreto no yace en la traición futbolera (haber sido de River antes de serlo de Independiente) sino en lo que ella revela: mi infancia sin calle, sin potrero, mi descolorida infancia vista a través de la ventanilla de un buick.” (9)
 
Pero con ese padre de las grandes ambivalencias surge una crítica en que se desnuda otra dimensión:
 
(El padre) “ Llevaba una doble vida. Mantenía dos hogares completos, con juegos de sábanas, baterías de cocina, hijos, cuadernos de estudio, todo duplicado.
…hay algo más jodido. Mi viejo puso nuestros nombres a sus hijos naturales y tuvo entonces dos Migueles, dos Jacks, dos de cada uno de nosotros.
…es absurdamente siniestro. No sabés cómo me destruyó esa duplicación de nombres…no puedo aceptar esa traición…¿Existe mayor abuso de mi identidad que compartir el nombre con un hermano que no es mi hermano?
-Y te podés reconciliar o queda como punto oscuro?
-Ahí justo está el lío. La reconciliación la veo imposible, pero no acepto el punto oscuro. Por algo lo cuento…
 
Y de pronto lagrimeo apenado por mí: absurdo pero cuantas estaciones quedan por recorrer aún en este peregrinaje al reencuentro de mi padre, cuántos abrazos certeros y tacles al vacío antes de llegar al buen retiro. No puedo renunciar: no tolero el punto oscuro que queda como pozo séptico en mi intento de apadrinarme y no sirvo para el cuchillo, no me quiero mutilar de toda explicación. Entonces, Erica, te pido que le demos otra vuelta a la bigamia”.(10)
 

2- DE LOS SOVIET BOYS A LOS PSICOARGONAUTAS

 El viaje a Rusia como presidente de la Federación Argentina de Psiquiatras, dio inicio a una amistad que se consolidaría luego. Fue a partir de lo compartido en ese viaje, que cobró forma la idea de un espacio físico, de una casa en la que poder reunirse al regresar y que sirviera al despliegue del grupo.
 
“En Moscú se sella nuestra amistad a primera vista. Nos atrajo nuestra veta de delincuentes juveniles. Allí nacieron los Soviet Boys, como nos llamaban escandalizadas las matronas de la delegación.
…Fue sin duda un enamoramiento homosexual, relación particularmente repudiada por el código psicoanalítico que acepta vírgenes pero que rechaza putos.
 
Se tuvo conciencia de la necesidad de encontrar un refugio terapéutico en la amistad…fundamos en  Buenos Aires la terapia por la amistad”.(11)
 
En paralelo a la fuerza del grupo de los Psicoargonautas como se llamaron, está su reconocimiento explícito a las mujeres de las cuales se sintió deudor. “Mis maestros fueron maestras”. Su analista Paula Heinman, Mimí Langer interlocutora privilegiada. Susan Langer maestra con la que transitó escarpados aprendizajes y la cuarta maestra de color verde, que Emilio reivindica en sus potencialidades terapéuticas, en tiempos en que la despenalización era un sueño aún imposible.
 
Respecto a su “escribir a cuatro manos” vale su reconocimiento a las colaboradoras de sus libros: Beatriz su primera esposa, (como observadora de los grupos psicológicos) Genevive Tronquoy (que él llama Noune de Rodrigué), Martha Berlin, Syra Tahin Lopes. Su reconocimiento estuvo también a Gracia y las otras que potenciaron su energía para que su creatividad siguiera expresándose hasta el final.
Resulta interesante en las dedicatorias de “La respuesta de Heráclito”:  A la mujer que tiene que permanecer anónima. ¿Otra mujer amada en esos tiempos?
Sus textos nos dejan imaginar la fuerza de los vínculos entramados en su vida para posibilitar que fuera como fuera y escribiera como escribiera.
 

3- LOS ATROPELLOS DE LA HISTORIA

 Como a todos, los hechos de nuestra historia reciente, que fue la suya, lo involucraron para que pudiera contar sus resonancias sobre lo vivido. El gran autista sale al mundo y ya no es tal su autismo.
Ezeiza lo envuelve en su espiral.
 
“Caminamos y caminamos hasta que la historia se descarriló y todavía no comprendíamos nada porque la violencia al principio se transmite muy lentamente en una multitud que va ciega al peligro, y una masa de violencia transformó la fiesta en tragedia, Y yo, sonámbulo, no lo podía creer y caminaba entre la gente tirada cuerpo a tierra como sabio loco buscando mis anteojos”.
 
“Para todo argentino, Ezeiza tuvo algo de Hiroshima”…(12)
 
 El exilio lo convoca y arma su vida como sabio itinerante. Echa sus anclas entre Bahía y Europa, adonde fructificarán su reflexión y su juego.
 
“¿Qué nombre darle a la sensación de que se nos mueve el planeta? No es un exilio. Hay más fatalismo en el exiliado. Es austero. Es un remordimiento silencioso de la posible claudicación. El exiliado está enganchado nostalgiosamente a su país desde el bar de los refugiados. Nosotros no. Es distinto. Es como si uno no perteneciera al paisaje, al clima de una ciudad que ha perdido su padre o su demonio. Para nosotros es cumplir con las transformaciones que presuponen el fin de una época.” (13)
 
Época que vive sin percatarse de su condición. Instalado en un recreo bahiano, sin ponerse límites, ni cumplir formalidades. Pero…
Pero es en Bahía donde atravesará la zozobra de poner sus papeles en orden, cuando es conminado a salir de Brasil en quince días y debe terminar con su nomadismo sin destino
 
“Mi condición errante de vida, mi  precariedad en las recámaras de Brasilia. Ostracismo con ostras y champán, pero ostracismo al fin. Muchos tuvimos o quisimos salir y salir no es fácil”. (14)
 
Más tarde Malvinas lo sacude desde la llamada de Marcos, su hijo, y se lo ve compenetrado del dolor de un fracaso absurdo.
 
