26 dic 2020

Mujeres, varones y ese tango, Cristina Cáceres. 2004

 El análisis de los tangos de las tres primeras décadas del siglo xx, el período elegido por la autora para enfocar su mirada, tiene una virtud poco frecuente: mostrar algo que estaba allí para ser visto, pero que suele pasar inadvertido hasta que el señalamiento sagaz, lo evidencia ante nuestros ojos, para suscitar el asombro.
¿Qué mayor sorpresa que la que surge al poner en sospecha toda una narrativa tradicional respecto del tango y su versión del mundo, a la luz de sus lúcidas observaciones?

 Los varones y mujeres de las letras analizadas, se salen muchas veces de los casilleros prescriptos, para contarnos acerca de otra manera de sentir y de accionar.
Los varones pueden hablar de sus afectos y las mujeres romper mandatos, salir del silencio, desafiar lo estipulado.
Otra versión de las interrelaciones entre varones y mujeres puede develarse cuando se atiende a la utilización de los grados de libertad con que vivieran sus circunstancias. Visto desde esta perspectiva el tango dibujaría el mapa de esas interrelaciones, y a su vez influiría en las que se gestarían de allí en más.
 Así como los cuentos infantiles dan una versión de cómo pueden pensarse los intercambios amorosos, y a su vez operan para conformar subjetividades, del mismo modo, el tango relata nuevos modos de ser varón y mujer que tendrían peso en lo sucesivo.

En este recorrido Cristina Cáceres va a mostrar como las mujeres salen de la pasividad para ser protagonistas de sus vidas, para se juzgadas como “peligrosas” para ese orden cultural que veía en crisis creencias, costumbres y códigos respecto al “ser mujer”.    
El tango señalaría en esa crisis, la oportunidad de un cuestionamiento de las relaciones entre los sexos, al expresar la ruptura de viejas subordinaciones.

“Cuando en los tangos aparecen formas de identidad femeninas condicionadas por los límites del deseo de autores varones, sus relatos se llevan a acabo con las restricciones y los prejuicios de la cultura imperante acerca de las mujeres...Pero también encontramos relatos que introducen formas de feminidad novedosas y revulsivas, que rompen los moldes instituidos .La irrupción de estas individualidades refiere a iniciativas, intervenciones y conductas de mujeres que fundan un diferente espacio público para ellas.”

En estos casos, la conducta femenina conduce a algo nuevo: la posibilidad de asumir su propia condición de deseante, su autonomía y su afirmación de sí.
De allí surgirá el caudaloso repertorio de reproches varoniles a las desobedientes e insumisas traidoras al estereotipo de lo femenino según mandatos patriarcales.

“En la tradición occidental...la mujer aparece simultáneamente como figura de desorden y sumisión; o más exactamente, se considera importante que sea sumisa porque representa un extraordinario poder de desorden social.”

Así, las mujeres del tango, conmueven los mitos esencialistas para expresar sus propias formas de insertarse en el mundo y en la realidad, comprometidas consigo mismas ¿tal vez por primera vez?
Muchos tangos que relatan las recriminaciones de lo varones, y constituyen un muestrario de frustración y dolor masculinos pueden leerse como la saga de mujeres que revirtiendo viejas sumisiones, quebrando viejas expectativas van tras el derecho de una autonomía acorde a una humanidad más profunda y completa-

Pero vale recordar aquí, con la autora, que en última instancia, es posible hallar en las letras de los tangos, el deseo humano de mujeres y varones de amar y ser amados. Aludidos tanto como el dolor y la pena por su pérdida.
Y que si varones y mujeres pueden ir rompiendo como anhelamos, modelos patriarcales y estilos de funcionamiento de acuerdo a la dupla sometedor-sometido se habilitarían otra cosa: un modo más comprometido, genuino y enriquecedor de vivir las relaciones humanas.



María del Carmen Marini- invierno 2004

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