16 dic 2020

Materiales de la clínica



 
LOS TEMAS QUE SE REITERAN
Los testimonios que continúan han sido tomados de los registros de las consultas psicológicas del último año.
Estos testimonios lo son de hombres y mujeres posicionados en los lugares más frecuentes en que la conflictiva amorosa suele colocarnos.
Creo que tienen la virtud de mostrar como en una galería los discursos más frecuentes en relación al tema que estamos abordando.
Y adicionalmente nos permiten ver que varones y mujeres circulan por los vínculos con denuncias, demandas, lamentos, quejas, protestas y reclamos que tienen mucho de reiterativo, en encerronas desde donde parece difícil salir.
Se ha respetado en todos los casos el tono y sobre todo el léxico utilizados.
Los materiales son incluidos con la debida autorización, y las situaciones referidas responden a acontecimientos vividos por quienes los relatan.
También me parece útil alertar que, aunque la mayoría de los testimonios se refieren a relaciones amorosas y eróticas entre personas heterosexuales, se incluyen también otros que se dan en vínculos homosexuales, sin que quepan diferencias significativas.

 

Mujeres:

1- Lucrecia, 35, bioquímica
 
DESCUBRIR LA TRAICION

Porque una casa sin ti
es una emboscada
el pasillo de un tren de madrugada
un laberinto sin luz ni vino tinto
un velo de alquitrán en la mirada...”
Sin embargo / J. Sabina

 
“En la infidelidad lo que mata es el engaño, la traición. El que pudiera mentir mirándome a los ojos. Me fui rompiendo por dentro mientras me enteraba. Le hubiera clavado un tramontina trece veces en el pecho...
Cuando .lo imagino con ella en la cama, para contrarrestar el asco y el odio,  me pongo a pensar en el parto de los chicos. Fue algo que compartimos, y que está ahí para mostrarme que él fue diferente. Acordarme de los partos es como una manera de defenderme de esas imágenes.
En la forma en que me engañó fue un hijo de puta, tanta mentira y tanto uso, fue una basura...y no quiero una relación mediocre, yo no me quiero morir en vida, no me permitiría estar en gris.
Pero mi odio es una fiera dormida, tengo que reprimir las ganas de fajarlos, de hacerle un escándalo a los gritos y que termine todo.
Ahora él dice: te amo. Yo nunca dejé de amarlo. Tuve otro tipo, pero no me sirvió para aliviarme este dolor, no significó nada.
El hizo la mezcla cuando empezó con ella y ahora la tiene que deshacer. El dice: “soy otro, eso ya pasó, no me va a bastar la vida para arrepentirme”.
Pero fue un cínico armando y desarmando historias, me marcó mucho eso, me marcó el cinismo, que arme todo una mentira y siga haciéndome partícipe de sus cosas. Me marcó mucho que fue tan rata en armar las cosas en su provecho...no puedo sobreponerme a tanta mugre. ¿Dónde estamos parados en las relaciones?
Si él supiera que cuando va a dormirse lo mataría...No puedo seguir sintiendo lo que siento siendo que actuó tan mal...me lastimó, me humilló, mi vida gira en torno a esto. Y no quiero seguir armando mi vida alrededor de él, ni dejar mis propios planes...no tengo que dejar mis cosas
Con la mina tengo toda una cuestión, ella tejió su juego, se metió en una situación así, clandestina y sórdida...no sé que le diría él. Pero si me imagino lo que ella esperaba.
A veces pienso que tendría que pedirle que se vaya.¿Hicimos bien en seguir juntos?
Mi vida gira en torno a esto.
Estoy empantanada.
 
 

2- Laura, 28, empleada administrativa
 
 LA VOZ  DE “LA OTRA”

 “...Que se me paren los pulsos si te dejo de querer
que las campanas me doblen si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte, te lo juro compañero
No debía de quererte, no debía de quererte...
Y sin embargo te quiero...”
Cancionero andaluz