“Hiroshima como el analizador del siglo. Hiroshima como las supermalvinas. Yo argentino, puedo comprender a Hiroshima desde las Malvinas, el escándalo de la desastrosa derrota…
La derrota de las Malvinas fue una pequeña gran explosión en el corazón de los argentinos. Hay cosas que nunca vamos a perdonar”.(15)
 

 4- SOBRE LA RELACIÓN AMOROSA : “Yo no soporto el desamor”

 Sus comienzos
 
Elena, que con crueldad él y sus amigos llamarían “el naso patinante” es, en la adolescencia,  la primera por la que se siente mirado y que con ello lo confirma. Ese regalo inesperado ilumina la pista de patinaje para que luego pueda recordar
 
“nadie quería nada de mi..y de pronto una chica me mira, me mira y se sonríe y la bóveda del Ring se vuelve multicolor en un deslumbrante  arco iris…alguien me quiere, decía feliz…” 174
“Yo nunca besé a Elenita..Y de ahí pasé a encamarme con una divorciada. Cogí antes de besar en la boca…Un caso raro de inversión sexual”.(16)
 
Ondine es su iniciadora sexual durante un viaje en barco hacia el Sur. Desde la experiencia de mujer mucho mayor que él, “tomó las riendas con su charme de gordo gato de angora”
 
Beatriz
 
 Llega Beatriz y con ella otra etapa:
 
“…era muy hermosa, la chica ideal para casarse, tener hijos, un televisor a plazos y eventualmente una casa de campo…Un matrimonio que venía programado con la infalibilidad de un tren inglés.” (17) i
 
(Matrimonio que)“Fue víctima de nuestra clandestinidad, de nuestra estupidez, del cuerno por cuerno. Se fue ajando como una camisa de mala calidad pero con humos de matrimonio modelo. Eramos convencionales…pero en la variedad católica, con un seso tijereteado por la curia, con anfetaminas, con la guerra de los hijos, con la rutina de sábados enterrados en la cama leyendo novelas policíacas. No me hubiera podido separar de no mediar mi amor por Noune,”(18)i
 
Noune de Rodrigué ¿Y su propio apellido?
 
La conflictividad en la relación con Noune (ambos estaban casados) demoró el encuentro. Luego, desde el desgarramiento y las cicatrices, de la viudez de ella y la separación de él, sucede que pudieron tener una vida juntos, hasta que es la muerte la que irrumpe.
 
“Con esta sí, claro que sí, así soñé la mujer de mi vida…
El amor como una expresión del  sí, un sí de sí, un sí de siempre. Las puras ganas nupciales, sin peros. El amor de, el vida mía, el yo también, un paseo al sol, años luz de este incomprensible viaje en el escalofriante hospital que te lleva a la muerte.”(19)
 
“Tengo una necesidad, deseo de escribir en profundidad de la muerte para rescatarla del olvido con cicatriz. Debo comprender lo que pasó, aflojar los mecanismos de la muerte a ambos lados del río. Ese es mi compromiso como intelectual. Tiene que ser una escritura cruel, casi una pornografía de la muerte. Creo que esa escritura es indispensable para que la muerte no sea un fantasma que siempre me persiga.”(20)
 
“…retuve la imagen y después, diría que murió como un pajarito, pensando en una torcaza que murió en mi mano, sin temblor ni protesta, los ojos vidriosos, nada más. Pero eso es un camelo. Noune no es un pajarito, imagen romántica conjurada para protegerme. Noune se iba como un hombre agotado”. (21)       
 
Con Noune tuve uno de esos amores que dan certeza”.  le diría a Marcos años después, para explicarle su separación de Beatriz. El, que se había llamado “virtuoso de la incerteza”,  y por ello había declinado el lugar de Maestro, asume por amor a Noune el quiebre del vínculo con la madre de sus hijos y el desafío de la construcción de otro nuevo, sin dudas, con la fuerza de esa certeza que hasta más allá de la muerte de ella, siguió constituyéndolo.
 
Noune siguió formando parte de su vida, al punto que mucho después escribe: (hablando de lo que sucede mientras dormimos)
 
Es tan bueno tener a la mujer amada en los brazo y no saber que está muerta A veces tenemos sueños tan gratificantes que nos deprimimos al despertar, (22)
 
El amor, el dolor, ese juego
 
El amor como dolor ya había sido esbozado con anterioridad, para referir una historia juvenil de desencuentro con una mujer:
 
“Otra vez la sobriedad de  mis adicciones: aún presa del todo o nada de la pena de amor jugué con la cabeza y cierta mesura. (ruptura con Traute)
…entré en la semana más locamente desgarradora de mi vida. Llevaba adentro un amor que mata…dejé el bar amputado. Llovía, llovió a baldes…
…y yo postrado en una cama cada vez más psicótica, ahogado en lluvia, loco de amor”. (23)
 
“Sí, ya sé, el amor te mató, pero debiste salir antes de ese pozo. Frente a este tipo de fosa hay que construir, con los materiales disponibles, una antifosa.  Hay que usar todo, hasta la muerte, como palanca de vida”. (24)
 
Esta dimensión del amor en el “Emilio joven”, se opone en su romanticismo y dramaticidad a otra: al juego zumbón con que se va posicionando ante las mujeres desde la época de los Psicoargonautas .
 
“Hay tres tipos de mujeres. Las Diosas, los Ciervos y los Jabalíes. Una Diosa es una Diosa…un Ciervo es una niña hermosa, con la que se tiene algo corto y que uno no esconde. Al contrario, podrías llevarla a misa de once, alimentándote en la envidia de los feligreses. Un Jabalí nunca se presenta, porque nace de una relación vergonzante. Es un quemo sexual. Nadie cuenta que se morfó un jabalí”.(25)
 
También burlón respecto a la expresión de las mujeres en algunas situaciones:
 
“Recuerdo que traje a una señora muy seria y muy clandestina…todo le parecía muy bohemio, excitante…hasta que por ahí entra el Califa (hippie residente en la Casona) y el muy carajo nos interrumpe para pedirnos un cigarrillo. La cara de la señora era un poema, nunca se repuso del vaginismo”.(26)
 
En relación a otro encuentro, con una prostituta que conoce en la calle:
 
-“No, no soy un policía común… Eu  sou da Policía Internacional,
Fue delicioso aquello que cubrió el rostro de Vanda. Nunca una mujer me había mirado así .Una mezcla de reverencia y miedo. Como si yo fuera una mezcla de tigre y araña pollito.
…Yo fui amado, respetado, odiado, rabiado, ternurado, pero nunca fui tratado con esa sumisión de cebra frente al carnívoro de turno. Había mucho de víctima propiciatoria en ese cuerpo”.(27)
 
