25 dic 2020

Sobre machismos siglo XXI (actualizado)

 1-           Ella es joven, tiene dos hijas. Trabaja en una fábrica textil. Para ahorrarse el colectivo va en su bicicleta todas las mañanas. A veces en este invierno, el frío la acobarda un poco. El movimiento de vehículos también es amenazante  y por eso suele eludir las calles más transitadas. Aquella mañana parecía igual a tantas otras, pero iba a ser diferente, un motociclista se le puso apenas  atrás y mientras pasaba le pegó una palmada en el trasero, eso dicho de manera elegante.  Si fuera más directa, diría que lo que hizo fue darle un manotazo en el culo. Los manubrios de la bici y de la moto se rozaron y ella perdió estabilidad y fue a dar al pavimento, mientras él se alejaba raudo en su moto de macho triunfal, sin mirar atrás.
No, ella no dio con la cabeza en el cordón. Pero dio con la rodilla contra el suelo, lo que le está costando dos semanas de ausencia  en el trabajo.
¿Qué puede implicar para un hombre agraviar a una mujer y dejarla herida en la calle? ¿No será sentir que puede hacerlo, es más, que tiene derecho a hacerlo porque la calle sigue siendo su espacio, y hay que confirmarlo con gestos como ese?
 
2-           En un hospital de Rosario de cuyo nombre no quiero acordarme, una médica recién egresada ganó una residencia, acreditando los antecedentes necesarios para ello. Las especialidades tienen una cierta jerarquía. Las hay más valoradas (por el prestigio que implican en esta feria de vanidades) como neurología y cardiología. Y hay otras residencias que se consideran menos glamorosas. Esas son las que frecuentemente ocupaban ¿y ocupan? las mujeres: pediatría, ginecología, dermatología.
La residencia que se concursara en esta oportunidad era en traumatología. Una especialidad  en que las  mujeres no han sido tradicionalmente  bien recibidas. Los compañeros de residencia que ingresaron con ella hicieron causa común con los residentes de segundo y tercero para sabotear a la que consideraban intrusa en un ámbito masculino. A la sobrecarga de tareas se fue sumando el acoso hostil. Ella resistió la situación de creciente agresión todo el tiempo que pudo. Pero la conflagración instrumentaba cada vez más encerronas, para hacer de la residencia, no el lugar de compañerismo y aprendizaje que soñara, sino un infierno de desprecios, insinuaciones groseras y abiertas  intimidaciones. Resistió lo que pudo y terminó renunciando.
Esto sucedió este año, no en el medioevo, y en Rosario, no entre talibanes. ¿O sí?
 
3-           La violencia física sigue siendo noticia frecuente y perturbadora. Es frecuente que  casi todos los días y en los más diversos  lugares sobresalten hostilidades que llegan al femicidio
“SOCIEDAD › UNA MUJER DEGOLLADA EN AVELLANEDA
Femicidio en plena calle. Un hombre asesinó a la madre de sus seis hijos, a quien apuñaló en el abdomen y degolló en plena calle del partido de Avellaneda, y luego intentó suicidarse al ser rodeado por la policía, aunque finalmente fue llevado al hospital y detenido.
 
El hombre y la mujer mantenían una relación conflictiva y él aparentemente la atacó, enojado porque ella lo había denunciado por violencia de género.  Página 12, 6 de junio de 2014”
Entre los titulares de hoy, además, se destaca la campaña para evitar que el Mundial de Futbol se convierta en escenario de viejas-nuevas  oportunidades de trata.
El mejor homenaje a Marita se ha pensado en estrategias que puedan alertar y disuadir a los concurrentes al Mundial de  funcionar como “Turistas sexuales” como se refiere, ha sucedido en anteriores ocasiones.
“CAMPAÑA CONTRA LA EXPLOTACION SEXUAL DE MUJERES EN EL MUNDIAL
La trata, fuera de juego,   Mariana Carbajal
El gobierno nacional estrenó spots de tevé y lanzará afiches callejeros para generar conciencia en quienes viajen a Brasil. Se suma así a la movida de otros países y organizaciones. “No manches la camiseta” es el eslogan. Página 12, 8 de junio 2014”
 
Reflexión
¿Qué conexión cabe establecer entre el incidente callejero de la joven ciclista, el rechazo de la residente de traumatología y las noticias del diario. Noticias de violencias, que van de las amenazas a los golpes, algunos con consecuencias gravísimas como en el caso citado, que llegan al femicidio, a otras que  denuncian la trata como violencia? La conexión pasa por  la devaluación de la mujer en el imaginario patriarcal.
 
Aquel motociclista que se sintió autorizado para avanzar sobre la joven que circulaba por la calle dio un mensaje bien preciso, “a calle es mía, mía y mía y si te aventurás en ella, puede suceder que termines manoseada y golpeada”.
Como los residentes de traumatología que dejaron bien en claro que allí las mujeres no son bienvenidas, que es un ámbito en el que por ahora quedan excluidas, y que si a alguna otra audaz se le ocurre acercarse, debe saber que lo va a pasar tan mal como corresponde a lo que ese ámbito de varones puede decidir.
 
De los incidentes reproducidos de las noticias del diario, poco cabe agregar excepto que constituyen la forma esperpéntica de una actitud que es la caricatura de la masculinidad.
 
Pero lo que me interesa destacar es que entre una y otra forma de lo acontecido hay una diferencia de grado. Solamente de grado, porque en todas ellas el sustento está en la persistencia de una concepción de los lugares y prerrogativas de varones y mujeres.
Una concepción que cabe seguir revisando y en la que la devaluación de uno de los géneros, implica el empobrecimiento de ambos. Es en todos ellos, la humanidad la que pierde.
 
María del Carmen Marini, en épocas que replican el pasado de la humanidad

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