Se produjo un intento de inoculación (como la de un virus) de la idea de desamor de los padres biológicos y culpabilización de los intentos del hijo por saber acerca del origen. Se encuentran reiteraciones de una descripción acerca de la aparición azarosa y en condiciones de desprotección de quien sería adoptado: “te encontraron en un baldío”, “apareciste en un canasto”, “hubieras terminado en un zanjón”.
La muerte de abuelos o su discapacidad por enfermedades como Alzheimer, implicó la falta del vínculo con ellos mientras se litiga y pasan treinta años.
Hermanos que no se conocen y una fraternidad que queda amputada. A las familias de sangre se les sustrajo la posibilidad de acompañar el crecimiento de ese niño buscado por años.
También se dieron dramas en la casa de los apropiadores, de los cuales el paradigma pudiera ser el intento de suicidio del padre adoptivo, como en el caso de Victoria Donda.
22 dic 2020
La ficción de un abandono que no fue
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