 
Estoy lastimada por haber soportado una situación así, no tener una relación verdadera, ser la segunda...Estoy dolida. ¿El dolor puede tapar un sentimiento?
No puedo creer haber aguantado tanto. Tenía la ilusión de tener una familia con él. Deseaba tener un hijo de él...Y cuando ya cansada lo borro de mi vida, él se decide, pero creo que es tarde. Sigue insistiendo en que yo soy la mujer que quiso, la mujer de su vida.
Siempre le dije: Si te quedás conmigo será porque vos elijas quedarte conmigo. Y si no hice explotar las cosas antes, con una llamada hubiera bastado, fue porque no quise. Por eso también le decía: Vos te acostás conmigo pero te vas a dormir con tu mujer y te despertás al lado de ella....
La gota que colmó fue que dejó de buscar casa para él, lo hacía porque le iba a plantear  a su familia que se iba. Y lo vieron un domingo de la mano con su mujer.
Yo estallé en ira. Cuando vino le dije las peores cosas: Sos un reverendo hijo de puta, le dí patadas y puñetes que no se va a olvidar. Dejó que le pegara, yo era incontrolable. Le escupí todo el veneno como una víbora porque me había dejado sola... yo no contaba con él. Le hubiera clavado un cuchillo hasta el fondo, hasta el mango...Entonces rompí.
Ahora él está tratando de recomponer la relación. Ahora que yo me cansé. Y cuando el amor se va, se va... No tengo ganas de cocinarle, no tengo ganas de hacer el amor tampoco, me falta encenderme, y no puedo tener bajo control lo que me pasa por dentro.
¿Por qué me tuve que cansar? ¿Por qué él lo postergó tanto...?
A mí me buscó porque lo de él no funcionaba más ¿y entonces? Yo me preocupaba por él. Quería cuidarlo hasta que fuera viejito. No usurpé, no le quité el amor de él a nadie. No le saque nada...a la mujer yo la eludía, no hubiera podido compartir la mesa con ella, ni en las despedidas de la oficina para fin de año. Hubiera querido encontrarlo en la calle con ella para ver qué hacía.
Yo lo cuidaba, hacía cosas por él, pegarle los botones, lustrarle los zapatos, un beso porque sí...se fue enamorando de esas pequeñas cosas...Pero ya no sé, para mí sigue siendo una tranquilidad no haberlo presionado, no fui una hija de puta. Tuve un aguante de años. Ahora que al fin él se fue de la casa y pidió el divorcio, yo ya no sé... lo peor para los hijos es que su madre haya sido engañada.
Y ahora que yo tengo dudas, él me crucifica como a la mal parida que empezó una relación con un hombre casado, como si fuera la única culpable, como si el desleal no hubiera sido él. Él me está poniendo contra el paredón y no tiene derecho. No podía soportar que yo fuera soltera cuando él era el que no era libre...
 


3- Marta, 38, pediatra
 
ENTRE DOS AMORES

Entre dos amores voy a la deriva
Uno me protege, el otro es mi guía
Uno  me da hogar, el otro vida
Uno es amor, el otro me excita
Tramposa, canción de Ana Belén

 
Cuando trabajé con él, me afectó mucho, lo quise negar, pero se me desestructuró el mundo y fue como una cizaña en mi matrimonio.
¿Se puede amar a dos personas? Si, también se puede amar diferente a dos hijos...
Me siento entre dos amores, y aunque no lo vea, no pasa día sin acordarme de él.
Fue típico: el que te escucha, el que te comprende, el que te da energía...
Y ahora soy una bomba de tiempo, no me juego, no tengo huevos.
Aceptar que él se acerque es jugar con fuego, y no hacerlo es castrarme.
Pero si lo hago puedo perder a mi familia. Además él es pan para hoy...y si lo aceptara estaría más ahogada que feliz, extrañaría el mundo que construí... Y el problema con mi marido es que no disfruto de la vida, le falta la cuota de alegría...Siempre le faltan cinco para el peso, y de mí no se puede quejar, con lencería roja y todos los chiches...
Cuando estoy con el otro, me olvido de todo. ¿Por qué se me cruzó en la vida? Yo controlo los sentimientos, pero cuando aparece tengo miedo.
Me dice que siempre vamos a estar juntos, aunque no sigamos. Me movió una base muy sólida, nadie tuvo el poder de atraerme de esta manera. Pero me autodestruiría
Es una contradicción en mi vida, nadie supondría que tengo esta historia...al fin ¡Qué hipócrita! dirían de mí.
Pero voy a apostar a la familia, a esto que tenemos, cumplimos 15 años de casados
A veces pienso si me voy a arrepentir de las cosas que no hice. Pero le pido a Dios que de esto, ¡basta! Es que tiene una parte mía que a mí me corresponde: el entusiasmo y la fuerza. Cuando salía de la Facultad, rogué que se me cruzara quinientos ángeles para no verlo. Quiero ser fiel a mi marido. Pero apareció en la parada del colectivo como Freddy Krüeger.
Y me dijo que me imaginara a los setenta años en un geriátrico...si tendría importancia habernos permitido vivir esto juntos...Dijo: ¿Alguien te  va a preguntar qué hiciste? También dice que soy la mujer que más amó, la mujer de su vida, pero cambia cuando está cerca N. su mujer. El no tiene que estar, no corresponde, me descalabró, tengo un kilombo
 
