Fui a la consulta con estudios y análisis. La tomografía indicaba hernia de disco y pinzamiento entre las vértebras lumbares.
Así, superada la etapa de dolor agudo, llegaba a la consulta del especialista que habíamos esperado anhelantes. Mi hijo había trabajado con él en la cátedra, y eso era determinante para que yo pusiera mis huesos en sus manos.
Lo habíamos esperado de regreso de su viaje por país misterioso, como India y Nepal, donde sin duda había aumentado su sabiduría y enriquecido su espiritualidad.
Así que cuando pasé al consultorio, no me sorprendió que fuera muy minucioso en el cuestionario. Después es que empezó la historia, porque me pidió que me sacara el pantalón, las medias y los zapatos, para caminar de ida y vuelta varias veces. Hasta allí bien, pero después tuve que caminar en puntas, y no era gracioso. Y en talones, menos. Sobre todo bajo la mirada vigilante de los dos, de él y de mi hijo, que contrariamente a lo que yo deseaba, no se distraía. Ya, a estas alturas, una dama tan formal como yo, me sentía bastante ridícula. Pero después fue peor.
Me pasó a la camilla y me hizo girar de un lado, de otro, panza arriba y panza abajo. Una dama como yo, les decía, haciendo los movimientos absurdos que me indicaba. Probó que podía hacer el cuatro y tomó reflejos y midió el largo de mis piernas. Evaluó también la fuerza. Cuando yo estaba culo para arriba encontró ¡ Eureka! Un punto e dolor agudo en medio de cada glúteo. Contractura crónica? Responsable de mucho de mi padecer? Presunto origen de alguno de mis males?
Claro! Ni las imágenes, ni los resultados de laboratorio daban específicamente cuenta de estos datos. Él comentó que hay médicos que no tocan a sus pacientes y se remiten a lo que ya viene en los estudios se pierden de este saber. Santo varón, pensé en silencio mientras me vestía. Con razón que viene de Nepal. A pesar de que me había tocado el culo, no me podía enojar.
Lo que había surgido de esta consulta iluminaba el panorama. Pero lo que él dijo haber encontrado no era muy halagador para una dama sensible. Él lo comentaba en términos técnicos con mi hijo, pero yo, que soy muy astuta, lo entendía casi todo.
Parece, decía, que hay un punto dolor miofascial (se llama así) en ambos glúteos medios, por razones a investigar con ecografía. Hay también disimetría de miembros inferiores, tal vez por pelvis asimétrica, decía él. AH ¡ y artrosis de columna en sus diferentes segmentos, a explorar con espinogranma completo.
En suma, que además de la hernia y el pinzamiento, sin ninguna consideración a mi linaje noble, me dice que tengo una pierna más larga que la otra, la pelvis en falsa escuadra, una artrosis cervical que da asco y lumbar que da pena. De las rodillas, mejor confiarse a la Virgen de Guadalupe.
En suma, que yo había llegado aleteando cual mariposa, pero me volví arrastrando como un gusano. En fin…pasé el sainete de la consulta y la exploración. Ahora viene la tragedia de las indicaciones y el drama del tratamiento. Pero yo soy una mina fuerte, a pesar de mis orígenes aristocráticos, y me voy a poder bancar todo.
2019 mayo
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