3 dic 2020

DIFICULTADES

 En lo personal he advertido que me resulta más difícil conectarme con el consultante cuando se presenta fuera del modo convencional, que consiste en un encuentro acordado previa cita telefónica.
 También cuando no puede dar cuenta claramente de las vías de derivación. Estos datos cuando están, me autorizan a una suerte de preparación previa que acolchona el encuentro y lo facilita. Las oportunidades en que han llegado directa y azarosamente me producen una expectativa incómoda que demora mi ubicación en el caso.
 
Similares dificultades he experimentado cuando recibí en consulta a personas cuya ideología o cuyo esquema de valores difería en forma tajante del que yo sustentaba.
No es extraño, pues aún cuando nuestro propósito pueda  consistir en escuchar lo más despojados de preconceptos, éstos nos constituyen. En todo caso será legítimo el evaluarlos para que interfieran lo menos posible, a fin de responder desde un lugar menos connotado. Pero nuestras creencias, convicciones y mitos forman parte de lo que somos, y lo más que podemos es recordarlo y tenerlo en cuenta al vincularnos con quien consulta.

PREGUNTAS

 ¿Cuántas cuestiones éticas se juegan en ocasiones en la consulta?
¿Y qué cambio se produce en el interior del diálogo para dar lugar a que las  resonancias que se nos suscitan en lo personal puedan ser incluídas criteriosamente en dicho diálogo? ¿A qué aperturas nos convocan las palabras que escuchamos?¿Qué intercambios, qué discusiones, qué puestas en común son posibles y deseables en esta tarea?
¿Cómo pueden aportar al propósito que nos convoca y en que medida perturbarlo?
¿Y en que medida podemos responder o debemos evitar hacerlo en las situaciones de la clínica cuando se juegan instancias conmovedoras,  que inevitablemente nos involucran y nos interpelan?

ENSEÑANZAS Y APRENDIZAJES

             Inés me enseñó qué importante es la falta de resonancia en lo erótico en la pareja, y como su falta no puede ser compensada. Por José supe que en el encuentro amoroso la exploración puede empezar donde otras culminan: en el despliegue de la sexualidad que dará indicadores respecto a la importancia que tendrá ese encuentro en el futuro. De Andrea aprendí que la conyugalidad puede no ser la forma de realización que se anhela, sino los encuentros acotados a un tiempo, sin la expectativa de vivir una historia prolongada. De Cecilia que los hijos pueden ser sentidos como propiedad sobre la que se ejerce un dominio y que eso es cruel y poder verlo fue un golpe al narcisismo de quienes quisismos creer en la pura generosidad  de la tarea. De Susana que hay diferentes formas de fraternidad no determinadas por el vínculo de sangre, lo supo cuando escuchó que el mayor de sus hijos llamaba hermano al hijo de la nueva esposa de su padre y no al hijo de ella y su nueva pareja que era su medio hermano.
 Así erotismo, conyugalidad, maternidad, paternidadad y fraternidades se salían de los casilleros prescriptos para que me viera en la necesidad de pensar estas nuevas formas que la clínica acercaba a través de las consultas. Estos desafíos de las nuevas formas que adoptan los vínculos y los afectos a las formas convencionales de pensar el amor, la familia y sus conflictivas me pusieron en el renovado esfuerzo de encontrar respuestas a la tarea de trabajar y ¿por qué no? también de vivir.
 
He escuchado a pacientes que prevalentemente dicen "Sí" y que toman lo que el terapéuta propone como eje de reflexión, y he acompañado a pacientes que dicen casi siempre "No" a lo sugerido y eligen transitar sus propios circuitos, pero que requieren del interlocutor testigo para llegar a sus propias conclusiones.
He registrado el efecto inmovilizador de las grandes hecatombes, que producen una parálisis y que requieren de tiempo y tolerancia para poder ser nombradas primero y procesadas después. Que producen una parálisis y un mutismo en que es imposible casi todo esfuerzo. Y ellos me han enseñado el sentido y utilidad de respetar los estilos y modalidades personales que no resulta violentar.
También me han dado la atinada descripción de esa angustia  como la de "un visitante que llega y no se va, que se instala en tu casa y en tu vida y no te deja libre. Se queda agazapado y puede volver a ocupar el centro de atención."
Las enseñanzas que ellas/os me transmitieron tienen que ver con la clínica, pero creo que fundamentalment tienen que ver con la vida, desde una sabiduría que podía alcanzar toda la profundidad y referirse a todos los tópicos.
Así pude saber de los réditos de un valor genuino cuando como en Tere, le permitio plantarse frente al espejo después de las mastectomía para decirse/me: -Voy a mirarme y mirarme hasta que me acostumbre a verme, porque tengo que vivir con esto.
O a Silvina: -No es un hijo de puta, es un infantil de mierda, así que debo decidir qué hacer.
Muchas veces me pregunté si seríamos capaces los/as terapeutas de manejarnos con tal valentía y con tal sensatez.