 
 
4- Isabel, 36, docente
 
LA ESTRATEGIA DEL SEDUCTOR O “EN PRESENCIA DE DRÁCULA”

Cruel en el cartel,
La propaganda manda, cruel en el cartel
Y en el fetiche de un afiche de papel
Se vende el corazón, se rifa la ilusión.
Y apareces tu
Vendiendo el último jirón de juventud
Cargándome otra vez la cruz
Afiche

 
Después de trabajar años juntos, todo empezó aquella vez que me preguntó ¿me extrañaste?¡Porque yo te extrañé mucho! Y me abrazó como yo necesitaba ser abrazada. Como mi marido nunca lo hace.
Y fue como si se me moviera el mundo, como si yo me estuviese enamorando. Porque está todo mezclado...es reloco, me asusta, cada uno tiene su familia. La familia es cosa sagrada, es cosa distinta dijo él. Que él respeta la familia sobre todo lo demás...
Que no se va a quedar conmigo, no se va a ir de su casa, y no va a destruir a los suyos
¿Es sólo sexo? Dijo que sexo puede tener con cincuenta chinitas y que en cambio yo lo fascinaba. Que no quiere solo sexo, sino algo diferente...el reposo del guerrero, una relación para pasarlo bien.
Cuando  le pregunté ¿y ahora cómo se sigue viviendo? él dijo que no me haga rollos, que él puede dormir tranquilo y seguir con sus cosas.
No quiere sentirse presionado, dijo que había que enfriar esto, pero lo dijo después de estar juntos y me parece que trata de minimizar lo que yo digo de mis sentimientos por él. Dice que soy una enamorada del amor. Y es esquizofrénico ser amantes, no por moral, sino por salud mental.
Dice que soy maravillosa pero creo que tiene miedo que la relación sea una carga, por eso se apura a decirme: no me vengas con reproches, si estás enamorada de mí es tu problema...y sin embargo cuando estamos juntos ... Pero yo no voy a aceptar ser su amante, ni su mina, ni su puta, ni su forro., para que después se vaya mansito con la mujer porque se descargó conmigo. Porque yo no quiero minutos robados...
.¿Es un cobarde o es un tramposo? ¡Es un cagón o un manipulador? Quisiera llegar a saberlo.
Dicen: “la verdad os hará libres”, pero una cosa es llegar a la verdad y otra actuar de acuerdo a la verdad. Y yo acá estoy, me duele mucho vivir esto. Me lamento de no ser más fuerte, pero se que no quiero una vida a medias.
 
 


5- Isabel, 68, ama de casa
 

DE REPROCHES Y  REMORDIMIENTOS

Ojalá pase algo que te borre de pronto
Una luz cegadora, un disparo de nieve
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte
Ojalá

                              
Hace cuatro años que murió mi esposo. Hacía más de treinta años que estábamos juntos cuando él cambió de trabajo. Y se enamoró de la secretaria de la empresa. Ella era joven, refinada y después se relacionó con un compañero de su edad, y se puso en pareja con él Y entonces mi marido se enfermó de los nervios por esa chica.
Me dio tanto dolor que me quise vengar.
Cuando eso pasó lo empecé a despreciar, le dije: no me voy de mi casa porque no tengo donde irme. Me quedé pero fueron años de dolor. Ya no me salía cuando él me pedía: Decime que me querés.
No me perdono a mí misma, la culpa me hace pensar, tanto que quiero que me lleve. Voy al cementerio todos los domingos .
No podía creer, cuando esto pasó que él se enfermara por esa. Yo, desde ahí lo ignoraba, él tomaba alcohol y pastillas, vivía dopado.
 No me perdono el resentimiento que me hizo dejarlo solo. No me perdono no haberlo perdonado.
 