Y cómo leer sus apreciaciones respecto a lo femenino?, desde qué posición se expresa cuando dice:
 
“Me gusta estudiar y escuchar, como cortina de fondo, los tintineos domésticos, el murmullo del agua en la pila, los berrinches de los tenedores con los cuchillos y la presencia de una mujer silenciosa. Esa es toda la diferencia entre soledad y compañía: los pasos de una mujer descalza” (28). (Como escribió John Lenon respecto a Yoko Ono)                         
              
“El pene no tiene dueño. Tiene dueña. El pene es de la mujer amada…La mujer amada como pitonisa del pito…
Falo y pensamiento, lugares de incertidumbre. Entre ambos se dibuja un laberinto que es y no es nosotros, el territorio que Freud descubrió”.(29)
 
¿Cómo oscila entre el desenfado casi descalificador y una rendición incondicional respecto a lo femenino?
¿Qué significa en sus labios: “no soporto el desamor”?
 
De la relación con Martha
 
Con Martha se interna en la aventura de crear un vínculo diferente. Simultáneamente llevan adelante juntos la empresa de escribir un libro. Concretan el libro Pero en el otro anhelo tropiezan. “La sangre llega al río” y las menciones de Emilio a la separación la esbozan como guerra sin cuartel.
Habían comenzado con un proyecto singular que se resquebrajará:
 
Nosotros proponemos el amor abierto, dando un salto redondo por encima del problema. Que eso se puede aplicar de muchas maneras, bien o mal, de acuerdo; que hay que resolver nuevas dificultades, sin duda. Pero eso no toca el centro de nuestra tesis, hay que reformular la monogamia”. (30)
 
“…formamos una nueva pareja y maravilla ver cómo del estiércol de las cagadas de antaño nace una visión revolucionaria del presente que ilumina el pasado y da coherencia a tu vida”. (31)
 
Y llega a comprometerse a través de su escritura:
 
“Suena novelero o novelesco y es así en el buen sentido de ambas palabras: el Anti-yoyó me inhibe muy concretamente a acostarme clandestinamente o mentirle a mis hijos sobre el chá macrobiótico. Hay ciertas cosas que no se pueden hacer y otras que sí se deben hacer. Es que hemos crecido con la novela que para nosotros deja de ser ficción, para convertirse en el cuerpo de un proyecto que involucra toda nuestra vida…Lo escrito pasa a ser lo más fuerte tuyo al punto de modificarte”. (32)
 
Pero sucede que Emilio no persevera en eso de “inhibirse de la clandestinidad ni de mentir” y eso escrito no se sostiene. No lo sostiene en su vida:
 
“Bueno, esa pareja explotó. La rifé por un encuentro clandestino perversamente absurdo.
¿Por qué lo hice? Por odio creo, por haberme sentido traicionado en lo cotidiano y entonces traiciono. ¿Por qué lo hice? Por una suprema crueldad hacia todos, inclusive hacia mí. Pienso en la bigamia de mi padre y en nuestro parecido. Puedo ensañarme pero algo me detiene, quizá el tableteo de la máquina vecina”. (33)
 
Ella también escribía su versión de los hechos, y en esa escritura vuelca su furia y su dolor. El en “El anti- Yoyó” y en “Historias sin monumentos” Martha contará el vínculo desde su perspectiva: “Cansa estar casada con Dios”.
 
Con ese encuentro clandestino, Emilio entra en contradicción con la apuesta previa de un “amor abierto”,
 
No obstante parece soslayar dicha  contradicción y negar la ira de Martha y su propio  temor, cuando en su libro siguiente escribe:
 
“Siento el placer de una coherencia en mi vida. Como si valió la pena confiar hasta en la locura de uno mismo ya que llega el momento en que el presente ilumina el pasado y se puede apreciar el por qué del camino recorrido. Y el pasado inmediato es El Antiyoyó que funciona como decálogo ideológico”.(34)
 
Esto es contradictorio con lo reconocido como explosión en la pareja que él dice que rifó en  “El Anti-yoyó”. ¿De qué coherencia habla?
 
El decálogo ideológico queda en declaración de principios, en los hechos está su salida de lo pactado. Y aunque viajan juntos al exilio no parece tampoco registrar el agravio y la fractura  cuando refiriéndose a sí mismo dice:
 
“Pensándolo bien, Martha tiene un buen compañero”.  No tiene conciencia de los efectos de su transgresión y de los afectos que suscita. Sigue pensándose a sí mismo como si la mentira y la traición no hubieran existido.
 
“Con el cielo despejado pasamos la primera noche en Maceió. Pero Martha se despertó rara, erizada, transformada en bruja. Amenaza cortarme el pito… en tiritas…
Me sentía vagamente  merecedor de su enojo. A lo  mejor ronqué toda la noche. ¿Quién te dice?
Dato más: esta mañana el Sabueso de la Pluma de Ganso le preguntó  la Mujer de la Vagina Dentada el por qué de las amenazas. ¿Qué amenazas?. Se había olvidado.
Ante mi insistencia recordó un sueño donde “la obligaba a bañarse en un baño sucio” (35)
 
En La lección de Ondina refiere un hecho de ese viaje a Maceió. Estaban en la playa de Paripueira, y corriendo por ella, tiene un agudo dolor de tobillo y apenas puede regresar para que lo hospitalicen. Y relata lo que él supone que significó para Martha, que había perdido hacía poco tiempo a su hijo en un accidente, entrar en la clínica donde le hicieron placas y lo asistieron. “Contraste absurdo entre la muerte de un hijo y el tobillo hinchado de un cincuentón pajero”.
Emilio adjudica a la muerte de Ariel el desencuentro con Martha y la separación, ignorando su incoherencia en lo que en su momento llamó “encuentro clandestino perversamente absurdo”.
 
