Si pudiera resignarme
a la pérdida de la magia
y aceptar que el tiempo
se lleva cosas
dejándonos otras a cambio...
Tal vez debería bastarme
la sonrisa de mi hija
para compensar
que el Trintignan
que me fascinó en “Un hombre y una mujer”
ha envejecido,
y que aquel vestido claro
que tanto le gustó
está en el fondo de un cajón
convertido en delantal de cocina...
Tal vez debería bastarme
el color de los malvones en el patio
para compensar
su ironía de hoy
y mi silencio o mi violencia.
Pero lo exijo todo.
1977
3 dic 2020
Poema II
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