 

6- Paula, 58, artesana
 
 
LAS MANOS DE ÉL

Porque amores que matan
Nunca mueren...
Contigo

 
Siempre me acuerdo de las manos de mi esposo. Siempre me acuerdo. Más que de su cara, más que de su cuerpo...
Porque las manos son todo en una persona. En ellas estaba él y las tengo presentes, conmigo.
Me acuerdo de sus manos cortando el pan, pasándome el plato. Me acuerdo de sus manos cuando me la daba para bajar del colectivo. Me acuerdo de sus manos acariciándome. Me las acuerdo cuando hacía gestos para explicarse.
Hasta para engendrar un hijo intervienen las manos, así que si serán importantes
Todos mis recuerdos más bellos están ligados a él, a lo que vivimos juntos. Él me enseñó todo los más importante. Sobre todo me enseñó a comprender.
 

Reflexiones

Parece interesante señalar las coincidencias en los planteos de los casos 1 “Descubrir la traición” y 2 “La voz de la otra”, en la hostilidad que expresan, y las remite a una misma fantasía: el ataque al tercer vértice del triángulo. “Es un hijo de puta”dicen ambas. “Le hubiera clavado un tramontina trece veces en el pecho”, dice una; “Le hubiera  clavado un cuchillo hasta el fondo, hasta el mango”, recuerda la otra, ambas en flagrante especularidad. El hombre es sentido desde ambas posiciones como responsable de la situación padecida. En ambas mujeres la decepción es el sentimiento prevaleciente, y en ninguna se registra una introspección. La que podría llevar a la interrogación respecto de sí misma y de las condiciones que posibilitaron lo vivido como engaño en un caso y como simulación y usufructo de la espera en el otro. En ambas lo que se siente es que podrían decir como la canción:

¡Culpable...sos el único culpable
yo te acuso y te maldigo
te destierro de mi alma
y de mi corazón...!

 
Para seguir con la ironía recurriré a los estereotipos.
Y es que la contraposición entre esposa y amante, ha sido descripta entre nosotras por autoras como Laura Klein y Silvia Bonzini que dicen de la esposa:
“Doméstica gratuita, educada en el oír y en el callar, asentir y obedecer, fuera y lejos del mundo del pensamiento creado, usufructuado y defendido por obligados Adanes, atada por las leyes al poder decisorio del jefe de familia, encadenada por la iglesia al marido, mal paga si trabaja, mal mirada si goza, discriminada si piensa, sospechosa si escribe...”
 
Y encontramos en Cristina Wargon:
“Las insto a reconsiderar la espantosa condición de una esposa legítima: ese par de pantuflas demasiado usadas, esa mamá eterna e zanguangos creciditos, esa mucama sin sueldo, socia sin parte, empleada sin horario, lápida de fantasías eróticas, madre confesora de basura cotidiana, esa esposa, en suma de la que el hombre se consuela solo con ustedes, la amadas, las excitantes, las sempiternas otras.
Si llegais a ser la esposa, sabed desde ya que en la próxima esquina siempre os estará aguardando vuestro espejo: una amada, excitante, sempiterna otra”.
 
La especularidad de los testimonios 1 y 2, encuentra su complemento en este texto de Cristina Wargon,  que ofrece una versión desenfadada de los lugares aludidos.
 
El caso 3 “Entre dos amores” nos sitúa frente a un dilema que suele darse de diferentes modos, no con la misma vacilación. En el modo de plantearlo en el caso descripto  (tal vez por edad, educación e ideología) a pesar de la experiencia de amor extraconyugal se sigue intentando sostener un ideal monogámico con el que dicha experiencia resulta disonante. He escuchado a muchachas más jóvenes, o posicionadas de  otro modo, en que la cuestión se sostiene con menos culpa. Así lo que a los treinta y cinco lleva a la protagonista a cuestionarse a sí misma: “Dirían ¡qué hipócrita de mí!”, a los veintitres se dio en medio de un cuestionamiento que hizo decir a una joven: “¿No se puede tener a los dos...? ¡Qué lástima!”
 
La experiencia que prevalece en el caso 4 “En presencia de Drácula”, es la del sentimiento de fascinación en el que las contradicciones del  discurso seductor pero frustrante, obvias para quien escucha desde una cierta neutralidad, son negadas por quien permanece cautivada y cautiva, desmoronado el juicio crítico que permitiría advertir el desapego y la falta de compromiso del galán. La captura opera con todo su poder para paralizar el intento de comprender lo que sucede.
 