De las experiencias eróticas de la pareja, que se intentaron audaces, queda la reflexión de cierto vacío. “El paraíso nunca cumple lo que promete
 
“…supe que esa noche iba a ser memorable en la crónica de la pareja. Con todo queda como anécdota, nada más. (sexo en cama redonda)
Ahí se daban los últimos coletazos de la época que el Antiyo-yó relata. Una era de sexualidad abierta que se acaba y me deja, balbuceante a mitad de camino. Al hombre sabio todavía le falta alcoba”.(36)
 
Creo que es con respecto de Beatriz y de Martha que plantea:”Entre el resentimiento y la crueldad, elijo la crueldad”
 
“…el efecto nocivo  de mi papel lo da la formación reactiva que la crueldad incluye en su manto bajo la forma de una implacable comprensión. Esa formación reactiva es mi gran falla caracterológica (Falla en su acepción geológica). La indiferencia como crueldad, la crueldad como indiferencia. Te estás volviendo ciego, me puede llegar a decir una mujer”. (37)
 
Recién parece tomar conciencia de la fractura del vínculo cuando lee los escritos de Martha.
 
“A medida que iba leyendo el libro de Martha, un frío corría por mi espalda…me impactó profundamente la imagen que ella tenía de mí. Yo no soporto el desamor”.  (Texto corrosivo de Martha) (38)
 
Pero su salida pasará por otro encuentro.
 
“Entonces me fui caminando al sector de las mujeres y me levanté a la barrendera de la playa. Una negra grande, más negra que mulata, bocuda, risueña, hambrienta. Así termina la historia. Fin de este período del psicoanálisis aplicado a mí mismo, donde se sientan las bases de una retórica del deseo. ¿Pudo haber sido Lourdes la mujer en cuestión ?” (39)
 
De los amores complementarios
 
“Al mes de separarme (de Martha) con la sangre aún fresca en el río, hice mi tourneé de trabajo por Europa. Fue una prueba existencial (sobrevivencial sería la palabra), de vuelta en la vida como viudo soltero un tanto chamuscado, actualizándome en el  Know how de la soledad. Se las arreglará solo?, preguntaban los amigos. El problema era la ausencia de Martha…sólo ella sabía que en los supermercados existen carritos”.(40)
 
La aparición de Lourdes en su vida pareciera providencial. Es la empleada que cada día robará una flor, para colocarla delicadamente en su consultorio.
 
“Mi amor por Lourdes es bien particular, ya que ella hizo más que llenar el espacio que Martha dejó en mi vida…Lourdes me mostró un mundo nuevo, una de cuyas ventanas se abría a la vida proletaria de Bahía.
Además de ventana a la feria de la vida, también actúa como dispositivo analizador que me llevó a cuestionar como viene la mano en este valle. Su destino es una presencia en el mío”.
 
“…Lourdes, por estar leyendo por encima de mi hombro, se convierte en una interlocutora que recibe las palabras aún calientes, al nivel más íntimo en que las ideas son tecleadas.
Siendo así, aprovecho la oportunidad para decirte, Lourdes, que no tienes nada de puta, al contrario eres la guerrera más femenina que yo conocí”. (41)
 
Con derroche de inigual sinceridad escribe:
 
“Cuando yo protesto mi amor, Lourdes se irrita y dice: -¡Qué clase de amor es ese! El señor me trata mal –y al final de la cadena aparecen los significantes de la miseria en Brasil. Lourdes me cocina, me lava y me limpia por el equivalente de tres horas semilacanianas de mi trabajo. Si yo la amase de verdad no permitiría que ese escándalo económico se perpetuase.
Y es cierto Lourdes…yo nunca te coloqué a mi altura, siempre, en última instancia estaba el patrón.
- Porque soy pobre e ignorante.
Sí, Lourdes, es por eso. Y quizás precisé escribir un libro para decirlo.
Finalmente quisiera  aprovechar la ocasión para decirte, para confesarte que soy mezquino contigo, pero no por vergüenza, sino de puro mezquino.
Además, hasta los malvados quieren.
Lo único que sé es que alegras mi vida”. (42)
 
Y ella asegura:
 
“ Cuando el señor sea viejito, cuando ninguna de esas mujeres descaradas ande detrás el señor, yo lo voy a cuidar con cariño”. (43)
 
Simultáneamente a la relación con Lourdes escribe sobre otro vínculo, el que transcurre en los moteles, especialmente en Tramp´s: “ cuartel general del libro que escribe. Tramp´s es como Ondina en el libro anterior”.
 
“Hicimos el amor a la vera de la piscina.
…comencé a contarle la sensación extraña que había tenido con ese orgasmo mutante. -Fue en todo el cuerpo- repetí.
-Ya sé lo que fue. Tuviste un orgasmo de mujer, Vamos a darle un nombre.
-¿Qué nombre?
- Se llama un Julio Iglesias”. (44)
 
“…me despedí de Diana que iba a estudiar a Boston un tema de su especialidad.
-La nuestra fue la relación más impecable que tuve en mi vida…y yo endoso cada una de esas palabras. Amor es dar lo que no se tiene con una sonrisa”.(45)
 
 
Gracinha de Oxún toma la posta “¡Que los Orixás nos protejan!”
 
“Los amigos dicen que yo era un solitario. Algunos agregan que Gracia trajo gracia y alegría a mi vida. Tienen razón. Pero esos (los de Supertramp) no fueron años tristes. No me arrepiento de ese período supertrámpico de inocentes amores satánicos y mujeres complementarias”. (Diana – Lourdes?) (46)
 
“Esa noche, pensé en el amor brujo y en las mil caras del amor que, amando se multiplica. Por lo visto, se puede comenzar de nuevo plantando una serpiente a prueba de manzanas. Pensé en ti, rubia cobra negra de ojos color miel…
Después del amor hay que hablar del deseo, ese misterioso dispositivo que nortea y desnortes la conducta de los hombres. El se imanta cual brújula embrujada.
El deseo es irreductible, ninguna ley natural o divina detiene su programa, aunque puede alterar su curso. El flujo deseante sólo reconoce su propia falta de ley.
…El deber deseante lleva la cuestión más allá del gozo. Los grandes místicos, contra toda apariencia, no gozan en la acepción fálica de gozar. Por eso las religiones orientales insisten tanto en la sabiduría de no desear. Ello en occidente, es mal interpretado como la supresión del deseo.
El deseo no se suprime, ni siquiera se sublima. Se trata, más bien, de la sublimación del deber. A ese odú (Dios, camino) Gracia, le doy el bonito nombre del camino del Eros Luminoso”.(47)
 
