Palabra que insiste y que por tanto hay que escuchar. Nombra y desde el nombrar reclama a los ausentes: con congoja, con ira, con amor. Que se repite en las creaciones de quienes con sus obras (films, muestras de fotográficas) reparan la trama
Lucía Cedrón: Antes de su film “Cordero de Dios” también sobre la desaparición forzosa, filmó “En ausencia”
Albertina Carri, planeó llamar “Documental 1. Notas para una ficción sobre la ausencia”, a su film “Los Rubios” investigación que transita hechos de la memoria, con modos no convencionales de representación.
Nicolás Prividera: En “M” su film, entrevista a compañeros de su madre desaparecida y siente que “están abrazando una ausencia” cuando lo reciben como si lo conocieran.
Lucía Quieto llamó “Arqueología de la ausencia” la muestra de fotografías con la que intenta procesar la falta de su padre.
Gustavo Germano plasmó en su muestra “Ausencias” las historias de catorce familias desgarradas por
el terrorismo de Estado. “Son treinta años vividos, como decía mi madre, con la permanente presencia de la ausencia”.
Cada caso registrado en Ausencias está representado por dos fotografías: la del pasado en que la víctima, en otro tiempo, comparte con un grupo una situación cotidiana, y otra, reciente, tomada por Germano treinta años después, en el mismo lugar y con las mismas personas, dando cuenta de la ausencia de quien no está.
“Esposas, hermanos, cuñadas, hijas, madres, amigos: ciudadanos y ciudadanas que con su actitud cómplice y militante dicen: estoy aquí para que veas quien no está, practico el recuerdo para que el silencio no gane la partida, por eso me expongo y me dejo fotografiar” (20)
20- Oscar Ranzani: “Historias de vida y de muerte”, Pág. 12, 2 de febrero de 2008
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