Los posibles balances en la vida amorosa de las  mujeres de los testimonios 5 y 6, “De reproches y remordimientos” y “Las manos de él”, son diferentes y remiten a  historias y experiencias contrapuestas. Ambas han perdido a sus compañeros, pero se trata de duelos diferentes. La primera está capturada en duelo melancólico en el que los remordimientos por el conflicto no saldado la llevan a desear la muerte. En tanto la segunda atesora recuerdos positivos en que predomina la unión y puede rememorar al amado desde el afecto, el reconocimiento y la valoración de lo vivido cuando estaban juntos.
 
Un último punto interesante tiene que ver con el modo en que las protagonistas de estos testimonios se posicionan desde el dolor y la sensación de fractura. Así es como escuchamos: “me fui desmoronando por dentro al enterarme”, “soy una bomba de tiempo”, “estoy empantanada” o “tengo un kilombo”...
También hay otras expresiones: “Yo no quiero una relación mediocre, no me quiero morir en vida, yo no me permitiría estar en gris...”, “me está poniendo contra el paredón y no tiene derecho”, “lamento no ser más fuerte, pero yo no quiero una vida a medias”, palabras estas que aluden a una intención de recomposición del mundo interior, conmovido por el desencuentro. Desencuentro con el otro de la relación y desencuentro consigo mismas y la propia imagen, a restaurar.
 
Con respecto a la historia relatada por Silvina Estrada basada en un caso real, “Esa sutil diferencia”. nos remite al drama de una mujer capturada en la necesidad de preservar una ilusión, que soslaya la confrontación con una verdad que sospecha.
Lo eludido es descubrir que ni el vínculo, ni la persona amada son lo que creyó. Poner en jaque ese sistema de creencias en que se fundó media vida, puede ser sentido como mortal, aunque valga la paradoja, sostenerlo es lo que casi le estuvo costando la vida.


 

Varones:

 
1- Flavio, 45, músico
 
 UN HOMBRE APASIONADO

Amor es el pan de la vida
Amor es la copa divina
Amor es un algo sin nombre
Que obsesiona al hombre por una mujer
Obsesión

 
Yo la miro dormir y me excito. Siento tanto por ella que es de no creer. Nunca pensé que me iba a pasar esto. Y cuando la penetro es como que entrara en un lugar mágico, donde imagino que camino en un bosque, me recuesto a la sombra de un árbol, sobre el musgo.
Y me siento en el paraíso. Me imagino que estoy en un lugar maravilloso, que puedo ir y venir a mi antojo vagabundeando..su cuerpo es mi paraíso. Ese es el cuerpo que yo quiero tener a mi lado en la cama para siempre.
Y es que estoy enamorado, no hay ninguna cosa que se le parezca, para mí, hacer el amor con ella es como drogarme. Es la pasión total. Ella no siente así por mí, lo sintió por el padre de sus hijos que es un turro que la vivió y ...quedó desconfiada. Ella sintió por él eso que yo siento por ella. Tengo que ganármela.
Pero conmigo puede contar porque estoy en todo, la llamo a cada rato, la voy a buscar, dice que es tanto que la ahogo, tengo que controlarme para no cansarla. Y usted no sabe lo que me cuesta.
 
 

2- Pedro, 30, operario
 
VARONES QUE DEPENDEN Y SE LAMENTAN

Se, que lloraré después, que jamás te olvidaré
Se, que cada noche sin tu risa, sin tu voz
¡Cuánto extrañaré tu amor! pero es preferible más perderte
A seguir siendo un fantoche solo por verte
Rebeldía

 
Yo soy un “no se” en la vida de ella. Yo tengo definido que quiero estar con ella, pero no en la forma que estamos, sin su compromiso , no quiero el tiempo que le sobre.
Ojalá pudiera mandarla a la mierda, me resta energías para hacer lo mío al estar pendiente, me perturba. A veces pienso que no voy a poder nunca más tener una relación en mi vida. Porque no se si voy a poder superar esto, es una chica que me movió la estantería, la veo y siento mariposas en el estómago...eso no me pasó con ninguna otra. La veo y se me paraliza el corazón y me transformo en un pelotudo...me corre algo por el cuerpo.
Y es que las relaciones no son descartables, ella es la mujer de mi vida, pero no tengo ganas de que de nuevo me diga que no. Tengo el pensamiento capturado en ese lugar y no me deja, me estoy dañando, tengo que tomar ansiolíticos, siento que me quema la gastritis, las contracturas me matan. No puedo hacer lo que tengo que hacer, yo tengo que zafar de allí
¿Vos qué pretendés con esta actitud? le preguntaría, pero temo perderla del todo.
Es una discapacitada afectiva y tiene una armadura impenetrable, me preocupa, me parece malsano estar pendiente de ella.
En las relaciones cuando ellas son hijas de puta, uno está al pie, y cuando son ellas las que están al pie no se las valora ni interesan tanto...
Esta es la loca de siempre, ejemplo de manipulación femenina, en eso yo soy pichón y ella es peso pesado. Si me retraigo usa las tres herramientas: cae con dar lástima, con inocularme culpa, y valerse de la piel para seducir. Todos mis amigos han tenido una relación con una loca así, complicada, enrevesada, que te cuesta desengancharte.
 
