Hemos registrado reflexiones de jóvenes adoptados en aquellos años, que ante la posibilidad de pensarse como pertenecientes a otra familia, a otra historia se sustraen, se niegan a indagar.
“Si fue del destino que yo quedara en esta familia y no en otra, así debía ser…” “Si no me quisieron quienes me tuvieron, éstos si me quieren sin duda…No quiero saber de ello”
Mariela es categórica cuando plantea su posición. Nunca pensó que pudiera haber otra familia que aquella que conoce y en la que creció. Nació en el 78. Nunca supuso que puede haber quienes la buscan anhelantes.
Miguel en una oportunidad agredió a una vecina. Cuando habló del tema dijo que fue porque ella insinuó algo que no le había gustado. Sabe que es adoptivo, pero no comentó qué había sido lo insinuado, ni porque se había disgustado con ella
También están aquellos jóvenes que localizados por las Abuelas, se resisten a contactar a su presunta familia de sangre, y se niegan a realizar los estudios de histocompatibilidad que despejarian dudas y darían una respuesta.
Una forma alternativa al análisis de sangre, tomando muestras de cabellos y saliva ordenadas por un juez, permitió que las Abuelas pudieron recuperar la identidad de la nieta número 83.
En Santa Fe se presentó un caso similar de negativa a un estudio de ADN. Pero aquí la Justicia rechazó el procedimiento que se hizo en La Plata. Resuelve la Cámara de Rosario.
El método alternativo a la extracción de sangre fue utilizado para identificar a la hija de militantes políticos que desaparecieron durante la dictadura en un caso que tuvo resonancia pública esta semana. La joven es la nieta No 83
“Es la primera vez que se logra determinar la identidad de un hijo de desaparecidos a través de una medida judicial alternativa a la extracción de sangre. Esta vía se constituye en una herramienta válida para aliviar a los jóvenes del peso de la decisión a someterse a este tipo de análisis e igualmente respetar el derecho de los familiares, las Abuelas y la sociedad de conocer su verdadera identidad”, agregó.
La justicia federal de Santa Fe investiga la identidad de una joven ante la sospecha que podría ser hija de desaparecidos, pero tropezó con una negativa: ella no quiere hacerse la prueba de extracción de sangre para comprobar su origen biológico, a pesar de que la familia que la recibió aquel invierno del 76 la adoptó de buena fe. La fiscal federal Griselda Tessio propuso entonces, obtener las muestras de ADN “de un modo no violento”.
“El argumento de la Víctima que no le interesa conocer su origen no parece válido ante los derechos de terceros como los de familiares que buscan desesperadamente a sus nietos y se van muriendo sin haberlos encontrado”. (13)
Otro caso: Se trata de un muchacho que tiene 28 años y había sido apropiado por un suboficial de la Fuerza Aérea que actualmente está detenido.
La jueza recibió ayer la confirmación sobre la compatibilidad genética del joven con la de su abuela, que es una colaboradora de la institución. El nieto encontrado vive actualmente con sus padres apropiadores. El joven nació durante el cautiverio de su madre, Liliana Fontana en 1977.
Con el caso del nieto No 84 se reitera la situación que se había dado con el anterior.
El joven se negó a realizarse una extracción de sangre, por lo que la Justicia tuvo que recurrir a un método alternativo e indirecto: ordenó allanar su casa, secuestró elementos personales, con los rastros allí encontrados realizó el examen para comparar su ADN con el de su abuela. El examen dio positivo y así se confirmó la verdadera identidad del joven.
El caso anterior fue el de la hija de los militantes María Elena Corvalán y Mario Suarez y se trata de una chica de 28 años y cuya identidad no fue difundida.
13- “Búsqueda incansable. Los organismos estiman que aún hay 400 personas que no saben su verdadero origen” El Ciudadano. 13 de julio de 2006.
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