HISTORIAS EN LA CLÍNICA

 La tarea clínica se constituye como espacio privilegiado  para el conocimiento de los hechos que viven los seres humanos y de las mil historias que tejen la trama de sus vidas.
A la consulta llegan estas historias y siempre me fascinan por su riqueza y multiplicidad.
Estela logró su primer embarazo el mismo día que cumplía cuarenta años. Entonces relató cómo el mundo cambió para ella en los días siguientes "en los que todo lo veía ditinto, con otros colores, como si las calles las gentes se hubieran transformado..."
Y la significación en términos de vida que el hecho tuvo, cuando ella ya casi renunciaba a esa esperanza, pudimos evaluarlo mientras, en los meses subsiguientes se preparaba para la aventura de la crianza.
Andrés pudo enseñarme que los casilleros no valen, y las opciones pueden variar, cuando después de toda una historia de vínculo homosexuales, pudo contarme que se había enmorado de una mujer con la que inició una relación, la primera relación heterosexual en su vida, y que además se consolidaría.
Pablo pudo revisar sus propios  dogmatismos  y la adhesión irrestricta a la ortodoxia de un partido, (al que también habían adscripto su abuelo y su padre), para poder intentar más libremente sus propias elecciones.
También en consulta pude saber de una historia de amor semejante a la de Ana Frank, entre niños (escondidos por sus padres durante el proceso en una casa de campo donde compartieron un verano) que se reencontrarían muchos años después.
Y escuchar el dolor de Mirta, viuda los cincuenta años, después de haberse acompañado durante treinta y cinco con su esposo, dolor que durante un año la hizo despertarse a la madrugada, a la hora en que él había muerto.
Y las reflexiones de Graciela, respecto a las necesidad de toda niña de sentirse linda alguna vez, para poder llegar a ser una mujer. También de ella es el lúcido planteo en que concebía al ser humano como "lenguajeador del lenguaje" en tanto la palabra es usada como herramienta crucial y arma eficiente.
Y supe de Leonor, maestra en zona periférica que se planteaba si eran antagonistas o protectores los jóvenes con quienes trabajaba, y con quienes la ligaban vínculos tan contradictorios. Jóvenes de quienes podía esperar que la robaran, pero que al mismo tiempo salían en su apoyo cuando presumían que podía necesitarlos.
Jóvenes que apelaban a ella cuando quedaban detenidos, o cuando necesitaban que llevara a alguno asistirse al hospital, y que  también se solidarizaron y salieron en su ayuda cuando fue  ella la que requería protección.

FANTASÍAS DEL VÍNCULO FUERA DEL TRATAMIENTO

 Al cabo de un tratamiento, el vínculo establecido puede dejar el deseo de darle  continuidad o de retribuir el cuidado dispensado. Así me he encontrado con la promesa de una paciente de obsequiarme un Twingo blanco para mi uso exclusivo (Prode mediante ¡que ambas esperamos!), o la promesa de otra paciente de un viaje a París, que deseaba  hacerme conocer palmo a palmo desde su fascinada admiración por la ciudad amada. O simplemente la de aquella que esperaba tomar un café cuando el tratamiento terminara. O invitarme a conocer su casa.
También he recibido con alegría las producciones surgidas del talento de quienes removidos los obstáculos y ya en marcha con sus talentos me acercaban testimonios de los mismos; desde primorosos tejidos al crochet a comidas vegetarianas. Desde fotografías tomadas desde la mirada profesional a grabados efectuados con técnicas artesanales.
 
            Una innovación correlativa a la crisis es la implementación de trueque en la realización de sesiones.
Y otra que va siendo del caso considerar, es la asistencia por correo electrónico de pacientes que emigraron y siguen con un cierto nexo antes de instalarse en la presente circunstancia y terminar de cortar amarras.