 

3- Juanjo, 35, comerciante

REPROCHES Y QUEJAS MASCULINOS

Que grande ha sido
Nuestro amor,
Y sin embargo ¡ay!
Mirá lo que quedó
Los mareados

 
No está donde tiene que estar, con los chicos que se tienen que arreglar solos. Dice que se quiere separar, que no me perdona y no quiere saber más nada...Me hizo una denuncia la vez que peleamos. Desde que se hizo cargo de ese trabajo que es a la noche no es la misma.. Yo le di piola, la dejé que le diera para adelante porque nos tapaban las deudas y cada día llegaba una intimación, y ahora no se en que está. Vuelve tarde y los chicos quedan desatendidos, lo vi al mayor que se iba a la escuela y ni había comido.
Y yo se que hubo cosas en que estuve mal, en que me bandeé, pero creí que después de las vacaciones íbamos a seguir mejor, porque yo la sigo queriendo, pero no así, que no sé en qué, ni con quién anda. No se está portando como una señora y eso no puede ser porque son los chicos los que pagan el pato. Yo estoy desesperado y ellos descuidados, si no vuelve atrás no sé qué va a pasar.
 
 
4- Walter, 50, periodista
 
LO INAUDITO

Y ahora que estoy frente a ti
Parecemos, ya ves dos extraños
Lección que por fin aprendí
¡cómo cambian las cosas los años!
Como dos extraños

 
Me siento engañado, usado, defraudado por la premeditación con la que actuó.
¿Cómo hago para creerle ahora? Mintió tanto tiempo con descaro. Es como si me hubieran violado.
Ha mentido planificadamente, mentira tras mentira...
Esta mentira, esta patraña es muy dolorosa, me hace sentir estúpido. ¿Cómo voy a creerle si perdió todo el crédito?
No puedo dejar las cosas así, sería una injusticia no hacer nada. Se ha burlado, esto es muy grave... estuvo engañándome por meses, y no se le mueve un músculo cuando miente, tiene una frialdad que no se puede creer...
¿Cómo hago para vivir con una persona así? Quiero tomar represalia por el dolor que me causó, mintió sin ningún escrúpulo, ha vivido traicionándome, espero cualquier cosa mala de ella y sospecho de todo. Ella siguió como siempre pero yo estoy destruido.
 
 

5- Fernando, 18, estudiante
 

VARONES QUE INTERESAN

No sé desde qué puerto
Ni por dónde llegarás, amor
Que mi nostalgia espera
Un día cruzarás por mi camino
Como un anuncio
De la primavera
Si no me engaña el corazón

 
Le pregunté si este muchacho que la acompaña la comprendía. Porque la veía triste.
Lo que yo veo es que hay poco interés en conocer cómo verdaderamente siente la otra persona, sobre todo los más pibes.
Después leí que las mujeres con una identidad más fuerte son más libres, más autónomas. Que se las considera más maduras porque saben lo que quieren y pueden hacer lo necesario para conseguirlo. Yo charlo con ella porque me gusta saber cómo piensa, aprendo cosas y ella se asombra de que la quiera escuchar.
 


6- Daniel, 48, escribano
 
UN NUEVO TIPO DE AMOR (La mujer como medio)

 ...remordimiento de saber
que por mi culpa nunca
vida nunca te veré
En esta tarde gris

                
La asignatura pendiente es la de tener un hijo. Me equivoqué dejando pasar tanto tiempo.
Con Ana., la única mujer que me importó, lo que era juego se convirtió en algo serio. La perdí, cuando fue necesario que me comprometiera, no estuve  la altura de la circunstancias...
Siempre quise ser padre, y ahora ese deseo de ser padre yo, se enlaza con la amenaza a mi propio padre enfermo. Se termina el mundo, un mundo con la muerte del padre. Tomo conciencia de que soy finito, voy a morir. Y en soledad. Tuve miedo a involucrarme, miedo a que me coartara mi libertad... Con ella tendríamos un chico de diez años...Un chico, una chica. Yo la amaba pero no pude. Si hubiera tenido un pequeño apoyo, de un amigo, de cualquiera...no la hubiera dejado ir y hoy tendríamos un hijo.
Si ella me llamara algún día, me volvería a ligar, es la única persona que amé. Pero todo esto que pienso...es inútil como el recuerdo y triste como la muerte.
Siento que he tomado otra postura en mi vida a partir de tomar conciencia de mi finitud.
 