Cuando  Gracia plantea su proyecto de “hacer su Santo” se conmueve:
 
“Por la cara de Gracinha de Oxún me di cuenta de que ella pensaba que su iniciación me pondría a prueba como marido, como hombre. (273) . Sí, soy muy celoso, no aguanto ceder mi lugar de exclusividad, como cuadra a un marido convencional que refunfuña, con legítima razón, por los buracos en las medias”. (48)
 
“Un mar de dudas me acechaba…mi alma era el teatro de sentimientos encontrados. Por un lado me atraía su contagiosa religiosidad bajo el signo de la leyenda personal. Pero cuarenta días de  absoluta deprivación marital son más fuertes que una docena de hongos alucinógenos.
…me admiraba la naturaleza impecable de su deber deseante. Yo o podía desafinar; no hay nada más desprolijo que un marido gruñón.
Le dije que contara conmigo, que iba a colaborar”. (49)
 
Recurre a la escritura mientras están separados, en el tiempo de la iniciación de Gracia:
 
“Porque tu eres mi interlocutor privilegiado. El ser amado merece lo que hay de mejor. La carta como libro singular, personalizado, con el fantástico tiraje de un ejemplar…
 
Me estoy dando cuenta de la dimensión de tu presencia en mí, no importa que sea un lugar común: te amo, me haces falta. Al nivel de esencias siento un vacío sin mentiras”.(50)
 
“Sentado en la piedra de la fuente volví al problema que me hacía sufrir. ¿Es posible que la iniciación de Gracia haya alterado el tejido íntimo de nuestra relación? Sí, es la respuesta Ella está viviendo una poderosa experiencia iniciática de la cual yo estoy excluido”.  (51)
 
Sin embargo, él también se verá involucrado en la “contagiosa religiosidad”
 
“Se abrió la puerta principal de la casa de Shangó y juntos pasamos.
Madre Stella nos estudia un momento y luego sonriente me pregunta:
-¿Simpatizaría con la idea de ser Oba de Shangó? (Sacerdote de Shangó)
-Sí”. (52)
 
Me resulta inevitable vincular la profundidad en la relación amorosa con Gracia, y su entrada en el culto de los Orixás. Un compromiso que lo lleva al punto de aceptar su ordenación como sacerdote de Shangó. Y me remite a los factores que intervinieron en ésto: posibilitar una integración con la mujer amada, reciclar una espiritualidad antigua y sentida, acceder a un nuevo territorio de experiencias enigmáticas y fascinantes.    

5- HIJOS

Todo hombre es pésimo historiador de sí mismo”. Lo dice Emilio para relatar la curación de Belén después de una noche en que él supera el entumecimiento de su brazo sosteniendo la cabeza afiebrada de la niña y en la que su entrega sobrepasó al dolor y al cansancio y le permitió permanecer inmóvil a su lado, poniendo toda su energía. Por la mañana la niña estaba curada.
 
Y continúa: “La escena del brazo la he contado decenas de veces…Nunca reparé en lo obvio: todos los elementos son indispensables para que se produzca la historia.
No fue azar pro-psicodélico, cada eslabón de la cadena tiene su razón de ser. Belén tiene su razón de ser. Esa relación padre/hija modifica las reglas de juego. La encrucijada anaclítica: Precariedad de la hija moviliza potencial desconocido”. (53)
 
Precariedad del ser amado diría yo. Ese potencial desconocido que lo asombra, es la faceta más interesante y menos transitada en sus escritos.
En cambio abunda en la descripción de su negligencia como padre:
 
“Diagnosticando: en mis buenos momentos soy un espléndido padre festivo. Gran amigo. La falla está en la omisión. Resulta difícil relacionarse con un padre ausente que persigue su propio destino con la impunidad de los grandes solteros. Padre exiliado de su paternidad”. (54)
 
Cuando Marcos y el hijo de Noune hacen música por monedas en el subte de París se pregunta:
 
     “¿No fui omiso?
Usted tiene una falta de concentración paterna- diría Renato, y no me cabe duda de que mis hijos, con grandes variaciones individuales, endosarían el diagnóstico. Pero no es una simple omisión. Se trata más bien de una forma de ver la vida”. (55)
 
(Además)…”No es que sea omiso…de haber estado en la escena del metro, yo hubiese tocado la batería”. (56)
 
“Debe ser difícil tener un padre que fuma marihuana…pero yo secretamente me sentía ufano de ser un padre piola”(57)
 
Y alecciona a su hijo en las trampas en la que él es ducho:
 
“Jack tiraba la bronca con justa razón. (le usaba sistemáticamente su ropa). Y yo ahí aprendí el arte de responder cuando uno es culpable. Entonces decía: “Mirá Jack, me doy cuenta de que tenés razón, soy un pésimo hermano, eso no se va a repetir”. ¿Te das cuenta Marcos? Si vos asumís tu culpa enfáticamente, desarmás al mundo. Ese es el secreto del psicópata doméstico”. (58)
 
Este tema de la relación con los hijos, lo aborda desde distintos lugares y con diversos sentimientos, entre los que caben tanto  la confirmación como la duda en cuanto al estilo con que fue asumiendo su paternidad. Y aunque transita repetidamente la problemática, queda pendiente su balance después de lo trágico vivido en relación a Marcos.
 
“Se quiere  a los hijos como se quiso a los padres. O más sencillo Se quiere a los hijos como se quiere a los padres. O quiero a mis hijos como hubiese deseado que mis padres me quisieran…Ambos son amores erráticos, pasajeros , pero disfrazados con el mito del amor eterno, afectos cargados de muertes mil veces deseadas, de abortos, psicosis puerperales, filicidios, parricidios. Estos amores son muy imperiosos en los primeros años y luego el vínculo de mutua dependencia va disminuyendo hasta que el hijo se separa.” (59)
 
“Porque ahí se discute una estructura de vida donde se dice que Hay que querer a los hijos como se quiso a los padres y donde uno se quiere a medias si se toma El Antiyoyó literalmente. Quererse a medias aquí significa llevar la amistad del discípulo a uno mismo, quererse lo suficiente como para ser creativos y cambiar de vida. Ese es el camino de los Psicoargonautas”.(60)
 

6- EL CUERPO

Es reveladora y de profunda significación la apropiación tardía del cuerpo del intelectual que nos va dando testimonio de su recorrida en esa experiencia.
Reapropiación si lo decimos con precisión, ya que a la natación y el boxeo de la adolescencia se le sumarán experiencias guiadas de diferente cuño, entre las que sobresale su tránsito por Ámsterdam y Esalen.
El cuestionamiento del cuerpo como mero atril de la mente, delata la singularidad de su  pensamiento y nos alcanza en tanto muchos podemos hacer nuestro ese, su afán.
 
