24 dic 2020

Mística del 62

 Dios es simple.
Pero los hombres crearon ceremoniales complicados para atestiguar una verdad que se daba a cada momento y en todo lugar.
Y tergiversaron el sentido de las flores y del agua y del viento y del fuego.
Y erigieron imágenes heredadas de dioses vengativos empuñando armas. ..."
"...Y se olvidaron de mirar a  Dios, al pequeño Dios humilde en el pan, en cada pedazo de cielo.
 
Y la vida siguió dándose como por sí misma. Agotando su sentido en el mismo hecho de ser.
 
Pero otra vez los hombres deformaron lo que ya tenía la mejor forma y destruyendo la ruta amplia y luminosa, construyeron callejuelas estrechas y casi tenebrosas por las que encaminaron sus días.
 
Y siempre, más allá de los artificios infantiles de los adultos, seguía dándose limpia y entera la vida.
 
La vida, lo único estable, como aliento y como impulso.
 
La vida exigente que siempre se bastó a sí misma y cuyo clamor ningún otro grito pudo acallar.
 
Vida que hoy vive y no morirá mañana. Porque se genera a cada instante y crece y se multiplica con la fuerza de la sangre que nunca se detiene.
 
Y en la sangre quieta del que hoy ha muerto también he muerto un poco.
 
He muerto en sus miradas y en sus sonrisas. Pero estoy naciendo para el llanto del niño que me llama y de cuya vida joven participo un poco.
 
Y he vivido antes de nacer y seguiré viviendo luego de morir en la vida y en la mirada de los que permanecen.
 
Y si hay un fin, está lejos y vendrá mucho después que todo el aliento vital que rige los mundos y desprende las hojas expire.
 
Ya no trataré de protegerme de su fuerza.  Cederé más veces al golpe y la misma fuerza me ayudará a incorporarme.
 
Ya no importa llorar, porque el caudal de la lágrimas es inagotable y ha costado mucho esfuerzo descubrirle.
 
Sólo bastará permanecer, dejando que el tiempo marchite la piel."
 
"Esperar sin renegar del destino del hombre, que porque es destino es también sentencia y no admite apelación..
Esperar a mirar con los ojos cansados hasta ya no ver y las manos laxas hasta que ya no acaricien ni golpeen, ya cansadas de golpear y acariciar.
Esperar a ser semejante a esos ancianos de rostros surcados.
Y ver en esas marcas las cicatrices de heridas que se impusieron como lo inevitable."
 
"No intentar poner orden, porque eso sería el desatino y la presunción más torpe.
 
No intentar pensar tampoco. Dejar que los pensamientos y los sentimientos  fluyan libres hasta expirar, cada uno con vida propia.
 
Y en medio de ese mar inconexo de dudas, de llanto, de amor y de palabras, de luces y de sombras, seguir, seguir adelante.
 
Seguir hasta el fin."

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