Reflexiones

La problemática formulada en el primero de los testimonios, caso 1, “Un hombre apasionado”. si bien puede ser conocida y frecuente, expresa un nivel de compromiso que sorprende por la franqueza. Se asemeja a un modo más a menudo expresado por mujeres de reconocerse involucrado en la relación amorosa.
Acepta la dificultad de armonizar en el vínculo, pero sigue intentándolo: “No sabe lo que me cuesta...”
 
Mi amiga y colega Dorcas Bressan me hizo notar la resonancia de este testimonio con los versos de esposo a la Sulamita en el Cantar de los Cantares:
 

“Hija de príncipes
Que lindos son tus pies con sus sandalias.
Tu cadera se incurva como collares
hechos por manos de artistas,
Tu ombligo es un cántaro
donde no falta el vino con especias.
Tus dos pechos son como dos crías
Mellizas de gacela.
.........................................
Me dije: subiré a la palmera
A sacar sus frutos,
¡Sean tus pechos como racimos de uvas
y tu aliento como perfume de manzanas!
Tus palabras sean como vino generoso,
que va derecho hacia el amado
fluyendo de tus labios cuando te duermes.”

 
En los casos 2, 3 y 4, “Varones que dependen y se lamentan”, “Reproches y quejas masculinas” y “Lo inaudito”. la ausencia de reciprocidad a su amor, si bien en cada uno en diferente intensidad engarza en una frustración y un reclamo que sumerge a los protagonistas en una situación insatisfactoria que va en un crescendo desde el varón que no consigue la adhesión que quisiera obtener de su amada, el que ya la ha perdido y lo resiente, para culminar en el que se descubre estafado y burlado.
Es posible que estos planteos sean correlativos a un quiebre en el tradicional modo de funcionamiento en los vínculos, y a una autonomía femenina en lo erótico y amoroso que sigue sobresaltando por quebrar con los viejos estilos.
En ellos encontramos aseveraciones como: “No sé si voy a poder superar esto”, “Me parece malsano estar pendiente de ella”, “No sé lo que va a pasar”, “Estoy destruido”, que dan cuenta de la fuerza perturbadora del vínculo amoroso en la vida de todos estos hombres.
 
El discurso del joven que en el testimonio 5 “Varones que interesan”, da cuenta de un genuino interés resulta revelador de una posición respetuosa, más susceptible de ser valorada por la destinataria de sus afectos.
 
El caso 6 “Un nuevo tipo de amor”, remite a una etapa de balance en donde el dolor por lo perdido y la falta de proyectos impregna los planteos. Quien sigue siendo hijo y está por perder a su padre se acongoja. Tardíamente advierte que se privó a sí mismo y perdió la oportunidad de ser padre él mismo. La desolación por lo no vivido pasa una factura difícil de saldar. Este “tomar conciencia de mi finitud”, al no ir acompañado de un proyecto (la vida nueva que no se ha permitido generar), suscita amargura y sensación de amputación de futuro.
 Este anhelo respecto a ser padre viene siendo insistente. En hombres de edad media que han tenido  numerosas relaciones de pareja, pero han eludido la constitución de un vínculo con otros alcances, ha sucedido que algo así como el mentado “reloj biológico”, o el miedo de perder “el último tren”, o en suma, cierto anhelo de continuidad y trascendencia los ha llevado al deseo del hijo, “como sea”. Esto es, no con una mujer jerarquizada y a la que se ama y se privilegia como opción y de la cual un hijo es una consecuencia posible, sino anteponiendo el interés por el hijo y valiéndose de la mujer como medio para lograr la concreción de la paternidad.
Así como aumenta el número de mujeres solas que deciden ser madres, y éste es un hecho frecuente y ya insistentemente señalado, empiezan a aparecer los hombres con el mismo tipo de vacío existencial que exige ser colmado.
 