Mi cuerpo lancha absorbe el desdén inédito que la cabeza irradia. Tuve rabia por tamaña injusticia…como si mi cuerpo quisiera ahorcar una cabeza que, a su vez, quiere ahorcar al cuerpo. La furca sube y baja por mi garganta que ha tragado ese alacrán bifronte. ¡Cómo se odian!
Ámsterdam: recuerdo tu escaramuza psicosomática…se libró a la altura del cuello, tierra de nadie y de todos. Esa tarde el estrangulador estrangulado constató que la cabeza, soberbia, era el centro de un imperio que le exige al cuerpo una presencia ausente, limpia de síntomas y portentos.
Cuerpo atril del gran libro psíquico.
La mente olvida que es el cuerpo. Amnesia corporal de los hombres atriles. Subtema del manual”. (61)
 
“Nosotros hemos mamado el catolicismo  y no hay que olvidar que la religión se inscribe en el cuerpo”.(62)
 
Y respecto a Esalen:
 
“Había entrado en el elán esalenico. Es un estatus panterapéutico... verdadero trance corporal, dónde el cuerpo zurdo, más rápido que la mente, toma la delantera existencial…
…estoy en constante contacto con mis cuerpos: el cuerpo erógeno, el cuerpo sacro, el cuerpo lúdico y con lo que queda del cuerpo resistencial”.(63)
 
Es memorable su relato de una de las experiencia, en donde hay algo de burla tanto de sí, como de sus viejos colegas:
 
(En una autodescripción en el grupo, frente a una cámara que lo filmaba)” ¡Qué cara más extraña!. Nunca he visto algo parecido a mi cara. Tan rara y tan mía, Cara de chino, cara de negro, cara de monje dilapidado, cara de mono. Rostro esculpido por un Dios al que le tiembla el pulso.
En segundo lugar puntualizo, casi contrafóbicamente, gusto de mi pene. (64)
 
La experiencia con El Hongo en Méjico marcará otro momento clave:
 
“La locura se presenta en el umbral de la ruptura. Escalofríos, posición fetal, carcajadas delirantes. Hablaba de esqueletos, me contó Martha después. Tenía la obsesión de ser deglutido, tragado, triturado, macerado, digerido, en una pesadilla sin retorno ni recuerdo; engullido en mi risa, sudando frío y reptando hacia el albergue del vientre materno”. (65)
 
Y en su playa de Ondina seguirá transcurriendo buena parte de esta tarea de aprendizaje de sí mismo y se sedimentarán otros recorridos.
 
“Monto el potro diariamente en las playas de Ondina.
Comer el hongo fue importante como paso para asumir el delirio. Algo pasó en ese primer piso inconcluso. Ahí descubrí el poder de mi raigambre sin raíces”. (66)
 

7- REFLEXIONES

Se puede palpar en sus libros la minuciosidad de sus búsquedas, trabajando en sí mismo, formulándose dudas, arribando a conclusiones, encontrando provisorias respuestas que serán nuevamente cuestionadas en los próximos escritos:
 
(en lo profesional) “Después mi adhesión a la causa kleiniana fue menguando. Por otra parte, dejé de ser kleiniano en la medida en que comencé a ser rodrigueano, que valga la canonización, en la medida en que desenvolví mi estilo” (67)
 
“…esa revolución que llevo dentro ha sido postergada por los dobleces de mi insinceridad…
Fueron cinco años en la universidad donde te graduás de estar de vuelta. Y esa universidad está en la calle, en la muerte de Noune, en Palermo, en Ezeiza, en Tronador y 130, en mi teoría de la jubilación…
Me estoy por recibir de licenciado en Menefrología, aunque es un título tramposo. No me nefrego, al contrario: tomo la cosa muy en serio…Creo que ahora puedo descifrar el sentido de mi vida, comprender los por qué”. (68)
 
Se lo escucha casi reflexionar  cuando  surgen en él , lo que llama “Embriónes de idea que semicocinadas que zigzaguean como buscapiés”, que a veces él retoma para desarrollar, y que otras veces quedan como estímulos para que nos atrevamos a seguir pensándolas o subtemas a desplegar como la de los “hombres atriles”, que ya referimos.
 
Se reprochará algunas veces a sí mismo su prudencia  y su mesura, la falta de:
 
“… algo que, mal que pese, envidio. Una cualidad de apasionamiento con la idea”. (69)
 
Sin embargo, pese a esta prudencia, si lo pensamos en sus incursiones en el Axé Opó Alfonjá, cabe rescatar la veta aventurera de la que nos cuenta:
 
Soy transgresor nato. Nato pero cauto. Fiel a los instintos de Shangó, comienzo a caminar por el borde del mato sagrado…
Los herejes conocen muy bien el espantoso gozo del sacrilegio. Para el hombre, gran bicho territorial, el espacio sagrado despierta escalofríos ancestrales. Entonces, como los perros, fui detrás de un árbol gordito como un aduanero chileno emponchado, e hice pis”.(70)
 
Y con capacidad de seguir aprendiendo de cada momento, como cuando se refiere a la que fuel la “lección del Axé : ser un poco menos pusilánime”.
 
Así, lo vemos alternar entre transgresor y cauteloso mientras busca los por qué que completen el sentido de sus esfuerzos.
 
