3 dic 2020

¿SOLO INTERPRETAR?

             Uno de los interrogantes que insiste es el de si en esta tarea cabe  la interpretación, sólo la interpretación y nada más que la interpretación. Lo traigo, porque muchas veces junto a lo específico de mis intervenciones respecto a lo intrapsíquico, me planteaba la legitimidad de aportar datos, referencias que pudieran ser útiles, atinentes a esa otra realidad que se desplegaba afuera, más allá de la consulta. En broma solíamos decirnos con una colega: al analizar la fobia a las cucarachas de una paciente y además de lo correcto de pedir asociaciones para indagar su significación, ¿puede tener sentido auxiliarla con la dirección o el teléfono de Desinfectal, para que resuelva en lo concreto parte de su problema?. ¿Si frente a un paciente que viaja a Mayorca, además de analizar las instancias del despegue y la nostalgia, ¿tiene legitimidad terapéutica ayudarlo con la conexión a una de las bibliotecas en la que trabaja otro emigrado que conocemos y  que puede aportarle datos de utilidad?
            Esto en cuanto a lo que puede significar salirse del encuadre estricto de la tarea terapéutica, y las eventuales consecuencias en la vida de los pacientes.
            Uno de los reparos más importantes para hacerlo, pasa por el que ello desvirtúe la tarea en su especificidad. Pero creo que cabe considerar cada situación en particular, para decidir hasta donde se flexibiliza dicho encuadre, teniendo siempre en la mira el crecimiento o la superación del paciente.
 
            Respecto de la reconstrucción y reescritura de la historia, planteada como meta terapéutica, también vale la reflexión de si, pese a su innegable efecto en la vida de quien consulta, no ha sucedido, en casos, que volver de la amnesia acarreaba tanto dolor, que valían los reparos al respecto. En mi experiencia siempre valió la pena el esfuerzo de recuperación de lo olvidado, pero entiendo que puede ser un tema a discutir e iluminar desde otros aportes. Esto es, como otros colegas, yo  he debido escuchar: - ¡Cuánto me duele recordar!.¡Qué vuelva la amnesia que me protegía...! ¿Tiene qué doler así necesariamente?

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