 En los otros dos casos que puedo mencionar se trata de hombres maduros.
Ambos de alrededor de cincuenta años, uno es exitoso en lo profesional del área de la salud mental, el otro está a cargo de una empresa familiar. Los dos hicieron relaciones transitorias con mujeres más jóvenes. En el primero de los casos hubo una breve convivencia y pronta separación. Pero del niño resultado de la misma, el padre asume responsablemente cuidado y manutención, lo incluye en todos sus planes y parece enormemente satisfecho con su nueva condición de padre solo a cargo de niño pequeño.
En el otro caso no hubo convivencia, ni se sostiene ya la relación que fue casi ocasional, la niñita nacida de ese vínculo llena la vida de su papá con el que prácticamente convive pues es el que tiene el tiempo y el gusto de asumir la crianza, además tiene los medios económicos pues su situación es holgada. La madre debe trabajar horario completo y le delega la mayor parte de los cuidados. Él es el que está al tanto de vacunas y pediatras, de juguetes y guarderías. Este modo en la distribución de responsabilidades en los dos casos puede resultar todavía infrecuente. Señala cambios no solo en la constitución de las familias y en las imágenes parentales, sino también en la constitución de subjetividades distintas, tal vez más flexibles en la adjudicación de lo femenino y masculino, de lo que fuera para las generaciones precedentes.
 

Problemáticas comunes y diversas a ambos: varones y mujeres

El examen de los testimonios precedentes ofrecen el interés de explorar similitudes y divergencias que resultan indicadoras del modo particular en que los temas del amor son vividos por varones y mujeres.
Existen similitudes en el modo en que la deslealtad del objeto de amor es procesada y suscita respuestas en los testimonios 1 de las mujeres (Descubrir la traición) y 4 de los varones(Lo inaudito).
En ambos casos a lo expresado, encuentro que pueden aplicarse los versos de Francisco Froilan Garrido en “Las cuarenta” en los que hace decir de sí mismo. melancólicamente a quien canta:
“Con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad”
La referencia a la verdad como destruyendo un sueño, es la metáfora utilizada para referir el tipo de afectos que los protagonistas describen y que marca un cambio irreversible, tanto en la subjetividad de quien recibe “el abrazo de la verdad” como en el vínculo que pasa a ser iluminado desde otra perspectiva, y descubierto en lo que tiene de ficción.
Al “enterarse” ambos, la mujer y el varón citados, de lo que supuestamente ignoraban, completan la información que necesitaban, y se hacen “enteros”.
Incorporando ese fragmento de saber que les faltaba, la verdad que antes era fragmentaria se completa para producir consecuencias.
(He escuchado en otra oportunidad de una joven que lo describió literalmente: “A él se le cayó la careta y a mí la venda de los ojos. Y desde allí nada fue lo mismo.”)
 Pero, volviendo a los casos 1 y 4, en tanto las palabras de ella surgen como catarata de afecto y remiten a la historia en común y a sus confusos sentimientos actuales, las de él tienen un sesgo diferente en su invocación a valores como la justicia y ofrecen un recorte más escueto de los afectos movilizados.
 
No encontré en varones equivalentes al testimonio 2 de las mujeres (La voz de la otra), y parece revelador que un varón no se cuestione, como la protagonista del mismo la secundariedad padecida, cuando es “el otro” en una relación amorosa. Más bien lo que he registrado es la broma: “Qué me importa si es casada...Yo no soy celoso.”
 
También me parece interesante que en ningún caso, de entre los varones encontré conflictos con respecto a llevar paralelamente relaciones amorosas en simultáneo. Lo que ha prevalecido es que para los varones las relaciones amorosas con dos o más mujeres no suscitan el mismo tipo de escrúpulos. (Si los he encontrado en mujeres, como la del testimonio 3 : “Entre dos amores”).
 
La sensación de ser subestimado tiene cierta equivalencia entre los testimonios 4 de las mujeres (En presencia de Drácula) y 2 de los hombres (Varones que dependen y se lamentan)
 
Las vivencias de culpa, que aparecen en el 5 de las mujeres (De reproches y remordimientos) y 6 de los hombres (Un nuevo tipo de amor), toman distinta forma. El primero conjuga resentimiento y culpa, la hostilidad se vuelve sobre sí misma al morir el destinatario. El segundo es un lamento por la posibilidad perdida en un balance de vida que hace advertir los errores previos.
 
 

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