E insistentemente su referencia a una búsqueda de equilibrio en sí que expresa a lo largo de distintos momentos
 
Nada es verdad, todo es verdad, no por radicalizar el cinismo, sino en el sentido de que el compromiso está en mi verdad, con mi verdad, la que a veces llamo mi ética. Un experimento en las ficciones de la veracidad”. (71)
 
El punto fuerte es el punto débil. Lo converso vale y en la báscula de la vida lo magro tiene fortaleza. Mi autismo, por ejemplo. Esa torpeza en el habla que hace que escriba bien”. (72)
 
“Tengo una militancia con sus muertes y caídas. En eso mi vida admite una lectura trágica. Un gris cuento rosa. Ello quizá sorprenda a quienes les doy la impresión de flotar en una burbuja esquizoide. Acontece que no es así, aunque también es así. Por eso en estos años soy el psicoargonauta que navega como forma de vida, como en el cuento que me cuento…” (73)
 
 
¿Cómo es mi autismo? ¿Soy autista? No lo sé. Aquí entro en mi punto ciego…Para dar un ejemplo: en la Casona a veces me llamaban El Mudo de entrecasa y yo no sabía si era porque hablaba mucho o porque hablaba poco o porque hablaba mucho y poco irregularmente o según la estación. Hasta el día de hoy no lo sé. Si les pregunto a Hernán o a Tato se ríen y creen que estoy bromeando. Hay cosas que nunca se pueden llegar a saber. Confirma mi idea de que existe un nivel donde somos una cosa y también lo contrario. ¿O será que sólo los autistas piensan de esa forma? ¿Comprenden el dilema donde el punto ciego quizá sea el evidente?” (74)
 
También respecto a sus talentos expresa sus dudas;
 
“Porque tengo una petite confesión que hacerte , Diana…Parte del axioma de que lo fuerte de cada uno también es lo débil. En casa de herrero cuchillo de palo sería ley y no proverbio. Mi fuerte es la inteligencia. No me cabe duda. Soy un cráneo. Muchos caballos de fuerza galopan bajo mi calota. Pero hay momentos en que los caballos se burrifican. Toda la estantería lógica estalla en añicos, como si me licuaran los sesos. Sólo queda entonces una mente en blanco puré y fue así, lo juro, como casi repito primero inferior en colegio de ricos. 58) (ante la noticia de que tiene que dejar Brasil en 15 días por no haber cumplimentado las gestiones necesarias)
 
Chamaco, un sobrino que me marca de cerca, un día me clasificó dentro del Index  psiquiátrico como psicópata doméstico. Los psicópatas domésticos, según su definición, tienen una capacidad para que los demás cuiden de ellos. Y tiene razón. A veces parece que estuviera forrado en pelouche”. (75)
 
“¿Cuál es mi delirio? Creo que tengo algo del delirio ajeno. (con )una pizca de psicópata domésticus”. (76)                                                                                          
 
“¿Cuál es el delirio de este jubilado tropical? Tengo una respuesta fácil. Mi delirio es ser sabio. Este libro se confecciona en el telar mágico de los delirios. Pero mi locura, como debe ser, está en estado naciente, cuando Rodrigué aún no es rodrigueano. Delirio químicamente puro”.(77)
 
“Adulto adúltero, de inconsciente huérfano (secreto como tumba egipcia) jubilado de todas las responsabilidades previsibles. Libre en el extracto de vida que le queda. Sabio como alcoholista sublimado en Catador de Vinos. Ladrón urbano que se apodera de los parques y jardines para convertirlos en la burbuja que envuelve su existencia. Soy un solitario, un nómade, un sabio, un loco.” (78)
 
“Este libro continúa otro, titulado La lección de Ondina, escrito como una introducción personal a la sabiduría. (79)
 
“Una punta de la madeja estaba en los nombres propios. ¿Cuáles son los míos? Soy Emilio, soy Rodrigué, Soy el Analista de las 50.000 Horas, soy el Primer Ciudadano Senil, soy el Príncipe que trata pescado, soy el Nieto del Señor del Ingenio. Lacan nos dice que en el Nombre del Padre hay que reconocer el soporte simbólico de la ley. Yendo por ese camino: ¿Cuál es la función del Nombre Propio, mejor dicho, de los nombres propios en el concierto de la vida? Ellos dan la versatilidad genealógica a nuestro imaginario, a nuestra existencia polimorfa”. (M. D. Magno) (80)
 

8- RELIGIOSIDAD

En sus escritos se refleja su debate consigo mismo, en donde jugará primero la descalificación del Catecismo, “ese librito mentiroso”, de la Biblia, que llamará “el Gran Libro Falso” hasta llegar más tarde a cuestionarse su ateísmo, y reconsiderar lo pensado:
 
Pero antes de llegar a formular estos replanteos dirá:
 
Conozco la amargura en el ateo que fue católico de niño.
Resentido, se siente timado por lo burdo del catecismo, ese gran librito falso. El insigth paranoico me hizo comprender la amargura. Nosotros hemos mamado el catolicismo  y no hay que olvidar que la religión se inscribe en el cuerpo.(81)
 
¿No será que la muerte es el último delirio de los vivos? ¿No será que el muerto, como el loco, son producciones fantásticas de la humanidad? …desconfíen de todos y de todo. La muerte es uno de los grandes temas del Gran Libro Falso”.(82)
 
Cuando se interroga ¿Qué significa la religión para mí?
Refiere su religiosidad de la niñez, el templo como su Jardín de Infantes y la unión con su madre:
 
Una folie a deux teística.
Yo reflejaba la santidad de mi madre.
¿Te das cuenta Martha de lo que esto implica? Antes no lo veía porque estaba muy reprimido y me defendía ridiculizando la religiosidad infantil”. (83)
 
“…En torno a los quince años, me pasé al otro lado. Me rebelé primero contra la Iglesia de Dios, y ese librito mentiroso que era el catecismo, y  luego contra el propio Dios. Desconfié de todo saber ilusorio, de todo relicario o estampita, de todo ora pro nobis. El ateísmo del adolescente carga su furia y su trueno. El puño que desafía al cielo no deja de tener su conmovedora grandeza.
Mi ateísmo fue radical durante muchos años, hasta que comencé a sospechar que todo ateo se cree Dios y tiene una incredulidad boba estampada en su facies.
Además rondaban cierto tipo de preguntas como:
¿Por qué existe orden en el cosmos?
¿Por qué…por qué, por qué?
El enigma del Orden como principio…si los sucesos casuales, librados al puro azar, llevan a la indiscriminación, a la mescolanza, ¿cuál fue entonces el evento no casual que nos legó el orden?
Por el momento el siguiente boletín metafísico da cuenta del estado de mi alma: doy crédito pero no creo”.(84)
 
En Gigante se expresa como ateo tibio:
 
“Mi falta de misticismo es lamentable. Poca sustancia religiosa, una fe que se arrastra como mi sábana. Esa falta de trascendencia del ateo  tibio. En el fondo, todo ateo  es un Dios de bolsillo”. (85)
 
No obstante, aceptará la dignidad de Sacerdote de Shangó, el Dios del Trueno, su Orixá en el Terreiro de Cabula al que se integra, luego de transitar experiencias profundas, algunas inexplicables. Y se integra al Candomble otra vez de la mano de una mujer. Es ineludible establecer la conexión que surge diáfana.
 

