Hace un tiempo, corría el 2003, en un lugar de Rosario de cuyo nombre no quiero acordarme, convoqué a un grupo de mujeres que eran importantes para mí por diferentes razones, pero que no tenían hasta entonces una relación entre sí.
Eran importantes para mí porque me habían acompañado en un tramo complejo de mi historia. ¿Habrá algún tramo que no lo sea?
Me importó reunirlas y mantener los nexos primero: con cada una de ellas en forma individual, en relación a intereses comunes y segundo: de ellas entre sí y yo conformando un grupo.
Un grupo que a instancias de Marta,al tiempo, pasó a tener un nombre, a tener una sede y un día de reunión.
Un grupo que empezó a hacer cosas como festejar cumpleaños, día de la amistad y también el fin de año. A intercambiar confidencias, pensamientos y a esbozar proyectos.
Me pregunté también por las razones por las que me siento ligada al grupo y es que éste potencia y promueve cuestiones reflexivas y también vitales que me nutren y refuerzan.
Y me pregunté también por los rasgos que más me llegan de a cada una de las integrantes de La Redecilla, razones que tienen su propio peso y son valiosas para mí.
De Estela, el compromiso y la solidaridad que muestra en su entrega generosa. Estela trae, junto al relato de sus constantes maternas la verificación de lo que la danza aporta más allá de legajos y de audiencias.
De Iliana me acerca la valentía para afrontar todas las cosas, su lealtad incondicional y la franqueza. Un temple de luchadora la sostiene más allá de contingencias.
En Dorcas encuentro el cuidado en los vínculos, el trato respetuoso en la relación con cada una de nosotras, capaz de delicadezas espontáneas y de sutilezas increíbles.
No quedaría completo este recuento sin incluir a Aixa con su presencia perseverante
Y de Marta me llega su disposición para vivir todo con la mayor intensidad. La celebración de un hecho: el de estar vivas (Y de ser bellas inteligentes e irresistibles) y la capacidad de gozarlo con plenitud y sin soslayar ninguna ocasión.
Y lo que hoy celebramos es el cumple de Marta ¿el alma del grupo? ¿su líder natural?
Se me ocurre que éste no va a ser un cumple como los otros.
No va a ser un cumple sorpresa como lo fue el mío, en el que me caí de culo cuando entraron en patota al Victoria con globos y matracas haciendo quilombo.
Ni va a ser una celebración griega como lo fue el de Iliana con túnica y corona de laurel.
Ni un festejo romántico con pétalos de rosa como los que cayeron sobre Dorcas y Aixa.
Ni tampoco una fiesta cubana con música y guirnaldas multicolores como fue el de Estela.
Este cumple es otra cosa que incluye el reconocimiento a la vitalidad, iniciativa y empuje de quien lleva adelante sus días como fuente de inagotables sorpresas, como una celebración ineludible del hecho de estar y ser, como un festejo inacabable para el que está siempre lista.
Conocemos pocas personas con un sí tan fácil para la alegría, para la complicidad, para la solidaridad.
Por muchos cumples más que nos encuentre ajustando la trama de esta redecilla en la que todas encontramos sostén.
24 dic 2020
La redecilla. Homenaje a Marta
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