9- JUBILACION Y VEJEZ

“El jubilado que se gradúa de sabio tiene en su lugar una experiencia de militancia de vida..Es inútil pedirle a un viejo que delire con su jubileo si no ha hecho de su vida un tabernáculo, si no ha alcanzado un alto grado de orfandad altanera. La impronta de Tiresias”. (86)
 
Señala la importancia de ser un viejo notable.
 
“El camino del viejo es el misterio de la vida y no el secreto de la muerte”.
“Los viejos formamos una minoría. Una inmensa minoría que necesita despertar. Para liderar el movimiento senil se necesita un hombre como yo”
“HAY QUE CREAR UNA LITERATURA SENIL”
 
“La literatura senil debe reflejar la verdad polimorfa del invierno de la vida”
 
“Hay que apagar la mirada para ver, hay que borrar la memoria para recordar, por eso se equivoca feo quien piensa que el anciano regresa a la condición de niño. El lailai es, antes que nada, un orgulloso portador de oráculos y un maximizador de contradicciones. La literatura senil tiene que profundizar la veta profética y extraer alternativas paradojales.
…la literatura senil tiene que tener algo de novela de caballería. El hombre viejo tiene que ser orgulloso y valiente”.(87)
 
En el aeropuerto donde queda varado se formula ideas que luego desarrolla.
Transforma la espera en un espacio de insight y termina congratulándose de lo sucedido, por lo que le posibilitó. Logra hacer del contratiempo aventura, mutar un tiempo ocioso en tiempo creativo. “¡Qué suerte que perdí el avión!” !!!!!!!!!!
 
“…Rougiere dijo: “Hay que ser feliz, aunque más no sea por orgullo”. Me gusta esa máxima, entonces ¿cómo pasar bien estas 11 horas muertas?
 
Lo primero es no sentir culpa por la silla de ruedas y la pérdida del avión. De vuelta a la sala VIP pedí una cerveza y reflexioné sobre la silla de ruedas, que para mí fue crucial. El tema, en realidad, es la vejez. En los últimos 8 ó 10 años señoras de 60 años me ceden el asiento en el ómnibus.
Yo protestaba, rabioso en el fondo, pero me sentaba. “Qué se creen esas viejas de mierda”. Pero eso cambió cuando acepté la silla de ruedas… junto a la silla de Guarulhos vino un insight. Hay que aprovechar la condición de viejo. (88)   (Como en el Axé a ser menos pusilánime.)
 
Y bien vale recordar como cierre su convocatoria:
 
“Generalizando, el hombre tiene que ser orgulloso de su condición.
(Para ello) -Colaborar, incondicionalmente con lo inevitable… diría que hay que hacerlo lúdica e irónicamente, si es posible. Saber perder la partida perdida”. (89)
 
¿Qué es esto sino la aceptación de nuestra condición humana en su finitud, en su limitación, que Emilio aborda con la dignidad de quien se ha permitido pensar lo soslayado, lo eludido, lo evitado?
 
El hecho de convocarnos para, aún así estar orgullosos, es su aporte a una reflexión donde prima la tolerancia  hacia las imperfecciones y la celebración de esa oportunidad que nos da el hecho de estar vivos.  
 
María del Carmen Marini. Otoño de 2009

 

1-  Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
2-  Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
3-  Rodrigué Emilio:  “La respuesta de Heráclito”. Topía Editorial, 2006
4-  Rodrigué Emilio:  “La respuesta de Heráclito”. Topía Editorial, 2006
5-  Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
6- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
7- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana,1991
8- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 197
9-  Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
10- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
11- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
12- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
13- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
14- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
15- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
16- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
17- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
18- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
19- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
20- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
21- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
22- Rodrigué Emilio:  “La respuesta de Heráclito”. Topía Editorial, 2006
23- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
24- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
25- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
26- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
27- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
28- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
29- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
30- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
31- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
32- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
33- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
34- Rodrigué Emilio: “El paciente de las 50.000 horas”. Editorial Fundamentos, 1977
35- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
36- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
37- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
38- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
39- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
40- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
41- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
42- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
43- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
44- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
45- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
46- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
47- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
48- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991               
49- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
50- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
51- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
52- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
53- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
54- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
55- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
56- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
57- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
58- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
59- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
60- Rodrigué Emilio: “El paciente de las 50.000 horas”. Editorial Fundamentos, 1977
61- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
62- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
63- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
64- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
65- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
66- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
67- Rodrigué Emilio y Syra Yahin Lopes: “Un sueño de fin de análisis”Ediciones Nuva Visión. Bs.As., 1991
68- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
69- Rodrigué Emilio y Berlin Martha: “El Anti-yoyó”. Editorial Fundamentos. 1977
70- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
71- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
72- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
73- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
74- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
75- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
76- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
77- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
78- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
79- Rodrigué Emilio: “Ondina, Supertramp”. Editorial Sudamericana, Bs. As.1987
80- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
81- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
82- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
83- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
84- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
85- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
86- Rodrigué Emilio: “La lección de Ondina Manual (psicoanalítico) de sabiduría”. Editorial Fundamentos. Madrid, 1980
87- Rodrigué Emilio: “Gigante por su propia naturaleza”. Editorial Sudamericana, 1991
88- Rodrigué Emilio:  “La respuesta de Heráclito”. Topía Editorial, 2006
89- Rodrigué Emilio:  “La respuesta de Heráclito”. Topía Editorial, 2000


No hay comentarios:

Publicar un comentario